PREPARA LA FIESTA
Tiempo de Navidad
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Revitalizar las tradiciones.
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Victoria Cardona
Maestra
y orientadora familiar
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La
gran importancia hoy de esos años |
Fomentar el amor a Jesús en este tiempo de Navidad es una
oportunidad de oro que no podemos perder, no olvidando que lo que se
vive en el hogar, reducto de la intimidad, perdura a lo largo de toda la
vida. Lo que deseamos, pues, todos los padres y madres cristianos es que
los hijos aprendan de la vida de Jesús. Es por esto que la verdadera
pedagogía cristiana de los progenitores se basará en la aplicación del
Evangelio en su vida personal para poder transmitir, con su testimonio,
el ejemplo de Jesucristo.
Juan Pablo
II, en el IV Encuentro Mundial de las Familias, del 25 de enero de 2003
en Filipinas, nos daba esta consigna: "… ¡con la ayuda de Dios hacéis
del Evangelio la regla fundamental de vuestra familia, y de vuestra
familia una página del Evangelio escrita para vuestros tiempos...!"
Humildad,
pobreza, austeridad, ternura, y desprendimiento en el establo, donde
nace Jesús..."...lo envolvió y lo acostó en un pesebre, porque no tenían
sitio en el hostal".
Precisamente por estar viviendo tiempos más difíciles
(...), los padres invertiremos todo nuestro tiempo, nuestro
ingenio, nuestra voluntad para hacer que nuestros hijos no olviden la
Navidad de este año 2005. |
El
Belén entra por los ojos |
Cada cual tiene en su memoria las costumbres que vivió en el
calor del hogar en esta época del año, como por ejemplo: felicitaciones
con christmas para los amigos, llevar a nuestra Parroquia alimentos y
juguetes para los más necesitados, Misa del Gallo o de Nochebuena,
compartir la comida de Navidad en compañía de los abuelos o de quien
estaba solo en casa y tener un recuerdo por los que están ausentes; la
"décima" o el verso a la hora de los postres con barquillos y turrones,
la noche mágica de Reyes, etc. Estas costumbres y otras, que han hecho
tradición en muchas familias, conviene vivirlas con la misma ilusión y
capacidad de cariño con que nos las transmitieron.
Reflexión a
parte merece el Belén y su preparación. Aquí sí que conviene la
participación de todos los que conviven en el mismo techo. Esencial es
tener al alcance el musgo y ramitas, piedras pequeñas, papel de plata
para el río y para las estrellas, los corchos para la cueva, cerros y
montañas, la cartulina azul para hacer un cielo de fondo en el que tus
hijos recortarán y pegarán las estrellas; podemos hacer una salida de la
ciudad para ir a buscar el musgo, es mejor que comprarlo, así los
nuestros asociarán las fiestas de Navidad con la excursión familiar. No
olvidemos tijeras, colores, chinchetas y celo, nos harán falta, sobre
todo para colgar la estrella de Navidad encima de la cueva. |
Detalles que indican mucho |
Y, por último, las figuras que representan el Misterio.
Hagámonos niños y aprovechemos su colocación para explicar a nuestros
hijos el significado que para cada uno de nosotros tiene. Por ejemplo:
Los pastorcillos, gente de buena voluntad y humildad que fueron los
primeros en recibir el anuncio del nacimiento del Hijo de Dios. Los
Reyes que siguieron, con constancia y confianza en Dios, el camino que
les conducía a adorar a Jesús. La mula y el buey que con su aliento
daban calor al Niño Jesús.
Al instalar
en nuestro pesebre a José, Maria y el Niño, hemos de buscar el lugar
central para ello, donde se fijen todas las miradas, iluminándolo si
podemos. En el instante de colocar al Niño en su cuna de pajas,
aprovechemos para ser sencillos de corazón y con toda la ternura que
provoca un Nacimiento que ha conmovido a toda la humanidad, digamos
palabras de amor y cantemos haciendo participar a nuestros hijos de
tanta alegría y amor.
Me
olvidaba de aconsejaros, es emocionante hacer caminar a los Reyes hasta
llegar al Portal para regalar sus obsequios al Niño. Adultos y niños
copiemos el ejemplo de los Magos para darLe buenamente todo lo que somos
y tenemos a Aquel que ha nacido y ha venido a la tierra para redimirnos
con su Vida por Amor.
¡Os deseo
unas Santas Fiestas de Navidad llenas de esperanza y alegría para
transmitirlas con el testimonio personal a la memoria y al corazón de
nuestros hijos! |
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