Tratado VIII

DIOS LEGISLADOR

1. Dios legislador

2. Fidelidad a su Ley

3. Infidelidad a su Ley

4. 1� Mandamiento

5. 1� Mandamiento. (Otros deberes)

6. 1� Mandamiento (vicios opuestos)

7. 2� Mandamiento

8. 2� Mandamiento (vicios opuestos)

9. 3� Mandamiento

10. 4� Mandamiento

11. 4� Mandamiento (esposos, amos, patronos, autoridad civil)

12. 5� Mandamiento

13. 5� Mandamiento (vicios opuestos)

14. 6� Mandamiento

15. 6� Mandamiento (vicios opuestos)

16. 7� Mandamiento

17. 7� Mandamiento (vicios opuestos)

18. 8� Mandamiento

19. 8� Mandamiento (vicios opuestos)

20. 9� Mandamiento

21. 10 Mandamiento

22. Ley Antigua

23. La Ley Antigua. Prescripciones

24. Los Principios

25. La Conciencia

26. La Ley

1. Dios Legislador

-Dios legislador supremo, del cual los dem�s reciben su potestad

-Dios autor de Dec�logo

-Dios prometi� a Mois�s los Mandamientos

-La Ley de Dios es inmutable

-Dios manda a los hombres guardar sus preceptos en el Antiguo Testamento

-Dios promulga su Ley

-La Ley de Dios no es para los justos sino para los pecadores

-La prescribe para procurar nuestra felicidad

-Tambi�n porque entra�a sabidur�a justicia y santidad

-Son expresi�n de amor a Dios y al pr�jimo

-Procuran la vida el hombre

-Son fuente de santidad

-La medida de la santidad corresponde al grado de observancia de la Ley

-Su cumplimiento produce la felicidad al hombre

-S�lo Dios es legislador supremo y universal del cual los dem�s legisladores reciben su potestad.

Por m� los reyes reinan

y los magistrados administran la justicia (Pro. 8, 15).

Som�tanse todos a las autoridades constituidas, pues no hay autoridad que no provenga de Dios, y las que existen, por Dios han sido constituidas (Rom. 13, 1).

-Dios es el autor del dec�logo.

Y ahora, Israel, escucha los preceptos y las normas que yo os ense�o para que las pong�is en pr�ctica, a fin de que viv�is y entr�is a tomar posesi�n de la tierra que os da Yahv�h, Dios de vuestro padres. No a�adir�is nada a lo que yo os mando, ni quitar�is nada, al guardar los mandamientos de Yahv�h vuestro Dios que yo os ordeno (Deut. 4, 1).

Escucha, Israel, los preceptos y las normas que yo pronuncio hoy a tus o�dos. Apr�ndelos y cuida de ponerlos en pr�ctica (Deut. 5, 1).

-Dios prometi� a Mois�s la entrega de las tablas de piedra con la Ley y los mandamientos.

Dijo Yahv�h a Mois�s: �Sube hasta m�, al monte; qu�date all� y te dar� las tablas de piedra -la Ley y los mandamientos- que tengo escritos para su instrucci�n (Ex. 24, 12).

-La Ley de Dios es inmutable.

No a�adir�is nada a lo que yo os mando, ni quitar�is nada, al guardar los mandamientos de Yahv�h vuestro Dios que yo os ordene (Deut. 4, 2).

-Dios manda a los hombres guardar sus preceptos en el Antiguo Testamento.

Escucha Israel: Yahv�h es nuestro Dios, s�lo Yahv�h. Amar�s a Yahv�h tu Dios con todo tu coraz�n, con toda tu alma y con toda tu fuerza. Queden grabadas en tu coraz�n estas palabras que yo te mando hoy(Deut. 6, 4-6).

Hijo m�o, no olvides mi lecci�n,

en tu coraz�n guarda mis mandatos,

pues largos d�as y a�os de vida

y bienestar te a�adir�n (Prov. 3, 1-2).

-Dios promulga su Ley a todos los hombres.

Entonces pronunci� Dios todas estas palabras:

-�Yo, Yahv�h, soy tu Dios, que te he sacado el pa�s de Egipto, de la casa de servidumbre.�

-No habr� para ti otros dioses delante de m�.

-No har�s escultura ni imagen alguna ni de lo que hay arriba en los cielos, ni de lo que hay abajo en la tierra, ni de lo que hay en las aguas debajo de la tierra.

-No te postrar�s ante ellas, ni les dar�s culto...

-No tomar�s en falso en nombre de Yahv�h tu Dios;...

-Recuerda el d�a de s�bado para santificarlo. Seis d�as trabajar�s y har�s todos tus trabajos, pero el d�a s�ptimo es d�a de descanso para Yahv�h, tu Dios.

- Honra a tu padre y a tu madre,..

- No matar�s.

- No cometer�s adulterio.

- No robar�s.

- No dar�s falso testimonio contra tu pr�jimo.

- No codiciar�s la casa de tu pr�jimo, ni codiciar�s la mujer de tu pr�jimo ni su siervo, ni su sierva, ni su buey, ni su asno, ni nada que sea de tu pr�jimo� (Ex. 20, 1-17).

-La Ley de Dios no ha sido instituida para los justos sino para los pecadores.

...la ley no ha sido instituida para el justo, sino para los prevaricadores y rebeldes, para los imp�os y pecadores, para los irreligiosos y profanadores,... (1� Tim. 1, 9).

Aclaraci�n. La Ley de Dios se considera en este texto bajo su aspecto penal, y desde este aspecto acusa y castiga a los culpables y no a los justos.

-Dios prescribe las leyes del dec�logo a los hombres, no por su inter�s sino por el nuestro, procur�ndonos nuestra felicidad temporal y eterna.

Cuidad, pues, de proceder como Yahv�h vuestro Dios os ha mandado. No os desvi�is a derecha ni a izquierda. Seguid en todo el camino que Yahv�h vuestro Dios os ha trazado; as� vivir�is, ser�is felices y prolongar�is vuestros d�as en la tierra que vais a poseer (Deut. 5, 32-33).

Escucha, pues, Israel; cuida de practicar lo que har� feliz... (Deut. 6, 3).

Y Yahv�h nos orden� que pusi�ramos en pr�ctica todos estos preceptos, temiendo a Yahv�h nuestro Dios, para que fu�ramos felices siempre y nos permitiera vivir como al presente (Deut. 6, 24).

-Dios manda el cumplimiento del dec�logo porque entra�a gran sabidur�a, justicia y santidad y constituyen un gran beneficio para los hombres y para la sociedad.

Guardadlos y practicadlos, porque ellos son vuestra sabidur�a y vuestra inteligencia a los ojos de los pueblos que, cuando tengan noticia de todos estos preceptos, dir�n: �Cierto que esta gran naci�n es un pueblo sabio e inteligente� (Deut. 4, 5).

-Los mandamientos del dec�logo son expresi�n y v�a del amor de los hombres a Dios y al pr�jimo y entra�an suma trascendencia para el destino definitivo de los hombres.

a) -Expresi�n y v�a de amor.

Si me am�is, guardar�is mis mandamientos (Jn. 14, 15).

En esto conocemos que amamos a los hijos de Dios; si amamos a Dios y cumplidos sus mandamiento (1 Jn. 5, 2).

Pues en esto consiste el amor a Dios; en que guardemos sus mandamientos (1 Jn. 5, 3).

b) -Entra�an suma trascendencia.

...lo que importa es el cumplimiento de los mandamientos de Dios (1 Cor. 7, 19).

Porque nada cuenta ni la circuncisi�n, ni la incircuncisi�n, sino la creaci�n nueva. Y para todos los que sometan a esta regla, paz y misericordia,... (G�l. 6, 15-16).

-La observancia fiel de la Ley de Dios procura la vida al hombre.

Y ahora, Israel escucha los preceptos y las normas que yo os ense�� para que los pong�is en pr�ctica, a fin de que viv�is y entr�is a tomar posesi�n de la tierra que os da Yahv�h,... (Deut. 4, 1).

Todos los mandamientos que yo os mando hoy, cuida de practicarlos, para que viv�is,... (Deut. 8, 1).

...si amasa Yahv�h tu Dios, si sigues sus caminos y guardas sus mandamientos, sus preceptos y sus normas, vivir�s y te multiplicar�s;... (Deut. 30, 16).

Escoge, pues, la vida, para que vivas, t� y t� descendencia, amado a Yahv�h tu Dios, escuchando su voz, uni�ndote a �l; pues en eso est� tu vida,... (Deut. 30, 19-20).

...(Yahv�h) les dijo: �Estad bien atentos a todas estas palabras que os doy como testimonio. Se las prescribir�is a vuestros hijos, para que cuiden de poner en pr�ctica todas las palabras de esta Ley. Porque no es una palabra vana para vosotros, sino que es vuestra vida,...� (Deut. 32, 46-47).

Yo soy Yahv�h, vuestro Dios. Guarda mis preceptos y mis normas. El hombre que los cumpla, por ellos vivir�. Yo Yahv�h (Lev. 18, 5).

-Los mandamientos de Dios son fuente de santidad y de vida.

Y ahora, Israel, escucha los preceptos y las normas que yo os ense�o para que las pong�is en pr�ctica, a fin de que viv�is y entr�is a tomar posesi�n de la tierra que os da Yahv�h, Dios de vuestros padres (Deut. 4, 1).

Todos los mandamientos que yo os mando hoy, cuidad de practicarlos, para que viv�is,... (Deut. 8, 1).

Si escuchas los mandamientos de Yahv�h tu Dios que yo te prescribo hoy, si amas a Yahv�h tu Dios, si sigues sus caminos y guardas sus mandamientos, sus preceptos y sus normas, vivir�s y te multiplicar�s; Yahv�h tu Dios te bendecir� en la tierra que vas a entrar a poseer (Deut. 30, 16).

...Mois�s...les dijo: �Estad bien atentos a todas estas palabras que hoy os doy como testimonio. Se la prescribir�is a vuestros hijos, para que cuiden de poner en pr�ctica todas las palabras de esta Ley. Porque no es una palabra vana para vosotros, sino que es vuestra vida,... (Deut. 32, 45-47).

Ella es el libro de los preceptos de Dios, la Ley que subsiste eternamente; todos los que la retienen alcanzar�n la vida, m�s los que la abandonan morir� (Bar. 4, 1).

-La medida de la santidad cristiana corresponde al grado de observancia de la Ley.

...el que quebrante uno de estos mandamientos menores, y as� los ense�e a los hombres, ser� el menor en el Reino de los Cielos; en cambio el que los observa y los ense�e, ese dar� grande en el Reino de los Cielos (Mt. 5, 19).

-El cumplimiento de los mandamientos de Dios le producen la felicidad al hombre sobre la tierra.

...si amas a Yahv�h tu Dios, si sigues sus caminos y guardas sus mandamientos, sus preceptos y sus normas, vivir�s y te multiplicar�s; Yahv�h tu Dios te bendecir� en la tierra que vas a entrar a poseer (Deut. 30, 16).

�Dichoso el hombre aquel

que...se complace en la Ley de Yahv�h,

su ley susurra d�a y noche! (Sal. 1, 1-2).

Feliz el hombre que se ejercita en la sabidur�a,

y que en su inteligencia reflexiona,

que medita sus caminos en su coraz�n,

y sus secretos considera (Si. 14, 20-21).

2. Dios Legislador. Fidelidad a su Ley

-Dios pide a los hombres fidelidad a su Ley

-El amor verdadero supone continuidad fiel

-Hay quienes cumplen la Ley de Dios con toda fidelidad

-Ponerse en peligro de caer, a nadie es l�cito

-Dios pide a los hombres fidelidad total a los compromisos contra�dos.

Otro le dijo: �Te seguir�, Se�or; pero d�jame antes despedirme de los de mi casa�. Le dijo Jes�s: �Nadie que pone la mano en el arado y mira hacia atr�s es apto para el Reino de Dios� (Lc. 9, 61-62).

Yo, hermanos, no creo haberlo alcanzado todav�a. Pero una cosa hago: olvido lo que dej� atr�s y me lanzo a lo que est� por delante, corriendo hacia la meta, para alcanzar el premio a que Dios me llama... (Fil, 3, 13-14).

He cometido en la noble competici�n, he llegado a la meta en la carrera, he conservado la fe. Y desde ahora me aguarda la corona de justicia que aquel D�a me entregar� el Se�or,... (2 Tim. 4, 7-8).

-El amor verdadero a Jesucristo supone continuidad total a pesar de las vicisitudes que puedan oponerse.

�Qui�n nos separar� del amor de Cristo? �La tribulaci�n?, �La angustia?, �La persecuci�n?, �el hambre?, �La desnudez?, �Los peligros?, �La espada?,... (Rom. 8, 35).

-Hay quienes cumplen con toda fidelidad la Ley de Dios y no cometen nunca pecado mortal.

a) -Jos�, esposo de Mar�a.

Su esposo Jos�, como era justo y no quer�a ponerla en evidencia,... (Mt. 1, 19).

b) -Zacar�as e Isabel.

Hubo...un sacerdote llamado Zacar�as...casado con una mujer...que se llamaba Isabel; los dos eran justos ante Dios, y caminaban sin tacha en todos los mandamientos y preceptos del Se�or (Lc. 1, 5-6).

-Ponerse en peligro de caer en pecado a nadie le es l�cito.

El coraz�n obstinado en mal acaba, y el que ama el peligro caer� en �l (Si. 3, 26).

Absteneos de todo g�nero de mal (1 Tes. 5, 22).

3. Dios Legislador. Infidelidad a su Ley

-El que menosprecia los pecados veniales, caer� f�cilmente en los mortales

-Es peor apartarse de su Ley que no haberla conocido

-Despu�s del diluvio universal Dios revela favores a todos los pueblos

-El que menosprecio los pecados veniales caer� f�cilmente en pecados mortales.

...el que desprecia las cosas peque�as, poco a poco caer� (Si. 19, 1).

-Es peor apartarse de Dios y de su Ley, que nunca haberle conocido.

El Hijo del hombre se va, como est� escrito de �l, pero �ay de aquel por quien el Hijo del hombre es entregado! �M�s le valdr�a a ese hombre no haber nacido! (Mt. 26, 24).

Pues m�s les hubiera valido no haber conocido el camino de la justicia que, una vez conocido, volverse atr�s del santo precepto que les fue transmitido (2 Pe. 2, 21).

-Despu�s de diluvio universal Dios revela y promete favores insignes a todos los pueblos.

a) -La Alianza con Abraham.

Yahv�h dijo a Abram: �...De ti har� una naci�n grande y te bendecir�. Engrandecer� tu nombre, que servir� de bendici�n. Bendecir� a quienes te bendigan y maldecir� a quienes te maldigan. Por ti se bendecir�n todos los linajes de la tierra� (G�n. 12, 1-3).

b) -Otro favor a Abraham.

Dijo Yahv�h a Abram, despu�s que Lot se separ� de �l: �Alza tus ojos y mira desde el lugar en donde est�s hacia el norte, el mediod�a, el oriente y el poniente. Pues bien, toda la tierra que ves te la dar� a ti y a tu descendencia por siempre (G�n. 13, 14-15).

c) -Otro favor a Abraham.

El �ngel de Yahv�h llam� a Abraham por segunda vez desde los cielos, y dijo: �Por m� mismo juro, or�culo de Yahv�h, que por haberme negado tu hijo, tu �nico, yo te colmar� de bendiciones y acrecentar� much�simo tu descendencia como las estrellas del cielo y como las arenas de la playa,...� (G�n. 22, 15-17).

d) -La Alianza con Isaac.

Respondi� Dios: �Si, pero Sara tu mujer te dar� a luz un hijo, y le pondr�s por nombre Isaac. Yo establecer� mi alianza con �l, una alianza eterna, de ser el Dios suyo y el de su posterioridad� (Gen 17, 19).

e) -Otros favores a Isaac.

Yahv�h se le apareci� (a Isaac) y le digo: �No bajes a Egipto. Qu�date en la tierra que yo te indique. Reside en esta tierra, y yo te asistir� y bendecir�; porque a ti y a tu descendencia he de dar todas estas tierras y mantendr� el juramento que hice a tu padre Abraham (G�n. 26, 2-3).

f) -Favores a Jacob.

(Yahv�h) le dijo (a Jacob): �Yo soy Yahv�h, el Dios de tu padre Abraham y el Dios de Isaac. La tierra en que est�s acostado te la doy para ti y tu descendencia. Tu descendencia ser� como el polvo de la tierra y te extender� al poniente y al oriente, al norte y al mediod�a; y por ti se bendecir�n todos los linajes de la tierra, y por tu descendencia (G�n. 28, 13-14).

g) -Otros favores a Jacob.

D�joles Dios: �...la tierra que di a Abraham e Isaac, a ti te la doy, y a tu descendencia y sucesi�n dar� esta tierra�(G�n. 35, 11-12).

h) - Bendiciones y favores a Jud�.

No se ir� de Jud� al b�culo, el bast�n de mando de entre tus piernas, hasta tanto que venga aquel a quien le est� reservado, y a quien rindan homenaje las naciones;... (G�n. 49, 10).

4. 1� Mandamiento. Amar a Dios y al pr�jimo

-Se ha de creer que Dios existe y que es remunerador

-Existe el precepto de amar a Dios sobre todas las cosas

-El amor es el primero de los Mandamientos

-Dios manda a los hombres que le amen

-El hombre debe corresponder al amor que Dios le tiene

-El amor consiste en conocer los mandamiento y cumplirlos

-El amor incluye la obediencia

-El amor y la obediencia a Dios superan del amor y obediencia los padres

-Los que quebrantan el precepto del amor merecen la muerte eterna

-Existe el precepto de amar al pr�jimo

-Tambi�n de amar a los enemigos

-Se ha de creer con necesidad de medio que Dios existe y que es remunerador.

a) -Que Dios existe.

Ahora bien, sin fe es imposible agradarle, pues el que se acerca a Dios ha de creer que existe y que recompensa a los le buscan (Hebr. 11, 6).

b) -Que es remunerador.

Ahora bien, sin fe es imposible agradarle, pues el que se acerca a Dios ha de creer que existe y que recompensa a los que le buscan (Hebr. 11, 6).

-Existe el precepto de amar a Dios sobre todas las cosas, que es el principal de todos ellos.

Amar�s a Yahv�h tu Dios con todo tu coraz�n, con toda tu alma y con toda tu fuerza (Deut. 6, 5).

...que le ames y sirvas a Yahv�h a Dios con todo tu coraz�n y con toda tu alma,... (Deut. 10, 12).

...que am�is a Yahv�h vuestro Dios, que sig�is siempre sus caminos,... (Jos. 22, 5).

El que ama a su padre o a su madre m�s que a m�, no es digno de m�; el que ama a su hijo o a su hija m�s que a m�, no es digno de mi (Mt. 10, 37).

�l le dijo: �Amar�s al Se�or, tu Dios, con todo tu coraz�n, con toda tu alma y con toda tu mente. Este es el primer y mayor mandamiento...� (Mt. 22, 37).

Caminaba con �l mucha gente, y volvi�ndose les dijo:

�Si alguno viene donde m� y no odia a su padre, a su madre, a su mujer, a sus hijos, a sus hermanos, a sus hermanas y hasta su propia vida, no puede ser disc�pulo m�o (Lc. 14, 25-26).

�Qui�n nos separar� del amor de Cristo? �La tribulaci�n?, �la angustia?, �la persecuci�n?, �el hambre?, �la desnudez?, �los peligros?, �la espada?,... (Rom. 8, 35).

Pues estoy seguro de que ni la muerte, ni la vida, ni los �ngeles ni los principados, ni lo presente, ni lo futuro, ni las potestades, ni la altura, ni la profundidad, ni otra criatura alguna podr� separarnos del amor de Dios... (Rom. 8, 38-39).

-El amor es el primero de los mandamientos, el resumen de todos ellos, el m�s alto de los carismas del esp�ritu y la esencia de la vida cristiana.

a) -El primero de los mandamientos.

