Tratado I

TEOLOG�A FUNDAMENTAL

1. La Teolog�a es una ciencia

2. La religi�n cristiana

3. La religi�n cristiana es la verdadera

4. La religi�n cristiana es la verdadera (testimonio de Cristo)

5. Necesidad de la religi�n cristiana

6. Posibilidad de la Revelaci�n

7. La Revelaci�n de Mois�s

8. La existencia de Dios

9. Posibilidad de la Revelaci�n sobrenatural

10. Necesidad de la Revelaci�n divina

11. Obligaci�n de abrazar la religi�n verdadera

1. La Teolog�a

-Es una ciencia

-Procede de la revelaci�n de Dios a los hombres

-Sus verdades son m�s firmes que las verdades naturales

-Es m�s perfecta, m�s sublime y �til que las dem�s ciencias

-Es m�s excelente

-Es necesaria a la Iglesia y a los fieles

-Es �verdadera sabidur�a�

-La Teolog�a es una ciencia

Ciencia es un conjunto de conocimientos adquiridos por demostraci�n, y que pertenecen a una rama del saber humano.

Por esta misma raz�n, poned el mayor empe�o en a�adir a vuestra fe la virtud, a la virtud el conocimiento, al conocimiento la templanza... (2 Pe. 1, 5).

-La Teolog�a es una ciencia que no procede de los principios conocidos por la luz natural del entendimiento, sino por luz superior de la Revelaci�n de Dios a los hombres.

Sin embargo, hablamos de sabidur�a entre los perfectos, pero no de sabidur�a de este mundo ni de los pr�ncipes de este mundo, que se van debilitando; sino que hablamos de una sabidur�a de Dios, misteriosa, escondida, destinada por Dios desde antes de los siglos para gloria nuestra, desconocida de todos los pr�ncipes de este mundo... (1 Cor. 2, 6).

Aclaraci�n. Hay dos clases de ciencia: la adquirida por la luz natural del entendimiento y la que procede de los principios conocidos por la revelaci�n de Dios a los hombres.

-Las verdades de la Teolog�a, en cuanto que est�n apoyadas en la Revelaci�n de Dios que es la primera verdad, son m�s firmes y ciertas que las verdades naturales que est�n fundadas en la verdad participada.

Y as� se nos hace m�s firme la palabra de los profetas... (2 Pe. 1, 19).

...porque nunca profec�a alguna ha venido por voluntad humana, sino que hombres movidos por el Esp�ritu Santo, han hablado de parte de Dios (2 Pe. 1, 21).

-La Teolog�a es m�s perfecta, m�s sublime y m�s �til que todas las dem�s ciencias.

a) -Es m�s perfecta.

Feliz el hombre que se ejercita en la sabidur�a, y que en su inteligencia reflexiona, que medita sus caminos en su coraz�n y sus secretos considera (Si. 20, 21).

Aclaraci�n. Es m�s perfecta porque cuanto m�s se entrega el hombre al estudio de la sabidur�a, m�s parte tiene en la bienaventuranza.

b) -Es m�s sublime.

...porque es para los hombres un tesoro inagotable y los que le adquieren se granjean la amistad de Dios,... (Sab. 7, 14).

Aclaraci�n. Es la m�s sublime porque es la que m�s acerca al hombre a Dios por la amistad.

c) -Es m�s �til.

...apreciad la Sabidur�a para que rein�is eternamente (Sab. 6, 21).

Aclaraci�n. Es m�s �til porque la misma sabidur�a conduce al reino de la inmortalidad.

-La Teolog�a es m�s excelente que todas las dem�s ciencias humanas.

Sin embargo, hablamos de sabidur�a entre los perfectos, pero no de sabidur�a de este mundo ni de lo pr�ncipes de este mundo, que se van debilitando; sino que hablamos de una sabidur�a de Dios, misteriosa, escondida, destinada por Dios desde antes de los siglos para gloria nuestra, desconocida de todos los pr�ncipes de este mundo... (1 Cor. 2, 6).

-La Teolog�a, prescindiendo del m�todo y orden con que hoy suele ense�arse, es, por providencia de Dios, necesaria a la Iglesia para la conservaci�n de su doctrina. Y a cada uno de los fieles necesaria para conseguir la salvaci�n.

a) -Necesaria a la Iglesia.

Porque el ep�scopo, como administrador de Dios, debe ser irreprochable; no arrogante... Que est� adherido a la palabra fiel, conforme a la ense�anza, para que sea capaz de exhortar con la sana doctrina y refutar a los que contradicen (Tit. 1, 7-9).

b) -Necesaria a cada uno.

Para que no seamos ya ni�os, llevados a la deriva y zarandeados por cualquier viento de doctrina, a merced de la malicia humana y de la astucia que conduce enga�osamente al error,... (Ef. 4, 14).

-La Teolog�a es y se llama �verdadera sabidur�a�.

Sin embargo, hablamos de sabidur�a entre los perfectos, pero no de sabidur�a de este mundo ni de los pr�ncipes de este mundo, que se van debilitando; sino que hablamos de una sabidur�a de Dios, misteriosa, escondida, destinada por Dios desde antes de los siglos para gloria nuestra, desconocida de todos los pr�ncipes de este mundo -pues de haberla conocido no hubieran crucificado al Se�or de la gloria- (1 Cor. 2, 6-8).

...para que la multiforme sabidur�a de Dios sea ahora manifestada a los Principados y a las Potestades en los cielos, mediante la Iglesia,... (Ef. 3, 10).

2. La Religi�n cristiana

-Fue profetizada en el A. T.

-La religi�n verdadera no puede ser m�s que una

-Los criterios internos no manifiestan la verdad revelada, a no ser que coincidan con los externos

-Es de origen divino

-La fundaci�n de la Religi�n verdadera fue profetizada en el Antiguo Testamento.

Confluir�n a �l todas las naciones, y acudir�n pueblos numerosos. Dir�n: Venid, subamos al monte de Yahv�h, a la Casa del Dios de Jacob, para que �l nos ense�e sus caminos y nosotros sigamos sus senderos. Pues de Si�n saldr� la Ley, y de Jerusal�n la palabra de Yahv�h (Is. 2, 2-3).

-La Religi�n verdadera no puede ser m�s que una.

El que crea y sea bautizado, se salvar�; el que no crea, se condenar� (Mc. 16, 16).

Aclaraci�n. Jesucristo condiciona la salvaci�n eterna y la consecuci�n del �ltimo fin, a creer y ser bautizado en la religi�n que �l revel�. Por tanto, la religi�n verdadera no puede ser m�s que una.

-Los criterios internos de la revelaci�n no manifiestan la verdad revelada, a no ser que coincidan con otros criterios externos.

Criterios internos de la revelaci�n son aquellos que est�n en la conciencia de cada hombre creyente. Externos son los que est�n fuera de la conciencia. Externos intr�nsecos son los que surgen de las mismas verdades reveladas y extr�nsecos son los que las demuestran y confirman.

Pero yo tengo un testimonio mejor que el de Juan; porque las obras que el Padre me ha encomendado llevar a cabo, las mismas que yo realizado, dan testimonio de m�, de que el Padre me ha enviado (Jn. 5, 36).

Jes�s les respondi�: �Ya os lo he dicho, pero no me cre�is. Las obras que hago en nombre de mi Padre son las que dan testimonio de m�,... (Jn. 10, 25).

-El origen divino de la religi�n cristiana se demuestra porque �l no fue enga�ado ni pudo enga�ar.

a) -No fue enga�ado.

-Por la humildad que mostr�.

...el Hijo del hombre no ha venido a ser servido, sino a servir y a dar su vida como rescate por muchos (Mt. 20, 28).

...he bajado del cielo no para hacer mi voluntad, sino la voluntad del que me ha enviado (Jn. 6, 38).

...echa agua en un lebrillo y se puso a lavar los pies de los disc�pulos... (Jn. 13, 5).

-Por la sabidur�a eminente que manifest�.

...todos los que le o�an estaban estupefactos por su sabidur�a y por sus respuestas (Lc. 2, 47).

Y todos daban testimonio de �l y estaban admirados de las palabras llenas de gracia que sal�an de su boca (Lc. 4, 22).

