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- ir a midrashim Capítulo 1
1:1
PABLO,
llamado á ser apóstol de Jesucristo por la voluntad de Dios, y Sóstenes el
hermano,
1:2
A la iglesia
de Dios que está en Corinto, santificados en Cristo Jesús, llamados santos, y á
todos los que invocan el nombre de nuestro Señor Jesucristo en cualquier lugar,
Señor de ellos y nuestro:
1:3
Gracia y paz
de Dios nuestro Padre, y del Señor Jesucristo.
1:4
Gracias doy á
mi Dios siempre por vosotros, por la gracia de Dios que os es dada en Cristo
Jesús;
1:5
Que en todas
las cosas sois enriquecidos en Él, en toda lengua y en toda ciencia;
1:6
Así como el
testimonio de Cristo ha sido confirmado en vosotros:
1:7
De tal manera
que nada os falte en ningún don, esperando la manifestación de nuestro Señor
Jesucristo:
1:8
El cual
también os confirmará hasta el fin, para que seáis sin falta en el día de
nuestro Señor Jesucristo.
1:9
Fiel es Dios,
por el cual sois llamados á la participación de su Hijo Jesucristo nuestro
Señor.
1:10
Os ruego
pues, hermanos, por el nombre de nuestro Señor Jesucristo, que habléis todos
una misma cosa, y que no haya entre vosotros disensiones, antes seáis
perfectamente unidos en una misma mente y en un mismo parecer.
1:11
Porque me ha
sido declarado de vosotros, hermanos míos, por los que son de Cloé, que hay
entre vosotros contiendas;
1:12
Quiero decir,
que cada uno de vosotros dice: Yo cierto soy de Pablo; pues yo de Apolos; y yo
de Cefas; y yo de Cristo.
1:13
¿Está
dividido Cristo? ¿Fué crucificado Pablo por vosotros? ¿ó habéis sido bautizados
en el nombre de Pablo?
1:14
Doy gracias á
Dios, que á ninguno de vosotros he bautizado, sino á Crispo y á Gayo;
1:15
Para que
ninguno diga que habéis sido bautizados en mi nombre.
1:16
Y también
bauticé la familia de Estéfanas: mas no sé si he bautizado algún otro.
1:17
Porque no me
envió Cristo á bautizar, sino á predicar el evangelio: no en sabiduría de
palabras, porque no sea hecha vana la cruz de Cristo.
1:18
Porque la
palabra de la cruz es locura á los que se pierden; mas á los que se salvan, es
á saber, á nosotros, es potencia de Dios.
1:19
Porque está
escrito: Destruiré la sabiduría de los sabios, Y desecharé la inteligencia de
los entendidos.
1:20
¿Qué es del
sabio? ¿qué del escriba? ¿qué del escudriñador de este siglo? ¿no ha
enloquecido Dios la sabiduría del mundo?
1:21
Porque por no
haber el mundo conocido en la sabiduría de Dios á Dios por sabiduría, agradó á
Dios salvar á los creyentes por la locura de la predicación.
1:22
Porque los
Judíos piden señales, y los Griegos buscan sabiduría:
1:23
Mas nosotros predicamos
á Cristo crucificado, á los Judíos ciertamente tropezadero, y á los Gentiles
locura;
1:24
Empero á los
llamados, así Judíos como Griegos, Cristo potencia de Dios, y sabiduría de
Dios.
1:25
Porque lo
loco de Dios es más sabio que los hombres; y lo flaco de Dios es más fuerte que
los hombres.
1:26
Porque mirad,
hermanos, vuestra vocación, que no sois muchos sabios según la carne, no muchos
poderosos, no muchos nobles;
1:27
Antes lo
necio del mundo escogió Dios, para avergonzar á los sabios; y lo flaco del
mundo escogió Dios, para avergonzar lo fuerte;
1:28
Y lo vil del
mundo y lo menos preciado escogió Dios, y lo que no es, para deshacer lo que
es:
1:29
Para que
ninguna carne se jacte en su presencia.
1:30
Mas de Él
sois vosotros en Cristo Jesús, el cual nos ha sido hecho por Dios sabiduría, y
justificación, y santificación, y redención:
1:31
Para que,
como está escrito: El que se gloría, gloríese en el Señor.
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Capítulo 2
2:1
ASÍ que,
hermanos, cuando fuí á vosotros, no fuí con altivez de palabra, ó de sabiduría,
á anunciaros el testimonio de Cristo.
2:2
Porque no me
propuse saber algo entre vosotros, sino á Jesucristo, y á éste crucificado.
2:3
Y estuve yo
con vosotros con flaqueza, y mucho temor y temblor;
2:4
Y ni mi
palabra ni mi predicación fué con palabras persuasivas de humana sabiduría, mas
con demostración del Espíritu y de poder;
2:5
Para que
vuestra fe no esté fundada en sabiduría de hombres, mas en poder de Dios.
2:6
Empero
hablamos sabiduría de Dios entre perfectos; y sabiduría, no de este siglo, ni
de los príncipes de este siglo, que se deshacen:
2:7
Mas hablamos
sabiduría de Dios en misterio, la sabiduría oculta, la cual Dios predestinó
antes de los siglos para nuestra gloria:
2:8
La que
ninguno de los príncipes de este siglo conoció; porque si la hubieran conocido,
nunca hubieran crucificado al Señor de gloria:
2:9
Antes, como
está escrito: Cosas que ojo no vió, ni oreja oyó, Ni han subido en corazón de
hombre, Son las que ha Dios preparado para aquellos que le aman.
2:10
Empero Dios
nos lo reveló á nosotros por el Espíritu: porque el Espíritu todo lo escudriña,
aun lo profundo de Dios.
2:11
Porque ¿quién
de los hombres sabe las cosas del hombre, sino el espíritu del hombre que está
en Él? Así tampoco nadie conoció las cosas de Dios, sino el Espíritu de Dios.
2:12
Y nosotros
hemos recibido, no el espíritu del mundo, sino el Espíritu que es de Dios, para
que conozcamos lo que Dios nos ha dado;
2:13
Lo cual
también hablamos, no con doctas palabras de humana sabiduría, mas con doctrina
del Espíritu, acomodando lo espiritual á lo espiritual.
2:14
Mas el hombre
animal no percibe las cosas que son del Espíritu de Dios, porque le son locura:
y no las puede entender, porque se han de examinar espiritualmente.
