El Confucionismo

 

Confucio nació en el año 551 A.C. Desde la adolescencia se dedicó intensamente al estudio. Se casó muy joven, tuvo varios hijos, pero su dedicación obsesiva y constante fue para educar a los jóvenes para la vida y para la política.

Confucio nunca quiso fundar una religión, admitió ser un hombre como cualquiera. Cree en el cielo como algo misterioso, impersonal que actúa sobre el mundo. Cree en los dioses y espíritus de la tierra. Pero lo religioso no fue para él una obsesión. El deseaba servir al hombre proponiendo la igualdad de todos, buscando la felicidad universal.

A Confucio se le empezaron a tributar honores siglos después de su muerte, fue considerado como si se tratase de un dios. Quiso renovar políticamente la sociedad para que los hombres lograsen la máxima felicidad.

Su doctrina se puede resumir en la frase: "Lo que no quieras para ti no se lo hagas a los demás".

 

Sus cinco principios:

La sabiduría de Confucio se ha hecho proverbial en muchas culturas.

Actualmente su lectura y veneración son severamente castigados por el Estado Chino, que se basa en el comunismo. A pesar de ello Confucio será siempre considerado como un gran sabio.

 

 

 

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