El libro del Profeta Malaquias
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Capítulo 1
- 1:1
- CARGA de la palabra de el Altísimo contra Israel, por mano de Malaquías.
- 1:2
- Yo os he amado, dice el Altísimo: y dijisteis: ¿En qué nos amaste? ¿No era Esaú hermano de Jacob, dice el Altísimo, y amé á Jacob,
- 1:3
- Y á Esaú aborrecí, y torné sus montes en asolamiento, y su posesión para los chacales del desierto?
- 1:4
- Cuando Edom dijere: Nos hemos empobrecido, mas tornemos á edificar lo arruinado; así ha dicho el Altísimo de los ejércitos: Ellos edificarán, y yo destruiré: y les llamarán Provincia de impiedad, y, Pueblo contra quien el Altísimo se airó para siempre.
- 1:5
- Y vuestros ojos lo verán, y diréis: Sea el Altísimo engrandecido sobre la provincia de Israel.
- 1:6
- El hijo honra al padre, y el siervo á su señor: si pues soy yo padre, ¿qué es de mi honra? y si soy señor, ¿qué es de mi temor?, dice el Altísimo de los ejércitos á vosotros, oh sacerdotes, que menospreciáis mi nombre. Y decís: ¿En qué hemos menospreciado tu nombre?
- 1:7
- Que ofrecéis sobre mi altar pan inmundo. Y dijisteis: ¿En qué te hemos amancillado? En que decís: La mesa de el Altísimo es despreciable.
- 1:8
- Y cuando ofrecéis el animal ciego para sacrificar, ¿no es malo? asimismo cuando ofrecéis el cojo ó el enfermo, ¿no es malo? Preséntalo pues á tu príncipe: ¿acaso se agradará de ti, ó le serás acepto? dice el Altísimo de los ejércitos.
- 1:9
- Ahora pues, orad á la faz de Dios que tenga piedad de nosotros: esto de vuestra mano vino: ¿le seréis agradables? dice el Altísimo de los ejércitos.
- 1:10
- ¿Quién también hay de vosotros que cierre las puertas ó alumbre mi altar de balde? Yo no recibo contentamiento en vosotros, dice el Altísimo de los ejércitos, ni de vuestra mano me será agradable el presente.
- 1:11
- Porque desde donde el sol nace hasta donde se pone, es grande mi nombre entre las gentes; y en todo lugar se ofrece á mi nombre perfume, y presente limpio: porque grande es mi nombre entre las gentes, dice el Altísimo de los ejércitos.
- 1:12
- Y vosotros lo habéis profanado cuando decís: Inmunda es la mesa de el Altísimo; y cuando hablan que su alimento es despreciable.
- 1:13
- Habéis además dicho: ¡Oh qué trabajo! y lo desechasteis, dice el Altísimo de los ejércitos; y trajisteis lo hurtado, ó cojo, ó enfermo, y presentasteis ofrenda. ¿Seráme acepto eso de vuesta mano? dice el Altísimo.
- 1:14
- Maldito el engañoso, que tiene macho en su rebaño, y promete, y sacrifica lo dañado á el Altísimo: porque yo soy Gran Rey, dice el Altísimo de los ejércitos, y mi nombre es formidable entre las gentes.
Mal 1:1 Oráculo. Palabra de Yahveh a Israel por ministerio de
Malaquías.
Mal 1:2 Os he amado, dice Yahveh. Y vosotros decís: ¿En qué nos has amado? -
¿No era acaso Esaú el hermano de Jacob?, oráculo de Yahveh. Sin embargo yo
amé a Jacob,
Mal 1:3 y a Esaú le odié. Entregué sus montes a la desolación y su heredad a
los chacales del desierto.
Mal 1:4 Si dice Edom: «Hemos sido aplastados, pero volveremos a edificar
nuestras ruinas», así dice Yahveh Sebaot: Ellos edificarán, mas yo demoleré,
y se les llamará: «Territorio de impiedad», y «Pueblo contra el que Yahveh
está irritado para siempre».
Mal 1:5 Vuestros ojos lo verán y vosotros diréis: «¡Grande es Yahveh más
allá del término de Israel!»
