Mc 3, 1 ¶ Y OTRA vez entró en la sinagoga; y había
allí un hombre que tenía una mano seca. 2 Y le acechaban si en sábado le sanaría,
para acusarle. 3 Entonces dijo al hombre que tenía la mano seca:
Levántate en medio. 4 Y les dice: ¿Es lícito hacer bien en sábado,
ó hacer mal? ¿salvar la vida, ó quitarla?
Mas ellos callaban. 5 Y mirándolos alrededor con enojo,
condoleciéndose de la ceguedad de su corazón,
dice al hombre: Extiende tu mano. Y la extendió,
y su mano fué restituída sana.