...un fariseo le pregunt� con �nimo de ponerle a prueba: �Maestro, �cu�l es el mandamiento mayor de la Ley?� �l le dijo: �Amar�s al Se�or, tu Dios, con toda tu mente. �ste es el mayor y el primer mandamiento (Mt. 22, 35-38).

b) -El resumen de todos ellos.

La caridad es, por tanto, la ley en su plenitud (Rom. 13, 10).

c) -El m�s alto de los carismas del esp�ritu.

Ahora subsisten la fe, la esperanza y la caridad, estas tres. Pero la mayor de todas ellas es la caridad (1 Cor. 13, 13).

d) -La esencia de la vida cristiana.

Queridos, am�monos unos a otros, ya que el amor es de Dios, y todo el que ama ha nacido de Dios y conoce a Dios. Quien no ama no ha conducido a Dios, porque Dios es Amor...En esto consiste el amor: no en que nosotros hayamos amado a Dios, sino en que �l nos am� y nos envi� a su Hijo como propiciaci�n por nuestros pecados (1 Jn. 4, 7-10).

Si nos amamos unos a otros, Dios permanece en nosotros y su amor ha llegado en nosotros a su plenitud (1 Jn. 4, 12).

-Dios manda a los hombre que le amen para que merezcan ser enriquecidos y hacerlos felices con sus dones.

Y ahora, Israel, �Qu� te pide tu Dios, sino que temas a Yahv�h tu Dios, que sigas todos sus caminos, que le amos, que sirvas a Yahv�h tu Dios con todo tu coraz�n, con toda tu alma, que guardes los mandamientos de Yahv�h y sus preceptos, los que yo te prescribo hoy para que sea feliz? (Deut. 10, 12-13).

...el que me ame, ser� amado de mi Padre; y yo le amar� y me manifestar� �l (Jn. 14, 21).

-El hombre debe corresponden al amor que Dios le tiene con su amor, con su temor y con el cumplimiento de sus preceptos.

Y ahora, Israel, �Qu� te pide tu Dios, sino que temas a Yahv�h tu Dios, que sigas todos sus caminos, que le ames, que sirvas a Yahv�h tu Dios con todo tu coraz�n y con toda tu alma, que guardes los mandamientos de Yahv�h y sus preceptos, los que yo te prescribo hoy para que sea feliz? (Dt. 10, 12, 13).

Amar�s, pues, a Yahv�h tu Dios y guardar�s siempre sus ritos, sus preceptos, normas y mandamientos (Dt. 11, 1).

-El amor a Dios consiste en conocer sus mandamientos y cumplirlos.

Y en esto consiste el amor: en que vivimos conforme a sus mandamientos (2 Jn. 6).

Si guard�is mis mandamientos permanecer�is en mi amor,... (Jn. 15, 10).

Si me am�is, guardar�is mis mandamientos (Jn. 14, 15).

Jes�s la respondi�: �Si alguno me ama, guardar� mi Palabra,... (Jn. 14, 23).

El que ha recibido mis mandamientos y los guarda, ese es el que me ama;... (Jn. 14, 21).

-El amor verdadero incluye la obediencia.

...y tengo misericordia por mil generaciones con los que me aman y guardan mis mandamientos (Ex. 20, 6).

...y tengo misericordia por mil generaciones con los que me aman y guardan mis mandamientos (Deut. 5, 10).

Yahv�h tu Dios es el Dios verdadero, el Dios fiel que guarda la alianza y el amor por mil generaciones a los que le aman y guardan sus mandamientos (Deut. 7, 9).

Los que temen al Se�or no desobedecen sus palabras, los que le aman guardan sus caminos (Si. 2, 15).

Si me am�is, guardar�is mis mandamientos;... (Jn. 14, 15).

El que ha recibido mis mandamientos y los guarda, ese es el que me ama;... (Jn. 14, 21).

-El amor y la obediencia a Dios debe superar al amor y a la obediencia a los padres.

�l les dijo: �Y �por qu� me buscabais? �No sab�ais que yo deb�a estar en las cosas de mi Padre?� (Lc. 2, 49).

-Los que quebrantan el precepto del amor merecen el castigo de la muerte eterna.

El que no quiera al Se�or, �sea anatema! (1 Cor. 16, 22).

Quien no ama permanece en la muerte (1 Jn. 3, 14).

Todo el que aborrece a su hermano es un asesino; y sab�is que ning�n asesino tiene vida eterna permanente en �l (1 Jn. 3,15).

-Existe el precepto de amar al pr�jimo con afecto verdadero y con amor efectivo.

a) -Con efecto verdadero.

Amar�s a tu pr�jimo como a ti mismo (Mt. 22, 39).

b) -Con amor efectivo.

...Porque tuve hambre, y no me disteis de comer; tuve sed y no me disteis de beber;... (Mt. 25, 42).

Si alguno que posee bienes de la tierra, ve a su hermano padecer necesidad y le cierra su coraz�n, �c�mo puede permanecer en �l el amor de Dios? Hijos m�os, no amemos de palabra ni de boca, sino con obras y seg�n la verdad (1 Jn. 3, 17-18).

-Existe el precepto de amar a los enemigos.

Pues yo os digo: Amad a vuestros enemigos y rogad por los que os persiguen, para que se�is hijos de vuestro Padre celestial,... (Mt. 5, 44.)

...pero si no perdon�is a los hombres, tampoco vuestro Padre perdonar� vuestras ofensas (Mt. 6, 15).

5. 1� Mandamiento. Otros deberes

-La adoraci�n profetizada en el A. T.

-El culto al Dios verdadero

-La alabanza

-El servicio, la adoraci�n y la oraci�n

-Las im�genes no deben ser adoradas como dioses

-La oraci�n a Dios necesaria al hombre

-La oraci�n tiene su eficacia en virtud de la promesa de Jesucristo

-La adoraci�n a Dios por todas las naciones de la tierra est� profetizada en el Antiguo Testamento.

�Acu�rdense y vuelvan a Yahv�h todos los confines de la tierra, todas las familias de las naciones ante su faz se postren, que es de Yahv�h el imperio, el se�or de las naciones! (Sal. 22, 28-29).

�Logre yo hacer tu nombre memorable por todas las generaciones, y los pueblos te alaben por los siglos de los siglos! (Sal. 45, 18).

-El primer mandamiento prescribe el culto al �nico Dios verdadero.

Entonces pronunci� Dios todas estas palabras: �Yo, Yahv�h, soy tu Dios, que te he sacado del pa�s de Egipto, de la casa de servidumbre.

No habr� para ti otros dioses delante de m� (Ex. 20, 1-3).

-El hombre tiene el deber de tributar alabanza a Dios.

Recitad entre vosotros salmos, himnos y c�nticos inspirados; cantad y salmodiad en vuestro coraz�n al Se�or, dando gracias continuamente y por todo a Dios Padre, en nombre de nuestro Se�or Jesucristo (Ef. 5, 19-20).

...cantad agradecidos a Dios en vuestros corazones con salmos, himnos y c�nticos inspirados,... (Col. 3, 16).

Ofrezcamos sin cesar, por medio de �l, a Dios un sacrificio de alabanza, es decir, el fruto de los labios que celebran su nombre (Hebr. 13, 15).

-El primer mandamiento prescribe el servicio, la adoraci�n y la oraci�n a Dios.

a) -El servicio.

A Yahv�h tu Dios temer�s, a �l le servir�s, por su nombre jurar�s (Deut. 6, 13).

b) -La adoraci�n.

Al Se�or tu Dios adorar�s,

s�lo a �l dar�s culto (Mt. 4, 10).

c) -La oraci�n.

Pedid y recibir�is, para que vuestro gozo sea colmado (Jn. 16, 24).

-Las im�genes no deben ser adoradas como si fueran dioses.

Bien pronto se han apartado del camino que Yo les hab�a prescrito. Se han hecho un becerro fundido y se han postrado ante �l; le han ofrecido sacrificios y han dicho: ��ste es tu Dios, Israel, el que te ha sacado de la tierra de Egipto.� Y dijo Yahv�h a Mois�s: �Ya veo que este pueblo es un pueblo de dura cerviz. D�jame ahora que se encienda mi ira contra ellos y los devore; de ti, en cambio, har� un gran pueblo� (Ex. 32, 8-10).

...no vay�is a prevaricar y os hag�is alguna escultura de cualquier representaci�n que sea:... (Deut. 4, 16).

En Horeb se fabricaron un becerro,

se postraron ante un metal fundido, y cambiaron su gloria

por la imagen de un buey que come heno (Sal. 106, 19-20).

...no debemos pensar que la divinidad sea algo semejante al oro, la plata o la piedra, modelados por el arte y el ingenio humano (Hch. 17, 29).

Aclaraci�n. Dios no quiere que a ninguna cosa criada se le d� el honor debido a El.

-La oraci�n a Dios es necesaria para el hombre.

Les dec�a una par�bola para inculcarles que era preciso orar siempre sin desfallecer �hab�a un juez,...� (Lc. 18, 1).

-La oraci�n hecha a Dios en las condiciones debidas tiene su eficacia en virtud de la promesa de Jesucristo.

Yo os digo: �Pedid y se os dar�: buscad y hallar�is; llamad y se os abrir�. Porque todo lo que pide, recibe; y el que busca, halla; y al que llama, se le abrir� (Lc. 11, 9-10).

Yo os aseguro: lo que pid�is al Padre en mi nombre, os lo dar�. Hasta ahora nada hab�is pedido en mi nombre. Pedid y recibir�is, para que vuestro gozo sea colmado (Jn. 16, 23-24).

6. 1� Mandamiento. Vicios opuestos

-La adivinaci�n y la hechicer�a

-El Espiritismo.

-Abusar de la misericordia de Dios

-La simonia. No es simonia el estipendio a los ministros de la Iglesia

-El error religioso

-La adivinaci�n y la hechicer�a son vicios opuestos al primer mandamiento.

a) -La adivinaci�n.

Es la averiguaci�n de cosas ocultas por obra del demonio.

No ha de haber en ti nadie que haga pasar a su hijo o a su hija por el fuego, que practique la adivinaci�n, astrolog�a, hechicer�a o magia,... (Deut. 18, 10).

b) -La hechicer�a.

Es el perjuicio a otro por pacto con el diablo.

No ha de haber en ti nadie que haga pasar a su hijo o a su hija por el fuego, que practique la adivinaci�n, astrolog�a, hechicer�a o magia,... (Deut. 18, 10).

-El espiritismo es otro vicio opuesto al primer mandamiento.

No ha de haber en ti nadie que haga pasar a su hijo o a su hija por el fuego, que practique la adivinaci�n, astrolog�a, hechicer�a o magia, ning�n encantador ni consultor de espectros, ni adivino, ni evocador de muertos. Porque todo el que hace estas cosas es una abominaci�n para Yahv�h tu Dios,... (Deut. 18, 10-12).

-Abusar de la misericordia de Dios otro vicio opuesto al primer mandamiento.

No digas: �La compasi�n es grande,

�l me perdonar� la multitud de mis pecado.�

Porque en �l hay misericordia, pero tambi�n hay c�lera y en los pecadores se desahoga su furor (Si. 5, 6).

Pues misericordia e ira est�n con �l,

tan poderoso en perd�n como pr�digo en ira (Si. 16, 11).

-No es simonia el estipendio concedido a los ministros de la Iglesia como retribuci�n por su sagrado ministerio.

...porque el obrero tiene derecho a su salario (Lc. 10, 7).

�No sab�is que los ministros del culto viven del culto? �Que los que sirven al altar, del altar participan? Del mismo modo, tambi�n el Se�or ha ordenado que los que predican el Evangelio vivan del Evangelio (1 Cor. 9, 14).

Aclaraci�n. La concesi�n de un sustento digno a aquellos que se dedican al bien de los dem�s, es de derecho natural.

-El error religioso culpable acarrea los peores des�rdenes morales y sociales.

Por eso Dios los entreg� a las apetencias de su coraz�n hasta una impureza tal que deshonraron entre s� sus cuerpos; a ellos que cambiaron la verdad de Dios por la mentira, y adoraron y sirvieron a la criatura en vez del Creador,... (Rom. 1,24).

Aclaraci�n. La f�rmula b�blica �Dios los entreg� es un modo de expresi�n que atribuye a Dios lo que realmente ejecuta la acci�n humana.

7. 2� Mandamiento

-Prescribe honrar el nombre de Dios

-Quienes no invocan su nombre le niegan el honor debido

-El segundo mandamiento prescribe honrar el nombre Santo de Dios.

Se encuentran innumerables invocaciones en la Sagrada Escritura, especialmente en los salmos.

�Sea bendito el nombre de Yahv�h! (Job 1, 21).

Tenme piedad, yahv�h, que estoy sin fuerzas,.. (Sal. 6, 3).

Vu�lvete Yahv�h, recobra mi alma,

s�lvame por tu amor (Sal. 6, 5).

Bendecir� a Yahv�h en todo tiempo,

sin cesar en mi boca su alabanza, (Sal. 34, 3).

Engrandeced a Yahv�h conmigo,

ensalcemos su nombre todos juntos (Sal. 34, 4).

Espera en Dios: a�n le alabar�,

�salvaci�n de mi rostro y mi Dios! (Sal. 42, 12).

Te doy gracias, Yahv�h, con todo el coraz�n,

porque t� has escuchado las palabras de mi boca (Sal. 138, 1).

-Quienes no invocan el nombre de Dios le niegan el honor debido.

�No son necios todos los agentes del mal

que comen a mi pueblo

que se comen el pan

y a Yahv�h no invocan? (Sal. 14, 4).

8. 2� Mandamiento. Vicios opuestos

-El juramento

-Es l�cito hecho con verdad, justicia y necesidad

-Pueden ser hechos por Dios, por los �ngeles y por los hombres

-Puede ser asertorio y promisorio

-La costumbre de jurar trae graves da�os.

-La blasfemia

-La blasfemia contra el E. Santo no se perdonar�

-Deshonrar la palabra de Dios, explicarla mal

-El juramento es un vicio opuesto al segundo mandamiento.

Hab�is o�do tambi�n que se dijo a los antepasados: No perjudicar�s, sino que cumplir�s al Se�or tus juramentos. Pues yo os digo que no jur�is en modo alguno: ni por el Cielo, porque es el trono de Dios, ni por la Tierra, porque es escabel de sus pies; ni por Jerusal�n, porque es la ciudad del gran Rey (Mt. 5, 33-35).

Ni tampoco jures por tu cabeza, porque ni a uno s�lo de tus cabellos puedes hacerlo blanco o negro (Mt. 5, 36).

Aclaraci�n. Por estas palabras no se reprueba el juramento general hecho en la debidas condiciones, puesto que as� Dios y los �ngeles juraron varias veces, sino la opini�n de los jud�os que estaban persuadidos de que en el juramento s�lo hab�a que precaverse de la mentira.

-El juramento es l�cito hecho con verdad, con justicia y con necesidad.

a) -Con verdad.

Jurar�as: ��Por vida de Yahv�h!� con verdad, con derecho y con justicia, y se decidir�n por ti las naciones, y por ti se alabar�an (Jer. 4, 2).

b) -Con justicia.

El rey, entonces, dijo a la muchacha: �P�deme lo que quieras y te lo dar�.� Y le jur�: �Te dar� lo que me pidas, aunque sea la mitad de mi reino� (Mc. 6, 22-23).

c) -Con necesidad.

A Yahv�h tu Dios temer�s, a �l le servir�s, por su nombre jurar�s (Deut. 6, 13).

-Los juramentos l�citos pueden ser hechos por Dios, por los �ngeles y por los hombres.

a) -Por Dios.

El �ngel de Yahv�h llam� a Abraham por segunda vez desde los cielos, y le dijo: Por m� mismo juro, or�culo de Yahv�h, que por haber hecho esto, por no haberme negado tu hijo, tu �nico, yo te colmar� de bendiciones y acrecentar� much�simo tu descendencia como las estrellas del cielo y como las arenas de la playa,... (G�n. 22, 15-17.)

Lo ha jurado Yahv�h y no ha de retractarse: �T� eres por siempre sacerdote, seg�n el orden de Melquisedec� (Sal. 110, 4).

b) -Por los �ngeles.

Entonces el �ngel que hab�a visto yo de pie sobre el mar y la tierra, levant� al cielo su mano derecha y jur� por el que vive por los siglos de los siglos...: �Ya no habr� dilaci�n! sino que... (Apoc. 10, 5-6).

c) -Por los hombres.

A Yahv�h tu Dios temer�s, a �l le servir�s, por su nombre jurar�s (Deut. 6, 13).

-El juramento puede ser asertorio o promisorio.

a) -Asertorio.

Y yo no vi a ning�n otro ap�stol, y s� a Santiago, el hermano del Se�or. Y en lo que os escribo, Dios me es testigo de que no miento (G�l. 1, 19-20).

b) -Promisorio.

Este hombre sub�a de a�o en a�o desde su ciudad para adorar y ofrecer sacrificios a Yahv�h Sebaot en Silo,... (1 Sam. 1, 3).

-La costumbre de jurar trae consigo graves da�os.

Al juramento no acostumbres tu boca,

no te habit�es a nombrar al Santo.

Porque, igual que un criado vigilado de continuo

no quedar� libre de golpes,

as� el que jura y toma el Nombre a todas horas no se ver� limpio de pecado (Si. 23, 9-10).

-La blasfemia es un vicio horrendo opuesto al segundo mandamiento.

No tomar�s el nombre de Yahv�h, tu Dios; porque Yahv�h no dejar� sin castigo a quien toma su nombre en falso.

Ex. 20, 7.

La Sabidur�a es un esp�ritu que ama al hombre, porque no dejar� sin castigo los labios del blasfemo;... (Sab. 1, 6).

Nadie, pues, que profiera palabras inicuas quedar� oculto, no le pasar� por alto la justicia vengadora (Sab. 1, 8).

Aclaraci�n. La gravedad del pecado de blasfemia queda manifestada porque Dios la previene.

No blasfemar� contra Dios, ni maldecir�s al principal de tu pueblo (Ex. 22, 27).

Quien blasfeme el nombre de Yahv�h, ser� muerto; toda la comunidad le lapidar�. Sea forastero o nativo, si blasfema el Nombre, morir� (Lev. 24, 16).

-La blasfemia contra el esp�ritu Santo no se perdonar� ni en esta vida ni en la otra.

Por eso os digo: Todo pecado y blasfemia se perdonar� a los hombres, pero la blasfemia contra el Esp�ritu no ser� perdonada (Mt. 12, 31).

Yo os aseguro que se perdonar� todo a los hijos de los hombres, los pecados y las blasfemias, por muchas que �stas sean. Pero el que blasfeme contra el Esp�ritu Santo, no tendr� perd�n nunca, antes bien, ser� reo de pecado eterno (Mc. 3, 28-28).

A todo el que diga una palabra contra el Hijo del hombre, se le perdonar�; pero al que blasfeme contra el Esp�ritu Sano, no se le perdonar� (Lc. 12, 10).

Aclaraci�n. No hay que interpretar que Dios se niegue a perdonarlo de modo absoluto, sino que suele ser muy dif�cil que quien lo comete se arrepienta y haga penitencia.

-Deshonrar la palabra de Dios, explicarla mal y desviarla a cosas vanas son vicios opuestos al segundo mandamiento.

a) -Deshonrar la palabra de Dios...

No jurar�is en falso por mi nombre: profanar�as el nombre de tu Dios. Yo, Yahv�h (Lev. 19, 12).

b) -Explicarla mal y desviarla a cosas vanas...

Aunque hay en ellas cosas dif�ciles de entender, que los ignorantes y los d�biles interpretan torcidamente -como tambi�n las dem�s Escrituras- para su propia perdici�n (2 Pe. 3, 17).

9. 3�. Mandamiento

-La inmolaci�n de v�ctimas jalona todo el A. T.

-Dios eligi� el s�bado para que los hombres le tributasen el culto

-El d�a consagrado en el A. T. para el culto a Dios y el descanso del hombre es el s�bado

-El S�bado d�a de descanso semanal en el A. T.

-El descanso del s�bado se manifestaba en la oblaci�n del sacrificio

-Dios instituy� otras festividades en el A. T.

