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ESPIRITUALIDAD DEL SAGRADO CORAZÓN DE JESÚS EN AMERICA LATINA

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Leila Aranda Pretel MSC
(descarga conferencias)

 

Introducción:

En la presentación de esta reflexión acerca de la Espiritualidad del Sagrado Corazón en América Latina, me sirvo de mi experiencia personal en el Perú, del compartir con algunas Hermanas MSC quienes se encuentran de Misión en otros países y de la búsqueda de información referente a la vivencia de la devoción y de la Espiritualidad del Sagrado Corazón en nuestro Continente. Esta Espiritualidad se ha desarrollado en América Latina gracias al aporte de Congregaciones  religiosas que ayudaron a la comprensión y extensión de la misma.  Me refiero a la vivencia de la Espiritualidad del Sagrado Corazón, a  algunos apostolados  y desafíos  que nos plantea la realidad actual en este Continente y nuestro compromiso frente a ello.  Al final añado una parte del Mensaje Final de la V Conferencia Episcopal Latinoamericana y del Caribe.

Me parece oportuno iniciar con un párrafo del Papa Benedicto XVI acerca de la Espiritualidad del Corazón. Siento, que vivir la Espiritualidad del Corazón es una experiencia gratuita a la que todos los cristianos estamos invitados, al encuentro con un Dios cercano, amoroso y tierno Dios Humano –Divino nos invita a vivir y compartir esta experiencia con todas las personas.  El Papa Benedicto XVI nos dice: “El costado traspasado del redentor es fuente a la que hay que acudir para alcanzar el conocimiento verdadero de Jesucristo y compartir y comprender, que significa conocer en Jesucristo el amor de Dios, experimentarlo, teniendo la mirada fija en Él, hasta vivir completamente de la experiencia de su amor para poder testimoniarlo a los demás” (Carta por 50 aniversario de Encíclica Haurietis Aquas de Pío XII)

 

América Latina

Los pueblos del Continente Latinoamericano presentan un conjunto de características culturales, étnicas, políticos, sociales, económicos y religiosos similares con una historia común.  Entre las características más relevantes de su población encontramos: su alegría, hospitalidad, acogida,  solidaridad, sentido contemplativo, baja autoestima y otros.  Los pueblos han experimentado, en muchos momentos de su historia, guerras y violencias internas y externas que nos han llevado a vivir cambios trascendentales.  El Continente posee muchas riquezas naturales.

La pobreza es una de las características más resaltantes con un gran porcentaje de la Población que vive en una situación de extrema necesidad, lo cual es la causa de los muchos problemas que presenta el pueblo Latinoamericano.  “Así aparece palpable en América Latina la pobreza como sello que marca a las inmensas mayorías, los cuales al mismo tiempo están abiertas no solo a las Bienaventuranzas y a la predicación del Padre sino a la posibilidad de ser los verdaderos protagonistas de su propio desarrollo” (Puebla: 11,29)

Vida Cristiana: La mayoría de la población Latinoamericana esta bautizada en la Iglesia Católica, de ellos solo el 10% de bautizados son practicantes, el 15% se ha mudado a una iglesia o movimiento protestante.  Se han ubicado algunas causas de esta deserción como la desatención por parte de la Iglesia debido a la escasez de sacerdotes, crisis en vocaciones, falta de formación en la fe etc.  Una causa de la disminución del catolicismo hay que buscarla en el deseo de buscar la superación inmediata de la pobreza. (otras confesiones tienen programas de asistencia social sólo para sus seguidores

Dentro de la mayoría de los Católicos en América Latina se destaca su amor y su veneración a la Virgen Maria, sobre todo entre las personas más sencillas.  El rezo del rosario es muy difundido y esta devoción se refleja en la vivencia de la religiosidad popular en celebraciones a la Virgen.  Solo en grupos menores encontramos otras celebraciones religiosas y entre ellas la devoción al Sagrado Corazón de Jesús.

Población: El mayor  porcentaje es una Población Joven (no así en Argentina y Uruguay).  En nuestros tiempos los niños y jóvenes sufren la consecuencia de las diferencias económicas y sociales, que les impone una calidad de vida deficiente, que no les permite un desarrollo humano integral, y que se traduce en horizontes sin esperanza para el futuro.