2:15
Empero el
espiritual juzga todas las cosas; mas Él no es juzgado de nadie.
2:16
Porque ¿quién
conoció la mente del Señor? ¿quién le instruyó? Mas nosotros tenemos la mente
de Cristo.
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Capítulo 3
3:1
DE manera que
yo, hermanos, no pude hablaros como á espirituales, sino como á carnales, como
á niños en Cristo.
3:2
Os dí á beber
leche, y no vianda: porque aun no podíais, ni aun podéis ahora;
3:3
Porque
todavía sois carnales: pues habiendo entre vosotros celos, y contiendas, y
disensiones, ¿no sois carnales, y andáis como hombres?
3:4
Porque
diciendo el uno: Yo cierto soy de Pablo; y el otro: Yo de Apolos; ¿no sois
carnales?
3:5
¿Qué pues es
Pablo? ¿y qué es Apolos? Ministros por los cuales habéis creído; y eso según
que á cada uno ha concedido el Señor.
3:6
Yo planté,
Apolos regó: mas Dios ha dado el crecimiento.
3:7
Así que, ni
el que planta es algo, ni el que riega; sino Dios, que da el crecimiento.
3:8
Y el que
planta y el que riega son una misma cosa; aunque cada uno recibirá su
recompensa conforme á su labor.
3:9
Porque nosotros,
coadjutores somos de Dios; y vosotros labranza de Dios sois, edificio de Dios
sois.
3:10
Conforme á la
gracia de Dios que me ha sido dada, yo como perito arquitecto puse el
fundamento, y otro edifica encima: empero cada uno vea cómo sobreedifica.
3:11
Porque nadie
puede poner otro fundamento que el que está puesto, el cual es Jesucristo.
3:12
Y si alguno
edificare sobre este fundamento oro, plata, piedras preciosas, madera, heno,
hojarasca;
3:13
La obra de
cada uno será manifestada: porque el día la declarará; porque por el fuego será
manifestada; y la obra de cada uno cuál sea, el fuego hará la prueba.
3:14
Si
permaneciere la obra de alguno que sobreedificó, recibirá recompensa.
3:15
Si la obra de
alguno fuere quemada, será perdida: Él empero será salvo, mas así como por
fuego.
3:16
¿No sabéis
que sois templo de Dios, y que el Espíritu de Dios mora en vosotros?
3:17
Si alguno
violare el templo de Dios, Dios destruirá al tal: porque el templo de Dios, el
cual sois vosotros, santo es.
3:18
Nadie se
engañe á sí mismo: si alguno entre vosotros parece ser sabio en este siglo,
hágase simple, para ser sabio.
3:19
Porque la
sabiduría de esta mundo es necedad para con Dios; pues escrito está: El que
prende á los sabios en la astucia de ellos.
3:20
Y otra vez:
El Señor conoce los pensamientos de los sabios, que son vanos.
3:21
Así que,
ninguno se gloríe en los hombres; porque todo es vuestro,
3:22
Sea Pablo,
sea Apolos, sea Cefas, sea el mundo, sea la vida, sea la muerte, sea lo
presente, sea los por venir; todo es vuestro;
3:23
Y vosotros de
Cristo; y Cristo de Dios.
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Capítulo 4
4:1
TÉNGANNOS los
hombres por ministros de Cristo, y dispensadores de los misterios de Dios.
4:2
Mas ahora se
requiere en los dispensadores, que cada uno sea hallado fiel.
4:3
Yo en muy
poco tengo el ser juzgado de vosotros, ó de juicio humano; y ni aun yo me
juzgo.
4:4
Porque aunque
de nada tengo mala conciencia, no por eso soy justificado; mas el que me juzga,
el Señor es.
4:5
Así que, no
juzguéis nada antes de tiempo, hasta que venga el Señor, el cual también
aclarará lo oculto de las tinieblas, y manifestará los intentos de los
corazones: y entonces cada uno tendrá de Dios la alabanza.
4:6
Esto empero,
hermanos, he pasado por ejemplo en mí y en Apolos por amor de vosotros; para
que en nosotros aprendáis á no saber más de lo que está escrito, hinchándoos
por causa de otro el uno contra el otro.
4:7
Porque ¿quién
te distingue? ¿ó qué tienes que no hayas recibido? Y si lo recibiste, ¿de qué
te glorías como si no hubieras recibido?
4:8
Ya estáis
hartos, ya estáis ricos, sin nosotros reináis; y ojalá reinéis, para que
nosotros reinemos también juntamente con vosotros.
4:9
Porque á lo
que pienso, Dios nos ha mostrado á nosotros los apóstoles por los postreros,
como á sentenciados á muerte: porque somos hechos espectáculo al mundo, y á los
ángeles, y á los hombres.
4:10
Nosotros
necios por amor de Cristo, y vosotros prudentes en Cristo; nosotros flacos, y
vosotros fuertes; vosotros nobles, y nosotros viles.
4:11
Hasta esta
hora hambreamos, y tenemos sed, y estamos desnudos, y somos heridos de golpes,
y andamos vagabundos;
4:12
Y trabajamos,
obrando con nuestras manos: nos maldicen, y bendecimos: padecemos persecución,
y sufrimos:
4:13
Somos
blasfemados, y rogamos: hemos venido á ser como la hez del mundo, el desecho de
todos hasta ahora.
4:14
No escribo
esto para avergonzaros: mas amonéstoos como á mis hijos amados.
4:15
Porque aunque
tengáis diez mil ayos en Cristo, no tendréis muchos padres; que en Cristo Jesús
yo os engendré por el evangelio.
4:16
Por tanto, os
ruego que me imitéis.
4:17
Por lo cual
os he enviado á Timoteo, que es mi hijo amado y fiel en el Señor, el cual os
amonestará de mis caminos cuáles sean en Cristo, de la manera que enseño en
todas partes en todas las iglesias.
4:18
Mas algunos
están envanecidos, como si nunca hubiese yo de ir á vosotros.
4:19
Empero iré
presto á vosotros, si el Señor quisiere; y entenderé, no las palabras de los
que andan hinchados, sino la virtud.
4:20
Porque el
reino de Dios no consiste en palabras, sino en virtud.
4:21
¿Qué queréis?
¿iré á vosotros con vara, ó con caridad y espíritu de mansedumbre?
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Capítulo 5
5:1
DE cierto se
oye que hay entre vosotros fornicación, y tal fornicación cual ni aun se nombra
entre los Gentiles; tanto que alguno tenga la mujer de su padre.