Mal 1:6 El hijo honra a su padre, el siervo a su señor. Pues si yo soy
padre, ¿dónde está mi honra? Y si señor, ¿dónde mi temor?, dice Yahveh
Sebaot a vosotros sacerdotes que menospreciáis mi Nombre. - Decís: ¿En qué
hemos menospreciado tu Nombre? -
Mal 1:7 Presentando en mi altar pan impuro. - Y decís ahora: ¿En qué te
hemos manchado? - Pensando que la mesa de Yahveh es despreciable.
Mal 1:8 Y cuando presentáis para el sacrificio una res ciega, ¿no está mal?
Y cuando presentáis una coja o enferma, ¿no está mal? Anda, ofrécesela a tu
gobernador: ¿se te pondrá contento o te acogerá con agrado?, dice Yahveh
Sebaot.
Mal 1:9 Ahora, pues, ablandad el rostro de Dios para que tenga compasión de
nosotros. De vuestras manos viene esto, ¿acaso os acogerá benignamente?,
dice Yahveh Sebaot.
Mal 1:10 ¡Oh, quién de vosotros cerrará las puertas para que no encendáis mi
altar en vano! No tengo ninguna complacencia en vosotros, dice Yahveh
Sebaot, y no me es grata la oblación de vuestras manos.
Mal 1:11 Pues desde el sol levante hasta el poniente, grande es mi Nombre
entre las naciones, y en todo lugar se ofrece a mi Nombre un sacrificio de
incienso y una oblación pura. Pues grande es mi Nombre entre las naciones,
dice Yahveh Sebaot.
Mal 1:12 Pero vosotros lo profanáis, cuando decís: ¡La mesa del Señor es
impura, y despreciables sus alimentos!,
Mal 1:13 y añadís: ¡Oh, qué fatiga!, y me desdeñáis, dice Yahveh Sebaot.
Cuando traéis una res robada, o coja, o enferma, cuando traéis una oblación
así, ¿la voy a aceptar de vuestras manos?, dice Yahveh Sebaot.
Mal 1:14 ¡Maldito el tramposo que tiene macho en su rebaño, pero que promete
en voto y sacrifica al Señor bestia defectuosa! ¡Que yo soy un gran Rey,
dice Yahveh Sebaot, y mi Nombre es terrible entre las naciones!
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Capítulo 2
- 2:1
- AHORA pues, oh sacerdotes, á vosotros es este mandamiento.
- 2:2
- Si no oyereis, y si no acordareis dar gloria á mi nombre, ha dicho el Altísimo de los ejércitos, enviaré maldición sobre vosotros, y maldeciré vuestras bendiciones; y aun las he maldecido, porque no lo ponéis en vuestro corazón.
- 2:3
- He aquí, yo os daño la sementera, y esparciré el estiércol sobre vuestros rostros, el estiércol de vuestras solemnidades, y con él seréis removidos.
- 2:4
- Y sabréis que yo os envié este mandamiento, para que fuese mi pacto con Leví, ha dicho el Altísimo de los ejércitos.
- 2:5
- Mi pacto fué con él de vida y de paz, las cuales cosas yo le dí por el temor; porque me temió, y delante de mi nombre estuvo humillado.
- 2:6
- La Ley de verdad estuvo en su boca, é iniquidad no fué hallada en sus labios: en paz y en justicia anduvo conmigo, y á muchos hizo apartar de la iniquidad.
- 2:7
- Porque los labios de los sacerdotes han de guardar la sabiduría, y de su boca buscarán la ley; porque mensajero es de el Altísimo de los ejércitos.
- 2:8
- Mas vosotros os habéis apartado del camino; habéis hecho tropezar á muchos en la ley; habéis corrompido el pacto de Leví, dice el Altísimo de los ejércitos.
- 2:9
- Por tanto, yo también os torné viles y bajos á todo el pueblo, según que vosotros no habéis guardado mis caminos, y en la ley tenéis acepción de personas.
- 2:10
- ¿No tenemos todos un mismo padre? ¿No nos ha criado un mismo Dios? ¿Por qué menospreciaremos cada uno á su hermano, quebrantando el pacto de nuestros padres?
- 2:11
- Prevaricó Judá, y en Israel y en Jerusalem ha sido cometida abominación; porque Judá ha profanado la santidad de el Altísimo que amó, y casádose con hija de dios extraño.