Algunos de los escribas le dijeron: Maestro, has hablado bien. Y ya no se atrev�a a preguntarle nada (Lc. 20, 39-40).

Respondieron los guardias: �Jam�s un hombre ha hablado como habla este hombre� (Jn. 7, 46).

b) -No enga�� a otros.

Mostr� integridad en su conducta.

�Qui�n de vosotros puede probar que soy pecador? (Jn. 8, 46).

Se mostr� modelo de virtud.

-Celo por la gloria de su Padre.

El celo por tu Casa me devorar� (Jn. 2, 17).

-Pretend�a el honor de su Padre.

�Yo no tengo un demonio, sino que honro a mi Padre,... (Jn. 8, 49).

-Hac�a siempre lo que agradaba a su Padre.

...yo hago siempre lo que le agrada a �l (Jn. 8, 29).

-Fue humilde.

Yo no busco mi gloria (Jn. 8, 50).

-No dej� que lo alabaran.

Jes�s les mand� que a nadie se lo contaran (Mc. 7, 36).

-Despreci� honras y honores.

...el diablo le dice: �Todo esto te dar� si te postras y me adoras� (Mt. 4, 9).

D�cele entonces Jes�s �Apartate, Satan�s, porque est� escrito:

Al Se�or tu Dios adorar�s, s�lo a �l dar�s culto� (Mt. 4, 9-10).

-Llev� vida pobre.

�...el Hijo del hombre no tiene donde reclinar la cabeza� (Mt. 8, 20).

-Despreci� la dignidad real.

D�ndose cuenta Jes�s de que intentaban venir a tomarle por la fuerza para hacerle rey, huy� de nuevo al monte �l s�lo (Jn. 6, 15).

-Llev� su cruz.

...soport� la cruz sin miedo a la ignominia... (Hebr. 12, 2).

-Hizo bien a todos.

...pas� haciendo el bien y curando a todos los oprimidos por el Diablo,... (Hch. 10, 38).

-Cur� a los enfermos.

Y se maravillaban sobremanera y dec�an: �Todo lo ha hecho bien; tambi�n hace o�r a los sordos y hablar a los mudos� (Mc. 7, 37).

-Consol� a los tristes.

Al verla el Se�or, tuvo compasi�n de ella, y le dijo: �No llores� (Lc. 6, 13).

-Perdon� a los que le torturaron.

Jes�s dec�a: �Padre, perd�nalos, porque no saben lo que hacen� (Lc. 23, 34).

-No huy� de Judas.

Y al instante se acerc� a Jes�s y le dijo: ��Salve Rabbi!�, y le bes� (Mt. 26, 49).

3. La Religi�n cristiana es la verdadera

-Los milagros son argumento cert�simo

-Los disc�pulos ense�aban que los milagros que Jesucristo realizaba confimaban su doctrina

-Su propagaci�n fue muy r�pida

-Su veracidad se demuestra por su propagaci�n tan r�pida

-Esta propagaci�n no se produjo por causas naturales, sino por providencia especial de Dios

-Su veracidad tambi�n se prueba por la excelencia de sus dogmas, preceptos, sanciones y medios de salvaci�n

-Tambi�n se prueba por la conversi�n de los jud�os

-Por la renovaci�n de costumbres

-Por su estabilidad perfecta

-Los milagros son un argumento cert�simo de la divinidad y de la veracidad de la doctrina de Cristo.

�...Si no hago las obras de mi Padre, no me cre�a; pero si las hago, creed por las obras, aunque a m� no me cre�is y as� sabr�is y conocer�is que el Padre est� en m� y yo en el Padre� (Jn. 10, 37-38).

Las caracter�sticas del ap�stol se vieron cumplidas entre vosotros: paciencia perfecta en los sufrimientos y tambi�n se�ales, prodigios y milagros (2 Cor. 12, 12).

As�, en Can� de Galilea, dio Jes�s comienzo a sus se�ales. Y manifest� su gloria, y creyeron en �l sus disc�pulos (Jn. 2, 11).

-Los mismos disc�pulos de Jesucristo ense�aban que los milagros que �l realizaba serv�an para confirmar su doctrina.

Ellos salieron a predicar por todas partes, colaborando el Se�or con ellos y confirmando la Palabra con las se�ales que la acompa�an (Mc. 16, 20).

Las caracter�sticas del ap�stol se vieron cumplidas entre vosotros: paciencia perfecta en los sufrimientos y tambi�n se�ales, prodigios y milagros (2 Cor. 12, 12).

Jes�s realiz� en presencia de los disc�pulos otras muchas se�ales que no est�n escritas en este libro. Estas los han sido para que cre�is que Jes�s es el Cristo, el Hijo de Dios, y para que creyendo teng�is vida en su nombre (Jn. 20, 30).

-La propagaci�n de la religi�n cristiana se produjo muy r�pidamente.

Los que acogieron su Palabra fueron bautizados. Aquel d�a se les unieron unas tres mil almas (Hch. 2, 41).

Ante todo, doy las gracias a mi Dios por medio de Jesucristo, por todos vosotros, pues vuestra fe es alabada en todo el mundo (Rom. 1, 8).

Vuestra obediencia se ha divulgado por todas partes;... (Rom. 16, 19).

...la Palabra de la verdad de la Buena Nueva, que lleg� hasta vosotros, y fructifica y crece entre vosotros lo mismo que en todo el mundo, desde el d�a en que o�steis y conoc�steis la gracia de Dios en la verdad;... (Col. 1, 5-6).

-La veracidad y la divinidad de la religi�n cristiana se demuestran por su r�pida propagaci�n.

...Pedro les conjuraba y les exhortaba: �Salvaos de esta generaci�n perversa.� Los que acogieron su Palabra fueron bautizados. Aquel d�a (de Pentecost�s) se le unieron unas tres mil almas (Hch. 2, 40-41).

...vuestra fe es alabada en todo el mundo (Rom. 1,8).

Vuestra obediencia se ha divulgado por todas partes; por la cual me alegro de vosotros (Rom. 16, 19).

...la Palabra de la verdad y de la Buena Nueva, que lleg� hasta vosotros, y fructifica y crece entre vosotros lo mismo que en todo el mundo, desde el d�a en que o�steis y conoc�steis la gracia de Dios en la verdad;... (Col. 1, 6).

-La r�pida propagaci�n de la religi�n cristiana no puede producirse por causas naturales, sino por una especial providencia de Dios.

a) -La religi�n cristiana contiene dogmas contrarios a la raz�n y muy dif�ciles de creer.

As�, mientras los jud�os piden se�ales y los griegos buscan sabidur�a, nosotros predicamos a un Cristo crucificado: esc�ndalo para los jud�os, necedad para los gentiles;... (1 Cor. 1, 22-23).

b) -Los Jud�os muy adictos a sus leyes y los Paganos muy dados a la idolatr�a y a todos los vicios, se mostraban con �nimo muy contrario al Evangelio.

Para superar tantos obst�culos, los Ap�stoles no usaban armas, ni riquezas, si sab�an filosof�as ni otras ciencias humanas, sino que solamente predicaban a Cristo.

...quiso Dios salvar a los creyentes mediante la necedad de la predicaci�n (1 Cor. 1, 21).

-La veracidad y la divinidad de la religi�n cristiana se prueban por la excelencia de sus dogmas, de sus preceptos, de sus sanciones y de los medios de salvaci�n.

a) -Excelencia de sus dogmas.

...cuando acab� Jes�s estos discursos, la gente qued� asombrada de su doctrina; porque les ense�aba como quien tiene autoridad, y como sus escribas (Mt. 7, 28-29).

Quedaron asombrados de su doctrina, porque hablaba con autoridad (Lc. 4, 32).

b)-Excelencia de sus preceptos.

-Son sant�simos.

Vosotros, pues, sed perfectos como es perfecto vuestro Padre celestial (Mt. 5, 48).

Porque esta es la voluntad de Dios: vuestra santificaci�n;... (1 Tes. 4, 3).

Ser�is santos, porque santo soy yo (1� Pe. 1, 16).

-Son simplic�simos.

Amar�s al Se�or, tu Dios, con todo tu coraz�n, con toda tu alma y con toda tu mente (Mt. 22, 37).

Amar�s a tu pr�jimo como a ti mismo (Mt. 22, 39).