5:2
Y vosotros
estáis hinchados, y no más bien tuvisteis duelo, para que fuese quitado de en
medio de vosotros el que hizo tal obra.
5:3
Y
ciertamente, como ausente con el cuerpo, mas presente en espíritu, ya como
presente he juzgado al que esto así ha cometido:
5:4
En el nombre
del Señor nuestro Jesucristo, juntados vosotros y mi espíritu, con la facultad
de nuestro Señor Jesucristo,
5:5
El tal sea
entregado á Satanás para muerte de la carne, porque el espíritu sea salvo en el
día del Señor Jesús.
5:6
No es buena
vuestra jactancia. ¿No sabéis que un poco de levadura leuda toda la masa?
5:7
Limpiad pues
la vieja levadura, para que seáis nueva masa, como sois sin levadura: porque
nuestra pascua, que es Cristo, fué sacrificada por nosotros.
5:8
Así que
hagamos fiesta, no en la vieja levadura, ni en la levadura de malicia y de
maldad, sino en ázimos de sinceridad y de verdad.
5:9
Os he escrito
por carta, que no os envolváis con los fornicarios:
5:10
No
absolutamente con los fornicarios de este mundo, ó con los avaros, ó con los
ladrones, ó con los idólatras; pues en tal caso os sería menester salir del
mundo.
5:11
Mas ahora os
he escrito, que no os envolváis, es á saber, que si alguno llamándose hermano
fuere fornicario, ó avaro, ó idólatra, ó maldiciente, ó borracho, ó ladrón, con
el tal ni aun comáis.
5:12
Porque ¿qué
me va á mí en juzgar á los que están fuera? ¿No juzgáis vosotros á los que
están dentro?
5:13
Porque á los
que están fuera, Dios juzgará: quitad pues á ese malo de entre vosotros.
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Capítulo 6
6:1
¿OSA alguno
de vosotros, teniendo algo con otro, ir á juicio delante de los injustos, y no
delante de los santos?
6:2
¿O no sabéis
que los santos han de juzgar al mundo? Y si el mundo ha de ser juzgado por
vosotros, ¿sois indignos de juzgar cosas muy pequeñas?
6:3
¿O no sabéis
que hemos de juzgar á los ángeles? ¿cuánto más las cosas de este siglo?
6:4
Por tanto, si
hubiereis de tener juicios de cosas de este siglo, poned para juzgar á los que
son de menor estima en la iglesia.
6:5
Para
avergonzaros lo digo. ¿Pues qué, no hay entre vosotros sabio, ni aun uno que
pueda juzgar entre sus hermanos;
6:6
Sino que el
hermano con el hermano pleitea en juicio, y esto ante los infieles?
6:7
Así que, por
cierto es ya una falta en vosotros que tengáis pleitos entre vosotros mismos.
¿Por qué no sufrís antes la injuria? ¿por qué no sufrís antes ser defraudados?
6:8
Empero
vosotros hacéis la injuria, y defraudáis, y esto á los hermanos.
6:9
¿No sabéis
que los injustos no poseerán el reino de Dios? No erréis, que ni los
fornicarios, ni los idólatras, ni los adúlteros, ni los afeminados, ni los que
se echan con varones,
6:10
Ni los
ladrones, ni los avaros, ni los borrachos, ni los maldicientes, ni los
robadores, heredarán el reino de Dios.
6:11
Y esto erais
algunos: mas ya sois lavados, mas ya sois santificados, mas ya sois
justificados en el nombre del Señor Jesús, y por el Espíritu de nuestro Dios.
6:12
Todas las
cosas me son lícitas, mas no todas convienen: todas las cosas me son lícitas,
mas yo no me meteré debajo de potestad de nada.
6:13
Las viandas
para el vientre, y el vientre para las viandas; empero y á Él y á ellas deshará
Dios. Mas el cuerpo no es para la fornicación, sino para el Señor; y el Señor
para el cuerpo:
6:14
Y Dios que
levantó al Señor, también á nosotros nos levantará con su poder.
6:15
¿No sabéis
que vuestros cuerpos son miembros de Cristo? ¿Quitaré pues los miembros de
Cristo, y los haré miembros de una ramera? Lejos sea.
6:16
¿O no sabéis
que el que se junta con una ramera, es hecho con ella un cuerpo? porque serán,
dice, los dos en una carne.
6:17
Empero el que
se junta con el Señor, un espíritu es.
6:18
Huid la
fornicación. Cualquier otro pecado que el hombre hiciere, fuera del cuerpo es;
mas el que fornica, contra su propio cuerpo peca.
6:19
¿O ignoráis
que vuestro cuerpo es templo del Espíritu Santo, el cual está en vosotros, el
cual tenéis de Dios, y que no sois vuestros?
6:20
Porque
comprados sois por precio: glorificad pues á Dios en vuestro cuerpo y en
vuestro espíritu, los cuales son de Dios.
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Capítulo 7
7:1
CUANTO á las
cosas de que me escribisteis, bien es al hombre no tocar mujer.
7:2
Mas á causa
de las fornicaciones, cada uno tenga su mujer, y cada una tenga su marido.
7:3
El marido
pague á la mujer la debida benevolencia; y asimismo la mujer al marido.
7:4
La mujer no
tiene potestad de su propio cuerpo, sino el marido: é igualmente tampoco el
marido tiene potestad de su propio cuerpo, sino la mujer.
7:5
No os
defraudéis el uno al otro, á no ser por algún tiempo de mutuo consentimiento,
para ocuparos en la oración: y volved á juntaros en uno, porque no os tiente
Satanás á causa de vuestra incontinencia.
7:6
Mas esto digo
por permisión, no por mandamiento.
7:7
Quisiera más
bien que todos los hombres fuesen como yo: empero cada uno tiene su propio don
de Dios; uno á la verdad así, y otro así.
7:8
Digo pues á
los solteros y á las viudas, que bueno les es si se quedaren como yo.
7:9
Y si no
tienen don de continencia, cásense; que mejor es casarse que quemarse.
7:10
Mas á los que
están juntos en matrimonio, denuncio, no yo, sino el Señor: Que la mujer no se
aparte del marido;
7:11
Y si se
apartare, que se quede sin casar, ó reconcíliese con su marido; y que el marido
no despida á su mujer.