Continente de Esperanza: Sin embargo “los pobres y los jóvenes, constituyen, pues la riqueza y la esperanza de la iglesia en América Latina y su evangelización; es por tanto prioritaria”. (Puebla 11,32)  Esta realidad nos presenta desafíos que atender, sobre todo asumiendo con  radicalidad la opción por los pobres y marginados.

 

Devoción al Sagrado Corazón de Jesús

El Papa Juan Pablo II (Junio 1994) en la fiesta litúrgica del Sagrado Corazón de Jesús decía: “Es importante que en los fieles siga viva la sensibilidad ante el mensaje que ella brota.  En el Corazón de Cristo el amor de Dios salió al encuentro de la humanidad entera.  La Devoción al corazón de Jesús ofrece una propuesta auténtica y de armoniosa plenitud en la perspectiva de la esperanza que no defrauda.  El hombre del 2000 tiene la necesidad del Corazón de Cristo para conocer a Dios, conocerse así mismo.  Tiene necesidad de Él para construir la civilización del amor.”

La Devoción al Sagrado Corazón de Jesús está presente en América desde el Siglo XVIII.  Los principales propagadores de esta devoción son los Padres (Sacerdotes) de la Compañía de Jesús; pero no se encuentran mayores indicios hasta el Siglo XIX, cuando se encuentra la devoción del Sagrado Corazón en Chile, traída por una Congregación de origen Francés, en el Brasil por influencia Italiana.  Las manifestaciones que se encuentran son vivencias desde la Religiosidad popular a través de celebraciones, fiestas, presencia de imágenes, rezos etc.  Tales experiencias son introducidas por Congregaciones Religiosas desde Europa.

En mi experiencia personal, que es también la de muchas personas, familias y grupos de la Iglesia, hemos conocido y venerado al Corazón de Jesús, desde muy temprana edad, con respeto y fe muy profunda, sobre todo, en el mes dedicado a Él y en el día de su fiesta, hasta  hoy día, en  muchas ciudades del Perú, se adorna las calles con estandartes del Corazón de Jesús.  Debo afirmar que esta festividad es una de las expresiones de la religiosidad popular aunque no la más importante de los pueblos de América Latina, donde ocupan un lugar preferencial la celebración de la  Semana Santa, la fiesta de la Cruz y del  Señor de la Misericordia, de la Virgen y de los Santos Patrones de los pueblos. 

En cuanto a la celebración del Corazón de Jesús se realizan Novenas y Procesiones, Eucaristías en el día de la fiesta, entronizaciones del Corazón de Jesús en los hogares.  En los lugares donde están las Congregaciones y Laicos que viven la Espiritualidad, estas celebraciones se promueven con mayor profundidad.  En mi experiencia como MSC en los lugares donde estamos, en Instituciones Educativos, de Salud y en Parroquias, compartimos con las personas esta fiesta, promoviendo el conocimiento del Corazón de Jesús, desde el encuentro con el Corazón Traspasado de Jesús. “Jesús nos muestra su Corazón Traspasado y nos recuerda que también nosotros por la fe “ Sacamos agua con gozo de las fuentes de la Salvación” (Is12, 3) (Experiencia de Jesús P. Plinio, MSC.)

 

ESPIRITUALIDAD DEL SAGRADO CORAZÓN

Conocemos el cambio que se ha hecho desde la práctica devocional a la de vivir la Espiritualidad como Vida según el Espíritu;  La Espiritualidad del Sagrado Corazón de Jesús, es la espiritualidad que abarca todas las dimensiones de la persona, que la penetra y transforma toda su vida.  El Señor nos sigue llamando e invitando a la conversión, nos revela su amor, transformándonos para asumir nuestra misión tal como lo hizo el Padre Julio Chevalier y a los que hemos recibido su herencia espiritual, sea como religiosos, religiosas o laicos, también en este Continente Latinoamericano.