La caridad es, por tanto, la Ley en su plenitud (Rom. 13, 10).

c) -Excelencia de sus sanciones.

...y aprended de m�, que soy manso y humilde de coraz�n; y hallar�is descanso para vuestras almas (Mt. 11, 29).

El Dios de la esperanza os colme de todo gozo y paz en vuestra fe, hasta rebosar de esperanza por la fuerza del Esp�ritu Santo (Rom. 15, 13).

...y esta es la promesa que �l mismo os hizo: la vida eterna (1 Jn. 2, 25).

d) -Excelencia de los medios de salvaci�n.

-La fe y el Bautismo.

El que crea y sea bautizado, se salvar� (Mc. 16, 16).

-La comuni�n.

Yo soy el pan vivo, bajado del cielo. Si uno come de este pan, vivir� para siempre (Jn. 6, 51).

-La oraci�n.

Y la oraci�n de la fe salvar� al enfermo, y el Se�or har� que se levante, y si hubiera cometido pecados, le ser�n perdonados (Sant. 5, 15).

-La veracidad y divinidad de la religi�n cristiana se demuestran por la conversi�n de los jud�os.

Los que acogieron su Palabra fueron bautizados. Aquel d�a se les unieron unas tres mi almas (Hch. 2, 41).

Sin embargo, muchos de los que oyeron la Palabra creyeron; y el n�mero de hombres lleg� a unos cinco mil (Hch. 4, 4).

La Palabra de Dios iba creciendo; en Jerusal�n se multiplic� considerablemente el n�mero de los disc�pulos, y multitud de sacerdotes iban aceptando la fe (Hch. 6, 7).

-La veracidad y la divinidad de la religi�n cristiana se demuestran por la renovaci�n de costumbres que ha introducido en el mundo.

a) -La corrupci�n de costumbres entre los gentiles.

...llenos de toda injusticia, perversidad, codicia, maldad, henchidos de envidia, de homicidio, de contienda, de enga�o, de malignidad, chismosos, detractores, enemigos de Dios, ultrajadores, altaneros, fanfarrones, ingeniosos para el mal, rebeldes a sus padres, insensatos, desleales, desamorados, despiadados,... (Rom. 1, 29-30).

b) -La corrupci�n entre los paganos.

Ni los impuros, ni los id�latras, ni los ad�lteros, ni los afeminados, ni los homosexuales, ni los ladrones, ni los avaros, ni los borrachos, ni los ultrajadores, ni los rapaces, heredar�n el Reino de Dios. Y tales fuisteis algunos de vosotros (1 Cor. 6, 9-10).

c) -La renovaci�n de costumbres.

Pero hab�is sido lavados, hab�is sido santificados, hab�is sido justificados en el nombre del Se�or Jesucristo y en el Esp�ritu de nuestro Dios (1 Cor. 6, 11).

Aclaraci�n. Esta renovaci�n de costumbres no puede proceder sino de Dios.

-La veracidad y la divinidad de la religi�n cristiana se demuestra por su perpetua estabilidad.

...Jes�s le respondi�: �...Y yo a mi vez te digo que t� eres Pedro, y sobre esta piedra edificar� mi Iglesia, y las puertas del Hades no prevalecer�n contra ella...� (Mt. 16,18).

Aclaraci�n. Despu�s de 20 siglos, la Iglesia conserva sustancialmente los mismos dogmas, los mismos preceptos, los mismos sacramentos y el mismo modo de gobierno. Que esta estabilidad procede de Dios y no de los hombres consta en

...si esta idea o esta obra es de los hombres, se destruir�; pero si es de Dios, no conseguir�is destuirles (Hch. 5, 38-39).

4. La Religi�n cristiana es la verdadera (testimonios de Jesucristo)

-Su sabidur�a y su santidad

-Sus profec�as de s� mismo

-Su profec�a y milagro de la resurrecci�n

-Las profec�as de sus disc�pulos, de su religi�n de los jud�os

-Los milagros de las Ap�stoles

-Su Santidad demuestra que manifest� siempre la verdad a los hombres

-Su sabidur�a demuestra que manifest� siempre la verdad a los hombres

-No predic� por el conocimiento de otras doctrinas

-No recurri� al testimonio del Esp�ritu Santo sino a otros motivos

-El mismo Cristo, su sabidur�a y su Santidad dan testimonio de su legaci�n divina y de la veracidad de la religi�n.

a) -El mismo Cristo.

Jes�s le dice: �Yo soy, el que te est� hablando� (Jn. 4, 26).

Jes�s les respondi�: �Mi doctrina no es m�a, sino del que me ha enviado...� (Jn. 7, 16).

...porque yo no he hablado por mi cuenta, sino que el Padre que me ha enviado me ha mandado lo que tengo que decir y hablar,... (Jn. 12, 49).

�...Por eso, las palabras que yo hablo las hablo como el Padre me lo ha dicho a m� (Jn. 12, 50).

b) -Su sabidur�a.

...todos los que le o�an, estaban estupefactos por su inteligencia y sus respuestas (Lc. 2, 47).

Y todos daban testimonio de �l y estaban admirados de las palabras llenas de gracia que sal�an de su boca (Luc. 4, 22).

Respondieron los guardias: �Jam�s un hombre ha hablado como habla ese hombre� (Jn. 7, 46).

c) -Su santidad.

-El celo por la gloria del Padre.

El celo por tu casa me devorar� (Jn. 2, 17).

-La honra de su Padre.

�Yo no tengo un demonio; sino que honro a mi Padre, y vosotros me deshonr�is a m� (Jn. 8, 49).

-La fidelidad a su Padre.

...y que no hago nada por mi propia cuenta; sino, lo que el Padre me ha ense�ado, eso es lo que hablo� (Jn. 8, 27).

-El agrado de su Padre.

�...porque yo hago siempre lo que le agrada a �l� (Jn. 8, 29).

-La obediencia a su Padre.

...y se humill� a s� mismo, obedeciendo hasta la muerte y muerte de cruz (Fil. 2, 8).

-Fue manso y humilde.

�...aprended de m�, que soy manso y humilde de coraz�n;...� (Mt. 11, 29).

-Jam�s busc� su propia gloria.

Yo no busco mi gloria; ... (Jn. 8, 49).

-Nunca permiti� que los hombres le alabaran.

Jes�s les mand� que a nadie se lo contaran. Pero cuanto m�s se lo prohib�a, tanto m�s ellos lo publicaban (Mc. 7, 36).

-Despreci� las riquezas y los honores.

...el diablo le dice: �Todo esto te dar� si te postras y me adoras.� D�cele entonces Jes�s: �Ap�rtate, Satan�s...� (Mt. 4, 9-10).

-Vivi� vida muy pobre.

D�cele Jes�s: �Las zorras tienen guaridas, y las aves del cielo nidos; pero el Hijo del Hombre no tiene d�nde reclinar la cabeza� (Mt. 8, 20).

- Despreci� su dignidad real.

D�ndose cuenta Jes�s de que intentaban venir a tomarle por la fuerza para hacerle rey, huy� de nuevo al monte �l s�lo (Jn. 6, 15).

-Acept� las cruces de la vida.

...soport� la cruz sin miedo a la ignominia... (Hebr. 12, 2).

-Vivi� haciendo bien a todos.

...y como �l pas� haciendo el bien... (Hch. 10, 38).

-Curaba a los sordos y a los mudos.

Entonces le fue presentado un endemoniado ciego y mudo y le cur�... (Mt. 12, 22).

Al verla el Se�or tuvo compasi�n de ella, y le dijo: �No llores� (Luc. 7, 13).

-Pidi� al Padre perd�n para los que le torturaban.

Jes�s dec�a: �Padre, perd�nalos porque no saben lo que hace.� (Lc. 23, 34).

-La veracidad y la divinidad de la religi�n cristiana se demuestran por las mismas profec�as que Jesucristo dijo de s� mismo.

a) -Predijo que iba a ser entregado a los Jud�os.

�Mirad que subimos a Jerusal�n, y el Hijo del hombre ser� entregado a los sumos sacerdotes y escribas;...� (Mt. 20, 18).

b) -Predijo que se burlar�an de �l, que le azotar�an, que le condenar�an a muerte, que le crucificar�an y que resucitar�a al tercer d�a.