-Las instituy� en su aspecto teol�gico y antropol�gico

-Despu�s de la resurrecci�n de Cristo los Ap�stoles consideraron el domingo como d�a del Se�or

-El culto a Dios es permitido

-Las obras servirles son permitidas, caso de necesidad

-La trasgresi�n del precepto merec�a castigo en el A. T.

-El sacrificio o inmolaci�n de v�ctimas a Dios jalona toda la historia del Antiguo Testamento.

a) -Humanidad primitiva.

No� construy� un altar a Yahv�h, y tomando de todos los animales puros y de todas las aves puras, ofreci� holocaustos en el altar (G�n. 8, 20).

b) -Gesta patriarcal.

D�jole -Yahv�h a Abram-: �Tr�eme una novilla de tres a�os, una cabra de tres a�os, un carnero de tres a�os, una t�rtola y un pich�n.� Tom� �l todas estas cosas, y parti�ndolas por medio, puso cada mitad enfrente en medio de densas tinieblas un horno humeante y una antorcha de fuego que pas� por entre aquellos animales partidos (G�n. 15, 9-10 y 17).

c) -�poca mosaica.

Ellos dijeron -Mois�s y Aar�n-: �El Dios de los hebreos nos ha salido al encuentro; permite pues, que vayamos camino de tres d�as al desierto para ofrecer sacrificios a Yahv�h, nuestro Dios,...� (Ex. 5, 3).

d) -Per�odo de los Jueces.

Entonces todos los israelitas y todo el pueblo subieron hasta Betel, lloraron, se quedaron all� delante de Yahv�h, ayunaron todo el d�a hasta la tarde y ofrecieron holocaustos y sacrificios de comuni�n delante de Yahv�h (Juec. 20, 26).

e) -�poca de los Reyes.

Aquel d�a consagr� el Rey el interior del patio que est� delante de la casa de Yahv�h, pues ofreci� all� el holocausto, la oblaci�n y las grasas de los sacrificios de comuni�n,... (1 Reg. 8, 64).

f) -Era postex�lica.

Josu�, hijo de Yosadaq, con su hermanos los sacerdotes, y Zorobabel, hijo de Sealtiel, con sus hermanos, se pusieron a reconstruir el altar del Dios de Israel, para ofrecer en �l holocaustos, como est� escrito en la Ley de Mois�s,... (Esd. 3, 2).

-Dios eligi� el �ltimo d�a de la semana para que los hombres de tributasen el culto debido y para santificarlo.

a) -Para que le tributasen el culto debido.

Habl� Yahv�h a Mois�s diciendo: Habla t� a los hijos de Israel y diles: No dej�is de guardar mis s�bados; porque el s�bado es una se�al entre yo y vosotros,... (Ex. 31, 13).

Y les di adem�s mis s�bados como se�al entre ellos y yo, para que supieran que yo soy Yahv�h, que los santifico (Ez. 20, 12).

b) -Para santificarlo.

Guardar�s el d�a de s�bado para santificarlo como te lo ha mandado Yahv�h tu Dios. Seis d�as trabajar�s y har�s todos tus trabajos, pero el d�a s�ptimo es el d�a de descanso para Yahv�h tu Dios (Deut. 5, 12-14).

-El D�a consagrado en el Antiguo Testamento para el culto a Dios y el descanso del hombre es el s�bado.

Algunos de los numerosos textos:

...Mois�s les respondi�: �Esto es lo que manda Yahv�h: Ma�ana es s�bado, d�a de descanso consagrado a Yahv�h (Ex. 16, 23).

Seis d�as se trabajar�, pero el s�ptimo d�a ser� de descanso completo, reuni�n sagrada en que no hag�is trabajo alguno (Lev. 23, 3).

Guardar�s el d�a de s�bado para santificarlo, como te lo ha mandado Yahv�h tu Dios. Seis d�as trabajar�s y har�s todos tus trabajos, pero el d�a s�ptimo es el d�a de descanso para Yahv�h tu Dios (Deut. 5, 12-14).

Que si me hac�is caso -or�culo de Yahv�h- no metiendo carga por las puertas de esta ciudad en s�bado y santificando el d�a de s�bado sin realizar en �l trabajo alguno, entonces,... (Jer. 17, 24).

Santificad mis s�bados; que sean una se�al entre yo y vosotros, para que sepa que yo soy Yahv�h, vuestro Dios (Ez. 20, 20).

-El s�bado era el d�a de descanso semanal en el Antiguo Testamento.

a) -Por motivo religioso.

Pues en seis d�as hizo Yahv�h el cielo y la tierra, el mar y todo cuanto contienen, y el s�ptimo descans�; por eso bendijo Yahv�h el d�a del s�bado y lo hizo sagrado (Ex. 20, 11).

b) -Por preocupaci�n humanitaria.

Seis d�as trabajar�s y har�s todos tus trabajos, pero el d�a s�ptimo es d�a de descanso para Yahv�h, tu Dios. No har�s ning�n trabajo, ni t�, ni tu hijo, ni tu hija, ni tu siervo, ni tu sierva, ni tu ganado, ni el forastero que habita en tu ciudad (Ex. 20, 8).

Seis d�as har�s tus trabajos, y el s�ptimo descansar�s, para que reposen tu buey y tu asno, y tengan un respiro el hijo de tu sierva y el forastero (Ex. 23, 12).

-El descanso del s�bado era de naturaleza religiosa y cultural en el Antiguo Testamento, y se manifestaba en la oblaci�n de un sacrificio.

El d�a de s�bado, dos corderos de un a�o, sin tacha, y como oblaci�n dos d�cimas de flor de harina amasada con aceite, y su correspondiente libaci�n. El holocausto del s�bado, con su libaci�n, se a�adir� los s�bado al holocausto perpetuo (N�m. 28, 9-10).

El holocausto que el pr�ncipe ofrecer� a Yahv�h el s�bado, ser� de seis corderos sin defecto y de un carnero sin defecto; y como oblaci�n una medida por carnero; por los corderos, una oblaci�n que queda a discreci�n, y de aceite un sextario por medida (Ez. 46, 4-5).

-Dios instituy� determinadas festividades en el Antiguo Testamento.

Habl� Yahv�h a Mois�s, diciendo: Habla a los hijos de Israel y diles: Solemnidades de Yahv�h que convocar�is como asambleas santas. Estas son mis solemnidades:

a) - El s�bado.

Seis d�as se trabajar�, pero el s�ptimo d�a ser� de descanso completo, reuni�n sagrada en que har�is trabajo alguno. Ser� descanso de Yahv�h dondequiera que habit�is (Lev. 23, 1-3).

b) - La Pascua.

El mes primero, el d�a catorce del mes, entre dos luces, ser� la Pascua de Yahv�h (Lev. 23, 5).

c) - Los Acimos.

El quince de este mes se celebrar� la fiesta de los Acimos en honor de Yahv�h (Lev. 23, 6).

d) - La primera gavilla.

Habl� Yahv�h a Mois�s diciendo: Habla a los hijos de Israel y diles: Cuando, despu�s de entrar en la tierra que yo os doy, segu�is all� su mies, llevar�is una gavilla, como primicias de vuestra cosecha, al sacerdote, que mecer� la gavilla delante de Yahv�h, para alcanzaron su favor. El d�a siguiente al s�bado la mecer� el sacerdote (Lev. 23, 9-10).

e) - La fiesta de las Semanas.

Contar�is siete semanas enteras a partir del d�a siguiente al s�bado, desde el d�a en que habr�is llevado la gavilla de la ofrenda mecida; hasta el d�a siguiente al s�ptimo s�bado, contar�is cincuenta d�as y entonces ofrecer�is a Yahv�h una nueva oblaci�n (Lev. 23, 15-16).

f) - El d�a primero del mes s�ptimo.

Habl� Yahv�h a Mois�s diciendo: Habla a los hijos de Israel y diles: En el mes s�ptimo, el primer d�a del mes ser� para vosotros de gran descanso, una fiesta conmemorativa con clamor de trompetas, una reuni�n sagrada (Lev. 23, 23-24).

g) -El d�a de la Espiaci�n.

habl� Yahv�h a Mois�s, diciendo: Adem�s el d�a d�cimo de este s�ptimo mes ser� el d�a de Expiaci�n, en el cual tendr�is reuni�n sagrada; ayunar�is y ofrecer�is manjares abrasados a Yahv�h (Lev. 23, 26-27).

h) -La fiesta de las Tiendas.

Habl� Yahv�h a Mois�s, diciendo: Habla a los hijos de Israel y diles: El d�a quince de ese s�ptimo mes celebrar�is durante siete d�as la fiesta de las Tiendas en honor de Yahv�h (Lev. 23, 33-34).

Conclusi�n. �stas son las solemnidades de Yahv�h en las que hab�is de convocar reuni�n sagrada para ofrecer manjares abrasados a Yahv�h, holocaustos y oblaciones, v�ctimas y libaciones, cada cosa en su d�a,... (Lev. 23, 37).

-Los d�as festivos fueron instituidos por Dios en su doble aspecto teol�gico y antropol�gico.

As� fueron concluidos los cielos y la tierra con todo su aparato, y el d�a s�ptimo ces� Dios de toda la tarea que hab�a hecho. y bendijo Dios el d�a s�ptimo y lo santific�, porque en �l ces� Dios de toda la tarea creadora que hab�a realizado (G�n. 2, 1-3).

Habl� Yahv�h a Mois�s diciendo: Habla t� a los Hijos de Israel y diles: No dej�is de guardar mis s�bados; porque el s�bado es una se�al entre yo y vosotros de generaci�n en generaci�n, para que sep�is que Yo, Yahv�h, soy el que os santific�. Guardad el s�bado, porque es sagrado para vosotros. �l que lo profane morir� (G�n. 31, 12-14).

Recuerda el d�a de s�bado para santificarlo. Seis d�as trabajar�s y har�s todos tus trabajos, pero el d�a s�ptimo es d�a de descanso para Yahv�h, tu Dios (Ex. 20, 8, 10).

Pues en seis d�as hizo Yahv�h el cielo y la tierra, el mar y todo cuanto contienen, y el s�ptimo descans�; por eso bendijo Yahv�h el d�a de s�bado y lo hizo sagrado (Ex. 20, 11).

Seis d�as har�s tus trabajos, y el s�ptimo descansar�s,... (Ex. 23, 12).

Seis d�as se trabajar�; pero el d�a s�ptimo ser� d�a de descanso completo, consagrado a Yahv�h. Todo aquel que trabaje en s�bado, morir� (Ex. 31, 35).

Los hijos de Israel guardar�n el s�bado celebr�ndolo de generaci�n en generaci�n como alianza perpetua. Ser� entre yo y los hijos de Israel una se�al perpetua; pues en seis d�as hizo Yahv�h los cielos y la tierra, y el d�a s�ptimo descans� y tom� respiro (Ex. 31, 15-17).

Seis d�as trabajar�s, m�s en el s�ptimo descansar�s, incluso en tiempo de siembra y siega (Ex. 34, 21).

Mois�s reuni� a toda la comunidad de los hijos de Israel y les dijo: �Esto es lo que Yahv�h ha mandado hacer. Durante seis d�as se trabajar�, pero el d�a s�ptimo ser� sagrado para vosotros, d�a de descanso completo en honor de Yahv�h (Ex. 35, 1-2).

Guardad mis s�bados. Yo, Yahv�h, vuestro Dios (Lev. 19, 3).

Guardad mis s�bados y respetad mi santuario. Yo, Yahv�h (Lev. 19, 30).

Seis d�as se trabajar�, pero el s�ptimo d�a ser� de descanso completo, reuni�n sagrada en que no har�is trabajo alguno. Ser� descanso de Yahv�h dondequiera que habit�is (Lev. 23, 3).

-Despu�s de la resurrecci�n de Jesucristo, los ap�stoles consideraron el domingo como d�as del Se�or y celebraban las asambleas lit�rgicas ese d�a.

El primer d�a de la semana, estando nosotros reunidos para la fracci�n del pan, Pablo, que pensaba marchar al d�a siguiente, conversaba con ellos y alarg� la charla hasta media noche (Hch. 20, 7).

Cada primer d�a de la semana, cada uno de vosotros reserve en su casa lo que haya podido ahorrar, de modo que no se hagan las colectas cuando yo llegu� ah� (1 Cor. 16, 2).

Aclaraci�n. El primer d�a de la semana jud�a, convertido en el d�a de la asamblea de los cristianos.

Pasado el S�bado, al alborear el primer d�a de la semana,... (Mt. 28, 1).

-Las obras referidas al culto de Dios son permitidas.

El holocausto del s�bado, con su libaci�n, se a�adir� los s�bados al holocausto perpetuo (N�m. 28, 10).

El holocausto que el principio ofrecer� a Yahv�h el s�bado, ser� de seis corderos sin defecto y de un carnero sin defecto (Ez. 46, 4).

�Tampoco hab�is le�do en la Ley que en d�a de s�bado los sacerdotes, en el Templo, quebrantan el s�bado sin incurrir en culpa? (Mt. 12, 5).

-Las obras serviles son permitidas en d�a de s�bado, caso de necesidad.

En aquel tiempo vino a pasar Jes�s un s�bado por los sembrados. Sus disc�pulos sintieron hambre y se pusieron a arrancar espigas y a comerlas (Mt. 12, 1).

Y al instante el hombre qued� curado, tom� su camilla y se puso a andar. Pero era s�bado aquel d�a. Por eso los jud�os dec�an al que hab�a sido curado: �Es s�bado y no te est� permitido llevar la camilla.� �l le respondi�: ��l que me ha curado me ha dicho. Toma tu camilla y anda� (Jn. 5, 9).

-La transgresi�n del tercer precepto de la Ley de Dios merec�a su castigo en el Antiguo Testamento.

Habl� Yahv�h a Mois�s diciendo: Habla a los Hijos de Israel y diles: No dej�is de guardar mis s�bados; porque el s�bado es una se�al entre yo y vosotros, de generaci�n en generaci�n, para que sep�is que Yo, Yahv�h, soy el que os santifico. Guardad el s�bado, porque es sagrado para vosotros. El que lo profane morir�. Todo el que haga un trabajo en �l, ser� exterminado de en medio de su pueblo. Seis d�as se trabajar�; pero d�a s�ptimo ser� de descanso completo, consagrado a Yahv�h. Todo aquel que trabaje en s�bado morir� (Ex. 31, 12-15).

Durante seis d�as se trabajar�, pero el d�a s�ptimo ser� sagrado para vosotros, d�a de descanso completo en honor de Yahv�h. Cualquiera que trabaje en ese d�a, morir� (Ex. 35, 2).

Cuando los hijos de Israel estaban en el desierto, se encontr� a un hombre que andaba buscando le�a en el d�a de s�bado. Los que le encontraron buscando le�a, le presentaron a Mois�s, a Aar�n y a toda la comunidad. Le pusieron bajo custodia, porque no estaba determinado lo que hab�a que hacer con �l. Yahv�h dijo a Mois�s: �Que muera ese hombre. Que lo apedree toda la comunidad fuera del campamento.� Lo sac� toda la comunidad fuera del campamento y lo apedrearon hasta que muri�, seg�n hab�a mandado Yahv�h a Mois�s (N�m. 15, 32).

10. 4� Mandamiento

-Prescribe honrar al padre y a la madre

-Toda autoridad procede de Dios

-La funci�n de la autoridad es promover el bien

-Los miembros de la familia obligados a procurar la armon�a

-La autoridad paternal en funci�n de la educaci�n de los hijos

-Los padres deben prestar amor, educaci�n y atenci�n corporal a sus hijos

-Tambi�n deben instruir a sus hijos en la Ley del Se�or

- Los hijos deben Amor, Reverencia, obediencia y ayuda en caso de necesidad

- No hay obligaci�n de obedecer en cosas deshonrosas

-El cuarto mandamiento prescribe honrar al padre y a la madre.

Honra a tu padre y a tu madre, para que prolonguen tus d�as sobre la tierra que Yahv�h, tu Dios, te va a dar (Ex. 20, 12).

Honra a tu padre y a tu madre, como te lo ha mandado Yahv�h tu Dios, para que se prolonguen tus d�as y vivas feliz en el suelo que Yahv�h tu dios te da (Deut. 5, 16).

Escucha, hijo m�o, la instrucci�n de tu padre y no desprecies la lecci�n de tu madre... (Prov. 1, 8).

Guarda, hijo m�o, el mandato de tu padre y no despreci�is la lecci�n de tu madre (Prov. 6, 20).

Hijos, obedeced a vuestros padres en el Se�or; porque esto es justo (Ef. 6, 1).

Hijos, obedeced en todos a vuestros padres, porque esto es grato a Dios en el Se�or (Col. 3, 20).

-Toda autoridad procede de Dios.

Som�tanse todos a las autoridades constituidas, pues no hay autoridad que no provenga de Dios, y las que existen, por Dios han sido constituidas (Rom. 13, 1).

-La funci�n primordial de la autoridad es promover el bien.

�Quieres no temer a la autoridad? Obra el bien, y obtendr�s de ella elogios, pues es para ti un servidor de Dios para el bien (Rom. 13, 3-4).

-Los miembros de la familia est�n obligados a procurar la armon�a familiar.

Sed sumisos los unos a los otros en el temor de Cristo (Ef. 6, 21).

En conclusi�n, tened todos unos mismos sentimientos, sed compasivos, amaos hermanos, sed misericordiosos y humildes. No devolv�is mal por mal ni insulto por insulto; por el contrario, bendecid, pues hab�is sido llamados a heredar la bendici�n (1 Pe. 3, 8).

La autoridad est� enraizada en el coraz�n del joven, la vara de la instrucci�n la alejar� de all� (Prov. 22, 15).

No ahorres correcci�n al ni�o, que no se va a morir porque le castigues con la vara (Prov. 23, 15).

-La autoridad paternal est� en funci�n de la educaci�n de los hijos.

La necedad est� enraizada en el coraz�n del joven, la vara de la intrucci�n la alejar� de all� (Prov. 22,15).

No ahorres correcci�n al ni�o, que no se va a morir porque le castigues con la vara (Prov. 23,15).

-El cuarto mandamiento prescribe prestar amor, educaci�n espiritual y atenci�n corporal a los hijos.

a) -Amor.

Padres, no exasper�is a vuestros hijos, sino formadlos m�s bien mediante la instrucci�n y la correcci�n seg�n el Se�or (Ef. 6, 4).

b) -Educaci�n espiritual.

-Doctrina.

Ense�adlas a vuestros hijos, hablando de ellos cuando est�s en casa y cuando vayas de viaje, cuando te acuestes y cuando te levantes (Deut. 11, 19).

-Correcci�n.

Quien escatima la vara, odia a su hijo, quien tiene amor, le castiga (Prov. 13, 24).

No ahorres correcci�n al ni�o, que no se va a morir porque le castigues con la vara. Con la vara le castigar�s y librar�s su alma del seol (Prov. 23, 13, 14).

c) -Atenci�n corporal.

Efectivamente, no corresponde a los hijos atesorar para los padres, sino a los padres atesorar para los hijos (2 Cor. 12, 14).

-Los padres tienen el deber de instruir a sus hijos en los caminos del Se�or y en las tradiciones religiosas de sus antepasados.

No vayas a olvidarte de estas cosas que tus ojos han visto, ni dejes que se aparten de tu coraz�n en todos los d�as de tu vida; ens��aselas, por el contrario, a tus hijos y a los hijos de tus hijos (Deut. 4, 9-10).

Congrega al pueblo, hombres, mujeres y ni�os, y al forastero que reside dentro de tus puertas, para que oigan, aprendan a temer a Yahv�h vuestro Dios, y cuiden de poner en pr�ctica todas las palabras de esta Ley. Y sus hijos, que todav�a no la conocen, la oir�n y aprender�n a temer a Yahv�h vuestro Dios,... (Deut. 31, 12-13).

Lo que hemos o�do y que sabemos, lo que nuestros padres nos contaron, no se lo callamos a sus hijos, a la futura generaci�n lo contaremos (Sal. 78, 3-4).

Aclaraci�n. Del fondo de estos vers�culos se derivan las grandes responsabilidades que tienen los padres para con los hijos.