Respecto  a la Cristología Latinoamericana recojo parte de un artículo escrito por Raúl Pariamachi (Revista ISET Nº 11 2006) “ El encuentro de Jesucristo en América Latina “ 

“La Cristología Latinoamericana pone el acento en el Jesús Histórico, no tanto como objeto de investigación cuanto  como  criterio de seguimiento”.  El documento de participación de la V Conferencia Latinoamericana y del Caribe señala que el encuentro con Jesucristo es la raíz, la fuente y el fundamento del discípulo y de la Misión ( cf, Nr. 39); por este encuentro con Jesucristo los seres humanos sabemos quienes somos de donde venimos y hacia donde vamos”.

Esta experiencia de encuentro con Jesucristo debe ser trascendental, que lo abarca todo ( factores cognitivos, emocionales, volutivo) de la persona y de la realidad social, religiosa que lo rodea. La Cristología Latinoamericana parte de Jesucristo Histórico para llegar al Cristo de la fe, el autor presenta tres imágenes de Jesucristo, del Jesucristo histórico crucificado y liberador.

“En definitiva el encuentro con Jesucristo vivo, en América Latina supone en asumir la opción por los pobres como una oportunidad privilegiada para lograr la síntesis vital del amor a Dios y el amor al prójimo” ( Benedicto XVI CS Dios es amor N15.

La experiencia de pobreza, exclusión y muerte que vivimos, nos lleva a mirar a Cristo desde la fe, al Cristo sufriente en la cruz que expresa el amor infinito de Dios hacia nosotros los seres humanos, la donación incondicional de Jesucristo y que nos hace preguntarnos ¿quienes y en donde están los crucificados hoy?.  Al confesar a Jesús como verdadero Dios y verdadero hombre asumimos la consecuencia por la justicia y libertad de todas las personas especialmente de los más pobres.  “Hacemos nuestro, el clamor de los pobres.  Asumimos con renovado ardor la opción evangélica preferencial por los pobres en continuidad con Medellín y Puebla”... (SD 296)

En todo este contexto real del pueblo Latinoamericano encontramos a personas con mucha necesidad de volcar todo su ímpetu y deseo de relacionarse con Dios; con una búsqueda incansable de Él, para poder entender y asimilar su realidad de marginación, dependencia, injusticia, exclusión, tal como lo experimentan en al vida diaria.  Este esfuerzo se inspira en la Espiritualidad del Sagrado Corazón que revela la preocupación de Dios por el bien  de la humanidad.

Sin duda estos textos de afirmaciones se fundamentan en la “ Teología de la Liberación”, que ha tenido una influencia innegable en la vida de las personas comprometidas en la renovación integral de cada ser humano, lo cual es una dimensión especial dentro de la Nueva Evangelización. 

En el plano teológico-espiritual se encuentra expresiones que se complementan en la visión de la Espiritualidad del Sagrado Corazón.  En el misterio de la Encarnación del Hijo de Dios en nuestra condición humana débil y frágil, descubrimos al ‘Dios con nosotros’, que está en medio de su pueblo para que el ser humano tenga un punto de encuentro en el Corazón de Cristo. Jesús vino como el Ungido del Espíritu Santo para enseñarnos a vivir según la voluntad de Dios y nos reveló su amor, su misericordia y compasión para acoger y solidarizarnos con las personas que sufren.  Esto debe llevarnos a la apertura frente a la realidad, a la sensibilidad histórica que exige un compromiso concreto en promover la vida integral en una sociedad justa y fraterna.

En estos tiempos participamos en el esfuerzo de profundización y vivencia encarnada de la Espiritualidad del Sagrado Corazón.  En este sentido, las comunidades religiosas y los laicos msc a nivel de América Latina, siguen teniendo un compartir profundo y enriquecedor y han asumido compromisos concretos en sus lugares de presencia.  .

 

LA ESPIRITUALIDAD DEL SAGRADO CORAZON EN SU DIMENSION PROFETICA

Profecía y Martirio

El momento histórico por el que pasa nuestro pueblo y nuestra Iglesia del Perú plantea, sin duda, desplazamientos proféticos para la vida consagrada. En efecto, se trata hoy de dejarnos llamar personalmente y comunitariamente por los “signos de los tiempos”, convencidos que la situación crítica por la que atravesamos es una “palabra” de parte de Dios para nuestra vida religiosa.  Hay en esta situación particular como una nueva “vocación”, o una renovación de nuestro llamado que hay que acoger.  Para discernir este llamado, es necesaria una actitud contemplativa, una mirada espiritual sobre nuestra historia para escudriñar desde la Salvación es decir con esperanza, y desde la Compasión, entrando en profunda comunión con sus angustias y dolores.