�...le condenar�n a muerte y le entregar�n a los gentiles para burlarse de �l, azotarle y crucificarle, y al tercer d�a resucitar.� (Mt. 20, 19).

-La veracidad y la divinidad de la religi�n cristiana se demuestran por la profec�a y por milagro de la Resurrecci�n.

a) -Profec�as de Cristo acerca de su resurrecci�n.

Porque de la misma manera que Jon�s estuvo en el vientre del cet�ceo tres d�as y tres noches, as� tambi�n el Hijo del Hombre estar� en el seno de la tierra tres d�as y tres noches (Mt. 12, 40).

Porque, as� como Jon�s fue se�al para los ninivitas, as� lo ser� el Hijo del hombre para esta generaci�n (Lc. 11, 30).

Jes�s les respondi� a los jud�os: �Destruid este Santuario y en tres d�as lo levantar� (Jn. 2, 19).

Aclaraci�n. Los mismos jud�os interpretaron la resurrecci�n de Cristo, en estas palabras.

b) -El milagro de la resurrecci�n.

-Cristo muri�.

...los sumos sacerdotes y los fariseos se reunieron ante Pilato y le dijeron: �Se�or, recordamos que ese impostor dijo aun cuando viv�a: �A los tres d�as resucitar�. Manda, pues...� (Mt. 27, 63).

-Cristo resucit�.

-Los Ap�stoles no fueron enga�ados.

-Por el n�mero de testigos.

Se apareci� a Cefas y luego a los Doce; despu�s se apareci� a m�s de quinientos hermanos a la vez,... (1 Cor. 15, 6).

-Por el n�mero de apariciones.

A estos mismos, despu�s de su pasi�n, se les present� d�ndoles muchas pruebas de que viv�a, apareci�ndoseles durante cuarenta d�as y habl�ndoles acerca de lo referente al Reino de Dios (Hch. 1, 3).

-Por el modo de aparecerse.

Pero �l les dijo: �Mirad mis manos y mis pies; soy yo mismo. Palpadme y ved que un esp�ritu no tiene carne y huesos como veis que yo tengo.� Y diciendo esto les mostr� las manos y los pies (Lc. 24, 38-40).

-Por la actitud de los ap�stoles que se mostraban mas bien incr�dulos.

Por �ltimo, se les apareci� y les ech� en cara su incredulidad y su dureza de cabeza, por no haber cre�do a quienes le hab�an visto resucitado (Mc. 16, 14).

Pero todas estas palabras les parec�an como desatinos y no las cre�an (Lc. 24, 11).

Tom�s les contest�: �Si no veo en sus manos la se�al de los clavos y no meto mi dedo en el agujero de los clavos y meto mi mano en su costado, no creer� (Jn. 20, 25).

-Por la transcendencia del hecho.

Y si no resucit� Cristo, vana es nuestra predicaci�n, vana tambi�n vuestra fe (1 Cor. 15, 14).

-Los Ap�stoles no quisieron enga�ar a los dem�s.

-Predicaron ante la turba.

Pedro y los ap�stoles les contestaron:

�Hay que obedecer a Dios antes que a los hombres. El Dios de nuestros padres resucit� a Jes�s a quien vosotros disteis muerte colg�ndolo de un madero...� (Hch. 5, 29-30).

-A los Ap�stoles nunca les acusaron de fraude, sino que les mandaron guardar silencio.

Pero a fin de que esto no se divulgue m�s entre el pueblo, amenac�mosles para que no hablen ya m�s a nadie en este nombre (Hch. 4, 17).

-El sanedr�n no les neg� la verdad que predicaban de la resurrecci�n, sino que pensaban matarlos.

Ellos, al o�r esto, se consum�an de rabia y trataban de matarlos (Hch. 5, 33).

-La veracidad y la divinidad de la religi�n Cristiana se demuestran por las mismas profec�as que Jesucristo dijo de sus disc�pulos.

a) -De los disc�pulos predijo:

- La entrega de Judas.

Y mientras com�an dijo: �Yo os aseguro que me entregar� uno de vosotros� (Mt. 26, 21).

- La triple negaci�n de Pedro.

D�jole Jes�s: �Yo te aseguro que esta misma noche, antes que el gallo cante, me habr�s negado tres veces� (Mt. 26, 34).

- La dispersi�n de los Ap�stoles.

Entonces les dijo Jes�s: �Todos vosotros os vais a escandalizar esta noche, porque est� escrito; Herir� al Pastor y se dispersar�n las ovejas del reba�o...� (Mt. 26, 31).

- Las tribulaciones de los Ap�stoles.

Guardaos de los hombres, porque os entregar�n a los tribunales y os azotar�n en su sinagogas; y por m� os llevar�n ante gobernadores y reyes, para que deis testimonio ante ellos y ante los gentiles (Mt. 10, 17).

-La predicaci�n de los Ap�stoles en todo el mundo.

...y ser�is mis testigos en Jerusal�n, en toda Judea y Samaria, y hasta los confines de la tierra (Hch. 1, 8).

-La veracidad y la divinidad de la religi�n Cristiana se demuestran por los milagros de los Ap�stoles.

a) -Cristo les da el poder de hacer milagros.

Sanad enfermos, resucitad muertos, limpiad leprosos, expulsad demonios. De gracia lo recibisteis; dadlo de gracia (Mt. 10, 8).

b) -Los Ap�stoles realizan milagros.

Ellos salieron a predicar por todas partes, colaborando el Se�or con ellos y confirmando la Palabra con las se�ales que la acompa�an (Mc. 16, 20).

El temor se apoder� de todos, pues los ap�stoles realizaban muchos prodigios y se�ales (Hch. 2, 43).

Por manos de los ap�stoles se realizaban muchas se�ales y prodigios en el pueblo... (Hch. 5, 12).

Hab�a all� sentado un hombre tullido de pies, cojo de nacimiento y que nunca hab�a andado. �ste escuchaba a Pablo que hablaba. Pablo fij� en �l su mirada y viendo que ten�a fe para ser curado, le dijo con voz fuerte: �Ponte derecho sobre tus pies.� Y �l dio un salto y se puso a caminar (Hch. 14, 8-10).

-La santidad extraordinaria de Jesucristo demuestra evidentemente que �l quiso siempre manifestar la verdad a los hombres.

a) -Por la integridad de su vida.

�Qui�n de vosotros puede probar que soy pecador? Si digo la verdad, �por qu� no me cre�is? (Jn. 8, 46).

b) -Por las virtudes que practic�.

-El celo por la gloria de su Padre.

El celo por tu Casa me devorar� (Jn. 2, 17).

-Defend�a la honra de su Padre.

Respondi� Jes�s:�Yo no tengo un demonio; sino que honro a mi Padre, y vosotros me deshonr�is a m� (Jn. 8, 49).

-Siempre hac�a lo que agradaba a su Padre.

�...yo hago siempre lo que le agrada a �l� (Jn. 8, 29).

-Obedeci� hasta la muerte.

...y se humill� a s� mismo, obedeciendo hasta la muerte y muerte de cruz (Fil. 2, 8).

-Fue humilde.

�...aprended de m�, que soy manso y humilde de coraz�n;...� (Mt. 11, 29).

-Nunca busc� su propia gloria.

Yo no busco mi gloria; ... (Jn. 8, 50).

-Nunca dej� ser alabado por los hombres.

Jes�s les mand� que a nadie se lo contaran (Mc. 7, 36).

-Despreci� las riquezas y los honores.

Todav�a le lleva el diablo a un monte muy alto, le muestra todos los reinos del mundo y su gloria y le dice: �Todo esto te dar� si te postras y me adoras.� D�cele entonces Jes�s: �Ap�rtate, Satan�s...� (Mt. 4, 9).

-Vivi� en pobreza total.

D�cele Jes�s: �Las zorras tienen guaridas, y las aves del cielo nidos; pero el Hijo del Hombre no tiene d�nde reclinar la cabeza� (Mt. 8, 20).

-Despreci� la dignidad real.

D�ndose cuenta Jes�s de que intentaban venir a tomarle por la fuerza para hacerle rey, huy� de nuevo al monte �l s�lo (Jn. 6, 15).

-Prefiri� el sufrimiento al gozo.

