Redadas y arrestos masivos de cristianos en provincia de China
El 22 de mayo hacia las 5:00 a.m., doce hombres allanaron la casa de un
líder cristiano chino, Zhao Dianru, de 58 años de edad. Los hombres lo
arrestaron y lo condujeron al Centro de detención Jiutai en la provincial de
Jilin, China.
Aunque Zhao Dianru fue liberado el 6 de junio, los investigadores de China
Aid Association (CAA) –organización con sede en Estados Unidos– afirman que
la policía y el Cuerpo de Seguridad Pública (CSP) realizaron una redada en
aproximadamente 100 casas-iglesias en el área de Changchun, provincia de
Jilin, ubicada al noreste de China.
Casi 600 líderes y otros cristianos que asisten a estas casas-iglesias
fueron arrestados. La mayoría de ellos fueron liberados después de 24 o 48
horas de interrogatorio, pero cerca de 100 líderes, incluyendo profesores de
la Universidad de Changchun, todavía están bajo arresto.
Según fuentes confiables, los documentos que dan cuenta del arresto de Zhao
lo acusan de "utilizar otros medios para instigar y perturbar la estabilidad
social”, pero no mencionan la religión o actividades relacionadas como parte
de ellos. Se cree que ésta es una campaña coordinada para eliminar la
influencia de estas casas-iglesias en las áreas cercanas la universidad.
Además de los arrestos, la CSP confiscó unas 20 cajas de libros durante las
redadas.
A Zhao, que monitorea unas 18 casas-iglesias, se le había exigido unirse a
la iglesia regentada por el Gobierno hasta en tres ocasiones recientemente,
negándose en cada una de ellas.
Algunos pensaban que por la entrada en vigor, el 1º de marzo, de la nueva
ley religiosa de China, Provisiones sobre Asuntos Religiosos, existirían
menos restricciones para las iglesias que no se encuentran registradas en el
Gobierno, pero estas redadas y estos arrestos muestran lo contrario.
Las casas-iglesias no son parte de un mismo grupo y no están afiliadas a
ninguna cadena importante de templos en el país. Son independientes y poseen
miles de miembros que han decidido no registrar sus actividades cristianas
con el Gobierno comunista.
"Mientras que el Gobierno chino le dice a la comunidad mundial que los
pobladores del país disfrutan de libertad religiosa, este enorme ataque en
casas-iglesias no registradas en Jilin muestra todo lo contrario”, afirma
Bob Fu, presidente de CAA. Agrega que “la cantidad de personas involucradas
en las redadas simultáneas demuestra que estos actos fueron ordenados por
las altas esferas del Gobierno chino”.
CAA exhorta a la comunidad mundial para que inste al Gobierno chino a dejar
en libertad a todos estos líderes religiosos que son inocentes. Según la
asociación de ayuda, ya es tiempo para que los tratados sobre libertad
religiosa firmados por China se cumplan.