-Los deberes de los hijos para con los padres son: Amor, reverencia, obediencia y ayuda material en caso de necesidad.

a) -Amor.

Con todo tu coraz�n honra a tu padre, y no olvides los dolores de tu madre. Recuerda que por ellos has nacido, �c�mo les pagar�s lo que contigo han hecho? (Si. 7, 27-28).

b) -Reverencia.

En obra y palabra honra a tu padre, para que te alcance su bendici�n (Si. 3, 8).

c) -Obediencia.

Hijos, obedeced a vuestros padres en el Se�or; porque esto es justo (Ef. 6, 1).

Hijos, obedeced en todo a vuestros padres, porque esto es grato a Dios en el Se�or (Col. 3, 20).

d) -Ayuda material.

Hijo, cuida de tu padre en su vejez, y en su vida no le causes tristeza (Si. 3, 12).

Como blasfemo es el que abandona a su padre, maldito del Se�or quien irrita a su madre (Si. 3, 12).

-No hay obligaci�n de obedecer a los padres en cosas deshonrosas.

Pedro y los ap�stoles contestaron: �Hay que obedecer a Dios antes que a los hombres...� (Hch. 5, 29).

11. 4� Mandamiento. Esposos, Amos, Patronos, Autoridad Civil

-El esposo es el jefe de la familia

-El esposo debe amar a su esposa

-Los esposos tienen tres deberes: amor, ayuda y vida com�n

-Tambi�n amor mutuo, Alimento y d�bito

-Los amos debe mandar con amor

-Los deberes de los amos son: trato benigno, instrucci�n, correcci�n y salario justo

-Los que sirven deben reverencia, obediencia y fidelidad

-Los patronos obligados a trato benigno e instrucci�n a sus operarios

-Los operarios obligados a prestar a sus patronos reverencia, obediencia y fidelidad

-La autoridad civil esta obligada a dictar leyes para el bien de sus s�bditos

-Los ciudadanos est�n obligados a obedecer y honrar a sus autoridades

-Los fieles est�n obligados a honrar a los Ministros de la Iglesia

-La transgresi�n del cuarto precepto merec�a castigo en el A.T.

-El esposo es jefe de la familia por derecho natural y divino.

A la mujer le dijo: �...Hacia tu marido ir� tu apetencia, y �l te dominar� (G�n. 3, 16).

Ni fue creado el hombre por raz�n de la mujer, sino la mujer por raz�n del hombre. He ah� por qu� debe llevar la mujer sobre la cabeza una se�al de sujeci�n... (1 Cor. 11, 9-10).

Mujeres, sed sumisas a vuestros maridos, como conviene en el Se�or. Maridos, amad a vuestras mujeres, y no se�is �speros con ellas (Col. 3, 18-19).

Aclaraci�n. Al marido le corresponde gobernar a la esposa, siempre en calidad de compa�era y nunca de esclava.

-El marido tiene obligaci�n de amar a su esposa.

Maridos, amad a vuestro mujeres, y no se�is �speros con ellas (Col. 3, 19).

Maridos, amad a vuestras mujeres como Cristo am� a la Iglesia y se entreg� a s� mismo por ella,... (Ef. 5, 25).

-A los esposos les obligan tres deberes fundamentales: amor mutuo, ayuda mutua y vida com�n.

a) -Amor mutuo.

Maridos, amad a vuestras mujeres como Cristo am� a la Iglesia y se entreg� a s� mismo por ella,... (Ef. 5, 25),

As� deben amar los maridos a sus mujeres como a sus propios cuerpos. El que ama a su mujer se ama a s� mismo (Ef. 6, 28).

En todo caso, en cuanto a vosotros, que cada uno ame a su mujer como a s� mismo;... (Ef. 5, 33).

Maridos, amad a vuestras mujeres, y no se�is �speros con ellas (Col. 3, 19).

b) -Ayuda mutua.

Dijo luego Yahv�h Dios: �No es bueno que el hombre est� s�lo. Voy a hacerle una ayuda adecuada� (G�n. 2, 18).

c) -Vida com�n.

Por eso deja el hombre a su padre y a su madre y se une a su mujer, y se hacen una sola carne (G�n. 2, 24).

Jes�s respondi�: ��No hab�is le�do que el Creador, desde el principio, los hizo var�n y hembra, y que dijo: Por eso dejar� el hombre a su padre y a su madre y se unir� a su mujer, y los dos ser�n una sola carne? De manera que ya no son dos, sino una sola carne (Mt. 19, 4-5).

Por eso dejar� el hombre a su Padre y a su madre y se unir� a su mujer, y los dos se har�n una sola carne (Ef. 5, 31).

-Los c�nyuges est�n obligados a prestarse amor mutuo, cohabitaci�n, alimento y d�bito.

a) -Amor mutuo.

-del esposo a la esposa.

Maridos, amad a vuestras mujeres como Cristo am� a la Iglesia y se entreg� a s� mismo por ella... (Ef. 5, 25).

-de la esposa al esposo.

...para que ense�en a las j�venes a ser amantes de sus maridos y de sus hijos,... (Tit. 2, 4).

b) -Cohabitaci�n.

Por eso dejar� el hombre a su padre y a su madre y se unir� a su mujer, y los dos se har�n una sola carne (Mt. 19, 5).

c) -Alimento.

De manera que yo no son dos, sino una sola carne (Mt. 19, 6).

Porque nadie aborreci� jam�s su propia carne; antes bien, la alimenta y la cuida con cari�o, lo mismo que Cristo a su Iglesia (Ef. 5, 29).

d) -D�bito.

Que el marido d� a su mujer lo que debe y la mujer de igual modo a su marido. No dispone la mujer de su cuerpo, sino el marido.

Igualmente, el marido no dispone de su cuerpo, sino la mujer. No os negu�is el uno al otro sino de mutuo acuerdo, por cierto tiempo, para daros a la oraci�n; luego, volved a estar juntos, para que Satan�s no os tiente por vuestra incontinencia (1 Cor. 7, 3-5).

-Los amos deben de mandarles a sus siervos con amor.

Amos, obrad de la misma manera con ellos, dejando las amenazas; teniendo presente que est� en los cielos el Amo vuestro y de ellos, y que en �l no hay acepci�n de personas (Ef. 6, 9).

-Los deberes de los Amos para con los que les prestan servicio son: Tratarles benignamente, instruirles y corregirles y abonarles el salario justo.

a) -Tratarles benignamente.

Si tienes un criado, tr�talo como hermano, porque has menester de �l como de ti mismo (Si. 33, 32).

No maltrates al criado que trabaja fielmente, ni al jornalero que pone su empe�o. Al criado prudente ame tu alma, y no le prives de la libertad (Si. 7, 21).

b) -Instruirles y corregirles.

Si alguien no tiene cuidado de los suyos, principalmente de sus familiares, ha renegado de la fe y es peor que un infiel (1 Tim. 5, 8).

c) -Abonarles el salario justo.

Le dar�s cada d�a su salario, sin dejar que el sol se ponga sobre esta deuda; porque es pobre, y para vivir necesita de su salario. As� no apelar� por ello a Yahv�h contra ti, y no te cargar�s con un pecado (Deut. 24, 15).

Mirad; el salario que no hab�is pagado a los obreros que segaron vuestros campos est� gritando; y los gritos de los segadores han llegado a los o�dos del Se�or de los ej�rcitos (Sant. 5, 4).

-Los deberes de los que prestan servicios para con sus amos son: reverencia, obediencia y fidelidad.

a) -Reverencia.

Todos los que est�n como esclavos bajo el yugo de la servidumbre consideren a sus due�os como dignos de todo respeto,... (1 Tim. 6, 1).

Esclavos, obedeced a vuestros amos de este mundo con respeto y temor, con sencillez de coraz�n, como a Cristo,... (Ef. 6, 5).

b) -Obediencia.

Esclavos, obedeced a vuestros amos de este mundo con respeto y temor, con sencillez de coraz�n, como a Cristo,... (Ef. 6, 5).

Esclavos obedeced en todo a vuestros amos de este mundo, no porque os vean, como quien busca agradar a los hombres, sino con sencillez de coraz�n, temiendo al Se�or (Col. 3, 22).

Criados, sed sumisos, con todo respeto, a vuestros due�os, no s�lo a los buenos e indulgentes, sino tambi�n a los severos (1 Pe. 2, 18).

c) -Fidelidad.

Que los esclavos est�n sometidos en todo a sus due�os, sean complacientes y no les contradigan; que no les defrauden, antes bien muestren una fidelidad perfecta... (Tim. 2, 9).

-Los Patronos est�n obligados a tratar benignamente e instruir a sus operarios.

a) -Tratarlos benignamente.

Amos, obrad de la misma manera con ellos, dejando las amenazas; teniendo presente que est� en los cielos el Amo vuestro y de ellos, y que en �l no hay acepci�n de personas (Ef. 6, 9).

b) -Instruirlos.

Si alguien no tiene cuidado de los suyos, principalmente de sus familiares, ha renegado de la fe y es peor que un infiel (1 Tim. 5, 8).

-Los operarios est�n obligados a prestarles a sus patronos reverencia, obediencia y fidelidad.

a) -Reverencia.

...consideren a sus due�os como dignos de todo respeto,... (1 Tim. 6, 1).

b) -Obediencia.

...obedeced a vuestros amos de este mundo con respeto y temor, con sencillez de coraz�n, como a Cristo, no para ser vistos, como quien busca agradar a los hombres, sino como esclavos de Cristo que cumplen de coraz�n la voluntad de Dios; de buena gana, como quien sirve al Se�or y no a los hombres:... (Ef. 6, 7).

c) -Fidelidad.

...sean complacientes y no les contradigan; que no les defrauden, antes bien muestren una fidelidad perfecta para honrar en la doctrina de Dios nuestro Salvador (Tit. 2, 9-10).

-Los gobernantes de las naciones tienen potestad de promulgar leyes para el bien temporal de sus s�bditos.

Por m� los reyes reinan y los magistrados administran la justicia (Prov. 8, 15).

Sed sumisos, a causa del Se�or, a toda instituci�n humana: sea al rey, como soberano, sea a los gobernantes, como enviados por �l para castigo de los que obran el mal y alabanza de los que obran el bien (1 Pe. 2, 13-14).

-Los ciudadanos est�n obligados a prestar obediencia, honrar y orar por los que est�n constituidos en autoridad temporal.

a) -Prestar obediencia.

Som�tanse todos a las autoridades constituidas, pues no hay autoridad que no provenga de Dios, y las que existen, por Dios han sido constituida. De modo que, quien se opone a la autoridad, se revela contra el orden divino, y los rebeldes se atraer�n sobre s� mismos la condenaci�n (Rom. 13, 1-2).

Sed sumisos, a causa del Se�or, a toda instituci�n humana: sea el rey, como soberano, sea a los gobernantes, como enviados por �l... (1 Pe. 2, 13).

b) -Honrar.

Honrar a todos, amad a los hermanos, temed a Dios, honrad al rey (1 Pe. 2 17).

c) -Orad por quienes est�n constituidos en autoridad.

Ante todo os recomiendo que se hagan plegarias, oraciones, s�plicas y acciones de gracias por todos los hombres; por los reyes y por todos los constituidos en autoridad,... (1 Tim. 2, 1).

-El cuarto mandamiento prescribe honrar a los obispos y a los sacerdotes de la Iglesia.

Os pedimos, hermanos, que teng�is en consideraci�n a los que trabajan entre vosotros, os presiden en el Se�or y os amonestan. Tenedles en la mayor estima con amor por su labor. Vivid en paz unos con otros (1 Tes. 5, 12).

Los presb�teros que ejercen bien su cargo merecen doble honor, principalmente los que se afanan en la predicaci�n y en la ense�anza (1 Tim. 5, 17).

-La transgresi�n del cuarto precepto de la Ley de Dios merec�a su castigo en el Antiguo Testamento.

El que pegue a su padre o a su madre morir� (Ex. 21, 15).

El que trate sin respeto a su padre o a su madre, morir� (Ex. 21, 17).

Maldito aquel que desprecia a su padre o a su madre (Deut. 27, 16).

El que despoja a su padre y expulsa a su madre, es hijo que cubre de verg�enza e ignominia (Prov. 19, 26).

Al que maldice a su padre y a su madre, se le extinguir� su l�mpara en medio de tinieblas (Prov. 20, 20).

Al ojo del que se r�e del padre y desprecia los muchos a�os de una madre, le picotear�n los cuervos del torrente, los aguiluchos le devorar�n (Prov. 30, 17).

Como blasfemo es el que abandona a su padre, maldito del Se�or quien irrita a su madre (Si. 3, 16).

12. 5� Mandamiento

-Prescribe defender el derecho a la vida humana

-Todo ser humano tiene derecho a la vida

-El hombre tiene obligaci�n de conservar la propia vida

-Es l�cito huir urgi�ndolo la persecuci�n

-No quebranta el precepto quien mata a otro casualmente

-La autoridad publica leg�tima puede imponer la pena la muerte a los que cometan cr�menes grav�simos, y siempre que lo requiera el bien de la sociedad

-Desear la propia muerte es l�cito si se hace con sumisi�n a la voluntad de Dios

-Hay obligaci�n de evitar el esc�ndalo

-El hombre ofendido debe perdonar las injurias de los dem�s

-El hombre debe respetar la vida de los animales que le prestan alg�n beneficio

-El quinto mandamiento prescribe defender el derecho de la vida humana.

No matar�s (Ex. 20, 13).

-Todo ser humano tiene un derecho a la vida concedido por Dios.

Replic� Yahv�h: ��Qu� has hecho? Se oye la sangre de tu hermano clamar a m� desde el suelo (G�n. 4, 10).

No matar�s (Ex. 20, 13).

Si unos hombres, en el curso de una ri�a, dan un golpe a una mujer encinta, y provocan el parto sin m�s da�o, el culpable ser� multado conforme a lo que imponga el marido de la mujer y mediante arbitrio. Pero si resultare da�o, dar�s vida por vida,... (Ex. 21, 22-23).

... no quites la vida al inocente y justo... (Ex. 23, 7).

-El hombre tiene obligaci�n de conservar la propia vida natural.

No matar�s (Ex. 20, 13).

Aclaraci�n. Del deber de conservar la vida se deduce la prohibici�n de da�ar la salud corporal y de poner los remedios de recuperarla cuando se ha perdido.

-Es l�cito huir en defensa de la vida, urgi�ndolo as� la persecuci�n.

a) -Por precepto de Cristo.

Cuando os persigan en una ciudad, huid a otra, y si tambi�n en �sta os persiguen, marchaos a otra (Mt. 10, 23).

b) -Por ejemplo de los Ap�stoles.

�l les cont� c�mo el Se�or le hab�a sacado de la prisi�n. Y a�adi�: �Comunicad esto a Santiago y a los hermanos.� Sali� y march� a otro lugar (Hch. 12, 17).

Por una ventana y en una espuerta fui descolgado muro abajo. As� escap� de sus manos (2 Cor. 11, 33).

-No quebranta el quinto mandamiento quien mata a otro casualmente.

El que mate a su propio sin querer, sin haberle odiado antes...�ste puede huir a una de esas ciudades y salvar su vida (Deut. 19, 4-5).

-La autoridad p�blica leg�tima puede imponer la pena de muerte, por derecho natural, a los que cometen cr�menes grav�simos, siempre que lo requiebra el bien de la sociedad.

El que hiera mortalmente a otro, morir� (Ex. 21, 12).

Pero al que se atreva a matar a su pr�jimo con alevos�a, hasta de mi altar le arrancar�s para matarle (Ex. 21, 14).

El que hiera mortalmente a cualquier otro hombre, morir� (Lev. 24, 17.)

Pero si le ha herido con un instrumento de hierro, y muere, es un homicida. El homicida debe morir (N�m. 35, 16).

Pero, si obras del mal, teme; pues no en vano lleva la espada; pues es un servidor de Dios para hacer justicia y castigar al que obra mal (Rom. 13, 4).

Aclaraci�n. (Rom. 13, 4), teme (a la autoridad). Condiciones: Que el malhechor haya sido reo de cr�menes grav�simos, que sea incorregible, y que lo exija el bien com�n.

-Desear la propia muerte es l�cito y meritorio cuando se hace por motivo totalmente sobrenatural y con sumisi�n plena a la voluntad de Dios.

Me siento apremiado por las dos partes; por una parte, deseo partir y estar con Cristo, lo cual, ciertamente, es con mucho lo mejor; mas, por otra parte, quedarme en la carne es m�s necesario para vosotros (Fil. 1, 23).

Aclaraci�n. San Pablo deseaba morir para estar con Cristo.

-Hay obligaci�n, bajo pecado grave, de evitar el esc�ndalo.

Todo es puro, ciertamente, pero es malo comer dando esc�ndalo. Lo bueno es no comer carne, ni beber vino, ni hacer cosa que sea para tu hermano ocasi�n de ca�da, tropiezo o debilidad (Rom. 14, 20-21).

Por tanto, si un alimento causa esc�ndalo a mi hermano, nunca comer� carne para no dar esc�ndalo a mi hermano (1 Cor. 8, 13).

Aclaraci�n. Si para evitar el esc�ndalo hay obligaci�n de abstenerse de algo l�cito aunque aparentemente il�cito -como era comer carne sacrificada a los �dolos- con mayor motivo hay obligaci�n de abstenerse de lo que es malo o il�cito.

-El hombre ofendido debe de perdonar las injurias de los dem�s.

Y cuando os pong�is de pie para orar, perdonad, si ten�is algo contra alguno, para que tambi�n vuestro Padre, que est� en los cielos, os perdone vuestras ofensas (Mc. 11, 25).

Si tu hermano peca, repr�ndele; y si se arrepiente, perd�nale. Y si peca contra ti siete veces al d�a y siete veces se vuelve a ti, diciendo: �Me arrepiento�, le perdonar�s (Lc. 17, 3-4).

-El hombre debe de respetar la vida de los animales que le prestan alg�n beneficio.

El justo ciudad su ganado, pero las entra�as de los males son crueles (Prov. 12, 10).

Conoce a fondo el estado de tu ganado, aplica tu coraz�n a tu reba�o;... (Prov. 27, 23).

�Tienes reba�os? P�sales revista; y si te dan ganancia cons�rvalos (Si. 7, 22).

13. 5� Mandamiento. Vicios opuestos

-Toda palabra, obra o deseo que perjudique la salud propia o ajena

-Matar al inocente

-La autoridad p�blica no puede producir la muerte de un inocente

-El esc�ndalo se opone a la caridad

-El odio de enemistad se opone a la caridad

-El amor a los enemigos obliga a deponer todo odio de enemistad y deseo de venganza

-Del pecado del odio proceden otros muchos

-El quinto mandamiento proh�be toda palabra; obra o deseo que perjudique la vida o la salud propia o ajena.

a) -Suicidarse.

Pues t� tienes el poder sobre la vida y sobre la muerte,... (Sab. 16, 13).

Yo doy la muerte y doy la vida, hiero yo, y sano yo mismo (Deut. 32, 39.)

b) -Herir.

El que golpea a su siervo o a su sierva con un palo, si mueren a sus manos, cae bajo la ley de la venganza (Ex. 21, 20.)

c) -Re�ir.

Si unos hombres, en el curso de una ri�a, dan un golpe a una mujer encinta, y provocan el parto sin m�s da�o, el culpable ser� multado conforme a lo que imponga el marido de la mujer... (Ex. 21, 22).

d) -Embriagarse.

No bebas vino hasta emborracharte y no hagas de la embriaguez tu compa�era de camino (Tob. 4, 15).

c) -Encolerizarse.

Pues yo os digo: Todo aquel que se encolerice contra su hermano, ser� reo ante el tribunal;... (Mt. 5, 22).

Si os air�is, no pequ�is; no se ponga el sol mientras est�is airados, ni deis ocasi�n al Diablo (Ef. 4,26).

f) -Odiar.

Todo el que aborrece a su hermano es un asesino; y sab�is que ning�n asesino tiene vida eterna permanente en �l (1 Jn. 3, 15).

g) -Insultar.