...fijos los ojos en Jes�s, el que inicial y consuma la fe, el cual, en lugar del gozo que se le propon�a, soport� la cruz sin miedo a la ignominia... (Hebr. 12, 2).

c) Por su amor a los hombres.

-Haciendo bien a todos.

...y como �l pas� haciendo el bien...y curando a todos los oprimidos por el Diablo,... (Hch. 10, 38).

-Sanando a los enfermos.

Y se maravillaron sobremanera y dec�an: �Todos lo ha hecho bien; tambi�n hace o�r a los sordos y hablar a los mudos� (Mc. 7, 37).

-Consolando a los tristes.

Al verla el Se�or tuvo compasi�n de ella, y le dijo: �No llores� (Luc. 7, 13).

-Pidiendo perd�n para los que le atormentaban:

Jes�s le dec�a: �Padre, perd�nalos porque no saben lo que hacen� (Lc. 23, 34).

Aclaraci�n. De estas virtudes practicadas por Cristo se deduce claramente el car�cter divino de su Religi�n.

-La Sabidur�a extraordinaria de Jesucristo demuestra evidentemente que �l quiso siempre manifestar la verdad a los hombres.

Nadie era capaz de contestarle nada; y desde ese d�a ninguno se atrevi� ya a preguntarle m�s (Mt. 22, 46).

...todos los que le o�an estaban estupefactos por su inteligencia y sus respuestas (Lc. 2, 47).

�l iba ense�ando en sus sinagogas, alabado por todos (Lc. 4, 15).

Y todos daban testimonio de �l y estaban admirados de las palabras llenas de gracia que sal�an de su boca (Lc. 4, 22).

Algunos de los escribas le dijeron: �Maestro, has hablado bien.� y ya no se atrev�an a preguntarle nada (Lc. 20, 39).

Respondieron los guardias: �Jam�s un hombre ha hablado como habla ese hombre� (Jn. 7, 46).

Aclaraci�n. Tanta sabidur�a brill� en Jesucristo, que cuanto m�s se penetra, tanta m�s admiraci�n causa.

-Cristo no predic� su doctrina por el conocimiento de otras doctrinas.

...subi� Jes�s al Templo y se puso a ense�ar. Los jud�os, asombrados, dec�an: ��C�mo entiende de letras sin haber estudiado?�

Jes�s les respondi�: �Mi doctrina no es m�a, sino del que me ha enviado� (Jn. 7, 14-16).

Jesucristo nunca recurri� al testimonio interno del Esp�ritu Santo, cuando quiso mostrar la verdad de la Revelaci�n, sino siempre a otros motivos.

As�, en Can� de Galilea, dio Jes�s comienzo a sus se�ales. Y manifest� su gloria, y creyeron en �l sus disc�pulos (Jn. 2, 11).

...porque las obras que el Padre me ha encomendado llevar a cabo, las mismas obras que realiz�, dan testimonio de m�, de que el Padre me ha enviado (Jn. 5, 36).

Jes�s les respondi�: �Ya os lo he dicho, pero no me cre�is. Las obras que hago en nombre de mi Padre son las que dan testimonio de m�;... (Jn. 10, 25).

5. Necesidad de la Religi�n Cristiana

-Jesucristo lo ense�� as�

-La religi�n es necesaria al hombre

-Cada hombre tiene obligaci�n de practicar la religi�n revelada

-El hombre debe tributar culto a Dios

-El hombre que abandona la religi�n queda sometido a las pasiones m�s perversas, a sufrir calamidades y el juicio just�simo de Dios

-La sociedad est� obligada a profesar la religi�n verdadera

-Jesucristo ense�� que todos los hombres tienen que abrazar su doctrina.

Jes�s se acerc� a ellos y les habl� as�: �Me ha sido dado todo poder en el cielo y en la tierra. Id, pues, y haced disc�pulos a todas las gentes bautiz�ndolas en el nombre del Padre y del Hijo y del Esp�ritu Santo, y ense��ndoles a guardar todo lo que yo os he mandado...� (Mt. 28, 18-20).

Y les dijo: �Id por todo el mundo y proclamad la Buena Nueva a toda la creaci�n. El que crea y sea bautizado, se salvar�; el que no crea, se condenar� (Mc. 16, 15-16).

...y les dijo: �As� est� escrito que el Cristo padeciera y resucitara de entre los muertos al tercer d�a y se predicar� en su nombre la conversi�n para perd�n de los pecados a todas las naciones...� (Luc. 24, 46-47).

-La Religi�n es absolutamente necesaria al hombre.

Religi�n es el v�nculo moral que une al hombre con Dios.

Se divide en objetiva y subjetiva.

Religi�n objetiva es el conjunto de verdades reveladas al hombre por Dios y de deberes que perfeccionan las relaciones con �l.

Religi�n subjetiva es la virtud moral que inclina al hombre a aceptar las verdades reveladas y a cumplir sus deberes para con �l.

A Yahv�h tu Dios temer�s, a �l le servir�s, por su nombre jurar�s (Dt. 6, 13).

El hijo honra a su padre, el siervo a su se�or. Pues si yo soy padre, �d�nde est� mi honra? (Mal. 1, 6).

D�cele entonces Jes�s: �Ap�rtate, Satan�s, porque est� escrito: Al Se�or tu Dios adorar�s, s�lo a �l dar�s culto� (Mt. 4, 10).

...porque habiendo conocido a Dios, no le glorificaron como a Dios ni le dieron gracias, antes bien se ofuscaron en vanos razonamientos y su insensato coraz�n se entenebreci�...Por eso Dios los entreg� a las apetencias de su coraz�n... (Rom. 1, 21 y 24).

-Cada hombre tiene obligaci�n grave de abrazar y practicar la religi�n revelada.

El que crea y sea bautizado, se salvar�; el que no crea, se condenar� (Mc. 16, 16).

Porque no hay bajo el cielo otro nombre dado a los hombres por el que nosotros debamos salvarnos (Hch. 4, 11).

Ahora bien, sin la fe es imposible agradarle,... (Hebr. 11, 6).

Aclaraci�n. Aquellos que voluntaria y libremente renuncian a creer y practicar la religi�n cristiana, son los que se condenar�n.

-El Hombre debe tributar a Dios un culto interno y otro externo.

a) -El culto interno con actos de fe, esperanza y caridad.

-Con actos de fe.

Ahora bien, sin la fe es imposible agradarle, pues el que se acerca a Dios ha de creer que existe y que recompensa a los que le buscan (Hebr. 11, 6).

-Con actos de esperanza.

...los que por medio de �l cre�is en Dios, que ha resucitado de entre los muertos y le ha dado la gloria, de modo que vuestra fe y vuestra esperanza est�n en Dios (1 Pe. 1, 21).

-Con actos de caridad.

Respondi�: �Amar�s al Se�or tu Dios con todo tu coraz�n, con toda tu alma, con todas tus fuerzas y con toda tu mente;...� (Lc. 10, 27).

b) -El culto externo.

Tambi�n a Set le naci� un hijo, al que puso por nombre En�s. �ste fue el primero en invocar el nombre de Yahv�h (G�n. 4, 26).

Respondi� Dios a Mois�s: �Yo estar� contigo y �sta ser� la se�al de que yo te env�o: Cuando hayas a sacado al pueblo de Egipto, dar�is culto a Dios en este monte� (Ex. 3, 12).

Sigui� Dios diciendo a Mois�s: �...Este es mi nombre para siempre, por �l ser� invocado de generaci�n en generaci�n� (Ex. 3, 15).

Este es el ritual del holocausto, de la oblaci�n, del sacrificio por el pecado, del sacrificio de reparaci�n, del sacrificio de investidura y del sacrificio de comuni�n, que Yahv�h prescribi� a Mois�s en el monte Sina�, el d�a en que mand� a los hijos de Israel que presentaran sus ofrendas a Yahv�h en el desierto del Sina� (Lev. 7, 37).

-El hombre, cuando advertida y voluntariamente abandona la religi�n, queda sometido a las pasiones mas perversas, se expone a sufrir desastrosas calamidades y a sufrir el juicio just�simo de Dios.

...porque habiendo conocido a Dios, no le glorificaron como a Dios ni le dieron gracias, antes bien se ofuscaron en vanos razonamientos y su insensato coraz�n se entenebreci�: jact�ndose de sabios se volvieron est�pidos,... (Rom. 1, 21).

