Felipe y Paulo son gemelos y sacerdotes: casi les abortaron cuando el aborto era legal en Chile
En la Iglesia se han dado casos de hermanos gemelos que se han ordenado
sacerdotes juntos, y también casos de niños que iban a ser abortados pero
nacieron y llegaron a ser sacerdotes u obispos que han ayudado a muchas
personas.
Los jóvenes Felipe y Paulo Lizama, hoy de 28 años de edad, cumplen ambas
cosas: sacerdotes gemelos que han sobrevivido a la cultura del aborto.
Cuando en Chile había abortos
En Chile, su país, el aborto fue legal bajo el supuesto
"terapéutico" durante 58 años, hasta que en 1989 se prohibió todo aborto.
Eso no empeoró la salud de las mujeres: al contrario, la salud materna de
Chile es la mejor del continente americano, sólo por detrás de la de Canadá.
Chile, con una sanidad moderna y documentada, es la prueba también de que no
hay mujeres que mueran por abortos clandestinos, ni dañadas bajo camuflaje
de septicemia u otras complicaciones. Y, puesto que en los países vecinos,
apenas hay tampoco aborto legal, las cifras no esconden casi chilenas que
viajen al extranjero para abortar.
“A mi mamá le dijeron que abortara porque la guagua [el bebé] venía mal, con
tres piernas, cuatro brazos... pero ella no quiso, optó por la vida aunque
en ese tiempo se podía, ya que ella estaba supuestamente en riesgo”, dice
Paulo.
Como en tantos otros casos de diagnósticos equivocados, cabe preguntarse
cuantos bebés han sido abortados por errores de diagnóstico.
El caso es que la mamá fue recompensada por su apuesta provida, no con un
niño sano, sino con dos, idénticos, que nacieron con 17 minutos de
diferencia.
Crisis familiar, cercanía de Dios
Eso no significa que todo fuera maravilloso en la vida, que siempre es una
lucha. Cuando tenían 14 años, la familia se rompió. Pero eso acercó a los
chicos a Dios y a una vida de servicio en la Iglesia. “Mis papás se
separaron y eso nos marcó mucho a los dos. Como nuestro pueblo era chico, lo
único que había era la iglesia, así que llegamos allá por cosas de la vida”,
relata.
A los 18 años decidieron entrar al Seminario, aunque fue algo que habían
decidido cada uno por su cuenta, sin consultarlo entre ellos. “Fue muy raro,
porque yo no quise hablarlo para no influenciar a mi hermano. Pero cuando
llegó el momento de tener que decidir qué íbamos a hacer con nuestras vidas,
ambos decidimos entrar”, explican.
En el seminario les ponían apodos divertidos: "los fotocopia", "los
tangananica-tangananá". Fueron ocho años de carrera en los que cursaron dos
de filosofía, uno de experiencia pastoral, uno de práctica y cuatro de
teología en el Seminario Mayor San Rafael.
Sacerdotes católicos
“Fue todo muy bonito. En la misa nos ungieron las manos con un aceite
especial que nos convierte en sacerdotes de la Iglesia Católica. La
ceremonia fue espectacular. La iglesia estaba llena de gente que nos
acompañó en distintas etapas de este proceso, desde que ingresamos al
seminario”, explica Paulo.
“Ahora en adelante uno se siente en plenitud. Uno se puede proyectar como
sacerdote, por mucho tiempo, en la parroquia a la que fuimos designados”,
afirma Felipe.
Después de ocho años de estudio y dos de formación en el Seminario San
Rafael, fueron ordenados sacerdotes en abril de 2012, en la catedral de
Valparaíso, por el obispo Gonzalo Duarte. Los gemelos fueron destinados a
distintas parroquias: el padre Paulo en Achupallas y Felipe en Puchuncaví.
Bromas de gemelos
Como suelen hacer los gemelos, continúan divirtiéndose con sus
bromas. “La gente nos confunde y yo muchas veces me hago pasar por mi
hermano. Lo más chistoso es ver la reacción de las personas. Es la maldad
del gemelo, un plus que no podemos dejar de explotar”, reconoce el padre
Paulo.
Recuerda que “cuando chicos decíamos que éramos psíquicos, yo le decía una
palabra al oído a una persona y mi hermano tenía que adivinarla. El truco es
que yo mencionaba algo que tenía en la mano. La gente quedaba loca pensando
que teníamos esa capacidad y nunca fue”.
Pero quien preste mucha atención podrá distinguirlos: “Felipe es el mayor,
pero en la parroquia dicen que yo tengo la voz más fuerte”, afirma el cura
Paulo. Además, uno de ellos es zurdo y el otro diestro.