...el que llame a su hermano �imb�cil�, ser� reo ante el Sanedr�n; y el que le llame renegado, ser� reo de la gehenna del fuego (Mt. 5, 22).

h) -Vengarse.

...si no perdon�is a los hombres, tampoco vuestro Padre perdonar� vuestras ofensas (Mt. 6, 15).

i) -Abortar.

No matar�s (Ex. 20, 13).

j) -Escandalizar.

Pero al que escandalice a uno de estos peque�os que creen en m�, m�s le vale que le cuelguen al cuello una de esas piedras de molino que mueven los asnos, y le hundan en lo profundo del mar. �Ay del mundo por los esc�ndalos! Es forzoso, ciertamente, que vengan esc�ndalos, pero !Ay de aquel hombre por quien el esc�ndalo viene! (Mt. 18, 6).

-Matar al inocente nunca es l�cito, y se opone a la caridad y a la justicia.

Es uno de los pecados que claman al cielo.

Replic� Yahv�h: ��Qu� has hecho? Se oye la sangre de tu hermano (el inocente Abel) clamar a m� desde el suelo. Pues bien: maldito seas, lejos de este suelo que abri� su boca para recibir de tu mano la sangre de tu hermano (G�n. 4, 10-11).

Al�jate de causas mentirosas, no quites la vida al inocente y justo; y no absuelvas la malvado (Ex. 23, 7).

Aclaraci�n. 23, 7 �y no absuelvas� griego; porque �yo no absolver� hebreo.

-La autoridad publica no puede jam�s producir la muerte de un inocente.

Y cuando estaban en el campo, se lanz� Ca�n contra su hermano Abel y lo mat�. Yahv�h dijo a Ca�n: ��D�nde est� hermano Abel?� Contest�: �No s�. �Soy yo acaso el guarda de mi hermano?� Replic� Yahv�h: ��Qu� has hecho? Se oye la sangre de tu hermano clamar a m� desde el suelo. Pues bien, maldito seas, lejos de este suelo que abri� su boca para recibir de tu mano la sangre de tu hermano (G�n. 4, 8-11).

...no quites la vida al inocente y justo; y no absuelvas al malvado (Ex. 23, 7).

Aclaraci�n. Es uno de los pecados que claman al cielo.

-El esc�ndalo se opone directamente a la virtud de la caridad.

Esc�ndalo, en sentido vulgar, significa indignaci�n ante algo indecoroso.

En sentido teol�gico es cualquier dicho o hecho que induce al pr�jimo al pecado.

Pero al que escandalice a uno de estos peque�os que creen en m�, m�s le vale que le cuelguen al cuello una de esas piedras de molino que mueven los asnos, y le hundan en los profundo del mar. �Ay del mundo por los esc�ndalos! Es forzoso, ciertamente, que vengan esc�ndalos, pero �Ay de aquel hombre por quien el esc�ndalo viene! (Mt. 18, 6-7).

Aclaraci�n. Este texto de S. Mateo alude al esc�ndalo en sentido teol�gico.

-El odio de enemistad se opone directamente a la virtud de la caridad.

El odio de enemistad por el que se desea al pr�jimo alg�n mal, o se alegra de sus males, o se entristece por sus bienes, es de suyo pecado moral.

Quien dice que est� en la luz y aborrece a su hermano, est� a�n en las tinieblas (1 Jn. 2, 9).

Nosotros sabemos que hemos pasado de la muerte a la vida, porque amamos a los hermanos. Quien no ama permanece en la muerte. Todo el que aborrece a su hermano es un asesino; y sab�is que ning�n asesino tiene vida eterna permanente en �l (1 Jn. 3, 14-15).

Si alguno dice: �Amo a Dios�, y aborrece a su hermano, es un mentiroso;... (1 Jn. 4, 20).

-El amor a los enemigos obliga a deponer todo odio de enemistad y todo deseo de venganza.

Todo el que aborrece a su hermano es un asesino; y sab�is que ning�n asesino tiene vida eterna permanente en �l (1 Jn. 3, 15).

Si alguno dice: �Amo a Dios�, y aborrece a su hermano, es un mentiroso; pues quien no ama a su hermano, a quien ve, no puede amar a Dios a quien no ve (1 Jn. 4, 20).

-Del pecado de odio proceden otros muchos.

Quien dice que est� en la luz y aborrece a su hermano, est� a�n en las tinieblas (1 Jn. 2, 9).

Pero quien aborrece a su hermano est� en las tinieblas, camina en las tinieblas, no sabe a d�nde va, porque las tinieblas han cegado sus ojos (1 Jn. 2, 11).

14. 6� Mandamiento

-Las relaciones que atraen al hombre y a la mujer est�n en el A. T.

-La sexualidad y sus funciones est�n integradas en las relaciones entre los c�nyuges

-Cada c�nyuge tiene derecho al cuerpo del otro en orden a los actos de transmitir la vida

-El acto de trasmitir la vida est� establecido por Dios

-Es l�cito dentro del matrimonio

-La virtud de la castidad merece grandes premios

-Merece especialmente el de la fecundidad espiritual

-Las relaciones que atraen mutuamente al hombre y a la mujer est�n expresadas en el Antiguo Testamento

Por eso deja el hombre a su padre y a su madre y se une a su mujer, y se hacen una sola carne (G�n. 2, 24).

-La sexualidad y sus funciones propias est�n integradas en las relaciones mutuas entre los c�nyuges.

Y los bendijo Dios y les dijo: �Sed fecundos y multiplicaos, y llenad la tierra y sometedla;... (G�n. 1, 28).

Por eso deja el hombre a su padre y a su madre y se uno a su mujer, y se hacen una sola carne (G�n. 2, 24).

Aclaraci�n. La sexualidad no est� ordenada en bien particular del individuo, sino en beneficio comunitario de la especie con la colaboraci�n de los c�nyuges que supone y exige un relaci�n mutua en s� mismos y en sus funciones.

-En virtud del derecho matrimonial, cada c�nyuge tiene derecho al cuerpo del otro en orden a los actos propios de la transmisi�n de la vida.

Que el marido d� a su mujer lo que debe y la mujer de igual modo a su marido. No dispone la mujer de su cuerpo, sino el marido. Igualmente, el marido no dispone de su cuerpo, sino la mujer. No os negu�is el uno el otro sino de mutuo acuerdo, por cierto tiempo, para daros a la oraci�n; luego, volved a estar juntos, para que Satan�s no os tiente por vuestra incontinencia. Lo que os digo es una concesi�n, no un mandato (1 Cor. 7, 3-5).

-El acto propio de la transmisi�n de la vida est� establecido por Dios y es l�cito dentro del matrimonio.

a) -Est� establecido por Dios.

y los bendijo Dios y les dijo: �Sed fecundos y multiplicaos, y llenad la tierra y sometedla;...� (G�n. 1, 28).

Vive la vida con la mujer que amas, todo el espacio de tu vana existencia que se te ha dado bajo el sol, ya que tal es tu parte en la vida y en los afanes con que te afanas bajo el sol (Qo. 9, 9).

...g�zate en la mujer de tu mocedad,... (Prov. 5, 18).

b) -Es l�cito dentro del matrimonio.

Y los bendijo Dios y les dijo. �Sed fecundos y multiplicaos, y llenad la tierra y sometedla;... (G�n. 1, 28).

Aclaraci�n. Estas palabras que expresan un mandato de Dios, fueron dirigidas al primer hombre y a la primera mujer, pareja formal y establemente constituida en matrimonio.

-Los actos propios de la transmisi�n de la vida solamente son l�citos dentro del Estado de matrimonio.

Su ilicitud fuera del matrimonio se deduce claramente de los vers�culos siguientes:

...se oye hablar de que hay inmoralidad entre vosotros, y una inmoralidad tal, que no se da ni entre los gentiles, hasta que uno de vosotros vive con la mujer de su padre (1 Cor. 5, 1).

�No os enga��is! Ni los impuros, ni los id�latras, ni los ad�lteros, ni los afeminados, ni los homosexuales...heredar�n el Reino de Dios (1 Cor. 6, 9).

Ni forniquemos como algunos de ellos fornicaron cayeron muertos veintitr�s mil en un s�lo d�a (1 Cor. 10, 8).

La fornicaci�n, y toda impureza o codicia, ni siquiera se mencione entre vosotros, como conviene a los santos (Ef. 5, 3).

Porque tened entendido que ning�n fornicario o impuro o codicioso -que es ser id�latra- participar� en la herencia del Reino de Cristo y de Dios (Ef. 5, 5).

...la ley no ha sido instituida para el justo, sino para...los ad�lteros sodomitas, traficantes en seres humanos,...y para todo lo que se opone a la sana doctrina que est� conforme con el Evangelio... (1 Tim. 9-11).

Tened todos en gran honor el matrimonio, y el lecho conyugal sea inmaculado; que a los fornicarios y ad�lteros los juzgar� Dios (Hebr. 13, 4).

-La virtud de la castidad merece grandes premios.

La castidad es la virtud que modera el uso de la facultad generativa solamente para conseguir sus fines.

Y todo aquel que haya dejado casas, hermanos, hermanas, padre, madre, hijos o hacienda por mi nombre, recibir� el ciento por uno y hereder� la vida eterna (Mt. 19, 29).

Pues as� dice Yahv�h: Respecto a los eunucos que guardan mis s�bados y eligen aquello que me agrada y se mantienen firmes en mi alianza, yo he de darles en mi Casa y en mis muros monumento y nombre mejor que hijos e hijas; nombre eterno les dar� que no ser� borrado (Is. 56, 4-5).

Dichoso tambi�n el eunuco que con sus manos no obra iniquidad ni fomenta pensamientos perversos contra el Se�or; por su fidelidad alcanzar� una escogida recompensa, una herencia muy agradable en el Templo del Se�or. Que el fruto de los esfuerzos nobles es glorioso, imperecedera la ra�z de la prudencia (Sab. 3, 14-15).

Estos son los que no se mancharon con mujeres, pues son v�rgenes. Estos siguen al Cordero a dondequiera que vaya, y han sido rescatados de entre los hombres como primicias para Dios y para el Cordero,... (Apoc. 14, 4).

Pero una cosa hago; olvido lo que dej� atr�s y me lanzo a lo que est� por delante, corriendo hacia la mete, para alcanzar el premio a que Dios me llama desde lo alto en Cristo Jes�s (Fil. 3, 13-14).

Yo le respond�: �Se�or m�o, t� lo sabr�s.� Me respondi�: �Esos son los que vienen de la gran tribulaci�n; han lavado sus vestiduras y las han blanqueado con la sangre del Cordero. Por eso est�n delante del trono de Dios,...Ya no tendr�n hambre ni sed; ya no les molestar� el sol ni bochorno alguno. Porque el Cordero que est� en medio del trono los apacentar� y los guiar� a los manantiales de las aguas de la vida� (Apoc. 7, 14-17).

-La virtud de la castidad merece especialmente el premio de la fecundidad espiritual.

No diga el eunuco: �Soy un �rbol seco.� Pues as� dice Yahv�h: Respecto a los eunucos que guardan mis s�bados y eligen aquello que me agrada y se mantienen firmes en mi alianza, yo he de darles en mi Casa y en mis muros monumento y nombre mejor que hijos e hijas; nombre eterno les dar� que no ser� borrado (Is. 56, 3-5).

15. 6� Mandamiento. Vicios opuestos

-La interrupci�n del acto generador

-La incontinencia

-Las relaciones sexuales prematrimoniales

-Las acciones �iuxta naturam� y �contra naturam�

-Toda acci�n sexual fuera de los cauces de la generaci�n responsable

-El adulterio

-Es muy grave

-La prostituci�n

-El Homosexualismo

-La Masturbaci�n

-La trasgresi�n de este precepto merec�a su castigo en el A. T.

-Remedios

-La interrupci�n del acto propio de la transmisi�n de la vida es pecado mortal.

On�n sab�a que aquella descendencia no ser�a suya, y as�, si bien tuvo relaciones con su cu�ada, derramaba a tierra, evitando el dar descendencia a su hermano. Pareci� mal a Yahv�h lo que hac�a y le hizo morir tambi�n a �l (G�n. 38, 9-10).

-Las relaciones sexuales prematrimoniales van contra la Ley natural.

Pero si resulta que es verdad, si no aparecen en la joven las pruebas de la virginidad, entonces se las sacar� a la puerta de la casa de su padre, y sus conciudadanos la apedrear�n hasta que muera, por haber cometido una infamia... (Deut. 22, 10).

Si una joven virgen est� prometida a un hombre y otro hombre la encuentra en la ciudad y se acuesta con ella, los llevar�is a los dos a la puerta de esa ciudad y los apedrear�is hasta que mueran: a la joven por no haber pedido socorro en la ciudad, y al hombre por haber humillado a la mujer de su pr�jimo (Deut. 22, 23-24).

Aclaraci�n. Arriesgan la unidad del matrimonio, el desarrollo del amor, la educaci�n de los hijos y la estabilidad de la familia.

-Unas acciones sexuales son �iuxta naturam� y otras �contra naturam�, y ambos son vicios opuestos al sexo mandamiento.

a) - Acciones �iuxta naturam�

-Fornicaci�n.

Porque tened entendido que ning�n fornicaci�n o impuro o codicioso -que es ser id�latra- participar� en la herencia del Reino de Cristo y de Dios (Ef. 5, 5).

-Adulterio.

Si un hombre comete adulterio con la mujer de su pr�jimo, ser� muerto tanto el ad�ltero como la ad�ltera (Lev. 20, 10).

Si se sorprende a un hombre acostado con una mujer casada, morir�n los dos: el hombre que yac�a con la mujer y la mujer misma (Deut. 22, 22).

-Incesto.

Si uno toma por esposas a una mujer y a su madre, es un incesto. Ser�n quemados tanto �l como ellas,... (Lev. 20, 14).

b) -Acciones �contra naturam�

-Puluci�n.

Porque tened entendido que ning�n fornicario o impuro o codicioso -que es ser id�latra- participar� en el Reino de Dios (Ef. 5, 5).

-Sodom�a.

Por eso los entreg� Dios a pasiones infames; pues sus mujeres invirtieron las relaciones naturales por otras contra la naturaleza; igualmente los hombres, abandonando el uso natural de la mujer, es abrasaron en deseos los unos por los otros, cometiendo la infamia de hombre con hombre, recibiendo en s� mismos el pago merecido de su extrav�o (Rom. 1, 26-27).

-Bestialidad.

Todo el que peque con bestia, morir� (Ex. 22, 19).

El que se una con bestia, morir� sin remedio. Matar�is tambi�n la bestia (Lev. 20, 15).

Si una mujer se acerca a una bestia para unirse con ella, matar�s a la mujer y a la bestia. Morir�n; caer� sobre ellos su sangre (Lev. 20, 16).

-Dios proh�be toda acci�n sexual fuera de los cauces de la generaci�n responsable.

a) -Adulterio.

On�s sab�a que aquella descendencia no ser�a suya, y as�, si bien tuvo relaciones con su cu�ada, derramaba a tierra, evitando el dar descendencia a su hermano. Pareci� mal a Yahv�h lo que hac�a y le hizo morir tambi�n a �l (G�n. 38, 9-10).

Si un hombre comete adulterio con la mujer de su pr�jimo, ser� muerto tanto el ad�ltero como la ad�ltera (Lev. 20, 10).

b) -Prostituci�n.

No habr� prostituta sagrada entre las hijas de Israel, ni hier�dulo entre los hijos de Israel. No llevar�s a la casa de Yahv�h tu Dios don de prostituta ni salario de perro, sea cual fuere el voto que hayas hecho: porque ambos son abominaci�n para Yahv�h tu Dios (Deut. 23, 18-19).

c) -Fornicaci�n.

Gu�rdate, hijo de toda impureza,... (Tob. 4, 12).

Pero el cuerpo no es para la fornicaci�n, sino para el Se�or, y el Se�or para el cuerpo (1 Cor. 6, 13).

�Huid de la fornicaci�n! Todo pecado que comete el hombre queda fuera de su cuerpo; m�s el que fornica, peca contra su propio cuerpo (1 Cor. 6, 18).

Porque esta es la voluntad de Dios: vuestra santificaci�n; que os alej�is de la fornicaci�n, que cada uno de vosotros sepa poseer su cuerpo con santidad y honor, y no dominado por la pasi�n, como hacen los gentiles que no conocen a Dios (1 Tes. 4, 3-5).

d) -Miradas deshonestas.

...avergonzados...de mirar a mujer prostituta... (Si. 41, 22).

e) -Deseos deshonestos.

Pues yo os digo: Todo el que mira a una mujer dese�ndola, ya cometi� adulterio con ella en su coraz�n (Mt. 5, 28).

Porque de dentro del coraz�n salen las intenciones malas, asesinatos, adulterios, fornicaciones, robos, falsos testimonios, injurias.

Eso es lo que hace impuro al hombre (Mt. 15, 19).

f) -Impureza.

Ni los impuros, ni los id�latras, ni los ad�lteros, ni los afeminados, ni los homosexuales, ni los ladrones, ni los avaros, ni los borrachos, ni los ultrajadores, ni los rapaces heredar�n el Reino de Dios (1 Cor. 6, 9).

La fornicaci�n, y toda impureza o codicia, ni siquiera se mencione entre vosotros, como conviene a los santos (Ef. 5, 3).

-El adulterio est� prohibido.

No cometer�s adulterio (Ex. 20, 14).

Y...les ense�aba diciendo: �...Hab�is sido que se dijo: No cometer�s adulterio...� (Mt. 5, 27).

�No os enga��is! Ni los impuros, ni los id�latras, ni los ad�lteros,... (1 Cor. 6, 9).

Tened todos en gran honor el matrimonio, y el lecho conyugal sea inmaculado; que a los fornicarios y ad�lteros los juzgar� Dios (Hebr. 13, 4).

�Ad�lteros!, �no sab�is que la amistad con el mundo es enemistad con Dios? (Sant. 4, 4).

-El adulterio es un pecado muy grave opuesto al sexto mandamiento.

Pero el que hace adulterar a una mujer es un mentecato; un suicida es el que hace; encontrar�s golpes y deshonra y su verg�enza no se borrar� (Prov. 6, 32-33).

-La prostituci�n es pecado mortal.

No vayas al encuentro de la mujer prostituta, no sea que caigas en sus redes (Si. 9, 3).

A prostitutas no te entregues, para no perder tu herencia (Si. 9, 6).

Aclaraci�n. Alude a la herencia del Reino de los cielos.

-El Homosexualismo es pecado mortal.

El homosexualismo es la desviaci�n de la tendencia sexual hacia personas del mismo sexo.

Si alguien se acuesta con var�n, como se hace con mujer, ambos han cometido abominaci�n: morir�n sin remedio; su sangre caer� sobre ellos (Lev. 20, 13).

Por eso los entreg� Dios a pasiones infames; pues sus mujeres invirtieron las relaciones naturales por otras contra la naturaleza; igualmente los hombres, abandonando el uso natural de la mujer, se abrasaron en deseos los unos por los otros, cometiendo la infamia de hombre con hombre, recibiendo en s� mismos el pago merecido de su extrav�o (Rom. 1, 26-27).

Ni lo impuros, ni los id�latras, ni los ad�lteros, ni los afeminados, ni los homosexuales, ni los ladrones, ni los avaros, ni los borrachos, ni los ultrajadores, ni los rapaces heredar�n el Reino de Dios (1 Cor. 6, 9-10).

Aclaraci�n. En esta materia como en todas las dem�s, para que exista pecado mortal hace falta advertencia plena por parte del entendimiento y consentimiento o aceptaci�n plena por parte de la voluntad.

-La Masturbaci�n es un uso desordenado de la facultad generativa que va contra la Ley natural.

S�lo existe una alusi�n obscura e incompleta en la Sagrada Escritura:

...el alma ardiente como fuego encendido:

no se apagar� hasta consumirse;

el hombre imp�dico en su cuerpo carnal:

no cejar� hasta que el fuego le abrase;

para el hombre imp�dico todo pan es dulce,

no descansar� hasta haber muerto.