Por eso Dios los entreg� a las apetencias de su coraz�n hasta una impureza tal que deshonraron entre s� sus cuerpos;... (Rom. 1, 24).

Por eso los entreg� Dios a pasiones infames; pues sus mujeres invirtieron las relaciones naturales por otras contra la naturaleza; igualmente, los hombres, abandonando el uso natural de la mujer, se abrasaron en deseos los unos por los otros, cometiendo la infamia de hombre con hombre, recibiendo en s� mismos el pago merecido por su extrav�o (Rom. 1, 26).

Y como no tuvieron a bien guardar el verdadero conocimiento de Dios, entreg�los Dios a su mente r�proba, para que hicieran lo que no conviene: llenos de toda injusticia, perversidad, codicia, maldad, henchidos de envidia, de homicidio, de contienda, de enga�o de malignidad, chismosos detractores, enemigos de Dios, ultrajadores, altaneros, fanfarrones, ingeniosos para el mal, rebeldes a sus padres, insensatos, desleales, desamorados, despiadados, los cuales, aunque conocedores del veredicto de Dios que declara dignos de muerte a los que tales cosas practican, no solamente las practican, sino que aprueban a los que las cometen (Rom. 1, 28-32).

...y sabemos que el juicio de Dios es seg�n verdad contra los que obran semejantes cosas (Rom. 2, 2).

-La sociedad civil, como sociedad, est� obligada a profesar la religi�n verdadera.

Pues la naci�n y el reino que no se sometan a ti perecer�n, esas naciones ser�n arruinadas por completo (Is. 60, 12).

Aclaraci�n. Las palabras �sometan a ti� se refieren a Jerusal�n, verdadera Iglesia de Cristo, seg�n consta en todo el cap�tulo 60.

6. Posibilidad de la Revelaci�n

-La Revelaci�n es posible

-Dios habl� a los hombres por los profetas y despu�s por medio de su Hijo

-La Revelaci�n primitiva tiene manifestaciones de ser de origen divino

-Tuvo a Dios por autor

-Es la misma que la Revelaci�n cristiana

-La Revelaci�n, que a�ade preceptos positivos a la Ley natural, es posible.

Y les dijo: �Id por todo el mundo y proclamad la Buena Nueva a toda la creaci�n. El que crea y sea bautizado, se salvar�; el que no crea, se condenar� (Mc. 16, 15-16).

Aclaraci�n. Adem�s de la Ley natural, Cristo determin� que el Bautismo es necesario para la Salvaci�n.

-Dios habl� a los hombres en tiempos anteriores por medio de los profetas y en los �ltimos tiempos por medio de su Hijo.

...la gracia y la verdad nos han llegado por Jesucristo (Jn. 1, 17).

De un manera fragmentaria y de muchos modos habl� Dios en el pasado a nuestros Padres por medio de los Profetas; en estos �ltimos tiempos nos ha hablado por medio del Hijo a quien instituy� heredero de todo,... (Hebr. 1, 1).

-La Revelaci�n primitiva tiene manifestaciones de ser de origen divino.

a) -Los dogmas.

-Existencia de un s�lo Dios, fuerte, omnipotente, creador del cielo y de la tierra, gobernador de todas las cosas, legislador supremo, juez supremo.

-La creaci�n del hombre a su imagen y semejanza, la espiritualidad y la libertad de su alma, el pecado del primer hombre que fue el principio de todo mal, expulsi�n del hombre del para�so, la promesa del Redentor, la conservaci�n de la libertad en el hombre despu�s del pecado y el estado de la vida futura.

b) -Los preceptos de moral.

Adem�s de los preceptos de la ley natural en los cuales constan los deberes del hombre para con Dios, prescribe los deberes del hombre para con el pr�jimo, fidelidad conyugal, no comer del �rbol de la ciencia y dar a Dios el culto debido.

c) -Los deberes del culto a Dios.

Tambi�n a Set le naci� un hijo, al que puso de nombre En�s. �ste fue el primero en invocar el nombre de Yahv�h (G�n. 4, 26).

...el Dios de Abraham, el Dios de Isaac y el Dios de Jacob, me ha enviado a vosotros. Este es mi nombre para siempre, por �l ser� invocado de generaci�n en generaci�n (Ex. 3, 15).

-La Revelaci�n primitiva tuvo a Dios por autor.

Revelaci�n primitiva es aquella que fue comunicada por Dios a los antiguos Patriarcas que vivieron desde Ad�n hasta Mois�s y transmitida de padres a hijos por tradici�n oral.

De la tierra cre� el Se�or al hombre,...

Les form� boca, lengua, ojos,

o�dos, y un coraz�n para pensar.

De saber e inteligencia los llen�,

les ense�� el bien y el mal.

Puso un ojo en sus corazones,

para mostrarles la grandeza de sus obras.

Por eso su santo nombre alabar�n,

cantando la grandeza de sus obras.

A�n les a�adi� el saber,

la ley de vida dioles en herencia.

Alianza eterna estableci� con ellos,

y sus juicios les ense��.

Los ojos de ellos vieron la grandeza de su gloria,

la gloria de su voz oyeron sus o�dos.

Y les dijo: �Guardaos de toda iniquidad�,

y a cada cual le dio �rdenes respeto de su pr�jimo (Si. 17, 1 y 6-14).

Aclaraci�n. Palabras alusivas a los progenitores del g�nero humano, a los cuales Dios se les apareci�, convers� con ellos, les dio sus consejos, les impuso sus preceptos, despu�s de su pecado les prometi� un Redentor. Dios hizo as� su primera revelaci�n a los progenitores de la humanidad.

-La Revelaci�n primitiva es sustancialmente la misma que la Revelaci�n cristiana.

Y la adorar�n todos los habitantes de la tierra cuyo nombre no est� inscrito, desde la creaci�n del mundo, en el libro de la vida del Cordero degollado (Apoc. 13, 8).

Aclaraci�n. Alude a la salvaci�n de aquellos que, desde el principio del mundo, son justificados porque agradaron a Dios por la fidelidad tenida al Cristo prometido. La fidelidad la practicaron por medio de los sacrificios que prefiguraban la muerte de Cristo.

7. La Revelaci�n de Mois�s

-Tuvo a Dios por autor

-Mois�s mostr� argumentos muy s�lidos de su misi�n divina

-Contiene dogmas que nunca se hubieran conocido sin la Revelaci�n divina

-Toda la Revelaci�n se consuma en Cristo Jes�s

-La Revelaci�n mosaica tuvo a Dios por autor.

La Revelaci�n mosaica es manifestada por Dios a Mois�s y contiene dogmas, toda la ley moral promulgada en el monte Sina�, preceptos ceremoniales y preceptos judiciales.

a) -Dogmas.

-Los que fueron revelados a los Patriarcas,

-La unidad de Dios, naturaleza, providencia, eternidad, omnipresencia, justicia, misericordia, bondad y dem�s atributos.

-La fe y esperanza en el futuro Redentor.

-La libertad del hombre, la inmortalidad del alma y la vida futura en la cual los justos obtendr�n su premio y los imp�os su castigo.

b) -Preceptos morales.

-Son los que regulan los deberes del hombre para con Dios, para con el pr�jimo y para consigo mismo.

-Otros interiores prescriben o proh�ben las tendencias del esp�ritu.

Unos y otros son ordenados para que el hombre ame a Dios sobre todas las cosas.

Amar�s a Yahv�h tu Dios con todo tu coraz�n, con toda tu alma y con toda tu fuerza (Dt. 6, 5).

c) -Preceptos ceremoniales.

Ense�an el culto a Dios, determinan los sacramentos, prescriben los ritos y las ceremonias, indican el tiempo, el lugar y las clases de sacrificios, especifican las fiestas que hay que celebrar e imponen la santificaci�n del s�bado.

d) -Preceptos judiciales.

Muestran la forma del r�gimen civil, determinan las relaciones del pueblo de Israel con los pueblos fronterizos, regulan las relaciones de los superiores con los inferiores, de los inferiores con los superiores y de los s�bditos entre s�, y determinan todas aquellas cosas necesarias y �tiles a la vida dom�stica, pol�tica y civil.

