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Somos Misioneros del Sagrado Corazón: Testimonio personal de Mateo Gonimasela msc

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Capítulo 20

"Un estilo de vida muy sencillo"

Mateo Gonimasela, 49 años (Indonesia)

Nací el 16 de abril de 1954 en Saumlaki, al sur de Tanimbar, una pequeña ciudad cercana a Darwin. Soy el octavo de 10 hermanos y crecí en el contexto de una familia de negocios. De pequeño no sabía nada de la vida sacerdotal ni jamás soñé en ser un sacerdote, especialmente un sacerdote MSC porque mis padres eran "Kong Hucu" y lógicamente yo seguí las huellas de mis padres adorando a un dios que yo no reconocía para nada.

El año 1966 marcó un importante cambio en mi vida como niño. Había una monja de la congregación de las TMM, sor Antonia. Estaba llena del espíritu proclamando a Jesucristo y visitando a cada familia casa por casa. Ella también vino a nuestra casa y nos habló de Jesús, su estilo de vida, y cómo nos amó tan incondicionalmente que llegó a dar su vida por nosotros en el Calvario. Después de dar testimonio de la vida de Jesús me preguntó si me gustaría seguir a Jesús haciéndome católico, yo espontáneamente le respondí que sí y ella me llamó Mateo, como el cobrador de impuestos porque venía de una familia de nego­ciantes, dijo. Entonces, fui bautizado por el P. Nico Wijte MSC en ese mismo año.

A partir de este momento era muy diligente yendo a misa cada día sin sentir aburrimiento o estar ausente. No pasó ni un día sin asistir a misa y mis vecinos empezaron a llamarme "pequeño sacerdote". Junto a todo esto, era muy pío comparado con mis otros compañeros en ese momento. De todos modos, nunca soñé con hacerme sacerdo­te, especialmente un sacerdote MSC.

Tras acabar la secundaria en el año 1973 continué mis estudios en Ambon con el fin de ser profesor. Pero no fui capaz de acabarlo por­que uno de mis amigos que era policía me intimidaba cada día. No me sentía seguro y regresé a mi ciudad para ayudar a mis padres organi­zando sus negocios.

El año 1975 marcó un segundo cambio importante en mi vida como joven. Un día iba caminando y me encontré con un mendigo. Me había encontrado con él muchas veces, pero en ese momento sentí que había en lo profundo de mi corazón un fuerte sentimiento de alegría. Fui tocado por su sufrimiento muy fuertemente y mi corazón ardía en una compasión que emergía desde lo más hondo de mí y me pedía que ayudara a este mendigo. Con este sentimiento extraordinario, inmediatamente sentí la llamada de Dios a convertirme en un sacer­dote MSC a pesar de que no conocía de nada el carisma o la espiritualidad de la congregación de los MSC. Pero sí tenía una cosa muy clara en mi mente en ese momento. Al recordarlo sabía que los MSC vivían un estilo de vida muy sencillo y que me gustaría vivir como ellos para poder ayudar a los más pobres. Fue esa fuerte motivación la que me urgió a convertirme en un sacerdote MSC al inicio de mi vida intentando responder a la llamada de Dios.

¿Qué MSC me impresionó más en mi vida? Por supuesto que hubo muchos sacerdotes MSC que me impresionaron pero quiero destacar al P. Nico Witje MSC como el que más huella dejó en mí. ¿Por qué? Primero de todo, porque cuando echo una ojeada atrás para ver por qué me hice MSC me doy cuenta y creo profundamente que Dios le escogió para prepararme el camino de la vida bautizándome como católico. Si él no me hubiera bautizado como católico quizás me hubiera hecho de otra religión. Esto me marcó mucho porque Dios tiene un modo de trabajar inesperado e inimaginable.

En segundo lugar, él fue muy bondadoso, sencillo, honesto, alegre, interesado en los otros, leal, compasivo, generoso, responsable, de buena apariencia, emocionalmente caluroso, consistente, amado por muchos, daba mucha alegría a los otros, enrolado en asuntos sociales, listo para ayudar a los otros, equilibrado.

Finalmente, me gustaría agradecerle su gran aceptación y su cariño hacia mí en los años más tempranos de mi vida derramando el amor de Dios en lo más profundo de mi corazón llevándome a ser un sacerdote MSC.