7:12
Y á los demás
yo digo, no el Señor: si algún hermano tiene mujer infiel, y ella consiente en
habitar con Él, no la despida.
7:13
Y la mujer
que tiene marido infiel, y Él consiente en habitar con ella, no lo deje.
7:14
Porque el
marido infiel es santificado en la mujer, y la mujer infiel en el marido: pues
de otra manera vuestros hijos serían inmundos; empero ahora son santos.
7:15
Pero si el
infiel se aparta, apártese: que no es el hermano ó la hermana sujeto á
servidumbre en semejante caso; antes á paz nos llamó Dios.
7:16
Porque ¿de
dónde sabes, oh mujer, si quizá harás salva á tu marido? ¿ó de dónde sabes, oh
marido, si quizá harás salvo á tu mujer?
7:17
Empero cada
uno como el Señor le repartió, y como Dios llamó á cada uno, así ande: y así
enseño en todas las iglesias.
7:18
¿Es llamado
alguno circuncidado? quédese circunciso. ¿Es llamado alguno incircuncidado? que
no se circuncide.
7:19
La
circuncisión nada es, y la incircuncisión nada es; sino la observancia de las
mandamientos de Dios.
7:20
Cada uno en
la vocación en que fué llamado, en ella se quede.
7:21
¿Eres llamado
siendo siervo? no se te dé cuidado; mas también si puedes hacerte libre,
procúralo más.
7:22
Porque el que
en el Señor es llamado siendo siervo, liberto es del Señor: asimismo también el
que es llamado siendo libre, siervo es de Cristo.
7:23
Por precio
sois comprados; no os hagáis siervos de los hombres.
7:24
Cada uno,
hermanos, en lo que es llamado, en esto se quede para con Dios.
7:25
Empero de las
vírgenes no tengo mandamiento del Señor; mas doy mi parecer, como quien ha
alcanzado misericordia del Señor para ser fiel.
7:26
Tengo, pues,
esto por bueno á causa de la necesidad que apremia, que bueno es al hombre
estarse así.
7:27
¿Estás ligado
á mujer? no procures soltarte. ¿Estáis suelto de mujer? no procures mujer.
7:28
Mas también
si tomares mujer, no pecaste; y si la doncella se casare, no pecó: pero
aflicción de carne tendrán los tales; mas yo os dejo.
7:29
Esto empero
digo, hermanos, que el tiempo es corto: lo que resta es, que los que tienen
mujeres sean como los que no las tienen,
7:30
Y los que
lloran, como los que no lloran; y los que se huelgan, como los que no se
huelgan; y los que compran, como los que no poseen;
7:31
Y los que
usan de este mundo, como los que no usan: porque la apariencia de este mundo se
pasa.
7:32
Quisiera,
pues, que estuvieseis sin congoja. El soltero tiene cuidado de las cosas que
son del Señor, cómo ha de agradar al Señor:
7:33
Empero el que
se casó tiene cuidado de las cosas que son del mundo, cómo ha de agradar á su
mujer.
7:34
Hay asimismo
diferencia entre la casada y la doncella: la doncella tiene cuidado de las
cosas del Señor, para ser santa así en el cuerpo como en el espíritu: mas la
casada tiene cuidado de las cosas del mundo, cómo ha de agradar á su marido.
7:35
Esto empero
digo para vuestro provecho; no para echaros lazo, sino para lo honesto y
decente, y para que sin impedimento os lleguéis al Señor.
7:36
Mas, si á
alguno parece cosa fea en su hija virgen, que pase ya de edad, y que así
conviene que se haga, haga lo que quisiere, no peca; cásese.
7:37
Pero el que
está firme en su corazón, y no tiene necesidad, sino que tiene libertad de su
voluntad, y determinó en su corazón esto, el guardar su hija virgen, bien hace.
7:38
Así que, el
que la da en casamiento, bien hace; y el que no la da en casamiento, hace
mejor.
7:39
La mujer
casada está atada á la ley, mientras vive su marido; mas si su marido muriere,
libre es: cásese con quien quisiere, con tal que sea en el Señor.
7:40
Empero más
venturosa será si se quedare así, según mi consejo; y pienso que también yo
tengo Espíritu de Dios.
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Capítulo 8
8:1
Y POR lo que
hace á lo sacrificado á los ídolos, sabemos que todos tenemos ciencia. La
ciencia hincha, mas la caridad edifica.
8:2
Y si alguno
se imagina que sabe algo, aun no sabe nada como debe saber.
8:3
Mas si alguno
ama á Dios, el tal es conocido de Él.
8:4
Acerca, pues,
de las viandas que son sacrificadas á los ídolos, sabemos que el ídolo nada es
en el mundo, y que no hay más de un Dios.
8:5
Porque aunque
haya algunos que se llamen dioses, ó en el cielo, ó en la tierra (como hay
muchos dioses y muchos señores),
8:6
Nosotros
empero no tenemos más de un Dios, el Padre, del cual son todas las cosas, y
nosotros en Él: y un Señor Jesucristo, por el cual son todas las cosas, y
nosotros por Él.
8:7
Mas no en
todos hay esta ciencia: porque algunos con conciencia del ídolo hasta aquí,
comen como sacrificado á ídolos; y su conciencia, siendo flaca, es contaminada.
8:8
Si bien la
vianda no nos hace más aceptos á Dios: porque ni que comamos, seremos más
ricos; ni que no comamos, seremos más pobres.
8:9
Mas mirad que
esta vuestra libertad no sea tropezadero á los que son flacos.
8:10
Porque si te
ve alguno, á ti que tienes ciencia, que estás sentado á la mesa en el lugar de
los ídolos, ¿la conciencia de aquel que es flaco, no será adelantada á comer de
lo sacrificado á los ídolos?
8:11
Y por tu
ciencia se perderá el hermano flaco por el cual Cristo murió.
8:12
De esta
manera, pues, pecando contra los hermanos, é hiriendo su flaca conciencia,
contra Cristo pecáis.
8:13
Por lo cual,
si la comida es á mi hermano ocasión de caer, jamás comeré carne por no
escandalizar á mi hermano.
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Capítulo 9
9:1
¿NO soy
apóstol? ¿no soy libre? ¿no he visto á Jesús el Señor nuestro? ¿no sois
vosotros mi obra en el Señor?
9:2
Si á los
otros no soy apóstol, á vosotros ciertamente lo soy: porque el sello de mi
apostolado sois vosotros en el Señor.
9:3
Esta es mi
respuesta á los que me preguntan.