Aclaraci�n. Todas estas leyes son sant�simas, de acuerdo con la recta raz�n y tienden a la utilidad del hombre, como se ve en los textos siguientes:

Y �Cu�l es la gran naci�n cuyos preceptos y normas sean tan justos como toda esta Ley que hoy os doy? (Dt. 4, 8).

As� que, la Ley es santa, y santo el precepto, y justo y bueno (Rom. 7, 12).

-Mois�s mostr� argumentos muy s�lidos de su misi�n divina.

a) -Asegur� solemnemente y muchas veces que �l habl� en nombre de Dios.

Estos son los mandamientos, lo preceptos y las normas que Yahv�h vuestro Dios ha mandado ense�aros que los pong�is en pr�ctica en la tierra que vais a poseer,... (Dt. 6, 1).

b) -Todo el pueblo jud�o estaba convencido de que Dios hablaba por medio de Mois�s.

Fue, pues, Mois�s y convoc� a los ancianos del pueblo y les expuso todas estas palabras que Yahv�h les hab�a mandado. Todo el pueblo a una respondi� diciendo: �Haremos todo cuanto a dicho Yahv�h�. Y Mois�s llev� a Yahv�h la respuesta del pueblo (Ex. 19, 7-8).

c) -Mois�s realiz� milagros espl�ndidos.

...Mois�s a quien Yahv�h trataba cara a cara, ya sea por todas las se�ales y prodigios que Yahv�h le mand� realizar...ya por la mano tan fuerte y el gran terror que emple� Mois�s a los ojos de todo Israel (Dt. 34, 10-12).

d) -Fue profeta.

No ha vuelto a surgir en Israel un profeta como Mois�s,... (Dt. 34, 10 ).

e) -Confirm� su misma misi�n divina.

Mois�s dijo: �En esto conocer�is que Yahv�h me ha enviado para hacer todas estas obras, y que no es ocurrencia m�a...� (N�m. 16, 28).

-La Revelaci�n de Mois�s contiene dogmas que nunca se hubiera podido conocer sin la divina Revelaci�n.

Entre otros, la resurrecci�n de los muertos, la retribuci�n de los justos en el cielo, y las penas de los condenados en el infierno.

a) -La resurrecci�n de los muertos.

Muchos de los que duermen en el polvo de la tierra se despertar�n, unos para la vida eterna, otros para el oprobio, para el horror eterno (Dan. 12, 2).

b) -La retribuci�n de los justos en el cielo.

Dijo Yahv�h: �No temas, Abram. Yo soy para ti un escudo. Tu premio ser� muy grande� (G�n. 15, 1).

c) -Las penas de los condenados en el infierno.

�Lo mismo nosotros: apenas nacidos, dejamos de existir (en la tierra), y no podemos mostrar vestigio alguno de virtud; nos consumimos en nuestra maldad� (Sab. 5, 13).

-Toda la Revelaci�n de Dios se consuma en Cristo Jes�s.

Pues todas las promesas hechas por Dios ha tenido su s� en �l; y por eso decimos por �l �Am�n� a la gloria de Dios (2 Cor. 1, 20).

Hasta el d�a de hoy, siempre que se lee a Mois�s, un velo est� puesto sobre sus corazones. Cuando se hayan convertido al Se�or, entonces caer� el velo (2 Cor. 3, 15-16).

Pues el mismo Dios que dijo: �Del seno de las tinieblas brille la luz�, ha hecho brillar la luz en nuestros corazones, para irradiar el conocimiento de la gloria de Dios que est� en la faz de Cristo (2 Cor. 4, 6).

8. La existencia de Dios

-El hombre puede conocerla

-Se puede demostrar por la raz�n natural

-Dios manifiesta su grandeza en las perfecciones de sus criaturas

-El hombre puede conocer la existencia de Dios en el estado actual de naturaleza ca�da.

a) -A trav�s de la naturaleza.

Si, vanos por naturaleza todos los hombres que ignoraron a Dios y no fueron capaces de conocer por los bienes visibles a Aquel-que-es, ni atendiendo a las obras, reconocieron al Art�fice;... (Sab. 13, 1).

...de la grandeza y hermosura de las criaturas se llega, por analog�a, a contemplar a su Autor (Sab. 13, 5).

...si llegaron a adquirir tanta ciencia que les capacit� para indagar el universo, �c�mo no llegaron primero a descubrir a su Se�or? (Sab. 13, 89).

Porque lo invisible de Dios, desde la creaci�n del mundo, se deja ver a la inteligencia a trav�s de sus obras: su poder eterno y su divinidad, de forma que son inexcusables;... (Rom. 1, 20).

b) -A trav�s de la conciencia.

En efecto, cuando los gentiles, que no tienen ley, cumplen naturalmente las prescripciones de la ley, sin tener ley, para s� mismos son ley; como quienes muestran tener la realidad de esa ley escrita en su coraz�n atestigu�ndolo su conciencia,... (Rom. 2, 14-15).

c) -A trav�s de la historia.

...os predicamos que abandon�is estas cosas vanas y os volv�is al Dios vivo que hizo el cielo, la tierra, el mar y cuanto en ellos hay, y que en las generaciones pasadas permiti� que todas las naciones siguieran sus propios caminos; si bien no dej� de dar testimonio de s� mismo, derramando bienes, envi�ndoos desde el cielo lluvias y estaciones fruct�feras, llenando vuestros corazones de sustento y alegr�a (Hch. 14, 15-17).

�l cre�, de un s�lo principio, todo el linaje humano, para que habitase sobre toda la faz de la tierra y determin� con exactitud el tiempo y los l�mites del lugar donde hab�an de habitar, con el fin de que buscasen a Dios, para ver si a tientas le buscaban y le hallaban; por m�s que no se encuentra lejos de cada uno de nosotros (Hch. 17, 26-27).

-La existencia de Dios se puede demostrar por la raz�n natural solamente, sin la ayuda de la Revelaci�n.

Pero interroga a las bestias para que te instruyan, a las aves del cielo para que informen. Te instruir�n los reptiles de la tierra, te ense�ar�n los peces del mar. Pues entre todos ellos �qui�n ignora que la mano de Dios ha hecho esto? (Job 12, 7-9).

S�, vanos por naturaleza todos los hombres que ignoraron a Dios y no fueron capaces de conocer por los bienes visibles a Aquel-que-es, ni atendiendo a las obras, reconocieron al Art�fice; sino que al fuego, al viento, al aire sutil, a la b�veda estrellada, al agua impetuosa o a las lumbreras del cielo los consideraron como dioses, se�ores del mundo (Sab. 13, 1).

...pues de la grandeza y hermosura de las criaturas se llega, por analog�a, a contemplar a su Autor (Sab. 13, 5).

-Dios se manifiesta en la grandeza y en las perfecciones de las cosas creadas.

�D�nde estabas t� cuando fundaba yo la tierra?

Ind�calo, si sabes la verdad.

�Qui�n fij� sus medidas? �Lo sabr�as?

�Qui�n tir� el cordel sobre ella?

�Sobre qu� se afirmaron sus bases?

�Qui�n asent� su piedra angular,

entre el clamor a coro de las estrellas del alba

y las aclamaciones de todos los Hijos de Dios?

�Qui�n encerr� el mar con doble puerta,

cuando el seno materno sal�a borbotando,

cuando le puso una nube por vestido

y del nubarr�n hice sus pa�ales;

cuando le trac� sus linderos

y coloqu� puertas y cerrojos? (Job, 38, 5-10).

9. Posibilidad de la Revelaci�n sobrenatural

-La Revelaci�n de Dios es posible

-La de sus misterios tambi�n

-La Religi�n fue revelada al hombre por Dios desde un principio

-El objeto de la Revelaci�n es Dios

-Dios dispuso revelarse a s� mismo.

-Dios revela las verdades de la fe expl�cita e impl�citamente

-No habr� m�s revelaciones p�blicas

-La Revelaci�n sobrenatural es posible.

Revelaci�n sobrenatural es la manifestaci�n de los misterios de Dios a los hombres.

...tomando Jes�s la palabra dijo: �Yo te bendigo, Padre, Se�or del cielo y de la tierra, porque has ocultado estas cosas a sabios y prudentes, y se las has revelado a peque�os (Mt. 11, 25).