(cf. Simón Pedro, OSB. Confer. Perú )

 

La denuncia profética de la Iglesia y sus compromisos concretos en el pobre le han traído, en no pocos casos, persecuciones y vejaciones de diversa índole; los mismos pobres han sido las primeras victimas de dichas vejaciones.”  (Puebla 1138)

La dimensión profética es inherente a la Espiritualidad del Sagrado Corazón.  Son muy conocidos las declaraciones de las Conferencias Episcopales de Medellín y Puebla, marcadas por un impulso profético audaz, que ha llevado a un testimonio de Fe, arraigada en la visión de la realidad, contemplada desde el Corazón Compasivo de Cristo.  Esta característica de la Iglesia en América Latina ha llevado a muchas personas a arriesgar y entregar su vida en una dedicación total y un servicio a los marginados, que para muchas personas han culminado en el martirio.

En este contexto, la Espiritualidad del Sagrado Corazón ha significado una profunda inspiración, desde la contemplación activa y compasiva y ha llevado a muchos miembros de nuestras Congregaciones y a Laicos, a asumir una actitud crítica frente a la realidad socio- cultural-política y religiosa de los pueblos, sobre todo de los marginados, con el consiguiente compromiso de compartir “las angustias, los sufrimientos y los anhelos profundos” de esta gran mayoría del pueblo.  Esta toma de conciencia nos lleva a asumir “nuevas” formas de misión por medio de la inserción” en medio del pueblo marginado.

Podemos constatar que miembros de las Congregaciones de las/os Misioneras/os del Sagrado Corazón, se han desplazado a lugares de la periferia para apoyar el desarrollo de los pueblos, lo cual implicaba una concientización, una denuncia valiente de los abusos y los atropellos contra los Derechos Humanos y asumir formas concretas de apoyo y de lucha contra estos males. Estos compromisos incluían sin duda el esfuerzo de cambiar las estructuras injustas.

Esta opción profética ha tenido gran influencia en la vida socio-económica y política de nuestros pueblos, gracias a un compromiso cristiano orientado hacia la transformación estructural de la situación de pobreza e injusticia.  Basta recordar a los mártires MSC de Guatemala y a otros, que de una manera menos “dramática” han arriesgado su vida, permaneciendo al lado de los perseguidos y explotados.  También vale mencionar la fidelidad de muchos hermanos y hermanas en situaciones de violencia, como por ejemplo en el Perú en el tiempo del “Sendero Luminoso”, del terrorismo en Colombia, las denuncias valientes de miembros de la Familia Chevalier en Guatemala, El Salvador, en el Brasil etc.  Esto y otros compromisos son un testimonio evidente del contagio del fuego ardiente del Corazón compasivo y misericordioso de Jesús, que busca rescatar al ser humano, hasta en situaciones de opresión y explotación, para ofrecerles la oportunidad de una vida digna y un desarrollo integral.

Algunos de estos compromisos de parte de miembros de la Familia Chevalier continúan hasta el día de hoy.  Pero es evidente que esta fuerza profética en general ha disminuido considerablemente en los últimos años.  Una de las razones principales está en el cambio de las autoridades eclesiales, obispos y otras personas de gran influencia, que han manifestado e “impuesto” muchas restricciones frente a las tendencias “liberadoras” de la vida cristiana.  Debemos constatar que esto ha causado gran confusión en el pueblo sencillo y ha obligado prácticamente a comunidades de  Religiosos y Religiosas y a ciertos grupos comprometidos, a restringir sus acciones y con ello su testimonio profético, para pasar a un nivel menos “publico” y llamativo, más al interior de la Iglesia, a un ambiente más reducido ó adaptados a sistemas y formas “tradicionales”.

Esta afirmación vale sobre todo en la Iglesia del Perú, con la fuerte y aún creciente presencia del Opus Dei, del Sodalicio y otros movimientos Laicales dentro de la Iglesia, que viven y muchas veces “imponen” una “línea” pre-conciliar y hasta opuesto a las orientaciones del Vaticano II y de las Conferencias Episcopales  Latinoamericano de Medellín y Puebla.

