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EL DESARROLLO DE LA ESPIRITUALIDAD DE JULIO CHEVALIER I Parte

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                                                                                         Hans Kwakman msc
Cor Novum 2007
(descarga conferencias)

 

Introducción  1

El Padre Chevalier empieza su libro sobre “El Sagrado Corazón” con las palabras: “Dios es amor” ‘Deus Caritas est’, o si lo prefiere:  “Dios es totalmente Amor.  Dios es Amor en sí mismo, su esencia es: Ser Amor.” 2  Desde que el Padre Chevalier se hizo más profundamente familiar con la devoción al Sagrado Corazón, nunca perdió la fe en el poder salvador del amor de Dios.  Él creía que el poder de este amor divino había sido revelado en el Corazón humano de Jesús, en el corazón de cada ser humano, quien de uno u otra manera trata de amar como Jesús amó, pero también en el cosmos que existe antes del ser humano.3  Él estaba convencido que el amor divino-humano tiene el poder de remediar los males de nuestro tiempo, tales como el egoísmo, la indiferencia y el liberalismo falso.4  Él se comprometió durante toda su vida como Misionero del Sagrado Corazón a profundizar su propia comprensión de esta creencia y de proclamarla por todos los medios a su alcance.

Sin embargo, esto no significa que el Padre Chevalier siempre ha sido capaz de ver todas las implicaciones de esta inspiración original.  Siendo educado en la teología neo-escolástica y en la enseñanza tradicional de la Iglesia de su tiempo, tenía que expresar su visión más bien dentro del margen estrecho de la tradición.  En algunos asuntos Chevalier crecía en la conciencia de las restricciones que la teología tradicional cargaba sobre él.  Siguiendo el desarrollo de sus pensamientos, expresados en sus escritos, vemos como trata de superar ciertas restricciones.  Sin embargo, en relación con otros asuntos no era consciente del hecho de que la enseñanza tradicional de la Iglesia causaba cierta ceguera y no ayudaba a abrir los ojos.

En las páginas siguientes voy a tratar de mostrar el desarrollo del pensamiento teológico de Chevalier respecto a algunos asuntos, 5 especialmente en relación con las implicaciones de su fe creciente en el poder del amor de Dios que abarca todo.  En algunos casos él ha logrado liberarse de las restricciones teológicas, de tal manera que era capaz de expresar su visión, permaneciendo fiel a la creencia fundamental.  Gracias a las enseñanzas del Vaticano II, hoy en día estamos en condición de ver mejor, que la intuición básica del Padre Chevalier ha sido exacto y lleno de poder.  En este sentido podemos afirmar que él es una de las personas, que han sembrado la semilla que ahora da fruto en la teología moderna y la Espiritualidad del Corazón.

 

  1. De un modelo jerárquico de pensar hacia uno más carismático

Nuestro lenguaje y nuestras imágenes teológicos son necesariamente influenciados por el contexto social, cultural y espiritual en que vivimos.  De la misma manera la teología tradicional y la enseñanza de la Iglesia han sido marcadas por el contexto cultural y sociológico de tiempos anteriores y la manera como la sociedad estaba estructurada en el pasado.  Aunque el Padre Chevalier vivía después de la Revolución Francesa, su manera de pensar estaba marcada por las estructuras jerárquicas feudales de la sociedad en Europa.  Parecido a la gran mayoría de sus contemporáneos católicos, su manera de predicar y de escribir estaba empapada en el pensamiento teológico del siglo XIX.  La tarea para nosotros consiste en formular su visión y su carisma originales de tal manera, que nos permite, seguir siendo inspirados en el espíritu apasionado, que se había apoderado de él.