- 2:12
- el Altísimo talará de las tiendas de Jacob al hombre que hiciere esto, al que vela, y al que responde, y al que ofrece presente á el Altísimo de los ejércitos.
- 2:13
- Y esta otra vez haréis cubrir el altar de el Altísimo de lágrimas, de llanto, y de clamor; así que no miraré más á presente, para aceptarlo con gusto de vuestra mano.
- 2:14
- Mas diréis: ¿Por qué? Porque el Altísimo ha atestiguado entre ti y la mujer de tu mocedad, contra la cual tú has sido desleal, siendo ella tu compañera, y la mujer de tu pacto.
- 2:15
- Pues qué ¿no hizo él uno solo aunque tenía la abundancia del espíritu? ¿Y por qué uno? Para que procurara una simiente de Dios. Guardaos pues en vuestros espíritus, y contra la mujer de vuestra mocedad no seáis desleales.
- 2:16
- Porque el Altísimo Dios de Israel ha dicho que él aborrece que sea repudiada; y cubra la iniquidad con su vestido, dijo el Altísimo de los ejércitos. Guardaos pues en vuestros espíritus, y no seáis desleales.
- 2:17
- Habéis hecho cansar á el Altísimo con vuestras palabras. Y diréis: ¿En qué le hemos cansado? Cuando decís: Cualquiera que mal hace agrada á el Altísimo, y en los tales toma contentamiento: de otra manera, ¿dónde está el Dios de juicio?
Mal 2:1 Y ahora, a vosotros esta orden, sacerdotes:
Mal 2:2 Si no escucháis ni tomáis a pecho dar gloria a mi Nombre, dice
Yahveh Sebaot, yo lanzaré sobre vosotros la maldición y maldeciré vuestra
bendición; y hasta la he maldecido ya, porque ninguno de vosotros toma nada
a pecho.
Mal 2:3 He aquí que yo voy a romper vuestro brazo, os echaré estiércol a la
cara, el estiércol de vuestras fiestas, y seréis aventados con él.
Mal 2:4 Sabréis así que yo os dirigí esta orden para que subsistiera mi
alianza con Leví, dice Yahveh Sebaot.
Mal 2:5 Mi alianza era con él vida y paz, y se las concedí; era temor, y él
me temía y ante mi Nombre guardaba reverencia.
Mal 2:6 La Ley de verdad estaba en su boca, e iniquidad no se hallaba en sus
labios; en paz y en rectitud caminaba conmigo, y a muchos recobró de la
culpa.
Mal 2:7 Pues los labios del sacerdote guardan la ciencia, y la Ley se busca
en su boca; porque él es el mensajero de Yahveh Sebaot.
Mal 2:8 Pero vosotros os habéis extraviado del camino, habéis hecho tropezar
a muchos en la Ley, habéis corrompido la alianza de Leví, dice Yahveh
Sebaot.
Mal 2:9 Por eso yo también os he hecho despreciables y viles ante todo el
pueblo, de la misma manera que vosotros no guardáis mis caminos y hacéis
acepción de personas en la Ley.
Mal 2:10 ¿No tenemos todos nosotros un mismo Padre? ¿No nos ha creado el
mismo Dios? ¿Por qué nos traicionamos los unos a los otros, profanando la
alianza de nuestros padres?
Mal 2:11 Judá ha traicionado; una abominación se ha cometido en Israel y en
Jerusalén. Porque Judá ha profanado el santuario querido de Yahveh, al
casarse con la hija de un dios extranjero.
Mal 2:12 ¡Que extirpe Yahveh al hombre que hace tal, ya sea testigo o
defensor, de las tiendas de Jacob y de entre los que presentan la oblación a
Yahveh Sebaot!
Mal 2:13 Y esta otra cosa hacéis también vosotros: cubrir de lágrimas el
altar de Yahveh, de llantos y suspiros, porque él ya no se vuelve hacia la
oblación, ni la acepta con gusto de vuestras manos.
Mal 2:14 Y vosotros decís: ¿Por qué? - Porque Yahveh es testigo entre tú y
la esposa de tu juventud, a la que tú traicionaste, siendo así que ella era
tu compañera y la mujer de tu alianza.