El hombre que su propio lecho viola

y que dice para s�: ��Qui�n me ve?;

la obscuridad me envuelve, las paredes me encubren,

nadie me ve, �qu� he de temer?;

el Alt�simo no se acordar� de mis pecados�,

lo que teme son los ojos de los hombres;

no sabe que los ojos del Se�or

son diez mil veces m�s brillantes que el sol,

que observan todos los caminos de los hombres

y penetran los rincones m�s ocultos (Si. 23, 17-19).

-La trasgresi�n del sexto precepto de la ley de Dios merec�a a su castigo en el Antiguo Testamento.

a) -Fornicaci�n.

Se ha hecho impuro el pa�s; por eso he castigo su iniquidad, y el pa�s ha vomitado a sus habitantes (Lev. 18, 25).

b) -Adulterio.

Si un hombre comete adulterio con la mujer de su pr�jimo, ser� muerto tanto el ad�ltero como la ad�ltera (Lev. 20, 10).

c) -Homosexualismo.

Si alguien se acuesta con var�n, como se hace con mujer, ambos han cometido abominaci�n: morir�n sin remedio; su sangre caer� sobre ellos (Lev. 20, 13).

d) -Incesto.

Si uno toma por esposas a una mujer y a su madre, es un incesto. Ser�n quemados tanto �l como ellas, para que no haya tal incesto en medio de vosotros (Lev. 20, 14).

e) -Bestialidad.

El que se una con bestia, morir� sin remedio. Matar�is tambi�n a la bestia (Lev. 20, 15).

Si una mujer se acerca a una bestia para unirse con ella, matar�s a la mujer y a la bestia. Morir�n; caer� sobre ellos su sangre (Lev. 20, 16).

f) -Ignominia.

Si alguien toma por esposa a su hermana, hija de su padre o hija de su madre, viendo as� la desnudez de ella y ella la desnudez de �l, es una ignominia. Ser�n exterminados en presencia de los hijos de su pueblo. Ha descubierto la desnudez de su hermana: cargar� con su iniquidad (Lev. 20, 17).

-Existen remedios muy eficaces para superar las tendencias pecaminosas y desordenadas de la trasmisi�n de la vida.

a) -Evitar el exceso en la bebida.

No os embriagu�is con el vino, que es causa del libertinaje (Ef. 5, 18).

b) -Evitar las miradas lujuriosas.

Hab�a hecho yo un pacto con mis ojos, y no miraba a ninguna doncella (Job 31, 1).

No te quedes mirando a doncella, para que ni incurras en su propio castigo (Si. 9, 5).

Aparta tu ojo de mujer hermosa, no te quedes mirando la belleza ajena. Por la belleza de la mujer se perdieron muchos, junto a ella el amor se inflama como fuego (Si. 9, 8).

c) -Luchar contra las apetencias.

Revest�os m�s bien del Se�or Jesucristo y no os preocup�is de la carne para satisfacer sus concupiscencias (Rom. 13, 14).

d) -El ideal de vivir la gracia de Cristo.

Revest�os m�s bien del Se�or Jesucristo y no os preocup�is de la carne para satisfacer sus concupiscencias (Rom. 13, 14).

16. 7� Mandamiento

-S�lo Dios es due�o de las cosas creadas

-El hombre puede poseer los bienes adquiridos leg�timamente

-El hombre tiene dominio no directo de los bienes no distintos a s� mismo, es decir, alma y cuerpo

-Prescribe respetar la propiedad del pr�jimo

-El trabajador tiene derecho a su salario suficiente para vivir

-Los cl�rigos tiene derecho a vivir de su ministerio

-Todos los hombres tienen obligaci�n de socorrer con limosnas a sus hermanos necesitados

-Dios recompensa la limosna con grandes premios

-Los tributos pueden obligar

-Hay obligaci�n de restituir

-El robo trae consigo grandes castigos

-S�lo Dios es verdadera y absolutamente due�o de todas y cada una de las cosas creadas.

De Yahv�h es la tierra y cuanto hay en ella, el orbe y los que en �l habitan;... (Sal. 24, 1).

Tuyo es el cielo, tuya tambi�n la tierra, el orbe y cuanto encierra t� fundaste;... (Sal. 89, 12).

As� dice Yahv�h: Los cielos son mi trono y la tierra el estrado de mis pies. Pues �qu� casa vais a edificarme, o qu� lugar para mi reposo, si todo lo hizo mi mano, y es m�o todo ello? -Or�culo de Yahv�h- (Is. 66, 1-2).

-El hombre puede tener dominio �til y directo de los bienes externos de fortuna adquiridos leg�timamente.

Y los bendijo Dios y les dijo: �Sed fecundos y multiplicaos, y llenad la tierra y sometedla; dominad en los peces del mar, en las aves del cielo y en todo animal que serpea sobre la tierra� (G�n. 1, 28).

Dijo Dios: �Mirad que os he dado toda hierba de semilla que existe sobre la haz de toda la tierra y todo �rbol que lleva fruto de semilla: eso os servir� de alimento...� (G�n. 1, 29).

...le hiciste se�or de las obras de tus manos, todo fue puesto por ti bajo sus pies: ovejas y bueyes, todos juntos, y a�n las bestias salvajes, y las aves del cielo, y los peces del mar, que surcan las sendas de las aguas (Sal. 8, 7-9).

Porque ha sometido todas las cosas bajo sus pies (1 Cor. 15, 27).

-El hombre tiene dominio �til, pero no directo de los bienes no distintos a s� mismo, es decir, del alma y del cuerpo.

Yo doy la muerte y doy la vida, hiero yo y sano yo mismo (y no hay quien libre de mi mano) (Deut. 32, 39).

Pues t� tienes el poder sobre la vida y sobre la muerte,... (Sab. 16, 13).

-El s�ptimo mandamiento prescribe respetar la propiedad del pr�jimo.

No robar�s (Ex. 20, 15).

No hurtar�is;... (Lev. 19, 11).

-El trabajador tiene derecho a su salario suficiente para vivir dignamente.

No explotar�s al jornalero humilde y pobre, ya sea uno de tus hermanos o un forastero que resida dentro de tus puertas. Le dar�s cada d�a su salario, sin dejar que el sol se ponga sobre esta deuda; porque es pobre, y para vivir necesita su salario. As� no apelar� por ellos a Yahv�h contra ti, y no te cargar�s con un pecado (Deut. 24, 14-15).

...porque el obrero tiene derecho a su salario (Lc. 10, 7).

Mirad; el salario que no hab�is pagado a los obreros que segaron vuestros campos est� gritando; y los gritos de los segadores han llegado a los o�dos del Se�or de los ej�rcitos (Sant. 5, 4).

-Los cl�rigos tienen derecho a vivir de su ministerio.

No tom�is oro, ni plata, ni cobre en vuestras fajas; ni alforja para el camino, ni dos t�nicas, ni sandalias, ni bast�n; porque el obrero merece su sustento (Mt. 10, 10).

�No sab�is que los ministros del culto viven de culto? Que los que sirven al altar, del altar participan? Del mismo modo, tambi�n el Se�or ha ordenado que los que predican el Evangelio vivan del Evangelio (1 Cor. 9, 13-14).

-Todos los hombres tienen obligaci�n de socorrer con sus limosnas a sus hermanos necesitados.

Ciertamente nunca faltar�n pobres en este pa�s; por esto te doy yo este mandamiento: debes abrir tu mano a tu hermano, a aquel de los tuyos que es indigente y pobre en tu tierra (Deut. 15, 11).

Quien desprecia a su vecino comete pecado; dichoso el que tiene piedad de los pobres (Prov. 14, 21).

A quien te pide da, al que desde que le prestes algo no le vuelvas la espalda (Mt. 5, 42).

Y �l les respond�a: �El que tenga dos t�nicas, que las reparta con el que no tiene; el que tenga para comer, que haga lo mismo� (Lc. 3, 11).

Dad m�s bien en limosna lo que ten�is, y as� todas las cosas ser�n puras para vosotros (Lc. 11, 41).

Vended vuestros bienes y dad limosna. Haceos bolsas que no se deterioran, un tesoro que no os fallar� en los cielos, donde no llega el ladr�n, ni roe la polilla;... (Lc. 12, 33).

El que robaba, que ya no robe, sino que trabaje con sus manos, haciendo algo �til para que pueda hacer part�cipe al que se halle en necesidad (Ef. 4, 28).

Si un hermano o hermana est�n desnudos y carecen del sustento diario, y alguno de vosotros le dice: �Idos en paz, calentaos y hartaos�, pero no les dais lo necesario para el cuerpo, �de qu� le sirve? (Sant. 2, 15-16).

Si alguno que posee bienes en la tierra, ve a su hermano padecer necesidad y le cierra su coraz�n, �c�mo puede permanecer en �l el amor de Dios? (1 Jn. 3, 17).

-Dios recompensa la limosna con grandes premios.

Entonces dir� el Rey a los de su derecha: �Venid, benditos de mi Padre, recibid la herencia del Reino preparado para vosotros desde la creaci�n del mundo: Porque tuve hambre, y me disteis de comer; tuve sed y me disteis de beber; era forastero, y me acogisteis;... (Mt. 25, 34).

Jes�s fijando en �l su mirada, le am� y le dijo: �S�lo una cosa te falta: vete, vende lo que tienes y d�selo a los pobres y tendr�s un tesoro en el cielo;... (Mc. 10, 21).

Dad y se os dar�: una medida buena, apretada, remecida hasta rebasar, pondr�n en el halda de vuestros vestidos (Lc. 6, 38).

Vended vuestros bienes y dad limosnas. Haceos bolsas que no se deterioran, un tesoro que no os fallar� en los cielos, donde no llega el ladr�n, ni roe la polilla;... (Lc. 12, 33).

-Las Leyes que tratan de los tributos no son penales, pero pueden obligar en conciencia.

Y les dice: ��De qui�n es esta imagen y la inscripci�n?� D�cenle: �Del C�sar.� Entonces les dice: �Pues lo del C�sar devolv�dselo al C�sar, y lo de Dios a Dios� (Mt. 22, 21).

Por tanto, es preciso someterse, no s�lo por temor al castigo, sino tambi�n en conciencia. Por eso precisamente pag�is los impuestos, porque son funcionarios de Dios, ocupados, asiduamente en ese oficio. Dad a cada cual lo que se debe: a quien impuestos, impuestos: a quien tributo, tributo; a quien respeto, respeto; a quien honor, honor (Rom. 13, 5-7).

-Existe obligaci�n de restituir los bienes apropiados y los da�os ocasionados injustamente.

Y si digo al malvado: �Vas a morir�, y �l se convierte de su pecado y practica el derecho y la justicia, si devuelve la prenda, restituye lo que rob�, observa los preceptos que dan la vida y deja de cometer injusticias, vivir� eternamente, no morir� (Ez. 33, 14-15).

Dad a cada cual lo que se le debe:... (Rom. 13, 7).

-El pecado de robo trae consigo grandes castigos.

Que no se te llame maldiciente, no pongas lazos con tu lengua, que sobre el ladr�n cae la verg�enza, y dura condenaci�n sobre la lengua doble (Si. 5, 14).

�Ay de quien amontona lo que no es suyo (�hasta cu�ndo?) y se carga de prendas empe�adas! (Hab. 2, 6).

...ni los ladrones, ni los avaros, ni los borrachos, ni los ultrajadores, ni los rapaces heredar�n el Reino de Dios (1 Cor. 6, 10).

17. 7� Mandamiento. Vicios opuestos

-La voluntad de hurtar

-El hurto es un vicio

-El robo es abominable

-No pagar el salario justo

-Vender con enga�o

-La usura

-No devolver el dinero prestado

-Esconder los alimentos en tiempos de carest�a

-El s�ptimo mandamiento proh�be primeramente la voluntad de hurtar.

Porque de dentro del coraz�n salen las intenciones malas, asesinatos, adulterios, fornicaciones, robos, falsos testimonios, injurias. Esto es lo que hace impuro al hombre;... (Mt. 15, 19).

-El hurto es un vicio opuesto al s�ptimo mandamiento.

Hurto es la apropiaci�n, retenci�n, destrozo o inutilizaci�n de una propiedad ajena contra la voluntad razonable de su due�o.

...ni los ladrones, ni los avaros, ni los borrachos, ni los ultrajadores, ni los rapaces heredar�n el Reino de Dios (1 Cor. 6, 10).

Aclaraci�n. Robar a una persona un valor igual o mayor a su salario diario es pecado grave.

-El robo es abominable.

Tesoros mal adquiridos no aprovechan, mas la justicia libra de la muerte (Prov. 10, 2).

No te apoyes en riquezas injustas, que de nada te servir�n el d�a de la adversidad (Si. 5, 8).

-No pagar el salario justo al trabajador es un pecado de robo contra el s�ptimo mandamiento.

�Ay del que edifica su casa sin justicia y sus pisos sin derecho!

De su pr�jimo se sirve de balde y su trabajo no le paga (Jer. 22, 13).

Yo me acercar� a vosotros para el juicio, y ser� un testigo expeditivo contra los hechiceros y contra los ad�lteros, contra los que juran con mentira, contra los que oprimen al jornalero, a la viuda y al hu�rfano, contra los que hacen agravio al forastero sin ning�n temor de m�, dice Yahv�h Sebaot (Mal. 3, 5).

-Vender con enga�o es un robo con fraude.

Has de tener un peso cabal y exacto, e igualmente una medida cabal y exacta, para que se prologuen tus d�as en el suelo que Yahv�h tu Dios te da. Porque todo el que hace estas cosas, todo el que comete fraude, es una abominaci�n para Yahv�h tu Dios (Deut. 25, 15-16).

No comet�is injusticia en los juicios, ni en las medidas de longitud, de peso o de capacidad: tened balanza justa, peso justo, medida justa y sextario justo. Yo soy Yahv�h vuestro Dios, que os saqu� del pa�s de Egipto (Lev. 19, 35).

Abominaci�n de Yahv�h la balanza falsa, pero el peso justo gana su favor (Prov. 11, 1).

Tener dos pesas los abomina Yahv�h; tener balanzas falsas no est� bien (Prov. 20, 23).

Canaan tiene en su mano balanzas enga�osas, es amigo de hacer fraude.

Y Efraim dice: �Si, me he enriquecido, me ha fraguado una fortuna.�

�Ninguna de sus ganancias se hallar�, por la iniquidad con que pec� (Os. 12, 8-9).

la voz de Yahv�h grita a la ciudad: �escuchad, tribu y consejo de la ciudad...!

�He de soportar yo una medida falsa y una arroba corta, abominable?

�Tendr� por justas las balanzas de la maldad y la bolsa de pesas de fraude? (Miq. 6, 9-11).

-La usura es un vicio opuesto al s�ptimo mandamiento.

Usura es el exceso de inter�s percibido por un pr�stamo.

Si prestas dinero a uno de mi pueblo, al pobre que habita contigo, no ser�s con �l un usurero; no le exigir�is inter�s (Ex. 22, 24).

No le dar�s por inter�s tu dinero ni le dar�s tus v�veres a usura (Lev. 25, 37).

Yahv�h, �qui�n morar� en tu tienda?, �qui�n habitar� en tu santo monte? Aquel... que no presta a usura su dinero, ... (Sal. 15, 1-5).

Pero si �ste, a su vez,...no presta con usura,... y se conduce seg�n mis preceptos, �ste no morir� a causa de las culpas de su padre, vivir� sin duda (Ez. 18, 14 y 17).

-No devolver el dinero prestado es un vicio contrario al s�ptimo mandamiento.

Toma el imp�o prestado y no devuelve, mas el justo es compasivo y da (Sal. 37, 21).

-Esconder los alimentos en tiempos de carest�a es un vicio contrario al s�ptimo mandamiento.

El pueblo maldice al que acapara el trigo; bendici�n para la cabeza del que vende (Prov. 11, 26).

18. 8� Mandamiento

-El respeto a la verdad es de origen divino

-Su observancia desarrolla la vida cristiana

-El respeto a la verdad es de origen divino.

Cuando venga �l, el Esp�ritu de la verdad, os guiar� hasta la verdad completa; pues no hablar� por su cuenta, sino que hablar� lo que oiga, y os anunciar� lo que ha de venir (Jn. 16, 13).

-La observancia de este mandamiento desarrolla y perfecciona la vida cristiana.

a) -Desarrolla.

...siendo sinceros en el amor, crezcamos en todo hasta Aquel que es la Cabeza, Cristo,... (Ef. 4, 15).

b) -Perfecciona.

Si alguno no cae hablando, es un hombre perfecto, capaz de poner freno a todo su cuerpo (Sant. 3, 2).

19. 8� Mandamiento. Vicios opuestos

-El diablo origen de la mentira

-La mentira

-La murmuraci�n

-El falso testimonio

-La calumnia

-La adulaci�n

-El juicio temerario

-La susurraci�n

-La detracci�n

-La contumelia

-La burla

-La maldici�n

-Las obras y los dichos fingidos son muy reciminados por el mismo Jesucristo

-El diablo es el origen de la mentira.

El diablo fue homicida desde el principio, y no se mantuvo en la verdad, pues no hay verdad en �l; cuando dice la mentira, dice lo que le sale de dentro, porque es mentiroso y padre de la mentira (Jn. 8, 44).

-La mentira es de suyo pecado venial, pero admite gravedad de materia.

Mentira es todo dicho contrario a lo que se siente.

No hartar�is; no mentir�is ni os defraud�is unos a otros (Lev. 19, 21).

Pecado es un su boca la palabra de sus labios; �queden, pues, presos de su orgullo, por la blasfemia, por la mentira que vocean! (Sal. 59, 13).

Los labios mentirosos abomina Yahv�h; los que son sinceros alcanzan su favor (Prov. 12, 22).

Aleja de m� la mentira y la palabra enga�osa (Prov. 30, 8).

Guardaos pues, de murmuraciones in�tiles, preservad vuestra lengua de la maledicencia; que la palabra m�s secreta no se pronuncia en vano, y la boca mentirosa da muerte al alma (Sab. 1, 11).

No trames mentira contra tu hermano ni hagas otro tanto con tu amigo. Propone no decir mentira alguna, que persistir en ello no lleva a nada bueno (Si. 7, 12-13).

-La murmuraci�n es pecado grave o leve seg�n el da�o ocasionado.

Es quitar injustamente la fama al pr�jimo.

Guardaos, pues, de murmuraciones in�tiles, preservad vuestra lengua de la maledicencia; que la palabra m�s secreta no se pronuncia en vano, y la boca mentirosa da muertes al alma (Sab. 1, 11).

-El falso testimonio es de suyo pecado mortal.

Es afirmar alg�n hecho falso de alguien ocasion�ndole alg�n perjuicio.

No andes difamando entre los tuyos; no demandes contra la vida de tu pr�jimo. Yo Yahv�h (Lev. 19, 6).

No levantes testimonio falso, ni ayudes al malvado dando testimonio injusto (Ez. 23, 1).

-La calumnia suele ser pecado grave, pero admite alguna vez parvedad de materia.

Es quitar la fama al pr�jimo atribuy�ndole pecados o defectos que no tiene.

Seis cosas hay que aborrece Yahv�h, y siete con abominaci�n para su alma;

...testigo falso que respira calumnias,... (Prov. 6, 16 y 19).

-La adulaci�n es pecado grave, pero admite parvedad de materia

Adulaci�n es agradar a alguien de modo excesivo para obtener alguna ventaja.

Entonces los fariseos se fueron y deliberaron sobre la forma de sorprenderle en alguna palabra. Le env�an sus disc�pulos, junto con los herodianos, a decirle: �Maestro, sabemos que eres sincero y que ense�as el camino de Dios con franqueza, y que no te importa de nadie, porque no miras la condici�n de las personas. Dinos, pues, qu� te parece �es l�cito pagar tributo al C�sar o no ? Mas Jes�s, conociendo su malicia, dijo: �Hip�critas, �por qu� me tent�is? Mostradme la moneda del tributo. Ellos le presentaron un denario... (Mt. 22, 15-19.)

-El juicio temerario es pecado grave de suyo contra la justicia y la caridad fraterna.