De acuerdo al modelo jerárquico de pensar, la gente imaginaba a Dios como el Ser Supremo que habita por encima de la tierra.  Dios crea el universo, inclusive el mundo humano, desde lo alto, desde afuera.  Dios rige el mundo tanto directamente por medio de la Divina Providencia como indirectamente por medio de sus representantes aquí en la tierra.  En el contexto de este modelo de pensar en la Iglesia Católica, se veía al Papa como la persona que recibe su autoridad directamente de Dios, por medio de Jesucristo, mientras todas las otras autoridades, inclusive la de los obispos y de los reyes, son concedidas como un poder delegado de parte del Papa.  Esta visión ha dado origen a la concepción medieval de la teocracia, como lo formuló Bonifacio VIII  (Papa desde 1294 – 1303) en su declaración famosa sobre las “dos espadas”, comprendido como el doble poder confiado por Jesús al Papa, tanto en el espiritual como el temporal.6  Fundamentalmente esta ha sido la visión predominante de la Iglesia oficial hasta el Vaticano II.  En su libro “El Sagrado Corazón” el Padre Chevalier se opone fuertemente al liberalismo católico del siglo 19.  La Iglesia liberal de Francia, en realidad un grupo pequeño de intelectuales católicos, cuestionaba entre otras cosas la visión tradicional de la Iglesia al defender la separación de Iglesia y Estado.  Ellos querían que la gente creyera, según las palabras propias de Chevalier, “que la Iglesia no haya recibido de Dios la misión de guiar divinamente los gobiernos.“ 7

Una de las razones teológicas, del porque los Papas durante y después de la Revolución Francesa no han sido capaces de aceptar los ideales revolucionarios de la libertad y de la igualdad, era la creencia de que el Papa recibía de Cristo la tarea de regir la sociedad cristiana y que las decisiones, hasta las que se refieren a asuntos temporales, eran responsabilidad del Papa y de la jerarquía eclesiástica.8 Después de la Revolución Francesa se escuchaban voces que aconsejaban al Papa de usar su poder para excomulgar a todos aquellos que apoyaban los principios de la Revolución.  Algunas personas imploraban al Papa para que anuncie una cruzada contra los revolucionarios. 10  Siendo un hijo de sus tiempos, Chevalier también, esperaba una intervención del Papa, sin embargo, no en primer lugar para bendecir las armas o para condenar a los revolucionarios, sino para consagrar el mundo al Sagrado Corazón, como una manera de oración universal para la superación de los males del tiempo. 11  Sin embargo, desde alrededor de 1860 hasta 1887,  buscaba obtener el apoyo del Papa, de los obispos y de los laicos para formar una “milicia” bajo el nombre de “Chevaliers del Sagrado Corazón (Caballeros del Sagrado Corazón) con el propósito de reunir a hombres piadosos, devotos al Sagrado Corazón y fieles a la Iglesia, dispuestos a defender a la Santa Sede y a Francia, en tiempos de peligro y si fuese necesario “ hasta usando las armas” 12  Solamente después de que el Papa León XIII consideró inoportuno el proyecto, el Padre Chevalier lo abandonó con cierta resistencia.

La imagen jerárquica de Dios fue utilizada también en otro sentido por predicadores que buscaban dar un sentido a la Revolución que afligía Francia como un terremoto político y cultural.  Muchos interpretaron los acontecimientos de la revolución francesa como un signo de que Dios había desatado su cólera divina.  Algunos señalaron que Dios había dirigido su cólera contra la Iglesia porque, según ellos, ella no se oponía de manera suficientemente claro y fuerte a las ideas y prácticas revolucionarias; otros afirmaban que Dios dirigía su ira contra la sociedad, que rechazaba continuar sometiéndose a la autoridad de Dios, queriendo ser autónoma. 14

Chevalier no estaba del todo de acuerdo con estas voces.  Especialmente, siendo joven todavía, mantenía la convicción, de que la reacción de Dios para con los seres humanos, que se habían alejado de él, alterando el poder soberano, era realmente la de la ira, sin embargo, gracias a la intervención del Sagrado Corazón y de Nuestra Señora del Sagrado Corazón, el Padre Celestial demostraba piedad y amor.  Como respuesta a la insubordinación el Padre revelaba su misericordia en el Corazón compasivo de Jesús como “ el último baluarte para la humanidad” 15