Mal 2:15 ¿No ha hecho él un solo ser, que tiene carne y espíritu? Y este uno
¿qué busca? ¡Una posteridad dada por Dios! Guardad, pues, vuestro espíritu;
no traiciones a la esposa de tu juventud.
Mal 2:16 Pues yo odio el repudio, dice Yahveh Dios de Israel, y al que
encubre con su vestido la violencia, dice Yahveh Sebaot. Guardad, pues,
vuestro espíritu y no cometáis tal traición.
Mal 2:17 Vosotros cansáis a Yahveh con vuestras palabras. - Y decís: ¿En qué
le cansamos? - Cuando decís: Todo el que hace el mal es bueno a los ojos de
Yahveh, y él le acepta complacido; o también: ¿Dónde está el Dios del
juicio?
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Capítulo 3
- 3:1
- HE aquí, yo envío mi mensajero, el cual preparará el camino delante de mí: y luego vendrá á su templo el Señor á quien vosotros buscáis, y el ángel del pacto, á quien deseáis vosotros. He aquí viene, ha dicho el Altísimo de los ejércitos.
- 3:2
- ¿Y quién podrá sufrir el tiempo de su venida? ó ¿quién podrá estar cuando él se mostrará? Porque él es como fuego purificador, y como jabón de lavadores.
- 3:3
- Y sentarse ha para afinar y limpiar la plata: porque limpiará los hijos de Leví, los afinará como á oro y como á plata; y ofrecerán á el Altísimo ofrenda con justicia.
- 3:4
- Y será suave á el Altísimo la ofrenda de Judá y de Jerusalem, como en los días pasados, y como en los años antiguos.
- 3:5
- Y llegarme he á vosotros á juicio; y seré pronto testigo contra los hechiceros y adúlteros; y contra los que juran mentira, y los que detienen el salario del jornalero, de la viuda, y del huérfano, y los que hacen agravio al extranjero, no teniendo temor de mí, dice el Altísimo de los ejércitos.
- 3:6
- Porque yo el Altísimo, no me mudo; y así vosotros, hijos de Jacob, no habéis sido consumidos.
- 3:7
- Desde los días de vuestros padres os habéis apartado de mis leyes, y no las guardasteis. Tornaos á mí, y yo me tornaré á vosotros, ha dicho el Altísimo de los ejércitos. Mas dijisteis: ¿En qué hemos de tornar?
- 3:8
- ¿Robará el hombre á Dios? Pues vosotros me habéis robado. Y dijisteis: ¿En qué te hemos robado? Los diezmos y las primicias.
- 3:9
- Malditos sois con maldición, porque vosotros, la nación toda, me habéis robado.
- 3:10
- Traed todos los diezmos al alfolí, y haya alimento en mi casa; y probadme ahora en esto, dice el Altísimo de los ejércitos, si no os abriré las ventanas de los cielos, y vaciaré sobre vosotros bendición hasta que sobreabunde.
- 3:11
- Increparé también por vosotros al devorador, y no os corromperá el fruto de la tierra; ni vuestra vid en el campo abortará, dice el Altísimo de los ejércitos.
- 3:12
- Y todas las gentes os dirán bienaventurados; porque seréis tierra deseable, dice el Altísimo de los ejércitos.
- 3:13
- Vuestras palabras han prevalecido contra mí, dice el Altísimo. Y dijisteis: ¿Qué hemos hablado contra ti?
- 3:14
- Habéis dicho: Por demás es servir á Dios; ¿y qué aprovecha que guardemos su ley, y que andemos tristes delante de el Altísimo de los ejércitos?
- 3:15
- Decimos pues ahora, que bienaventurados los soberbios, y también que los que hacen impiedad son los prosperados: bien que tentaron á Dios, escaparon.
- 3:16
- Entonces los que temen á el Altísimo hablaron cada uno á su compañero; y el Altísimo escuchó y oyó, y fué escrito libro de memoria delante de él para los que temen á el Altísimo, y para los que piensan en su nombre.
- 3:17
- Y serán para mí especial tesoro, ha dicho el Altísimo de los ejércitos, en el día que yo tengo de hacer: y perdonarélos como el hombre que perdona á su hijo que le sirve.
- 3:18
- Entonces os tornaréis, y echaréis de ver la diferencia entre el justo y el malo, entre el que sirve á Dios y el que no le sirve.