Juicio temerario es el asentimiento firme de la mente, sin fundamento suficiente, sobre las acciones o intenciones malas del pr�jimo.

No juzgu�is, para que no se�is juzgado (Mt. 7, 1).

No juzgu�is y no ser�is juzgados, no conden�is y no ser�is condenados (Lc. 6, 37).

Pero t� �por qu� juzgas a tu hermano? (Rom. 14, 10).

Porque tendr� un juicio sin misericordia el que no tuvo misericordia;... (Sant. 2, 13).

Aclaraci�n. Para que sea pecado grave se requiere que sea plenamente temerario, perfectamente deliberado y sobre un pecado grave que se atribuye al pr�jimo sin fundamento especial.

-La susurraci�n del pr�jimo es de suyo pecado grave, pero admite parvedad de materia.

Susurraci�n es la siembra de ciza�a entre los amigos con la pretensi�n de deshacer su amistad.

Seis cosas hay que aborrece Yahv�h,

y siete son abominaci�n para su alma:

ojos altaneros, lengua mentirosa,

manos que derraman sangre inocente,

coraz�n que fragua planes perversos,

pies que ligeros corren hacia el mal,

testigo falso que respira calumnias,

y el que siembra pleitos entre los hermanos (Prov. 6, 16-19).

Cuando se acaba la le�a, se apaga el fuego, cuando no hay chismoso, se apacigua la disputa (Prov. 26, 20).

Al sopl�n de lengua doble, mald�cele, que ha perdido a muchos que viv�an en paz (Si. 28, 12).

...chismosos, detractores, enemigos de Dios,... (Rom. 1, 29-30).

-La detracci�n del pr�jimo es de suyo pecado grave, pero admite parvedad de materia.

Detracci�n o difamaci�n es la denigraci�n injusta de la fama del pr�jimo ausente.

No andes difamando entre los tuyos; no demandes contra la vida de tu pr�jimo. Yo, Yahv�h (Lev. 19, 16).

Mas vale el buen nombre que muchas riquezas,... (Prov. 22, 1).

...chismosos, detractores, enemigos de Dios,... (Rom. 1, 29-30).

No habl�is mal unos de otros, hermanos. El que habla mal de un hermano o juzga a su hermano, habla mal de un hermano o juzga a su hermano, habla mal de la Ley y juzga a la Ley; y si juzgas a la Ley, ya no eres cumplidor de la Ley, sino un juez (Sant. 4, 11).

-La contumelia es de suyo pecado mortal, pero admite parvedad de materia.

Contumelia es la lesi�n injusta del honor del pr�jimo causada en su misma presencia.

Todo aquel que se encolerice contra su hermano, ser� reo ante el tribunal; pero el que llame a su hermano imb�cil, ser� reo ante el Sanedr�n; y el que le llame renegado, ser� reo de la gehenna de fuego (Mt. 5, 22).

...henchidos de envidia, de homicidio, de contienda, de enga�o, de malignidad, chismosos, detractores, enemigos de Dios,... (Rom. 1, 29-30).

-La burla o irrisi�n es de suyo pecado mortal, pero admite parvedad de materia.

Burla o irrisi�n es echar en cara al pr�jimo sus culpas o defectos de modo jocoso para avergonzarle ante los dem�s.

a) -Contra Dios.

�A qui�n has insultado y blasfemado? �Contra qui�n has alzado tu voz y levantas tus ojos altaneros? �Contra el Santo de Israel! (Is. 37, 23).

b) -Contra los padres.

Al ojo que se r�e del Padre y desprecia los muchos a�os de una madre, le picotear�n los cuervos del torrente, los aguiluchos le devorar�n (Prov. 30, 17).

c) -Contra los justos.

La irrisi�n de su amigo, ese soy yo, cuando grito hacia Dios para obtener su respuesta (Job 12, 4).

Aclaraci�n. Job se lamenta de que sea escarnecida la sencillez del justo.

-La maldici�n es de suyo pecado mortal, pero admite parvedad de materia.

Maldici�n es la invocaci�n de un mal contra alguien.

Quien maldiga a su padre o a su madre, ser� muerto sin remedio, pues ha maldecido a su padre o a su madre; su sangre caer� sobre �l (Lev. 20, 9).

Cualquier hombre que maldiga a Dios, cargar� con su pecado (Lev. 24, 15).

Aclaraci�n. La maldici�n es tanto m�s grave cuanto mayor sea el respeto a la persona maldecida.

-Las obras y los dichos fingidos son muy recriminados por el mismo Jesucristo.

�Ay de vosotros, escribas y fariseos hip�critas, que sois semejantes a sepulcros blanqueados, que por fuera parecen bonitos, pero por dentro est�n llenos de huesos de muertos y de toda inmundicia! As� tambi�n vosotros por fuera aparecer�is justos ante los hombres, pero por dentro est�is llenos de hipocres�a y de iniquidad (Mt. 23, 27-28).

20. 9� Mandamiento

-Prescribe el uso ordenado de la facultad de pensar y de desear

-Existen pecados internos de deseo

-Los malos deseos son pecado mortal

-El noveno mandamiento prescribe el uso ordenado de la facultad de pensar y de desear.

Pues yo os digo: Todo el que mira a una mujer dese�ndola, ya cometi� adulterio en su coraz�n (Mt. 5, 28).

Aclaraci�n. Dios no mira la apariencias externas, sino la intimidad del coraz�n.

La mirada de Dios no es como la mirada del hombre, pues el hombre mira las apariencias, pero Yahv�h mira el coraz�n (1 Sam. 16, 7).

Yo, Yahv�h, exploro el coraz�n, pruebo los ri�ones, para dar a cada cual seg�n su camino, seg�n el fruto de sus obras (Jer. 17, 10).

-Existen pecados internos de deseo.

No codiciar�s la casa de tu pr�jimo, ni codiciar�s la mujer de tu pr�jimo, ni su siervo, ni su sierva, ni su buey, ni su asno, ni nada que sea de tu pr�jimo (Ex. 20, 17).

No desear�s la mujer de tu pr�jimo, ni codiciar�s su casa, su campo, su siervo o su sierva, su buey o su asno: nada que sea de tu pr�jimo (Deut. 5, 21).

Pues no os digo: Todo el que mira a una mujer dese�ndola, ya cometi� adulterio en su coraz�n (Mt. 5, 28).

-Los malos deseos son pecado mortal.

Junto a la mujer casada no te sientes jam�s, a la mesa con ella no te huelgues con vino, para que tu coraz�n no se desv�a hacia ella y en tu �mpetu te deslices a la ruina (Si. 9, 9).

21. 10� Mandamiento

-No es l�cito desear apropiarse de los bienes ajenos sin raz�n suficiente

-No es l�cito desear apropiarse de los bienes del pr�jimo, sin raz�n suficiente.

No codiciar�s la casa de tu pr�jimo, ni codiciar�s la mujer de tu pr�jimo, ni su siervo, ni su sierva, ni su buey, ni su asno, ni nada que sea de tu pr�jimo (Ex. 20, 17).

Codician campos y, los roban, casas, y las usurpan; hacen violencia al var�n y a su casa, al hombre y a su heredad. Por eso, as� dice Yahv�h: He aqu� que yo medito, contra esta ralea, una hora de infortunio de la que no sustraer�is vuestro cuello (Miq. 2, 2).

22. Ley Antigua

-Los �ngeles fueron encargados de promulgarla

-Fue justa y santa, grata a Dios y salv�fica a los hombres

-Es fuente de vida

-Los hombres pod�an conseguir la gracia y la justificaci�n con ella

-No condujo a los hombres a la perfecci�n, ni sus sacramentos produc�an virtud santificadora

-Debi� de abrogarse

-Ya no tiene vigencia

-Las leyes del A.T. no tienen vigencia hoy d�a

-Los �ngeles fueron encargados por Dios de promulgar la Ley.

...Ley que fue promulgada por el �ngeles y con la intervenci�n de un mediador (G�l. 3, 19).

...Vosotros que recibisteis la Ley por mediaci�n de los �ngeles y no la hab�is guardado (Hch. 7, 53).

�ste -Mois�s- es el que, en la asamblea del desierto, estuvo con el �ngel que le hablaba en el monte Sina�, y con nuestros padres; el que recibi� palabras de vida para comunic�rnoslas;... (Hch. 7, 38).

-La religi�n de Mois�s fue justa y santa para su tiempo, fue grata a Dios y salv�fica a los hombres que cre�an en el futuro redentor, pero no fue el �ltimo complemento de la revelaci�n.

Mas, ahora que hab�is conocido a Dios, o mejor, que �l os ha conocido �c�mo retorn�is a esos elementos sin fuerza ni valor, a los cuales quer�is volver a servir de nuevo? (G�l. 4, 9).

...ya que la Ley no llev� nada a la perfecci�n, pues no era m�s que introducci�n a una esperanza mejor, por la cual nos acercamos a Dios (Hebr. 7, 19).

Pues si la sangre de machos cabr�os y de toros y la ceniza de vaca santifica con su aspersi�n a los contaminados, en orden a la purificaci�n de la carne, �cu�nto m�s la sangre de Cristo, que por el Esp�ritu Eterno se ofreci� a s� mismo sin tacha a Dios, purificar� de las obras muertas nuestra conciencia para rendir culto a Dios vivo! (Hebr. 9, 13-14).

Aclaraci�n. La revelaci�n mosaica fue ordenada esencialmente a la perfecci�n cristiana, por decreto de Dios.

-La Ley contenida en las Sagradas Escrituras es fuente de vida.

Y ahora Israel, escucha los preceptos y las normas que yo os ense�o para que las pong�is en pr�ctica, a fin de que viv�is y entr�is a tomar posesi�n de la tierra que os da Yahv�h,... (Deut. 4, 1).

Todos los mandamientos que yo os mando hoy, cuidad de practicarlos, para que viv�is, os multipliqu�is y llegu�is a tomar posesi�n de la tierra que Yahv�h prometi�... (Deut. 8, 1).

...no s�lo de pan vive el hombre, sino que el hombre vive de todo lo que sale de la boca de Yahv�h (Deut. 8, 3).

...si amas a Yahv�h tu Dios, si sigues sus caminos y guardas sus mandamientos, sus preceptos y sus normas, vivir�s y te multiplicaras;... (Deut. 30, 16).

...(Yahv�h) les dijo: �Estad bien atentos a todas estas palabras que os doy como testimonio. Se las prescribir�is a vuestros hijos, para que cuiden de poner en pr�ctica todas las palabras de esta Ley. Porque no es una palabra vana para vosotros, sino que es vuestra vida,...� (Deut. 32, 46-47).

Jam�s olvidar� tus ordenanzas, por ellas tu me das la vida (Sal. 119, 93).

...la Ley que subsiste eternamente: todos los que la retienen alcanzar�n la vida, m�s los que la abandonan morir�n (Ba. 4, 1).

-En la antigua ley los hombres pod�an conseguir la gracia de la justificaci�n.

Y si el malvado se aparta del mal que ha cometido para practicar el derecho y la justicia, conservar� su vida (Ez. 18, 27).

La justicia del justo no le salvar� el d�a de su perversi�n, ni la maldad del malvado le har� sucumbir el d�a en que se aparte de su maldad (Ez. 33, 12).

-La Ley de Mois�s no condujo a los hombres a la perfecci�n ni sus sacramentos les produc�an virtud santificadora.

a) -No les condujo a la perfecci�n.

...ya que la Ley no llev� nada a la perfecci�n, pues no era m�s que introducci�n a una esperanza mejor, por la cual nos acercamos a Dios (Hebr. 7, 19).

b) - Sus sacramentos carec�an de virtud santificadora.

Mas, ahora...�C�mo retorn�is a esos elementos sin fuerza ni valor,...? (G�l. 4, 9).

-La Ley de Mois�s debi� de abrogarse.

a) -Por la promesa de un nuevo legislador.

Yahv�h tu Dios suscitar�, de en medio de ti, entre tus hermanos, un profeta como yo, a quien escuchar�is (Deut. 18, 15).

Yo les suscitar�, de en medio de sus hermanos, un profeta semejante a ti, pondr� mis palabras en su boca, y �l les dir� todo lo que yo le mande (Deut. 18, 18).

He aqu� mi siervo a quien yo sostengo, mi elegido en quien se complace mi alma. He puesto mi esp�ritu sobre �l: dictar� ley a las naciones (Is. 42, 1).

b) -Por el anuncio de una nueva alianza.

He aqu� que d�as vienen -or�culo de Yahv�h- en que yo pactar� con la casa de Israel (y con la casa de Jud�) una nueva alianza;... (Jer. 31, 31).

Por lo tanto, el que est� en Cristo, es una nueva creaci�n; pas� lo viejo, todo es nuevo (2 Cor. 5, 17).

Al decir nueva, declaro anticuada la primera; y lo anticuado y viejo est� a punto de cesar (Hebr. 8, 13).

c) -Por la instituci�n de un nuevo sacrificio.

Diles: Cualquier hombre...que ofrezca holocausto o sacrificio, y no lo traiga a la entrada de la Tienda de Reuni�n para sacrificarlo en honor de Yahv�h, ese ser� exterminado de entre su pueblo (Lev. 17, 8-9).

...y durante la mitad de la semana har� cesar el sacrificio y la oblaci�n,... (Dan. 9, 27).

No tengo ninguna complacencia en vosotros, dice Yahv�h Sebaot, y no me es grata la oblaci�n de vuestras manos. Pues desde donde sale el sol hasta donde se pone, grande es mi Nombre entre las naciones, y en todo lugar se ofrece incienso a mi Nombre y una oblaci�n pura (Malaq. 1, 11).

d) -Por la instituci�n de un nuevo sacerdocio.

En la antigua Ley los levitas eran de la tribu de Lev� y los sacerdotes de la familia de Aar�n. En la nueva alianza son elegido de cualesquiera fieles.

Y tambi�n de entre ellos tomar� para sacerdotes y levitas -dice Yahv�h (Is. 66, 21).

e) -Por la vocaci�n de las gentes.

Por ti se bendecir�n todos los linajes de la tierra (G�n. 12, 3).

Por tu descendencia se bendecir�n todas las naciones de la tierra, en pago de haber obedecido tu mi voz (G�n. 22, 18).

...todos los reyes se postrar�n ante �l, le servir�n todas las naciones (Sal. 72, 11).

Te voy a poner por luz de las gentes, para que mi salvaci�n alcance hasta los confines de la tierra (Is. 49, 6).

Aclaraci�n. la nueva alianza deb�a de pertenecer a todas las gentes, y los que habitaban fuera de Judea no pod�an cumplir muchos preceptos, por ejemplo:

Tres veces al a�o se presentar�n todos tus varones ante Yahv�h, el Se�or, el Dios de Israel (Ex. 34, 23).

f) -Por la dispersi�n del pueblo jud�o.

...ser� suprimido un mes�as �y el pueblo que de �l ha renegado ya no existir�,... (Dan. 9, 26). (Vulgata).

g) -Por la devastaci�n de la ciudad y del templo.

...y destruir� la ciudad y el santuario el pueblo de un pr�ncipe que vendr�. Su fin ser� en un cataclismo y, hasta el final, la guerra y los desastres decretados (Dan. 9, 26).

-La Ley de Mois�s fue ya abrogada.

Hace 1.900 a�os que el templo fue destruido, los jud�os arrojados de su patria, como Jerem�as hab�a profetizado:

...y los convertir� en espantajo para todos los reinos de la tierra: maldici�n, pasmo, rechifla y oprobio entre todas las naciones a donde los arroje,... (Jer. 29, 18).

-Las Leyes del Antiguo Testamento no tienen ya vigencia hoy d�a.

a) -Hacer im�genes.

No te har�s escultura ni imagen alguna ni de lo que hay arriba en los cielos, ni de lo que hay abajo en la tierra, ni de lo que hay en las aguas debajo de la tierra (Ex. 19, 4).

b) -La circuncisi�n.

Al octavo d�a ser� circuncidado el ni�o en la carne de su prepucio;... (Lev. 12, 3).

c) -La pena de muerte para los ad�lteros.

Si un hombre comete adulterio con la mujer de su pr�jimo, ser� muerto tanto el ad�ltero como la ad�ltera (Lev. 20, 10).

23. Ley Antigua. Prescripciones

-Mandaba la justicia y el amor

-Inculcaba hacer el bien al enemigo

-Reservaba a los sacerdotes ofrecer sacrificios a Dios

-Estos sacrificios eran ineficaces para redimir a los hombres

-Exist�a la ley del levirato

-Los levitas viv�an entregados al servicio de Dios

-El s�bado redoblada las actividades de los sacerdotes

-Era l�cito trabajar en s�bado para practicar la caridad

-La violaci�n del s�bado era castigada con la pena de muerte

-Prescrib�a la educaci�n de los hijos

-Mandaba la pena de muerte para el homicida

-Prohib�a el odio y la venganza

-Condenaba la ociosidad

-Prohib�a el matrimonio con dos hermanas

-Permit�a el divorcio

-La poligamia era l�cita

-Impon�a a los ladrones devolver el cu�druplo o el qu�ntuplo

-La Ley del Tali�n castigaba el delito cometido con igual pena

-La Ley del Tali�n limitaba los excesos de la venganza

-La circuncisi�n era un rito de la Ley Antigua

-Prescrib�a la circuncisi�n

-Prescrib�a a las Madres su purificaci�n

-Prescrib�a que todo primog�nito var�n hab�a de ser consagrado al Se�or

-Mandaba que los leprosos viviesen alejados de la sociedad

-Los leprosos deb�an presentarse al sacerdote el d�a de su purificaci�n

-Prohib�a comer sangre de cualquier animal

-La Ley Antigua mandaba la justicia y el amor para todos los hermanos, e incluso a los hombres de pueblos extra�os.

Tampoco har�s rebusco de tu vi�a, ni recoger�s de tu huerto los frutos ca�dos; los dejar�s para el pobre y el forastero.

Yo, Yahv�h vuestro Dios (Lev. 19, 10).

-La Ley Antigua inculca hacer el bien al enemigo, aunque no con tanta claridad como en el Evangelio.

�Del infortunio de mi enemigo me alegr�, me goc� de que el mal le alcanzar�? (Job 31, 29).

No te acalores por causa de los males, no envidies a los que hacen injusticia (Sal. 37, 1).

No te alegres por la ca�da de tu enemigo, no se goce tu coraz�n cuando se hunde (Prov. 24, 17).

No te enciendas por causa de los malvados, ni tengas envidia de los malos (Prov. 24, 19).

El que se regodea en el mal ser� condenado, el que odia la verborrea escapar� al mal (Si. 19, 5-6).

Rencor e ira son tambi�n abominables, esa es la propiedad del pecador (Si. 27, 30).

-La Ley de Mois�s reservaba a los sacerdotes la funci�n de ofrecen sacrificios a Dios.

Levant� all� David un altar a Yahv�h y ofreci� holocaustos y sacrificios de comuni�n. Entonces Yahv�h atendi� a las s�plicas en favor de la tierra y la peste se apart� de Israel (2 Sam. 24, 25).

-Los sacrificios de la Ley Antigua no ten�an eficacia suficiente para redimir a los hombres de sus pecados.

...pues es imposible que la sangre de toros y machos cabr�os borre pecados (Hebr. 10, 4).

-Exist�a entre los jud�os la Ley del levirato.

Si varios hermanos viven juntos y uno de ellos muere sin tener hijos, la mujer del difunto no se casar� fuera con un hombre de familia extra�a. Su cu�ado se llegar� a ella, ejercer� su levirato tom�ndola por esposa, y el primog�nito que ella de a luz llevar� el nombre de su hermano difunto;... (Deut. 25, 5-6).

Maestro, Mois�s dijo: Si alguno murieses sin tener hijos, su hermano se casar� con la viuda, para dar descendencia a su hermano (Mt. 22, 24).

Maestro, Mois�s nos dej� escrito que si muere el hermano del alguno y deja mujer y no deja hijos, que su hermano tome a la mujer para dar descendencia a su hermano (Mc. 12, 19).