Igual que muchos de sus contemporáneos, el Padre Chevalier estaba muy preocupado por la manera como abundaba la desobediencia en la sociedad moderna, desde la subordinación de la gente frente al gobierno legal del Rey, hasta la desobediencia de los niños para con sus padres. 16 Pero, diferente a las personas, que solo esperaban la salvación de parte de la intervención de la jerarquía, o de acciones políticas y militares, él buscaba las raíces de los males de su tiempo y las confrontaba en el corazón humano.  Más especialmente indica dos cualidades negativas del corazón humano, la indiferencia y el egoísmo como raíces de todos los males.  Y cuando, después, asume el liberalismo en la Iglesia Católica, señala de nuevo el corazón humano, indicando otras cualidades humanas como raíces del liberalismo falso, es decir, la arrogancia, la falta de humildad la servilismo de esclavos frente al gobierno y el espíritu de división 17

Alrededor de 1860 escribió: “¿De dónde procede toda la criminalidad que inunda el mundo, los disturbios familiares que ponen a los reinos de cabeza? ¿No vienen del corazón humano?  ¿No es en el corazón humano donde la gente planea, prepara y alimenta los crímenes que se comete a diario?”18    

 

Más tarde, el Vaticano II va a afirmar lo mismo al decir:

“Sin duda los trastornos del orden social establecido son en parte el resultado de las tensiones económicas, políticas y sociales.  Pero a un nivel más profundo provienen del egoísmo y del orgullo, dos cosas que contaminan el ambiente de la sociedad como tal.” 19

El Padre Chevalier estaba interesado en “este nivel más profundo”. Él continuaba diciendo: “para poder salvar a la sociedad, para que reinen de nuevo la justicia, el desinterés y la pureza de la moral, deberíamos comenzar a dejar reinar todas las virtudes en nuestro corazón humano.  Pero ¿Quién será capaz de apoderarse de ellas?  ¿Quién será capaz de penetrar en su profundidad y de purificarlas?  Las leyes humanas quizás puedan construir algunos diques contra la corriente, pero no serán capaces de desaguar la fuente.  Solamente la religión tiene tal poder saludable 20

Para el Padre Chevalier existía un solo remedio para curar las enfermedades del tiempo: la devoción al Sagrado Corazón, “ el resumen sustancial de toda la religión”. 21

¿“Dónde podemos encontrar los remedios contra males tan grandes?  En el Corazón de Jesús, quien es totalmente caridad, quien es plenamente amor.  Por eso, contra el egoísmo yo pongo su caridad sin límites, contra la indiferencia su amor infinito. “ 22

Consecuentemente él no esperaba la restauración de la paz, de la unidad y de los valores morales de la sociedad únicamente de la restauración de la obediencia al Papa, tampoco del cambio del gobierno, de la intervención militar, de los partidos políticos o de la renovación de la ley civil.  Al indicar el corazón humano como fuente de los males de su tiempo, al esperar la sanación total de las enfermedades de la sociedad y al señalar, que esperaba tal superación únicamente de la práctica extendida de la devoción al Sagrado Corazón y de la conversión del corazón humano, en realidad ya estaba abrazando la Espiritualidad del Corazón.  Es verdad que muchos católicos de aquel tiempo, inclusive muchos sacerdotes y obispos de Francia y hasta el mismo Papa, tenían las mismas ideas, pero lo característico del Padre Chevalier fue, que él dedicó toda su vida y todos sus esfuerzos a la realización de esta visión.

Sin tomar conciencia, el Padre Chevalier empezaba a librarse él mismo del camino exclusivamente jerárquico del pensar y a abrazar una visión más carismática de la vida religiosa.  Probablemente esto se debía también al desarrollo de su imagen de Dios.  Por lo menos en “El Sagrado Corazón”, Chevalier ya no se imaginaba a Dios en la cumbre de la escala jerárquica.  Escribe:

“Dios no crea desde una distancia, enviándonos la existencia como el sol manda sus rayos.  Él está en nosotros, en nuestra intimidad más profunda, más presente a nosotros como lo somos nosotros mismos” 23  Y él llama a Dios “ el océano que abraza todas las cosas 24

Según esto, Chevalier no se fijaba solamente en las actitudes negativas del corazón humano sino también en sus capacidades positivas.  Al vivir este proceso espiritual iba creciente poco a poco hacia una visión más carismática, donde se ve al pueblo de Dios creciendo desde adentro del corazón humano.  De acuerdo al Vaticano II:

“ la condición de este pueblo es la de la dignidad y de la libertad de los hijos de Dios, en cuyos corazones habita el Espíritu Santo como en un templo.  Su ley es el nuevo mandamiento de amor, como Cristo nos amó “ (cf. Juan 13,34)” 25