 

ESPIRITUALIDAD DEL SAGRADO CORAZÓN Y OPCIÓN PREFERENCIAL POR LOS POBRES

Jesús nos da conocer al Dios-amor, nos revela claramente los deseos profundos de su padre, de su preocupación constante por cada una de sus criaturas.  Él da testimonio de esta verdad compartiendo y preocupándose por todas las personas, muy en especial por los que sufren las consecuencias de la injusticia, del poder de la violencia y de las relaciones rotas; Jesús les manifiesta su amor compartiendo con ellos sus sentimientos, sus deseos profundos, su solidaridad se inserta en su mundo, se identifica con pobres, marginados y excluidos; les hace descubrir su dignidad, el sentido mismo de su existencia, no usa la violencia más bien les señala como poder ser los protagonista de su propio desarrollo, él nos muestra a todos nosotros el camino de nuestra misión, de la evangelización y el acompañamiento a las personas desde la realidad en que ellos se encuentran, que nos debe llevar a insertarnos en los lugares donde nos encontramos y ser sus seguidores.  “La Evangelización de los pobres, fue para Jesús uno de los signos Mesiánicos y será también para nosotros signos de autenticidad evangélica” (Puebla.1130).

En nuestra Iglesia de América Latina se sigue usando la frase “opción preferencial por los pobres” pero esta ha perdido su fuerza original y se van debilitando las opciones, perdiendo mucho de la radicalidad de que habla Medellín. Se observa en la iglesia, un “espiritualismo” y clericalización que lleva a forma de atención a los pobres y el compromiso social.  Esto hace que la dedicación a  los marginados se reduce muchas veces al asistencialismo, a dar soluciones puntuales, pero que no atacan las causas de los males presentes en la sociedad.  Por lo tanto no se logra  los cambios socio económicos y políticos, ni el desarrollo integral de las personas.  En la vida consagrada se nota intentos por vivir con más fidelidad al llamado de Dios y de asumir esta opción de atender a los más necesitados, caminando junto con el pueblo desde la experiencia del seguimiento a Jesús.

Los miembros de la Familia Chevalier, en los lugares donde nos encontramos asumimos el compromiso de nuestra Misión desde la participación en la defensa den la vida, de los Derechos Humanos, se apoya programas sociales dirigidos a satisfacer las necesidades básicas de la persona, sobre todo de los niños, programas de salud y educación; se nota una participación e involucrarse en acciones del cuidado del medio ambiente, sobre todo por medio de la toma de conciencia de la gravedad del tema, que nuestras Congregaciones y Laicos Asociados tratan de impulsar.  El Congreso de Justicia y Paz en la Republica Dominicana en 2005 despertó mucha expectativa desde su preparación, pero no se ha llegado a concretizar acciones conjuntas de la Familia Chevalier.

Creo que en este momento en que vivimos tenemos la responsabilidad como Familia Chevalier de dar testimonio de una vida marcada por la Espiritualidad del Corazón Traspasado de Jesús para manifestar, desde esta experiencia, el Corazón solidario y compasivo de Cristo, que lucha por la verdad y la justicia; que dialoga y reconcilia; sintiéndonos llamados a construir un mundo nuevo en donde reine el amor, la justicia y la paz.

 

APOSTOLADOS ACTUALES

Deseo referirme algunos apostolados concretos que venimos realizando en nuestros países y a  algunos campos en que estamos trabajando.

*Campo de Salud: El acceso a los servicios de salud sigue siendo un privilegio de una minoría de nuestros pueblos.  Se mantienen las desigualdades y los problemas de salud se han intensificado sobre todo en los ambientes más vulnerables, o sea de las personas que viven en condiciones precarias, donde la mayoría no cuenta con los servicios básicos de salud.