9:4
Qué, ¿no
tenemos potestad de comer y de beber?
9:5
¿No tenemos
potestad de traer con nosotros una hermana mujer también como los otros
apóstoles, y los hermanos del Señor, y Cefas?
9:6
¿O sólo yo y
Bernabé no tenemos potestad de no trabajar?
9:7
¿Quién jamás
peleó á sus expensas? ¿quién planta viña, y no come de su fruto? ¿ó quién
apacienta el ganado, y no come de la leche del ganado?
9:8
¿Digo esto
según los hombres? ¿no dice esto también la ley?
9:9
Porque en la
ley de Moisés está escrito: No pondrás bozal al buey que trilla. ¿Tiene Dios
cuidado de los bueyes?
9:10
¿O dícelo
enteramente por nosotros? Pues por nosotros está escrito: porque con esperanza
ha de arar el que ara; y el que trilla, con esperanza de recibir el fruto.
9:11
Si nosotros
os sembramos lo espiritual, ¿es gran cosa si segáremos lo vuestro carnal?
9:12
Si otros
tienen en vosotros esta potestad, ¿no más bien nosotros? Mas no hemos usado de
esta potestad: antes lo sufrimos todo, por no poner ningún obstáculo al
evangelio de Cristo.
9:13
¿No sabéis
que los que trabajan en el santuario, comen del santuario; y que los que sirven
al altar, del altar participan?
9:14
Así también
ordenó el Señor á los que anuncian el evangelio, que vivan del evangelio.
9:15
Mas yo de
nada de esto me aproveché: ni tampoco he escrito esto para que se haga así
conmigo; porque tengo por mejor morir, antes que nadie haga vana esta mi
gloria.
9:16
Pues bien que
anuncio el evangelio, no tengo por qué gloriarme porque me es impuesta
necesidad; y ¡ay de mí si no anunciare el evangelio!
9:17
Por lo cual,
si lo hago de voluntad, premio tendré; mas si por fuerza, la dispensación me ha
sido encargada.
9:18
¿Cuál, pues,
es mi merced? Que predicando el evangelio, ponga el evangelio de Cristo de
balde, para no usar mal de mi potestad en el evangelio.
9:19
Por lo cual,
siendo libre para con todos, me he hecho siervo de todos por ganar á más.
9:20
Heme hecho á
los Judíos como Judío, por ganar á los Judíos; á los que están sujetos á la ley
(aunque yo no sea sujeto á la ley) como sujeto á la ley, por ganar á los que
están sujetos á la ley;
9:21
A los que son
sin ley, como si yo fuera sin ley, (no estando yo sin ley de Dios, mas en la
ley de Cristo) por ganar á los que estaban sin ley.
9:22
Me he hecho á
los flacos flaco, por ganar á los flacos: á todos me he hecho todo, para que de
todo punto salve á algunos.
9:23
Y esto hago
por causa del evangelio, por hacerme juntamente participante de Él.
9:24
¿No sabéis
que los que corren en el estadio, todos á la verdad corren, mas uno lleva el
premio? Corred de tal manera que lo obtengáis.
9:25
Y todo aquel
que lucha, de todo se abstiene: y ellos, á la verdad, para recibir una corona
corruptible; mas nosotros, incorruptible.
9:26
Así que, yo
de esta manera corro, no como á cosa incierta; de esta manera peleo, no como
quien hiere el aire:
9:27
Antes hiero
mi cuerpo, y lo pongo en servidumbre; no sea que, habiendo predicado á otros,
yo mismo venga á ser reprobado.
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Capítulo 10
10:1
PORQUE no
quiero, hermanos, que ignoréis que nuestros padres todos estuvieron bajo la
nube, y todos pasaron la mar;
10:2
Y todos en
Moisés fueron bautizados en la nube y en la mar;
10:3
Y todos
comieron la misma vianda espiritual;
10:4
Y todos
bebieron la misma bebida espiritual; porque bebían de la piedra espiritual que
los seguía, y la piedra era Cristo.
10:5
Mas de muchos
de ellos no se agradó Dios; por lo cual fueron postrados en el desierto.
10:6
Empero estas
cosas fueron en figura de nosotros, para que no codiciemos cosas malas, como
ellos codiciaron.
10:7
Ni seáis
honradores de ídolos, como algunos de ellos, según está escrito: Sentóse el
pueblo á comer y á beber, y se levantaron á jugar.
10:8
Ni
forniquemos, como algunos de ellos fornicaron, y cayeron en un día veinte y
tres mil.
10:9
Ni tentemos á
Cristo, como también algunos de ellos le tentaron, y perecieron por las
serpientes.
10:10
Ni murmuréis,
como algunos de ellos murmuraron, y perecieron por el destructor.
10:11
Y estas cosas
les acontecieron en figura; y son escritas para nuestra admonición, en quienes
los fines de los siglos han parado.
10:12
Así que, el
que piensa estar firme, mire no caiga.
10:13
No os ha
tomado tentación, sino humana: mas fiel es Dios, que no os dejará ser tentados
más de lo que podéis llevar; antes dará también juntamente con la tentación la
salida, para que podáis aguantar.
10:14
Por tanto,
amados míos, huid de la idolatría.
10:15
Como á sabios
hablo; juzgad vosotros lo que digo.
10:16
La copa de
bendición que bendecimos, ¿no es la comunión de la sangre de Cristo? El pan que
partimos, ¿no es la comunión del cuerpo de Cristo?
10:17
Porque un
pan, es que muchos somos un cuerpo; pues todos participamos de aquel un pan.
10:18
Mirad á
Israel según la carne: los que comen de los sacrificios ¿no son partícipes con
el altar?
10:19
¿Qué pues
digo? ¿Que el ídolo es algo? ¿ó que sea algo lo que es sacrificado á los
ídolos?
10:20
Antes digo
que lo que los Gentiles sacrifican, á los demonios lo sacrifican, y no á Dios:
y no querría que vosotros fueseis partícipes con los demonios.
10:21
No podéis
beber la copa del Señor, y la copa de los demonios: no podéis ser partícipes de
la mesa del Señor, y de la mesa de los demonios.
10:22
¿O
provocaremos á celo al Señor? ¿Somos más fuertes que Él?
10:23
Todo me es
lícito, mas no todo conviene: todo me es lícito, mas no todo edifica.
10:24
Ninguno
busque su propio bien, sino el del otro.