Maestro, Mois�s nos dej� escrito que si muere el hermano de alguno que estaba casado y no ten�a hijos, que su hermano tome a la mujer para dar descendencia a su hermana (Lc. 20, 28).

-Los levitas deb�an vivir entregados totalmente al servicio de Dios.

En cuanto a los levitas...ser�n en mi santuario los encargados de la guardia de las puertas de la Casa y ministros del servicio de la Casa. Ellos inmolar�n el holocausto y el sacrificio por el pueblo, y estar�n a su disposici�n para servirle (Ez. 44, 10-11).

A los hijos de lev�, les doy en herencia a todos los diezmos de Israel, a cambio de su servicio que prestan en la Tienda de Reuni�n (N�m. 18, 21).

-El s�bado no suprim�a sino que redoblaba las actividades de los ministros del culto.

�Tampoco hab�is le�do en la Ley que en el d�a de s�bado los sacerdotes, en el Templo, quebrantan el s�bado sin incurrir en culpa? (Mt. 12, 5).

El holocausto que el pr�ncipe ofrecer� a Yahv�h el s�bado, ser� de seis corderos sin defecto y de un carnero sin defecto; y como oblaci�n una medida por carnero;... (Ez. 46, 4-5).

El d�a de s�bado, dos corderos de un a�o, sin tacha, y como oblaci�n dos d�cimas de flor de harina amasada con aceite, y su correspondiente libaci�n. El holocausto del s�bado, con su libaci�n, se a�adir� los s�bados al holocausto perpetuo (N�m. 28, 9-10).

-Es l�cito trabajar en d�a de s�bado para cumplir un deber de caridad.

Pas� de all� y se fue a una sinagoga. Hab�a en ella un hombre que ten�a una mano paralizada. Y le preguntaron si era l�cito curar en d�a de s�bado para poder acusarle. �l les dijo: ��Qui�n de vosotros que tenga una sola oveja, si �sta cae en un hoyo en d�a de s�bado, no la agarra y la saca? Pues �cu�nto m�s vale un hombre que una oveja! Por tanto, es l�cito hacer bien en s�bado� (Mt. 12, 9-12).

Estaba un s�bado ense�ando en una sinagoga, y hab�a una mujer a la que un esp�ritu ten�a enferma hac�a dieciocho a�os; estaba encorvada, y no pod�a en modo alguno enderezarse. Al verla Jes�s, la llam� y dijo: �Mujer, quedas libre de su enfermedad� (Lc. 13, 10-12).

Habiendo entrado en s�bado en casa de uno de los principales de los fariseos para comer, ellos le estaban observando. Hab�a all�, delante de �l, un hombre hidr�pico. Entonces pregunt� Jes�s a los legistas y los fariseos: ��Es l�cito curar en s�bado, o no?� Pero ellos se callaron. Entonces le tom�, le cur�, y le despidi�. Y a ellos les dijo: �A qui�n de vosotros se le cae un hijo o un buey a un pozo en s�bado y no lo saca al momento?� Y no pudieran replicar a esto (Lc. 14, 1-6).

-La violaci�n del s�bado era castigada con la pena de muerte.

Guardad el s�bado, porque es sagrado para vosotros. El que lo profan� morir� (Ex. 31, 14).

-La Ley Antigua prescrib�a la educaci�n de los hijos.

Quien escatima la vara, odia a su hijo, quien le tiene amor, le castiga (Prov. 13, 24).

La necedad est� enraizada en el coraz�n del joven, la vara de la instrucci�n le alejar� de all� (Prov. 22, 15).

No ahorres la correcci�n al ni�o,

que no se va a morir porque le castigues con la vara.

Con la vara le castigar�s

y librar�s su alma del seol (Prov. 23, 14).

Vara y reprensi�n dan sabidur�a,

ni�o dejado a s� mismo, averg�enza a su madre (Prov. 29, 15).

-La Ley Antigua prescrib�a la pena de muerte para el homicida, sin esperanza de indulto.

Pero al que se atreva a matar a su pr�jimo con alevos�a, hasta de mi altar le arrancar�s para matarle (Ex. 21, 14).

-La Ley Antigua proh�be el odio y la venganza.

No te vengar�s ni guardar�s rencor contra los hijos de tu pueblo. Amar�s a tu pr�jimo como a ti mismo. Yo, Yahv�h (Lev.) 19, 18.

-La ociosidad estaba condenada en el Antiguo Testamento.

El deseo del perezoso le lleva a la muerte, porque sus manos reh�san el trabajo (Prov. 21, 25).

A una piedra sucia se parece el perezoso, todo el mundo silva sobre su deshonra (Si. 22, 1).

-El matrimonio con dos hermanas fue prohibido.

No tomar�s a una mujer juntamente con su hermana,... (Lev. 18, 18).

-El divorcio fue permitido en la Ley de Mois�s.

Cuando un hombre toma una mujer y se casa con ella, si resulta que esta mujer con halla gracia a sus ojos, porque descubre un libelo de repudio, se lo pondr� en su mano y la despedir� de su casa (Deut. 24, 1).

D�cenle: �Entonces �por qu� Mois�s prescribi� dar acta de divorcio y repudiarla?� (Mt. 19, 7).

-La poligamia es l�cita en el Antiguo Testamento despu�s del diluvio.

a) -A los Patriarcas.

-A Abraham.

Saray, mujer de Abram, no le daba hijos. Pero ten�a una esclava egipcia, que se llamaba Agar, y le dijo Saray a Abram: �Mira, Yahv�h me ha hecho est�ril. Ll�gate, pues, te ruego, a mi esclava. Quiz� podr� tener hijos de ella.� Y escuch� Abram la voz de Saray (G�n. 16, 1).

-A Esa�.

Cuando Esa� ten�a cuarenta a�os, tom� por mujeres a Judit, hija de Beeri el hitita, y a Basmat, hija de El�n el hitita, las cuales fueron amargura para Isaac y Rebeca (G�n. 26, 34-35).

Esa� tom� a sus mujeres de entre las cananeas: ... (G�n. 36, 1).

b) -A los jud�os.

Si un hombre tiene dos mujeres, a una de las cuales ama y a la otra no, y tanto la mujer amada como la otra le dan hijos,... (Deut. 21, 15).

c) -A los Gentiles.

Jacob dijo a Lab�n: �Dame mi mujer, que se ha cumplido el plazo, y quiero casarme con ella.� ...Luego a la tarde tom� a su hija Lia y la llev� a Jacob, y �ste se uni� con ella. Lab�n dio su esclava Zilp� como esclava a su hija Lia (G�n. 29, 21).

-La Ley Antigua impon�a a los ladrones devolver el cu�druple o el qu�ntuplo.

Si uno roba un buey o una oveja, y los mata o vende, pagar� cinco bueyes por el buey, y cuatro ovejas por la oveja (Ex. 22, 1).

-La Ley del Tali�n, de origen de Mois�s, castigaba con pena igual al delito cometido.

Pero si resultare da�o, dar�s vida por vida, ojo por ojo, diente por diente, mano por mano, pie por pie, quemadura por quemadura, herida por herida, cardenal por cardenal (Ex. 21, 23-25).

Si alguno causa alguna lesi�n a su pr�jimo, como �l hizo as� se le har�: fractura por fractura, ojo por ojo, diente por diente; se le har� la misma lesi�n que �l haya causado a otro (Lev. 24, 19-21).

Vida por vida, ojo por ojo, diente por diente, mano por mano, pie por pie (Deut. 19, 21).

-La Ley del Tali�n limita los excesos de la venganza al imponer un castigo igual a la ofensa o al delito.

a) -Los excesos de la venganza.

Y dijo Lamek a sus mujeres:

�Ad� y Sil-l�, o�d mi voz; mujeres de L�mek, escuchad mi palabra: Yo mat� a un hombre por una herida que me hizo y a un muchacho por un cardenal que recib�. Ca�n ser� vengado siete veces, mas L�mek lo ser� setenta y siete� (G�n. 4, 23-24).

b) -Un castigo igual a la ofensa.

Si alguno causa una lesi�n a su pr�jimo, como �l lo hizo as� se le har�: fractura por fractura, ojo por ojo, diente por diente; se le har� la misma lesi�n que �l haya causado a otro. El que mate a un animal, indemnizar� por �l; mas el que mate a un hombre, morir� (Lev. 24, 19-21).

El Tali�n.

Vida por vida, ojo por ojo, diente por diente, mano por mano, pie por pie (Deut. 19, 21).

-La circuncisi�n era un rito de la Ley Antigua.

a) -Principio de iniciaci�n al Matrimonio.

...dijeron: �No podemos hacer tal cosa: dar nuestra hermana a uno que es circunciso, porque es una venganza para nosotros. Tan s�lo os la daremos a condici�n de que os hag�is como nosotros, circuncid�ndose todos nuestros varones (G�n. 32, 14-15).

b) -Se�al de fidelidad interior a Dios.

Circuncidad, pues, el prepucio de vuestro coraz�n y no endurezc�is m�s vuestra cerviz, porque Yahv�h vuestro Dios es el Dios de los Dioses y el Se�or de los Se�ores (Deut. 10, 16-17).

Circuncidaos para Yahv�h y extirpad los prepucios de vuestros corazones, hombre de Jud� y habitantes de Jerusal�n; no sea que brote como fuego mi sa�a, y arda y no haya quien la apague, en vista de vuestras perversas acciones (Jer. 4, 4).

c) -Signo de pertenencia al pueblo de Yahv�h.

Esta es mi alianza que hab�is de guardar entre yo y vosotros -tambi�n tu posteridad-: Todos vuestros varones ser�n circuncidados. Os circundar�is la carne del prepucio, y eso ser� la se�al de la alianza entre yo y vosotros (G�n. 17, 10-11).

d) -Signo que recordar� al hombre las obligaciones consiguientes.

Al octavo d�a ser� circuncidado el ni�o en la carne de su prepucio; pero ella permanecer� todav�a treinta y tres d�as de purific�ndose de su sangre. No tocar� cosa ninguna santa ni ir� al santuario hasta cumplirse los d�as de su purificaci�n (Lev. 12, 3-4).

Mas si da a luz una ni�a, durante dos semanas ser� impura, como en el tiempo de sus reglas, y permanecer� sesenta y seis d�as m�s purific�ndose de su sangre (Lev. 12, 5).

Al cumplirse los d�as de su purificaci�n, sea por ni�o o ni�a, presentar� al sacerdote, a la entrada de la Tienda de Reuni�n, un cordero de un a�o como holocausto, y un pich�n o una t�rtola como sacrificio por el pecado. El sacerdote lo ofrecer� ante Yahv�h, haciendo expiaci�n por ella, y quedar� purificada del flujo de su sangre (Lev. 12, 6-7).

e) -Sello de la justicia de la fe pose�da siendo incircunciso.

...y recibi� la se�al de la circuncisi�n como sello se la justicia de la fe que pos�is siendo incircunciso (Rom. 4, 11).

-La circuncisi�n de los ni�os estaba prescrita por la Ley, en el Antiguo Testamento.

A los ocho d�as ser� circuncidado entre vosotros todo var�n, de generaci�n en generaci�n, tanto el nacido en casa como el comprado con dinero a cualquier extra�o que no sea de tu raza (G�n. 17, 12).

Abraham circuncid� a su hijo Isaac a los ocho d�as, como se lo hab�a mandado Dios (G�n. 21, 4).

Yahv�h habl� a Mois�s y dijo: Habla a los hijos de Israel y diles: Cuando una mujer concita y tenga un hijo var�n, quedar� impura durante siete d�as; ser� impura como en el tiempo de sus reglas. Al octavo d�a ser� circuncidado el ni�o en la carne de su prepucio;... (Lev. 12, 1-3).

-La Ley de Mois�s prescrib�a a las madres Israelitas su purificaci�n. Si los recursos no alcanzaban presentar�n dos t�rtolas o dos pichones.

Mas si a ella no le alcanza para presentar una res menor, tome dos t�rtolas o dos pichones, uno como holocausto y otro como sacrificio por el pecado; y el sacerdote har� expiaci�n por ella y quedar� pura (Lv. 12, 8).

Cuando, seg�n la Ley de Mois�s, se cumplieron los d�as de la purificaci�n de ellos, llevaron a Jes�s a Jerusal�n para presentarle al Se�or, como est� escrito en la Ley de Se�or: �Todo var�n primog�nito ser� consagrado al Se�or y para ofrecer en sacrificio un par de t�rtolas o dos pichones, conforme a lo que se dice en la Ley del Se�or (Lc. 2, 22-24).

-La Ley de Mois�s prescrib�a que todo primog�nito del sexo masculino hab�a de ser consagrado al Se�or.

a) -de hombres.

Habl� Yahv�h a Mois�s, diciendo: Cons�grame todo primog�nito (Ex. 13, 1).

...consagrar�s a Yahv�h todos los primog�nitos (Ex. 13, 12).

b) -de animales.

Todo primog�nito es m�o, todo primer nacido, macho, sea de vaca o de oveja, es m�o (Ex. 13, 15).

c) -de hombres y de animales.

Todo primog�nito que se presente a Yahv�h de cualquier especie, hombre o animal, ser� para ti (N�m. 18, 15).

-La Ley de Mois�s mandaba que los leprosos israelitas viviesen alejados de la sociedad humana.

Es impuro y habitar� s�lo; fuera del campamento tendr� su morada (Lev. 13, 46).

-Los leprosos israelitas deb�an presentarse al sacerdote el d�a de su purificaci�n.

Esta es la Ley que la Ley que habr� de aplicarse al leproso en el d�a de su purificaci�n. Se le conducir� el sacerdote, ...si comprueba que el leproso est� ya curado...mandar� traer para el que ha de ser purificado dos p�jaros vivos y puros, madera de cedro, p�rpura escarlata e hisopo (Lev. 14, 2-4).

-Comer sangre de cualquier animal estaba prohibido en el Antiguo Testamento.

S�lo dejar�is de comer carne con su alma, es decir, con su sangre (Gn. 9, 4).

No comer�is grasa ni sangre (Lev. 31, 17).

Tampoco comer�is sangre ni de ave, ni de animales en ning�n lugar donde habit�is (Lev. 7, 26).

...s�lo la sangre no comer�is (Deut. 12, 16).

24. Los Principios

-El hombre necesita estar libre para merecer o desmerecer

-El acto externo no a�ade ninguna moralidad al acto interno

-Nunca es l�cito realizar un mal para que sobrevenga un bien

-El hombre, en estado de naturaleza ca�da, necesita estar libre de toda coacci�n para merecer o desmerecer.

Mirad: Yo pongo hoy ante vosotros bendici�n y maldici�n. Bendici�n si obedec�is a los mandamientos de Yahv�h vuestro Dios que yo os prescrito hoy, maldici�n si desobedec�is a los mandamientos de Yahv�h vuestro Dios, si os apart�is del camino que yo os prescribo hoy, para seguir a otros dioses que no conoc�is (Deut. 11, 26-28).

�l fue quien al principio hizo al hombre, y le dej� en manos de su propio albedr�o. Si t� quieres, guardar�s los mandamientos, permanecer fiel es cosa tuya (Si. 15, 14-15).

�l te ha puesto delante fuego y agua, a donde quieras puedes llevar tu mano (Si. 15, 16).

�Qui�n sufri� esta prueba y fue hallado perfecto?: ser� para �l motivo de gloria. �Qui�n pudo prevaricar y no prevaric�, hacer mal y no lo hizo? Sus bienes se consolidar�n, y asamblea hablar� de sus bondades (Si. 31, 10-11).

-El acto externo no a�ade ninguna moralidad al acto interno.

El �ngel de Yahv�h llam� a Abraham...y le dijo: �Por m� mismo juro, or�culo de Yahv�h, que por haber hecho esto, por no haberme negado tu hijo, tu �nico, yo te colmar� de bendiciones y acrecentar� much�simo tu descendencia como las estrellas del cielo y como las arenas de la playa,... (G�n. 22, 15-17).

Pues yo os digo: Todo el que mira a una mujer dese�ndola, ya cometi� adulterio con ella en su coraz�n (Mt. 5, 28).

Aclaraci�n. La Sagrada Escritura considera a la voluntad por el mismo acto interno.

-Nunca es l�cito realizar un mal para que sobrevenga un bien.

Y �por qu� no hacer el mal para que venga el bien como algunos calumniosamente nos acusan que decimos? Esos tales merecida su condenaci�n (Rom. 3, 8).

�Qu� diremos, pues ? �Qu� debemos permanecer en el pecado para que la gracia se multiplique? �De ning�n modo! (Rom. 6, 1).

Pues, �qu�? �Pecaremos porque no estamos bajo la Ley sino la gracia? �De ning�n modo! (Rom. 6, 15).

25. La Conciencia

-La conciencia recta es la que se ajusta a la norma externa de moralidad

-La conciencia laxa conduce a la ceguera de la mente, a la dureza de coraz�n y a la perdici�n

-La conciencia recta es solamente la que se ajusta a la norma externa y exacta de moralidad.

Pero el que come dudando se condena, porque no obra conforme a la fe (Rom. 14, 22).

Aclaraci�n. �conforme a la fe� tiene otra traducci�n �con buena fe�.

Mas no todos tienen este conocimiento. Pero algunos, acostumbrados hasta ahora al �dolo, comen la carne como sacrificada a los �dolos, y su conciencia, que es d�bil, se mancha (1 Cor. 8, 7).

Aclaraci�n. �Se condena�, �Mancha su conciencia� son resultados de no obrar con conciencia recta.

-La conciencia laxa conduce a la ceguera de la mente, a la dureza de coraz�n y al camino que lleva a la perdici�n.

Y tomando (Jes�s) la palabra, les ense�aba diciendo:...

�Entrad por la puerta estrecha; porque ancha es la entrada y espacioso el camino que lleva a la perdici�n, y son muchos los que entran por ella;... (Mt. 7, 13).

�l (Esteban) respondi�:...

�Duros de cerviz, incircuncisos de coraz�n y de o�dos! �Vosotros siempre resist�s al Esp�ritu Santo! (Hch. 7, 51).

Por la dureza y la impenitencia de tu coraz�n vas atesorando contra ti c�lera para el d�a de la c�lera y de la revelaci�n del justo juicio de Dios,... (Rom. 2, 5).

26. La Ley

-La Ley de Dios se llamaba �precepto de vida� en el A. T.

-La Ley del A. T. fue abrogada por Cristo.

-La Ley nueva est� promulgada para todos y obliga a todos

-Cualquier Ley humana justa obliga en conciencia ante Dios

-La Ley de Dios se llamaba �preceptos de vida� en el Antiguo Testamento

Escucha, israel, los mandamientos de vida,... (Ba. 3, 9).

Y si digo al malvado: �Vas a morir�, y �l se convierte de su pecado y pr�ctica del derecho y la justicia, si devuelve la prenda, restituye lo que rob�, observa los preceptos que dan la vida y dejad de cometer injusticias, vivir� ciertamente, no morir� (Ez. 33, 14-15).

-La Ley del Antiguo Testamento fue abrogada por Jesucristo.

Entonces �para qu� la Ley? Fue a�adida en raz�n a las transgresiones hasta que llegase la descendencia,... (G�l. 3, 19).

Aclaraci�n. La descendencia es Jesucristo.

-La Ley nueva est� promulgada para todos y por tanto obliga a todos a los que les es conocida.

Jes�s se acerc� a ellos y les habl� as�: �Me ha sido dado todo poder en el cielo y en la tierra. Id, pues, y haced disc�pulos a todas las gentes bautiz�ndolas en el nombre del Padre y del Hijo y del Esp�ritu Santo, y ense��ndoles a guardar todo lo que yo os he mandado...� (Mt. 28, 18-20).

-Cualquier Ley humana justa obliga en conciencia ante Dios.

De modo que, quien se opone a la autoridad, se revela contra el orden divino, y los rebeldes se atraer�n sobre s� mismos la condenaci�n (Rom. 13, 2).

Aclaraci�n. Los legisladores humanos est�n constituidos por Dios con la potestad de legislar.

Som�tanse todos a las autoridades constituidas, pues no hay autoridad que no provenga de Dios,... (Rom. 13, 1).


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