As�, ya no os falta ning�n don de gracia a los que esper�is la Revelaci�n de nuestro Se�or Jesucristo (1 Cor. 1, 7).

...sino que hablamos de una sabidur�a de Dios misteriosa, escondida, destinada por Dios desde antes de los siglos para gloria nuestra, desconocida de todos los pr�ncipes de este mundo,... (1 Cor. 2, 7-8).

De una manera fragmentaria y de muchos modos habl� Dios en el pasado a nuestros Padres, por medio de los Profetas; en estos �ltimos nos ha hablado por medio del Hijo a quien instituy� heredero de todo,... (Hebr. 1, 1-2).

-La Revelaci�n de los misterios es posible.

Misterio, en general, es cualquier verdad oculta.

Misterio en Teolog�a es una verdad que excede de tal grado el entendimiento creado, que la raz�n ni lo puede descubrir por sus propias fuerzas, ni, despu�s de revelado, lo puede entender.

Jes�s dijo: �Yo te bendigo, Padre, ....porque has ocultado estas cosas a sabios y prudentes, y se las has revelado a peque�os (Mt. 11, 25).

...revelaci�n de un misterio mantenido en secreto durante siglos eternos, pero manifestado al presente, por las Escrituras que lo predicen, por disposici�n del Dios eterno, dado a conocer a todos los gentiles para obediencia de la fe,... (Rom. 16, 25-26).

...sino que hablamos de una sabidur�a de Dios, misteriosa, escondida, destinada por Dios desde antes de los siglos para gloria nuestra, desconocida de todos los pr�ncipes de este mundo,... (1 Cor. 2, 7-9).

...para que la multiforme sabidur�a de Dios sea ahora manifestada a los Principados y a las Potestades en los cielos, mediante la Iglesia,... (Ef. 3, 10).

Les fue revelado que no administraban en beneficio propio sino en favor vuestro este mensaje que ahora os anuncian quienes os predican el Evangelio, en el Esp�ritu Santo... (1 Pe. 1, 12).

-La Religi�n fue revelada al hombre por Dios desde un principio.

De la tierra cre� el Se�or al hombre,

y de nuevo le hizo volver a ella (Si. 17, 1),

Les form� boca, lengua, ojos,

o�dos, y un coraz�n para pensar.

De saber e inteligencia los llen�,

les ense�� el bien y el mal.

Puso un ojo en sus corazones,

para mostrarles la grandeza de sus obras.

Por eso su santo nombre alabar�n,

cantando la grandeza de sus obras.

A�n les a�adi� el saber,

la ley de vida dioles en herencia.

Alianza eterna estableci� con ellos,

y sus juicios les ense��.

Los ojos de ellos vieron la grandeza de su gloria,

la gloria de su voz oyeron sus o�dos.

Y les dijo: �Guardaos de toda iniquidad�,

y a cada cual le dio �rdenes respecto de su pr�jimo (Si. 17, 6-14).

-El objeto de la Revelaci�n divina es Dios mismo.

En el principio la Palabra exist�a y la Palabra estaba con Dios, y la Palabra era Dios (Jn. 1, 1).

El Padre y yo somos una sola cosa (Jn. 10, 30).

Aclaraci�n. Por la identidad que existe entre el Padre y el Hijo, es decir, entre Dios y su Palabra.

-Dios dispuso revelarse a s� mismo y manifestar el misterio de su voluntad.

...Misterio mantenido en secreto durante siglos eternos, pero manifestado al presente, por las Escrituras que lo predicen por disposici�n del Dios eternos, dado a conocer a los gentiles para obediencia de la fe, a Dios, el �nico sabio,... (Rom. 16, 25-27).

...d�ndonos a conocer el Misterio de su voluntad seg�n el ben�volo designio que en �l su propuso de antemano... (Ef. 1, 9).

-Dios revela las verdades de la fe de dos modos: expl�cita e impl�citamente.

a) -Expl�citamente, si la verdad se deduce claramente de las palabras que expresan la verdad revelada.

Y la Palabra se hizo carne,... (Jn. 1 14).

b) -Impl�citamente, si la verdad no se deduce claramente de las palabras que revelan.

Enemistad pondr� entre ti y la mujer, y entre tu linaje y su linaje;... (G�n. 3, 15).

Aclaraci�n. La primera expresa que �El Verbo de Dios se hizo hombre� y la segunda que �La Virgen Mar�a fue concebida sin pecado original.

-No habr� m�s Revelaciones p�blicas antes de la manifestaci�n gloriosa de Jesucristo.

...que conserves el mandato sin tacha ni culpa hasta la Manifestaci�n de Nuestro Se�or Jesucristo, Manifestaci�n que a su debido tiempo har� ostensible el Bienaventurado y �nico Soberano, el Rey de reyes y el Se�or de los Se�ores,... (1 Tim. 6, 14-15).

...aguardando la feliz esperanza y la Manifestaci�n de la gloria del gran Dios y Salvador nuestro Jesucristo;... (Tit. 2, 13).

10. Necesidad de la Revelaci�n divina

-Es necesario para conocer la Ley natural

-Con certeza firme y sin error

-No es necesaria para conocer las verdades naturales

-La Revelaci�n divina es necesaria al hombre para que pueda conocer toda la Ley natural sin mezcla de error.

...porque, habiendo conocido a Dios, no le glorificaron como a Dios ni le dieron gracias, antes bien se ofuscaron en vanos razonamientos y su insensato coraz�n se entenebreci�: jact�ndose de sabios se volvieron est�pidos, y cambiaron la gloria de Dios incorruptible por una representaci�n en forma de hombre corruptible,... (Rom. 1, 21-23).

Aclaraci�n. Es claro que muchos fil�sofos yerran en la interpretaci�n de la ley natural, cuando les falta la luz de la revelaci�n.

-La Revelaci�n sobrenatural es necesaria al hombre en el estado actual de su naturaleza humana, para que pueda conocerla con certeza firme y sin ning�n error.

...porque habiendo conocido a Dios, no le glorificaron como a Dios ni le dieron gracias, antes bien ofuscaron en vanos razonamientos y su insensato coraz�n se entenebreci�: jact�ndose de sabios se volvieron est�pidos,... (Rom. 1, 21).

Aclaraci�n. El conocimiento de Dios, sin su Revelaci�n, puede llevar a los hombres a los m�s desviados errores.

-La Revelaci�n sobrenatural no es necesaria al hombre para conocer las verdades naturales aunque sean referentes a la religi�n.

S�, vanos por naturaleza todos los hombres que ignoraron a Dios y no fueron capaces de conocer por los bienes visibles a Aquel-que-es, ni, atendiendo a las obras, reconocieron al Art�fice; sino que al fuego, al viento, al aire sutil, a la b�veda estrellada, al agua impetuosa o a las lumbreras del cielo los consideraron como dioses, se�ores del mundo (Sab. 13, 1-2).

11. Obligaci�n de abrazar la Revelaci�n verdadera

-El hombre tiene obligaciones de abrazarla

-Hay que prestarle obediencia de fe

-El hombre tiene obligaci�n de abrazar la verdadera Revelaci�n.

...el que no crea, se condenar� (Mc. 16, 16).

Porque no hay bajo el cielo otro nombre dado a los hombres por el que nosotros debamos salvarnos (Hch. 4, 12).

Ahora bien, sin la fe es imposible agradarle,... (Hebr. 11, 6).

Aclaraci�n. Es manifiesta la obligaci�n de aceptar la Revelaci�n sobrenatural.

-A la Revelaci�n de Dios hay que prestar obediencia de fe.

...Jesucristo Se�or nuestro, por quien recibimos la gracia y el apostolado, para predicar la obediencia de la fe a gloria de su nombre, entre todos los gentiles,... (Rom. 1, 5).

...vosotros, que erais esclavos del pecado, hab�is obedecido de coraz�n a aquel modelo de doctrina al que fuisteis entregados, y liberados del pecado, os hab�is hecho esclavos de la justicia (Rom. 6, 17).

Deshacemos sofismas y toda altaner�a que se subleva contra el conocimiento de Dios y reducimos a cautiverio todo entendimiento para obediencia de Cristo (2 Cor. 10, 5).


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