10:25
De todo lo
que se vende en la carnicería, comed, sin preguntar nada por causa de la
conciencia;
10:26
Porque del
Señor es la tierra y lo que la hinche.
10:27
Y si algún
infiel os llama, y queréis ir, de todo lo que se os pone delante comed, sin
preguntar nada por causa de la conciencia.
10:28
Mas si
alguien os dijere: Esto fué sacrificado á los ídolos: no lo comáis, por causa
de aquel que lo declaró, y por causa de la conciencia: porque del Señor es la
tierra y lo que la hinche.
10:29
La
conciencia, digo, no tuya, sino del otro. Pues ¿por qué ha de ser juzgada mi
libertad por otra conciencia?
10:30
Y si yo con
agradecimiento participo, ¿por qué he de ser blasfemado por lo que doy gracias?
10:31
Si pues
coméis, ó bebéis, ó hacéis otra cosa, haced lo todo á gloria de Dios.
10:32
Sed sin
ofensa á Judíos, y á Gentiles, y á la iglesia de Dios;
10:33
Como también
yo en todas las cosas complazco á todos, no procurando mi propio beneficio,
sino el de muchos, para que sean salvos.
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Capítulo 11
11:1
SED
imitadores de mí, así como yo de Cristo.
11:2
Y os alabo,
hermanos, que en todo os acordáis de mi, y retenéis las instrucciones mías, de
la manera que os enseñé.
11:3
Mas quiero
que sepáis, que Cristo es la cabeza de todo varón; y el varón es la cabeza de
la mujer; y Dios la cabeza de Cristo.
11:4
Todo varón
que ora ó profetiza cubierta la cabeza, afrenta su cabeza.
11:5
Mas toda
mujer que ora ó profetiza no cubierta su cabeza, afrenta su cabeza; porque lo
mismo es que si se rayese.
11:6
Porque si la
mujer no se cubre, trasquílese también: y si es deshonesto á la mujer
trasquilarse ó raerse, cúbrase.
11:7
Porque el
varón no ha de cubrir la cabeza, porque es imagen y gloria de Dios: mas la
mujer es gloria del varón.
11:8
Porque el
varón no es de la mujer, sino la mujer del varón.
11:9
Porque
tampoco el varón fué criado por causa de la mujer, sino la mujer por causa del
varón.
11:10
Por lo cual,
la mujer debe tener señal de potestad sobre su cabeza, por causa de los
ángeles.
11:11
Mas ni el
varón sin la mujer, ni la mujer sin el varón, en el Señor.
11:12
Porque como
la mujer es del varón, así también el varón es por la mujer: empero todo de
Dios.
11:13
Juzgad vosotros
mismos: ¿es honesto orar la mujer á Dios no cubierta?
11:14
La misma
naturaleza ¿no os enseña que al hombre sea deshonesto criar cabello?
11:15
Por el
contrario, á la mujer criar el cabello le es honroso; porque en lugar de velo
le es dado el cabello.
11:16
Con todo eso,
si alguno parece ser contencioso, nosotros no tenemos tal costumbre, ni las
iglesias de Dios.
11:17
Esto empero
os denuncio, que no alabo, que no por mejor sino por peor os juntáis.
11:18
Porque lo
primero, cuando os juntáis en la iglesia, oigo que hay entre vosotros
disensiones; y en parte lo creo.
11:19
Porque
preciso es que haya entre vosotros aun herejías, para que los que son probados
se manifiesten entre vosotros.
11:20
Cuando pues
os juntáis en uno, esto no es comer la cena del Señor.
11:21
Porque cada
uno toma antes para comer su propia cena; y el uno tiene hambre, y el otro está
embriagado.
11:22
Pues qué, ¿no
tenéis casas en que comáis y bebáis? ¿ó menospreciáis la iglesia de Dios, y
avergonzáis á los que no tienen? ¿Qué os diré? ¿os alabaré? En esto no os
alabo.
11:23
Porque yo
recibí del Señor lo que también os he enseñado: Que el Señor Jesús, la noche
que fué entregado, tomó pan;
11:24
Y habiendo
dado gracias, lo partió, y dijo: Tomad, comed: esto es mi cuerpo que por
vosotros es partido: haced esto en memoria de mí.
11:25
Asimismo tomó
también la copa, después de haber cenado, diciendo: Esta copa es el nuevo pacto
en mi sangre: haced esto todas las veces que bebiereis, en memoria de mí.
11:26
Porque todas
las veces que comiereis este pan, y bebiereis esta copa, la muerte del Señor
anunciáis hasta que venga.
11:27
De manera
que, cualquiera que comiere este pan ó bebiere esta copa del Señor
indignamente, será culpado del cuerpo y de la sangre del Señor.
11:28
Por tanto,
pruébese cada uno á sí mismo, y coma así de aquel pan, y beba de aquella copa.
11:29
Porque el que
come y bebe indignamente, juicio come y bebe para sí, no discerniendo el cuerpo
del Señor.
11:30
Por lo cual
hay muchos enfermos y debilitados entre vosotros; y muchos duermen.
11:31
Que si nos
examinásemos á nosotros mismos, cierto no seríamos juzgados.
11:32
Mas siendo
juzgados, somos castigados del Señor, para que no seamos condenados con el
mundo.
11:33
Así, que,
hermanos míos, cuando os juntáis á comer, esperaos unos á otros.
11:34
Si alguno
tuviere hambre, coma en su casa, porque no os juntéis para juicio. Las demás
cosas ordenaré cuando llegare.
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Capítulo 12
12:1
Y ACERCA de
los dones espirituales, no quiero, hermanos, que ignoréis.
12:2
Sabéis que
cuando erais Gentiles, ibais, como erais llevados, a los ídolos mudos.
12:3
Por tanto os
hago saber, que nadie que hable por Espíritu de Dios, llama anatema á Jesús; y
nadie puede llamar á Jesús Señor, sino por Espíritu Santo.
Com.sap 12,3-7.12-13 -
12:4
Empero hay
repartimiento de dones; mas el mismo Espíritu es.
12:5
Y hay
repartimiento de ministerios; mas el mismo Señor es.
12:6
Y hay
repartimiento de operaciones; mas el mismo Dios es el que obra todas las cosas
en todos.
12:7
Empero á cada
uno le es dada manifestación del Espíritu para provecho.