Antes de discutir su carácter jerárquico el Concilio Vaticano describió a la Iglesia como “El pueblo de Dios”, enriquecido con virtudes y dones del corazón (carisma) 26.  Al hacerlo el Concilio puso de cabeza el antiguo modelo de Iglesia.  La visión de Chevalier sin duda estaba todavía lejos de este cambio radical.  Sin embargo, al subrayar el papel importante del corazón humano, se unió a los movimientos carismáticos ratificando la renovación de la Iglesia, sin tomar conciencia de todas las implicaciones.

 

  1. Del “no hay salvación fuera de la Iglesia “ hacia “la Iglesia, Sacramento Universal de Salvación”  (LG 48; GS 45)

El Padre Chevalier tenía una fe clara en el amor de Dios para con todo ser humano.  Sin embargo, de acuerdo a las enseñanzas tradicionales, él también creía, por lo menos en los primeros años de su vida sacerdotal, que la gente, que moriría sin una unión manifiesta con la Iglesia Católica Romana, no se salvaría.  Este asunto apareció muchas veces en sus sermones y conferencias cuando era aún un sacerdote joven.  En aquel tiempo él solamente repetía la enseñanza oficial de la Iglesia, tal como se le había enseñando en el Seminario de Bourges y como había sido formulado en la Declaración del Consejo General de Florencia-Ferrara (1442). Este Consejo había declarado oficialmente:

“La Santa Iglesia de Roma cree como seguro, que nadie fuera de la Iglesia Católica – ni los paganos ni los judíos, herejes y cismáticos – pueden tomar parte en la vida eterna.  Ellos van a ir al fuego eterno del infierno preparado para el diablo y sus ángeles  (Mat. 25,41)no sea que permiten ser recibidos en la Iglesia antes del fin de su vida” 27

También durante el tiempo del Padre Chevalier los Sumos Pontífices enseñaban este dogma, muy conocido como “extra ecclesiam nulla salus” (“no hay salvación fuera de la Iglesia”) 28   El Concilio de Trento añadió todavía que: aunque las personas ofrecieran sus bienes para ayudar a los pobres, o se sacrificaran a sí mismas por la causa de Cristo, no se salvarán al morir fuera de la unión con la Iglesia Católica Romana, claramente manifestada..  Por eso, no es de sorprender, que como sacerdote joven, el Padre Chevalier recordaba a sus parroquianos, que no se deberían asombrar si más tarde en el cielo no encontrarían a algunos de sus seres queridos difuntos, en caso de que estos últimos, durante su vida terrenal, no habrían observado las obligaciones de la Pascua, aunque viviendo una vida buena. 29

Por otro lado está claro que Chevalier tenía sus problemas con esta doctrina sin misericordia de la Iglesia Medieval.  Más tarde en su libro “El Sagrado Corazón” 30 presenta una imagen totalmente diferente.  Allí insiste, que este dogma debería ser comprendido en un sentido amplio.  Escribe:

“Conozco el dicho “No hay salvación fuera de la Iglesia”.  Pero esta afirmación incuestionable debe ser entendida como dirigida al alma de la Iglesia.  Todos aquellos pertenecen al alma de la Iglesia quienes, habiendo recibido el bautismo, cumplen de buena fe lo que creen que deben hacer y, en caso de no haberlo hecho, se arrepientan de ello” 31

Y él cita al Papa Pío XII, quien, mientras incluye a personas no bautizadas en la Iglesia católica, afirma: “A Dios no le agrada si nos atrevemos a ponerle límites a su misericordia y si queremos escudriñar los designios incomprensibles del Señor” 32  Y también muestra su acuerdo con el Padre Faber  33 quien en este contexto escribió:

“Es bueno pensar en la obra maravillosa con que Dios en cada momento rodea el alma de cada persona que ha creado aquí en la tierra....La biografía de cada uno es una historia maravillosa de la bondad de Dios “ 34

Es interesante que el Padre Chevalier consideraba esta visión amplia como un fruto de la devoción al Sagrado Corazón de Jesús.  Él cita por ejemplo las palabras siguientes de algún obispo:

“En realidad hay cristianos que razonan y se comportan como si fueran felices al ver que tan pocas personas se salvan; ellos experimentan una indignación pura cuando se les habla de la misericordia inmensa de Dios “,

y a esto Chevalier añadió su comentario:

“Esperamos que esta manera de pensar va a cambiar bajo la influencia de la devoción al Sagrado Corazón y desaparecer como nubes delante del viento.” 35

La esperanza de Chevalier se ha hecho realidad.  El Vaticano II ha cambiado totalmente esta doctrina lóbrega del Concilio de Trento al afirmar:

“ Aquellos que todavía no han recibido la Buena Nueva están relacionados con el pueblo de Dios de diferentes maneras, (entonces se menciona explícitamente a los judíos, musulmanes, otros creyentes y a los no-creyentes ). “Aquellos que, debido a ninguna falta personal, no conocen el Evangelio de Cristo o su Iglesia, pero sin embargo buscan a Dios con un corazón sincero, y movidos por la gracia, buscan en sus acciones cumplir su voluntad, tal como la perciben en su conciencia – aquellos también pueden alcanzar la vida eterna” 36

Si el Padre Chevalier hubiera leído esta declaración del Concilio sin duda habría sentido una gran alegría y un alivio, porque su doctrina refleja totalmente su convicción, la cual había crecido lentamente en su corazón como un fruto de su fe en el amor sin límites de Dios, revelado en el Corazón humano de Jesús.  Ya que él dice:  “el Corazón de Jesús es la misericordia encarnada”. 37

 

3.      Desde un Jesús que aplaca la ira del Padre, a un Jesús que manifiesta el amor del Padre.

Otra teoría todavía prevaleciente en el tiempo del Padre Chevalier era la “Teoría de la Satisfacción y Reparación” de San Anselmo, quien, viviendo en el siglo XI, trataba de reelaborar la manera de comprender la Encarnación.  Como una respuesta a la pregunta “Cur Deus Homo”? (¿Porqué tenía Dios que hacerse Hombre? 1098)  Anselmo desarrolló la teoría en el contexto cultural feudal del Absoluto.  Él escribió, “el pecado es una ofensa al honor de Dios, y como el honor de Dios es infinito, solamente un Dios-Hombre puede restaurar este honor al aceptar las implicaciones de nuestro pecado”.  Anselmo puso el énfasis en la relación del amor obediente de Jesús para con su Padre.  Otros teólogos después de él, sin embargo, subrayaron que el Padre, grandemente ofendido, exigía que la humanidad debía ofrecer reparación por sus ofensas – reparación que solamente un Dios-Hombre sería capaz de ofrecerle por los pecados de la humanidad, pasando por el terrible castigo de la cruz.

Encontramos esta “Teoría de la Reparación” en su forma extrema en los sermones y conferencias del joven Padre Chevalier, 38 y también en sus “Meditaciones”, publicadas en 1892 39.  En sus sermones describía con dramatización retórica como en el Huerto de los Olivos y en la cruz, Jesús estaba metido en una batalla con el Padre, quien, en su ira, estaba por destruir a la humanidad, hasta que Jesús se ofrecía a sí mismo para sufrir el castigo y así aliviar los ultrajes hechos a su Padre del Cielo.

Está claro que tal descripción crea un abismo entre Jesús y su Padre.  Jesús deja hablar a su corazón compasivo contra el Padre, quien quiere destruir a la humanidad.  El Padre desea el Juicio Final, mientras Jesús implora el perdón.  Es tanto más remarcable que en “El Sagrado Corazón” el Padre Chevalier describe una unión total entre el Corazón Divino del Padre y el Corazón humano de Jesús.  El Corazón de Jesús es el “sacramento viviente” del amor de Dios 40.  “El Corazón de Jesús es el Corazón de Dios.” El amor infinito de Dios está contenido en el Corazón humano de Jesús.41

Cuando en el mismo libro sobre el Sagrado Corazón, Chevalier trata la teoría de la “Reparación” no habla nunca de la ira de Dios que debe ser aplicada.  Al contrario, comienza citando una tradición mística que ya no habla más de la cólera de Dios, sino del Dios Amoroso, cuyo amor no es aceptado, de “un amor no amado”. 42  La reparación se debería ofrecer a un Dios que ha sido entristecido por la ingratitud de la humanidad.  Jesús desea que todos se unan a él en la obra de la reparación, por medio de la adoración, del amor y de la imitación 43. 

