LA INFORMACIÓN RELIGIOSA EL NUEVO NOMBRE DE LA APOLOGÉTICA (clerus.org)
No todo es
lo mismo. Hay mucha diferencia entre un grupo y otro. Pero, ¿qué pasa, cuando
nadie está capacitado para ofrecer una orientación oportuna en el momento de la
duda?
Ciertamente
en el cambio religioso de mucha gente juega un papel muy importante el
desconocimiento de la identidad del grupo al que uno pertenece y de los demás
grupos que solicitan su nueva adhesión. Es un hecho que todos se presentan
“disfrazados” bajo un manto de santidad y pureza de intenciones, haciendo
alarde de un saber superior y un poder sobrenatural excepcional.
CURIOSIDAD
E INGENUIDAD
El católico
normal, sin una preparación específica al respecto y animado por un espíritu de
sinceridad (ingenuidad), no sospecha que hasta en el campo religioso pueda
haber algún peligro de engaño o segundas intenciones. Por eso, fácilmente
acepta escuchar a tal o cual predicador o creyente de un culto diferente o
participar en algún encuentro o acto religioso.
Según él,
allá tendrá una oportunidad más para profundizar su fe, conociendo algún
aspecto nuevo o no manejado suficientemente en la propia Iglesia.
Piensa que
en el fondo, todas las Iglesias buscan lo mismo, es decir la salvación del
hombre, llevándolo hacia Dios: Iglesia Católica, Iglesia pentecostal, Iglesia
Anglicana, Iglesia Gnóstica, Iglesia de la Cientología... Iglesia satánica.
Bueno, cuando se trata de la Iglesia satánica, el juego se hace demasiado
evidente y no es tan fácil que uno caiga en la trampa.
Pero, ¿qué
pasa cuando se trata, por ejemplo, de la Iglesia Gnóstica? ¿Qué le impide a uno
acercársele para conocer y experimentar algo nuevo? Parece una curiosidad sana
y legítima, una actitud altamente positiva para avanzar en cualquier campo.
¿Por qué no aventarse?
Y se
avienta y la curiosidad aumenta. Un mundo desconocido y fascinante se abre
delante de sus ojos: nuevos conocimientos, poderes mágicos, valores
diferentes... Hasta que surge una cierta turbación. Tiene la impresión de que
todo su
viejo mundo se está derrumbando, poniéndolo al borde de un precipicio, frente a
un vacío enorme.
DUDA
Pues bien,
comparando todo esto con el origen, los contenidos y la historia de la Iglesia
Católica, rápidamente se descubre la verdad.
Pero, ¿qué
pasa, cuando en la parroquia o en el grupo apostólico, al que uno pertenece,
nadie sabe algo al respecto? Ahí está el problema.
CONCLUSIÓN
Sin duda,
si el auxilio llega a tiempo, el drama tendrá un buen fin. De otra manera, se
volverá en tragedia. Y es lo que está pasando a menudo, bajo las narices de
tantos católicos “comprometidos” que no mueven ni un dedo para ayudar al
hermano en peligro de perder la fe.
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