12:8
Porque á la verdad,
á éste es dada por el Espíritu palabra de sabiduría; á otro, palabra de ciencia
según el mismo Espíritu;
12:9
A otro, fe
por el mismo Espíritu, y á otro, dones de sanidades por el mismo Espíritu;
12:10
A otro,
operaciones de milagros, y á otro, profecía; y á otro, discreción de espíritus;
y á otro, géneros de lenguas; y á otro, interpretación de lenguas.
12:11
Mas todas
estas cosas obra uno y el mismo Espíritu, repartiendo particularmente á cada
uno como quiere.
12:12
Porque de la
manera que el cuerpo es uno, y tiene muchos miembros, empero todos los miembros
del cuerpo, siendo muchos, son un cuerpo, así también Cristo.
12:13
Porque por un
Espíritu somos todos bautizados en un cuerpo, ora Judíos ó Griegos, ora siervos
ó libres; y todos hemos bebido de un mismo Espíritu.
12:14
Pues ni
tampoco el cuerpo es un miembro, sino muchos.
12:15
Si dijere el
pie: Porque no soy mano, no soy del cuerpo: ¿por eso no será del cuerpo?
12:16
Y si dijere
la oreja: Porque no soy ojo, no soy del cuerpo: ¿por eso no será del cuerpo?
12:17
Si todo el
cuerpo fuese ojo, ¿dónde estaría el oído? Si todo fuese oído, ¿dónde estaría el
olfato?
12:18
Mas ahora
Dios ha colocado los miembros cada uno de ellos en el cuerpo, como quiso.
12:19
Que si todos
fueran un miembro, ¿dónde estuviera el cuerpo?
12:20
Mas ahora
muchos miembros son á la verdad, empero un cuerpo.
12:21
Ni el ojo
puede decir á la mano: No te he menester: ni asimismo la cabeza á los pies: No
tengo necesidad de vosotros.
12:22
Antes, mucho
más los miembros del cuerpo que parecen más flacos, son necesarios;
12:23
Y á aquellos
del cuerpo que estimamos ser más viles, á éstos vestimos más honrosamente; y
los que en nosotros son menos honestos, tienen más compostura.
12:24
Porque los
que en nosotros son más honestos, no tienen necesidad: mas Dios ordenó el
cuerpo, dando más abundante honor al que le faltaba;
12:25
Para que no
haya desavenencia en el cuerpo, sino que los miembros todos se interesen los
unos por los otros.
12:26
Por manera
que si un miembro padece, todos los miembros á una se duelen; y si un miembro
es honrado, todos los miembros á una se gozan.
12:27
Pues vosotros
sois el cuerpo de Cristo, y miembros en parte.
12:28
Y á unos puso
Dios en la iglesia, primeramente apóstoles, luego profetas, lo tercero
doctores; luego facultades; luego dones de sanidades, ayudas, gobernaciones,
géneros de lenguas.
12:29
¿Son todos
apóstoles? ¿son todos profetas? ¿todos doctores? ¿todos facultades?
12:30
¿Tienen todos
dones de sanidad? ¿hablan todos lenguas? ¿interpretan todos?
12:31
Empero
procurad los mejores dones; mas aun yo os muestro un camino más excelente.
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Capítulo 13
13:1
SI yo hablase
lenguas humanas y angélicas, y no tengo caridad, vengo á ser como metal que
resuena, ó címbalo que retiñe.
13:2
Y si tuviese
profecía, y entendiese todos los misterios y toda ciencia; y si tuviese toda la
fe, de tal manera que traspasase los montes, y no tengo caridad, nada soy.
13:3
Y si
repartiese toda mi hacienda para dar de comer a pobres, y si entregase mi
cuerpo para ser quemado, y no tengo caridad, de nada me sirve.
13:4
La caridad es
sufrida, es benigna; la caridad no tiene envidia, la caridad no hace sinrazón, no
se ensancha;
13:5
No es
injuriosa, no busca lo suyo, no se irrita, no piensa el mal;
13:6
No se huelga
de la injusticia, mas se huelga de la verdad;
13:7
Todo lo
sufre, todo lo cree, todo lo espera, todo lo soporta.
13:8
La caridad
nunca deja de ser: mas las profecías se han de acabar, y cesarán las lenguas, y
la ciencia ha de ser quitada;
13:9
Porque en
parte conocemos, y en parte profetizamos;
13:10
Mas cuando
venga lo que es perfecto, entonces lo que es en parte será quitado.
13:11
Cuando yo era
niño, hablaba como niño, pensaba como niño, juzgaba como niño, mas cuando ya
fuí hombre hecho, dejé lo que era de niño.
13:12
Ahora vemos
por espejo, en obscuridad; mas entonces veremos cara á cara: ahora conozco en
parte; mas entonces conoceré como soy conocido.
13:13
Y ahora
permanecen la fe, la esperanza, y la caridad, estas tres: empero la mayor de
ellas es la caridad.
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Capítulo 14
14:1
SEGUID la
caridad; y procurad los dones espirituales, mas sobre todo que profeticéis.
14:2
Porque el que
habla en lenguas, no habla á los hombres, sino á Dios; porque nadie le
entiende, aunque en espíritu hable misterios.
14:3
Mas el que
profetiza, habla á los hombres para edificación, y exhortación, y consolación.
14:4
El que habla
lengua extraña, á sí mismo se edifica; mas el que profetiza, edifica á la
iglesia.
14:5
Así que,
quisiera que todos vosotros hablaseis lenguas, empero más que profetizaseis:
porque mayor es el que profetiza que el que habla lenguas, si también no
interpretare, para que la iglesia tome edificación.
14:6
Ahora pues,
hermanos, si yo fuere á vosotros hablando lenguas, ¿qué os aprovecharé, si no
os hablare, ó con revelación, ó con ciencia, ó con profecía, ó con doctrina?
14:7
Ciertamente
las cosas inanimadas que hacen sonidos, como la flauta ó la vihuela, si no
dieren distinción de voces, ¿cómo se sabrá lo que se tañe con la flauta, ó con
la vihuela?
14:8
Y si la
trompeta diere sonido incierto, ¿quién se apercibirá á la batalla?
14:9
Así también
vosotros, si por la lengua no diereis palabra bien significante, ¿cómo se
entenderá lo que se dice? porque hablaréis al aire.
14:10
Tantos
géneros de voces, por ejemplo, hay en el mundo, y nada hay mudo;
14:11
Mas si yo
ignorare el valor de la voz, seré bárbaro al que habla, y el que habla será
bárbaro para mí.