Participamos en el cuidado y atención de Pacientes en enfermedades infecto contagiosas como la TBC. y SIDA.  Estos pacientes no cuentan con el respaldo de la sociedad y de los gobiernos. También se da nuestra presencia en defensa de las personas que participan en ensayos clínicos.  Al mismo tiempo se ofrece un acompañamiento y una formación humana y cristiana a los laicos con los que trabajamos en todas estas actividades y servicios.(Visión y Misión de la Clínica St. Maris)

*Campo de Educación: Conocemos la realidad de exclusión que vive mucha gente con relación a este derecho, el analfabetismo sigue presente en una gran mayoría de personas.  Se promueve y se realizan programas educativos que lleven a los niños y jóvenes a un desarrollo integral, a través de una formación en valores, espiritual y científica, acompañando su desarrollo psicoafectivo sano e integrando a la familia dentro de las actividades educativas.  En este sentido se procura promover el liderazgo de los laicos, enfocando todo el proceso educativo desde la Espiritualidad del Corazón 

*Campo Social: Se da apoyo social a grupos de personas menos favorecidos a través de comedores y guarderías infantiles, comedores populares, también se apoya proyectos de desarrollo comunal. 

*Pastoral parroquial: Se busca formas nuevas para que la catequesis sea una experiencia vivencial de un encuentro con un Dios Amor, con una Iglesia como pueblo de Dios, que lleve a las personas a integrar vida y fe, historia humana e historia de salvación.  En la catequesis sacramental se involucra a la familia en su integridad, se da mucha importancia a la preparación de los sacramentos de iniciación cristiana como base para formar conciencia de pertenencia a la iglesia y a la preparación al matrimonio que está dirigida a que los futuros cónyuges para que tengan una clara comprensión de lo que significa el matrimonio en su todas sus dimensiones y puedan asumir con conciencia y responsabilidad su vida de esposos con sus exigencias personales, conyugales, familiares y sociales.

*Laicos: Referente a los laicos con los que compartimos cada día nuestros servicios, sean dentro  de nuestras instituciones, entidades publicas, grupos parroquiales e instituciones sociales,  procuramos promover su participación en actividades pastorales, sociales, para que asuman su compromiso de cristianos desde la fe y la Espiritualidad propia, para que sirvan a nuestro pueblo y vivan con coherencia como agentes de Evangelización en el ambiente donde se desempeñan.

*En la familia Latinoamericana repercute el impacto de la pobreza y de las diferencias sociales – económicas, la influencia del secularismo, inestabilidad y corrupción política y toda la influencia de la Globalización. Esto se traduce en la mayoría de ellas en graves crisis respecto a la unión familiar, la vivencia de valores, la violencia en todas sus manifestaciones entre otros.  Desde esta realidad nos esforzamos por asumir como una prioridad en nuestra misión el acompañar a las familias, a los jóvenes y a los niños.

*La violencia que se ha vivido y se vive en la actualidad ha marcado profundamente a nuestros pueblos, dejando heridas aún sin sanar.  Nos reta como Familia Chevalier a encontrar caminos de sanación, juntamente con otras congregaciones, por medio del dialogo, de la reconciliación, de la participación en organizaciones e instituciones que desarrollan programas de atención y prevención de estos males, también en lo referente a la violencia institucionalizada.

La evangelización es una necesidad urgente a igual que una catequesis adecuada.  En estos esfuerzos se debe tener presente la religiosidad popular, aprovechando sus valores y corrigiendo sus desviaciones.  Esto implica acompañar a los grupos parroquiales, promover y fortalecer la formación de los laicos que juegan un papel importante en la Evangelización de Conjunto.

“La Religiosidad popular no solo es objeto de evangelización sino que, en cuanto contiene encarnada la palabra de Dios, es una forma activa con la cual el pueblo se evangeliza continuamente así mismo”(Puebla.450)

Otra realidad en nuestros pueblos es la proliferación de sectas, somos testigos de como muchos católicos se pasan a estos grupos que se dicen cristianas, donde encuentran acogida y muchas veces la solución a sus problemas socio-económico, como también  espacios para compartir su deseo de encontrarse con un Dios que le da seguridad. Frente a esta realidad una vez mas debo decir que la Evangelización es urgente y necesaria desde una experiencia del Dios encarnado.

 

* Nuestros pueblos nativos – indígenas viven una realidad de marginación, han sido despojados de sus tierras y muchas veces hasta de sus patrones culturales, se atenta contra su dignidad como personas y se daño el medio ambiente en que viven.  Surge la pregunta ¿Cómo vivir la Espiritualidad del Corazón en esta realidad?  Desde mi experiencia personal puedo afirmar que la inserción auténtica, con todo lo que implica, ayuda a superar estos males.  El sentirse acogidos y respetados en iguales condiciones que otras personas, ayuda a que ellos puedan asumir los desafíos que les presentan el mundo de hoy y sobre todo valorarse y valorar toda su realidad.