Mal 3:1 He aquí que yo envío a mi mensajero a allanar el camino
delante de mí, y enseguida vendrá a su Templo el Señor a quien vosotros
buscáis; y el Angel de la alianza, que vosotros deseáis, he aquí que viene,
dice Yahveh Sebaot.
Mal 3:2 ¿Quién podrá soportar el Día de su venida? ¿Quién se tendrá en pie
cuando aparezca? Porque es él como fuego de fundidor y como lejía de
lavandero.
Mal 3:3 Se sentará para fundir y purgar. Purificará a los hijos de Leví y
los acrisolará como el oro y la plata; y serán para Yahveh los que presentan
la oblación en justicia.
Mal 3:4 Entonces será grata a Yahveh la oblación de Judá y de Jerusalén,
como en los días de antaño, como en los años antiguos.
Mal 3:5 Yo me acercaré a vosotros para el juicio, y seré un testigo
expeditivo contra los hechiceros y contra los adúlteros, contra los que
juran con mentira, contra los que oprimen al jornalero, a la viuda y al
huérfano, contra los que hacen agravio al forastero sin ningún temor de mí,
dice Yahveh Sebaot.
Mal 3:6 Que yo, Yahveh, no cambio, y vosotros, hijos de Jacob, no termináis
nunca.
Mal 3:7 Desde los días de vuestros padres venís apartándoos de mis preceptos
y no los observáis. Volveos a mí y yo me volveré a vosotros, dice Yahveh
Sebaot. - Decís: ¿En qué hemos de volver? -
Mal 3:8 ¿Puede un hombre defraudar a Dios? ¡Pues vosotros me defraudáis a
mí! - Y aún decís: ¿En qué te hemos defraudado? - En el diezmo y en la
ofrenda reservada.
Mal 3:9 De maldición estáis malditos, porque me defraudáis a mí vosotros, la
nación entera.
Mal 3:10 Llevad el diezmo íntegro a la casa del tesoro, para que haya
alimento en mi Casa; y ponedme así a prueba, dice Yahveh Sebaot, a ver si no
os abro las esclusas del cielo y no vacío sobre vosotros la bendición hasta
que ya no quede,
Mal 3:11 y no ahuyento de vosotros al devorador, para que no os destruya el
fruto del suelo y no se os quede estéril la viña en el campo, dice Yahveh
Sebaot.
Mal 3:12 Todas las naciones os felicitarán entonces, porque seréis una
tierra de delicias, dice Yahveh Sebaot.
Mal 3:13 Duras me resultan vuestras palabras, dice Yahveh. - Y todavía
decís: ¿Qué hemos dicho contra ti? -
Mal 3:14 Habéis dicho: Cosa vana es servir a Dios; ¿qué ganamos con guardar
su mandamiento o con andar en duelo ante Yahveh Sebaot?
Mal 3:15 Más bien, llamamos felices a los arrogantes: aun haciendo el mal
prosperan, y aun tentando a Dios escapan libres.
Mal 3:16 Entonces los que temen a Yahveh se hablaron unos a otros. Y puso
atención Yahveh y oyó; y se escribió ante él un libro memorial en favor de
los que temen a Yahveh y piensan en su Nombre.
Mal 3:17 Serán ellos para mí, dice Yahveh Sebaot, en el día que yo preparo,
propiedad personal; y yo seré indulgente con ellos como es indulgente un
padre con el hijo que le sirve.
Mal 3:18 Entonces vosotros volveréis a distinguir entre el justo y el impío,
entre quien sirve a Dios y quien no le sirve.
Mal 3:19 Pues he aquí que viene el Día, abrasador como un horno; todos los
arrogantes y los que cometen impiedad serán como paja; y los consumirá el
Día que viene, dice Yahveh Sebaot, hasta no dejarles raíz ni rama.
Mal 3:20 Pero para vosotros, los que teméis mi Nombre, brillará el sol de
justicia con la salud en sus rayos, y saldréis brincando como becerros bien
cebados fuera del establo.
Mal 3:21 Y pisotearéis a los impíos, porque serán ellos ceniza bajo la
planta de vuestros pies, el día que yo preparo, dice Yahveh Sebaot.
Mal 3:22 Acordaos de la Ley de Moisés, mi siervo, a quien yo prescribí en el
Horeb preceptos y normas para todo Israel.