Tales teorías de satisfacción y de reparación son claramente un fruto de un esquema feudal de pensar.  Una de las grandes diferencias entre el espíritu de la Edad del Feudalismo, como fue heredado por el Padre Chevalier, y el espíritu de los tiempos modernos consiste en que, en tiempos anteriores las relaciones entre la gente eran necesariamente consideradas desde el punto de vista jerárquico y jurídico.  Una persona de menor rango siempre estaba obligada a demostrar sumisión y pagar homenaje a personas en puestos más altos y la persona en posición superior tenía el derecho por nacimiento de recibir respeto.  Hoy en día, el mayor paradigma de relaciones es aquella entre iguales, quienes todos tienen los mismos derechos.

El cambio de este paradigma ejerce su influencia también sobre nuestra manera de mirar nuestras relaciones con Dios y Jesucristo.  Nos gusta subrayar que hemos sido creados a imagen de Dios y tendemos a mirar a Jesús sobre todo como a un Hermano quien nos redimió, viviendo en solidaridad con la humanidad hasta la muerte.  Ya no hablamos más de la redención en términos de reparación de las deudas o de la satisfacción de las ofensas, sino en términos de perdón por medio de la solidaridad, confortando y fortaleciendo a los demás.  Jesús, el Hijo de Dios Encarnado, entró en solidaridad con sus hermanos y hermanas y es el Señor Resucitado, y esto señala el proceso de establecer la nueva humanidad y creando un mundo nuevo, por medio del Espíritu. 

Esto, sin duda, está en sintonía con la visión del Padre Chevalier, quien ve surgiendo una nueva humanidad del Corazón Traspasado de Jesús.

“Del Corazón del Verbo Encarnado, traspasado en el Calvario, veo surgir un mundo nuevo, el mundo de los elegidos.  Y esta creación tan fructífera, llena de grandeza e inspirada en el amor y la misericordia, es la Iglesia, el Cuerpo Místico de Cristo, que hace presente esta creación nueva en el mundo hasta el final de los tiempos.  44

Parece como si los Padres del Concilio Vaticano II hubieron recordado las palabras del Padre Chevalier cuando escribieron:

“Fue del Costado de Cristo, al dormir el sueño de la muerte sobre la cruz, que brota “ el sacramento maravilloso de toda la Iglesia “  45

Al señalar el Corazón Traspasado de Cristo como el lugar de nacimiento de la nueva humanidad, presente sacramentalmente en la Iglesia, el Padre Chevalier indica que él ve la Redención como el fruto del Corazón misericordioso de Cristo.  En el momento cuando fue traspasado el Corazón de Cristo, él no cerró su corazón a los seres humanos, sino lo abrió para poder abrazar a toda la humanidad.  Solamente un Corazón lleno de misericordia es capaz de hacerlo.  Alrededor de 1891 escribió el Padre Chevalier:

“El Corazón de Jesús es esencialmente misericordia, porque es el Corazón de Dios, quien por naturaleza es misericordioso.  Su tarea en el mundo no era la de condenar sino perdonar, no de menospreciar a aquellos que sufren sino de confortarlos, no apagar la mecha que aún humea, no romper la caña quebrada sino de fortalecerla.

Una vez más vemos como el Padre Chevalier era capaz, gracias a su firmeza en seguir el camino del Corazón, de revisar su visión teológica tradicional y de hacer de su nueva visión una parte integral de su fe incondicional en el amor de Dios revelado en “el Corazón de la Palabra Encarnada”. 47

 

________________________________________

Notas

[1] Para referencias ver el final de la segunda parte del “Desarrollo de la Espiritualidad de Julio Chevalier”

2 Le Sacré Coeur de Jésus, p. 3: "Dieu est charité, Deus Caritas est, ou, si vous le préferéz, Dieu est tout amour; c'est l'amour même, l'amour par essence."