Dentro de la realidad de América Latina persisten situaciones más o menos alarmantes del  abandono y de la discriminación de la mujer, el feminisidio, enfermos no atendidos, personas-jóvenes sin posibilidades de futuro, machismo, corrupción del estado, la migración, familias desintegradas etc. lo cual trae como consecuencia las “pandillas”, “las Maras”, “niños abandonados”, “niños de la calle” y otros situaciones de desafío.  Creo que frente a esta realidad debemos comprometernos a vivir con mas fidelidad la Espiritualidad del Corazón, desde la contemplación del Corazón Traspasado de Jesús, que nos lleve a asumir compromisos concretos a favor de todos nuestros hermanos más necesitados que sufren, a seguir el camino que Él nos ha trazado desde la experiencia de discipulado.  Pedirle al Señor que transforme nuestro Corazón a semejanza del suyo, que podamos descubrir caminos nuevos de presencia misionera, que sea “un estar con”, que lleve a sanar, curar, liberar, a devolver el sentido de la vida y la esperanza en un futuro mejor.  En este sentido nos falta unir esfuerzos y buscar mayor colaboración entre los miembros de la Familia Chevalier a nivel del Continente.

Al preparar este tema surgieron en mi las siguientes interrogantes que pongo a disposición de Uds. para preguntarnos juntos acerca de:

1. ¿Cuáles son los nuevos rostros sufrientes en América Latina?

2. ¿A qué estamos llamados los Miembros de la Familia Chevalier en esta realidad de América  Latina?

3. ¿Cómo vivir la Espiritualidad del Corazón en este milenio dentro América Latina?.

 

 

V CONFERENCIA GENERAL DEL EPISCOPADO LATINO AMERICANO Y DEL CARIBE.

“Discípulos y Misioneros de Jesucristo, para que nuestros pueblos en Él tengan vida”.

 

Veo conveniente terminar la presentación trascribiendo la última parte del mensaje final de la V Conferencia del Episcopado Latinoamericano que se realizó en Aparecida – Brasil, del 13 al 31 de Mayo. Los Obispos, sacerdote, religiosos/as y laicos reunidos en Aparecida manifiestan lo siguiente:

 

“Al terminar esta V Conferencia les anunciamos que hemos asumido el desafío de trabajar para darle un nuevo impulso y vigor a nuestra misión en y desde América Latina y el Caribe.

En Medellín y en Puebla terminamos diciendo “CREEMOS”. En Aparecida, como lo hicimos en Santo Domingo, proclamamos con todas nuestras fuerzas: CREEMOS Y ESPERAMOS.

 

Ser una Iglesia viva, fiel y creíble que se alimenta en la palabra de Dios y en la Eucaristía.

Vivir nuestro ser cristiano con alegría y convicción como discípulos misioneros de Jesucristo.

Formar comunidades vivas que alimenten la fe e impulsen la acción misionera.

Valorar las diversas organizaciones eclesiales en espíritu de comunión.

Promover un laicado maduro, co-responsable con la misión de anunciar y hacer visible el Reino de DIOS.

Impulsar la participación activa de la mujer en la sociedad y en la Iglesia.

Mantener con renovado esfuerzo nuestra opción preferencial y evangeliza por los pobres.

Acompañar a los jóvenes en su formación y búsqueda de identidad, vocación y misión, renovando nuestra opción por ellos.

Trabajar con todas las personas de buena voluntad en la construcción del Reino.

Fortalecer con audacia la pastoral de la familia y de la vida.

Valorar y respetar nuestros pueblos indígenas y afrodescendientes.

Avanzar en el diálogo ecuménico “para que todos sean uno”, como también en el dialogo interreligioso.

Hacer de este Continente un modelo de reconciliación, de justicia y de paz

Cuidar la creación, casa de todos en fidelidad al proyecto de Dios.

Colaborar en la integración de los pueblos de América Latina y el Caribe.