Mal 3:23 He aquí que yo os envío al profeta Elías antes que llegue el Día de
Yahveh, grande y terrible.
Mal 3:24 El hará volver el corazón de los padres a los hijos, y el corazón
de los hijos a los padres; no sea que venga yo a herir la tierra de anatema.
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Capítulo 4
- 4:1
- PORQUE he aquí, viene el día ardiente como un horno; y todos los soberbios, y todos los que hacen maldad, serán estopa; y aquel día que vendrá, los abrasará, ha dicho el Altísimo de los ejércitos, el cual no les dejará ni raíz ni rama.
- 4:2
- Mas á vosotros los que teméis mi nombre, nacerá el Sol de justicia, y en sus alas traerá salud: y saldréis, y saltaréis como becerros de la manada.
- 4:3
- Y hollaréis á los malos, los cuales serán ceniza bajo las plantas de vuestros pies, en el día que yo hago, ha dicho el Altísimo de los ejércitos.
- 4:4
- Acordaos de la ley de Moisés mi siervo, al cual encargué en Horeb ordenanzas y leyes para todo Israel.
- 4:5
- He aquí, yo os envío á Elías el profeta, antes que venga el día de el Altísimo grande y terrible.
- 4:6
- El convertirá el corazón de los padres á los hijos, y el corazón de los hijos á los padres: no sea que yo venga, y con destrucción hiera la tierra.
- 1:1
- CARGA de la palabra de el Altísimo contra Israel, por mano de Malaquías.
- 1:2
- Yo os he amado, dice el Altísimo: y dijisteis: ¿En qué nos amaste? ¿No era Esaú hermano de Jacob, dice el Altísimo, y amé á Jacob,
- 1:3
- Y á Esaú aborrecí, y torné sus montes en asolamiento, y su posesión para los chacales del desierto?
- 1:4
- Cuando Edom dijere: Nos hemos empobrecido, mas tornemos á edificar lo arruinado; así ha dicho el Altísimo de los ejércitos: Ellos edificarán, y yo destruiré: y les llamarán Provincia de impiedad, y, Pueblo contra quien el Altísimo se airó para siempre.
- 1:5
- Y vuestros ojos lo verán, y diréis: Sea el Altísimo engrandecido sobre la provincia de Israel.
- 1:6
- El hijo honra al padre, y el siervo á su señor: si pues soy yo padre, ¿qué es de mi honra? y si soy señor, ¿qué es de mi temor?, dice el Altísimo de los ejércitos á vosotros, oh sacerdotes, que menospreciáis mi nombre. Y decís: ¿En qué hemos menospreciado tu nombre?
- 1:7
- Que ofrecéis sobre mi altar pan inmundo. Y dijisteis: ¿En qué te hemos amancillado? En que decís: La mesa de el Altísimo es despreciable.
- 1:8
- Y cuando ofrecéis el animal ciego para sacrificar, ¿no es malo? asimismo cuando ofrecéis el cojo ó el enfermo, ¿no es malo? Preséntalo pues á tu príncipe: ¿acaso se agradará de ti, ó le serás acepto? dice el Altísimo de los ejércitos.
- 1:9
- Ahora pues, orad á la faz de Dios que tenga piedad de nosotros: esto de vuestra mano vino: ¿le seréis agradables? dice el Altísimo de los ejércitos.
- 1:10
- ¿Quién también hay de vosotros que cierre las puertas ó alumbre mi altar de balde? Yo no recibo contentamiento en vosotros, dice el Altísimo de los ejércitos, ni de vuestra mano me será agradable el presente.
- 1:11
- Porque desde donde el sol nace hasta donde se pone, es grande mi nombre entre las gentes; y en todo lugar se ofrece á mi nombre perfume, y presente limpio: porque grande es mi nombre entre las gentes, dice el Altísimo de los ejércitos.
- 1:12
- Y vosotros lo habéis profanado cuando decís: Inmunda es la mesa de el Altísimo; y cuando hablan que su alimento es despreciable.
- 1:13
- Habéis además dicho: ¡Oh qué trabajo! y lo desechasteis, dice el Altísimo de los ejércitos; y trajisteis lo hurtado, ó cojo, ó enfermo, y presentasteis ofrenda. ¿Seráme acepto eso de vuesta mano? dice el Altísimo.