3 Le Sacré Coeur, p. 61-67.

4 Le Sacré Coeur, p. 237-242.

5 Se debería hacer estudios posteriores en este campo, no he podido consultar todos los escritos de Chevalier.

6 Antes de que surgieran las monarquías constitucionales, también la autoridad de los reyes era considerada como proveniente directamente de Dios.  Los reyes tenían poder absoluto sobre sus súbditos.  De aquí las luchas continuas por el poder entre los reyes y los Pontífices en Europa y en Francia, la tensión entre los Gallicanistas, que apoyaban el poder soberano de los reyes sobre la Iglesia de Francia y los Ultramontanistas, que favorecían el poder absoluto del Papa.  En el siglo XIX el clero menor tenía que defenderse a sí mismo contra la manera de poder abusivo de como algunos obispos gobernaban su diócesis. Por eso, por razones prácticas ellos por lo general pertenecían a los ultramontanistas. (Austin Cough, p. 12-16). Para el Padre Chevalier habrá todavía otra razón para pertenecer a los ultramontanistas, es decir, su amor por la Iglesia universal. Representada por el Papa y debido a su espíritu misionero.  Ver también Jean Tostain MSC, "Padre Chevalier y su tiempo”.

7 Le Sacré Coeur, p. 230 (Transl. HK). En lo referente a la separación de la Iglesia y el Estado León XIII en su Encíclica "Libertas" de 1888 rechaza la manera de cómo se había manejado por varios Papas antes de él.  En su Encíclica "Au Millieu des Sollicitudes" de 1892, enseñando a los católicos franceses de aceptar la autoridad legítima del Gobierno Republicano, de una manera abierta pero con espíritu crítico, el mismo Papa afirma que la separación dela Iglesia y del Estado es reprehensible, sin embargo puede ser tolerada en algunos casos, pero debería ser promovido por los católicos franceses. Ver sin embargo Vaticano II (Gaudium et Spes n. 76) y el catecismo de la Iglesia Católica 2245-2246 para una manera más diferenciada de tratarlo

8 F.i. Leo XII in 1824 and 1825. See Menozzi, a.c. p. 92.

9  En círculos católicos del siglo 19 era bastante común considerar la Revolución Francesa como un resultado de una conspiración entre los protestantes y algunos filósofos llamados “filósofos de la perversión”, quienes, como se dijo, querían destruir el poder de la Iglesia Católica Romana en Europa y hasta en el mundo  (Menozzi, a.c. p.86. Jonas p. 111-112; 147-148). Sin embargo, otros  "afirmaban que la Revolución revelaba (y no causaba) un relajamiento en la fe, una disminución de la fe que ya se había demostrado antes de la Revolución " Jonas p. 124; ver también Jean Delumeau, Le Catholicisme esp. Ch. V "Déchristianisation?").

10  Aunque no se realizaba una cruzada, los oficiales y los soldados del Vendée, que luchaban contra los revolucionarios, usaban el signo del Sagrado Corazón como una insignia sobre sus uniformes.. (Jonas p. 104-109; 122-124, 236-237). El mismo signo fue usado también por los Zouaves, quienes después de 1860 buscaban defender el Estado Pontificio  (Jonas p. 159-161). 

11 Le Sacré Coeur, p. 245ff.

12  Ver la carta de 1876 "Au Général de C XE \f "nomi" "Charette" harrette", en la cual el Padre Chevalier invita al General ( XE \f "nomi" "Charette"  a Lieutenant-Coronal de la armada francesa de Zouave, quien apoyó al Papa en defender el Estado Pontificio ) de visitar Issoudun durante el peregrinaje para poder discutir la formación de su Asociación,.  Ver también la carta de Chevalier "A monsieur N. de l’association des Croisés du Sacré-Cœur." (1876) donde usa la palabra "milice" ("milicia"); también en el documento "Projet des Chevaliers du Sacré-Cœur" of 1884 donde describe esta asosiación como un movimiento contra los Masones con su propio "Gran-Maestro” otro documento titulado "Projet de la Chevalerie du Sacré-Cœur" of 1884, que contiene los estatutos de la Pia union  Des Chevaliers du Sacré-Cœur, canónicamente erigido en Issoudun", en el cual se afirma que los miembros debían prometer su fidelidad a Jesucristo y al Papa defendiéndolos "jusqu’à l’effusion de mon sang, si c’est nécessaire", ("estar pronto, si fuese necesario hasta derramar mi sangre ") y usar el signo del Sagrado Corazón como un insignia en su uniforme  En varias cartas este proyecto se menciona de nuevo. "Au père  XE \f "nomi" "Jouët Victor" Jouët Victor, msc, à Rome", in 1884, 1886 and 1887 and "Au père  XE \f "nomi" “Vaudon” Vaudon Jean, msc, à Toulouse"