- 1:14
- Maldito el engañoso, que tiene macho en su rebaño, y promete, y sacrifica lo dañado á el Altísimo: porque yo soy Gran Rey, dice el Altísimo de los ejércitos, y mi nombre es formidable entre las gentes.
- 2:1
- AHORA pues, oh sacerdotes, á vosotros es este mandamiento.
- 2:2
- Si no oyereis, y si no acordareis dar gloria á mi nombre, ha dicho el Altísimo de los ejércitos, enviaré maldición sobre vosotros, y maldeciré vuestras bendiciones; y aun las he maldecido, porque no lo ponéis en vuestro corazón.
- 2:3
- He aquí, yo os daño la sementera, y esparciré el estiércol sobre vuestros rostros, el estiércol de vuestras solemnidades, y con él seréis removidos.
- 2:4
- Y sabréis que yo os envié este mandamiento, para que fuese mi pacto con Leví, ha dicho el Altísimo de los ejércitos.
- 2:5
- Mi pacto fué con él de vida y de paz, las cuales cosas yo le dí por el temor; porque me temió, y delante de mi nombre estuvo humillado.
- 2:6
- La Ley de verdad estuvo en su boca, é iniquidad no fué hallada en sus labios: en paz y en justicia anduvo conmigo, y á muchos hizo apartar de la iniquidad.
- 2:7
- Porque los labios de los sacerdotes han de guardar la sabiduría, y de su boca buscarán la ley; porque mensajero es de el Altísimo de los ejércitos.
- 2:8
- Mas vosotros os habéis apartado del camino; habéis hecho tropezar á muchos en la ley; habéis corrompido el pacto de Leví, dice el Altísimo de los ejércitos.
- 2:9
- Por tanto, yo también os torné viles y bajos á todo el pueblo, según que vosotros no habéis guardado mis caminos, y en la ley tenéis acepción de personas.
- 2:10
- ¿No tenemos todos un mismo padre? ¿No nos ha criado un mismo Dios? ¿Por qué menospreciaremos cada uno á su hermano, quebrantando el pacto de nuestros padres?
- 2:11
- Prevaricó Judá, y en Israel y en Jerusalem ha sido cometida abominación; porque Judá ha profanado la santidad de el Altísimo que amó, y casádose con hija de dios extraño.
- 2:12
- el Altísimo talará de las tiendas de Jacob al hombre que hiciere esto, al que vela, y al que responde, y al que ofrece presente á el Altísimo de los ejércitos.
- 2:13
- Y esta otra vez haréis cubrir el altar de el Altísimo de lágrimas, de llanto, y de clamor; así que no miraré más á presente, para aceptarlo con gusto de vuestra mano.
- 2:14
- Mas diréis: ¿Por qué? Porque el Altísimo ha atestiguado entre ti y la mujer de tu mocedad, contra la cual tú has sido desleal, siendo ella tu compañera, y la mujer de tu pacto.
- 2:15
- Pues qué ¿no hizo él uno solo aunque tenía la abundancia del espíritu? ¿Y por qué uno? Para que procurara una simiente de Dios. Guardaos pues en vuestros espíritus, y contra la mujer de vuestra mocedad no seáis desleales.
- 2:16
- Porque el Altísimo Dios de Israel ha dicho que él aborrece que sea repudiada; y cubra la iniquidad con su vestido, dijo el Altísimo de los ejércitos. Guardaos pues en vuestros espíritus, y no seáis desleales.
- 2:17
- Habéis hecho cansar á el Altísimo con vuestras palabras. Y diréis: ¿En qué le hemos cansado? Cuando decís: Cualquiera que mal hace agrada á el Altísimo, y en los tales toma contentamiento: de otra manera, ¿dónde está el Dios de juicio?
- 3:1
- HE aquí, yo envío mi mensajero, el cual preparará el camino delante de mí: y luego vendrá á su templo el Señor á quien vosotros buscáis, y el ángel del pacto, á quien deseáis vosotros. He aquí viene, ha dicho el Altísimo de los ejércitos.
- 3:2
- ¿Y quién podrá sufrir el tiempo de su venida? ó ¿quién podrá estar cuando él se mostrará? Porque él es como fuego purificador, y como jabón de lavadores.
- 3:3
- Y sentarse ha para afinar y limpiar la plata: porque limpiará los hijos de Leví, los afinará como á oro y como á plata; y ofrecerán á el Altísimo ofrenda con justicia.
- 3:4
- Y será suave á el Altísimo la ofrenda de Judá y de Jerusalem, como en los días pasados, y como en los años antiguos.
- 3:5
- Y llegarme he á vosotros á juicio; y seré pronto testigo contra los hechiceros y adúlteros; y contra los que juran mentira, y los que detienen el salario del jornalero, de la viuda, y del huérfano, y los que hacen agravio al extranjero, no teniendo temor de mí, dice el Altísimo de los ejércitos.
- 3:6
- Porque yo el Altísimo, no me mudo; y así vosotros, hijos de Jacob, no habéis sido consumidos.
- 3:7
- Desde los días de vuestros padres os habéis apartado de mis leyes, y no las guardasteis. Tornaos á mí, y yo me tornaré á vosotros, ha dicho el Altísimo de los ejércitos. Mas dijisteis: ¿En qué hemos de tornar?
- 3:8
- ¿Robará el hombre á Dios? Pues vosotros me habéis robado. Y dijisteis: ¿En qué te hemos robado? Los diezmos y las primicias.
- 3:9
- Malditos sois con maldición, porque vosotros, la nación toda, me habéis robado.
- 3:10
- Traed todos los diezmos al alfolí, y haya alimento en mi casa; y probadme ahora en esto, dice el Altísimo de los ejércitos, si no os abriré las ventanas de los cielos, y vaciaré sobre vosotros bendición hasta que sobreabunde.
- 3:11
- Increparé también por vosotros al devorador, y no os corromperá el fruto de la tierra; ni vuestra vid en el campo abortará, dice el Altísimo de los ejércitos.
- 3:12
- Y todas las gentes os dirán bienaventurados; porque seréis tierra deseable, dice el Altísimo de los ejércitos.
- 3:13
- Vuestras palabras han prevalecido contra mí, dice el Altísimo. Y dijisteis: ¿Qué hemos hablado contra ti?
- 3:14
- Habéis dicho: Por demás es servir á Dios; ¿y qué aprovecha que guardemos su ley, y que andemos tristes delante de el Altísimo de los ejércitos?
- 3:15
- Decimos pues ahora, que bienaventurados los soberbios, y también que los que hacen impiedad son los prosperados: bien que tentaron á Dios, escaparon.
- 3:16
- Entonces los que temen á el Altísimo hablaron cada uno á su compañero; y el Altísimo escuchó y oyó, y fué escrito libro de memoria delante de él para los que temen á el Altísimo, y para los que piensan en su nombre.
- 3:17
- Y serán para mí especial tesoro, ha dicho el Altísimo de los ejércitos, en el día que yo tengo de hacer: y perdonarélos como el hombre que perdona á su hijo que le sirve.
- 3:18
- Entonces os tornaréis, y echaréis de ver la diferencia entre el justo y el malo, entre el que sirve á Dios y el que no le sirve.
- 4:1
- PORQUE he aquí, viene el día ardiente como un horno; y todos los soberbios, y todos los que hacen maldad, serán estopa; y aquel día que vendrá, los abrasará, ha dicho el Altísimo de los ejércitos, el cual no les dejará ni raíz ni rama.
- 4:2
- Mas á vosotros los que teméis mi nombre, nacerá el Sol de justicia, y en sus alas traerá salud: y saldréis, y saltaréis como becerros de la manada.
- 4:3
- Y hollaréis á los malos, los cuales serán ceniza bajo las plantas de vuestros pies, en el día que yo hago, ha dicho el Altísimo de los ejércitos.
- 4:4
- Acordaos de la ley de Moisés mi siervo, al cual encargué en Horeb ordenanzas y leyes para todo Israel.
- 4:5
- He aquí, yo os envío á Elías el profeta, antes que venga el día de el Altísimo grande y terrible.
- 4:6
- El convertirá el corazón de los padres á los hijos, y el corazón de los hijos á los padres: no sea que yo venga, y con destrucción hiera la tierra.
(La Biblia de Jerusalén ofrece estos versículos a partir de 3, 19)
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