13  See a letter of 1887 "Au père  XE \f "nomi" “Vaudon” Vaudon Jean, msc, à Toulouse".

14 Menozzi, a.c. p. 88.

15 Chevalier cita palabras de Jesús a Margarita Maria en "Sur le Sacre-Cœur" (MR 11: 6, p. 362). (Transl. H.K.)

16  Idem, p. 303-305).

17 Le Sacré Coeur", p. 238-239

18 Sur la Confession: ses Bienfaits" (MR 68, p. 164). (Transl. H.K.)

19 Iglesia en el mundo moderno , n. 25b.

20 Sur la Confession: ses Bienfaits" (MR 68, p.164). (Transl. H.K.)

21 An expression of Cardinal Pie, quoted in Le Sacré Cœur,p.132 (DR. June 30).

22 Combattre L’egoisme et L’indifference (MR 68, p. 74). (Transl. H.K.). See also: Sur L’egoisme et L’indifference, (MR 68, p. 79). Notes Intimes, p. 109.

23  Una vision inspirada claramente en San Agustín  Le Sacré Coeur, p. 281 (DR. August 6).

24 Le Sacré Coeur p. 330 footnote 4.

25 The Church, n.  9b.

26 The Church, n.  12b.

27 Denzinger Sch. N. 1351. Para una explicación más abierta de este dogma ver Vaticano II, la Iglesia Nr. 14; 15; 16 y el Catecismo de la Iglesia Católica Romana  n. 846-847.

28 Gregory XVI in 1834, Pius IX in 1863 y aparece de Nuevo en 1867 en un texto preparatorio del  Vaticano Primero

29 Por ejemplo en "Zèle pour le Salut des Ames (MR 68, p. 127), una conferencia entregada a un hombre de Issoudun probablemente en el año 1859.

30 por lo menos en su cuarta edición  de 1900.

31 Le Sacré Coeur, p. 299 (DR October 31)

32 idem.

33 Fréderic-William Faber, an English Oratorian (1814-1863), cuyos escritos (en traducción francés) eran muy populares en Francia y debían ser una fuente de inspiración de Mgr. Gay, llamado por el Padre Chevalier uno de los teólogos más profundos del siglo (Le Sacré-Coeur, p. 147). 

34 Le Sacré Coeur, p. 299f (DR October 31; November 1)

35 Le Sacré Coeur, p. 300f. (DR, November 3)

36 The Church, n. 16a. ver también  "La Iglesia en el mundo moderno", n. 22e.

37 Le Sacré Coeur, p. 399f. (DR, November 1)

38  Sur le Sacre-Cœur de Jesus, (MR 47, p. 35). Sur la Passion de N.S.J.C. (MR 68, p. 183). Sur les Richesses du Cœur de Jesus, (MR 50, p. 212). Sur la Reparation (MR 13, p.198). Sur l’Amour du Cœur de Jésus pour l’Homme, MR 50, p. 237.

39 Méditations I, p. 438; 463

40 Le Sacré Coeur, p. 277 (DR. August 2).

41 Le Sacré Coeur, p. 146f (DR. July 7).

42 Le Sacré Coeur, p. 216f.

43  Le Sacré Coeur, p. 222f

44 Le Sacré Coeur, p. 145-146 (DR. July 6).

45    La Constitución de la Sagrado Liturgia n. 3 que cita una oración del Misal Romano de antes de la restauración, que expresa una visión que muchas veces se encuentra en los escritos de los Padres de la Iglesia.

46    [1] Méditations II, p. 641f (DR. Febr. 26)

47.Una expresión usada por el Padre Chevalier en el Directorio General de 1897 y en las Constituciones de los MSC en1907.