14:12
Así también
vosotros; pues que anheláis espirituales dones, procurad ser excelentes para la
edificación de la iglesia.
14:13
Por lo cual,
el que habla lengua extraña, pida que la interprete.
14:14
Porque si yo
orare en lengua desconocida, mi espíritu ora; mas mi entendimiento es sin
fruto.
14:15
¿Qué pues?
Oraré con el espíritu, mas oraré también con entendimiento; cantaré con el
espíritu, mas cantaré también con entendimiento.
14:16
Porque si
bendijeres con el espíritu, el que ocupa lugar de un mero particular, ¿cómo
dirá amén á tu acción de gracias? pues no sabe lo que has dicho.
14:17
Porque tú, á
la verdad, bien haces gracias; mas el otro no es edificado.
14:18
Doy gracias á
Dios que hablo lenguas más que todos vosotros:
14:19
Pero en la
iglesia más quiero hablar cinco palabras con mi sentido, para que enseñe
también á los otros, que diez mil palabras en lengua desconocida.
14:20
Hermanos, no
seáis niños en el sentido, sino sed niños en la malicia: empero perfectos en el
sentido.
14:21
En la ley
está escrito: En otras lenguas y en otros labios hablaré á este pueblo; y ni
aun así me oirán, dice el Señor.
14:22
Así que, las
lenguas por señal son, no á los fieles, sino á los infieles: mas la profecía,
no á los infieles, sino á los fieles.
14:23
De manera
que, si toda la iglesia se juntare en uno, y todos hablan lenguas, y entran
indoctos ó infieles, ¿no dirán que estáis locos?
14:24
Mas si todos
profetizan, y entra algún infiel ó indocto, de todos es convencido, de todos es
juzgado;
14:25
Lo oculto de
su corazón se hace manifiesto: y así, postrándose sobre el rostro, adorará á
Dios, declarando que verdaderamente Dios está en vosotros.
14:26
¿Qué hay
pues, hermanos? Cuando os juntáis, cada uno de vosotros tiene salmo, tiene
doctrina, tiene lengua, tiene revelación, tiene interpretación: hágase todo
para edificación.
14:27
Si hablare
alguno en lengua extraña, sea esto por dos, ó á lo más tres, y por turno; mas
uno interprete.
14:28
Y si no
hubiere intérprete, calle en la iglesia, y hable á sí mismo y á Dios.
14:29
Asimismo, los
profetas hablen dos ó tres, y los demás juzguen.
14:30
Y si á otro
que estuviere sentado, fuere revelado, calle el primero.
14:31
Porque podéis
todos profetizar uno por uno, para que todos aprendan, y todos sean exhortados.
14:32
Y los
espíritus de los que profetizaren, sujétense á los profetas;
14:33
Porque Dios
no es Dios de disensión, sino de paz; como en todas las iglesias de los santos.
14:34
Vuestras
mujeres callen en las congregaciones; porque no les es permitido hablar, sino
que estén sujetas, como también la ley dice.
14:35
Y si quieren
aprender alguna cosa, pregunten en casa á sus maridos; porque deshonesta cosa
es hablar una mujer en la congregación.
14:36
Qué, ¿ha
salido de vosotros la palabra de Dios? ¿ó á vosotros solos ha llegado?
14:37
Si alguno á
su parecer, es profeta, ó espiritual, reconozca lo que os escribo, porque son
mandamientos del Señor.
14:38
Mas el que
ignora, ignore.
14:39
Así que,
hermanos, procurad profetizar; y no impidáis el hablar lenguas.
14:40
Empero hágase
todo decentemente y con orden.
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Capítulo 15
15:1
ADEMÁS os
declaro, hermanos, el evangelio que os he predicado, el cual también
recibisteis, en el cual también perseveráis;
15:2
Por el cual
asimismo, si retenéis la palabra que os he predicado, sois salvos, si no creísteis
en vano.
15:3
Porque
primeramente os he enseñado lo que asimismo recibí: Que Cristo fué muerto por
nuestros pecados conforme á las Escrituras;
15:4
Y que fué
sepultado, y que resucitó al tercer día, conforme á las Escrituras;
15:5
Y que
apareció á Cefas, y después á los doce.
15:6
Después
apareció á más de quinientos hermanos juntos; de los cuales muchos viven aún, y
otros son muertos.
15:7
Después
apareció á Jacobo; después á todos los apóstoles.
15:8
Y el postrero
de todos, como á un abortivo, me apareció á mí.
15:9
Porque yo soy
el más pequeño de los apóstoles, que no soy digno de ser llamado apóstol,
porque perseguí la iglesia de Dios.
15:10
Empero por la
gracia de Dios soy lo que soy: y su gracia no ha sido en vano para conmigo;
antes he trabajado más que todos ellos: pero no yo, sino la gracia de Dios que
fué conmigo.
15:11
Porque, ó sea
yo ó sean ellos, así predicamos, y así habéis creído.
15:12
Y si Cristo
es predicado que resucitó de los muertos ¿cómo dicen algunos entre vosotros que
no hay resurrección de muertos?
15:13
Porque si no
hay resurrección de muertos, Cristo tampoco resucitó:
15:14
Y si Cristo
no resucitó, vana es entonces nuestra predicación, vana es también vuestra fe.
15:15
Y aun somos
hallados falsos testigos de Dios; porque hemos testificado de Dios que Él haya
levantado á Cristo; al cual no levantó, si en verdad los muertos no resucitan.
15:16
Porque si los
muertos no resucitan, tampoco Cristo resucitó.
15:17
Y si Cristo
no resucitó, vuestra fe es vana; aun estáis en vuestros pecados.
15:18
Entonces
también los que durmieron en Cristo son perdidos.
15:19
Si en esta
vida solamente esperamos en Cristo, los más miserables somos de todos los
hombres.
15:20
Mas ahora
Cristo ha resucitado de los muertos; primicias de los que durmieron es hecho.
15:21
Porque por
cuanto la muerte entró por un hombre, también por un hombre la resurrección de
los muertos.
15:22
Porque así
como en Adam todos mueren, así también en Cristo todos serán vivificados.
15:23
Mas cada uno
en su orden: Cristo las primicias; luego los que son de Cristo, en su venida.
15:24
Luego el fin;
cuando entregará el reino á Dios y al Padre, cuando habrá quitado todo imperio,
y toda potencia y potestad.
15:25
Porque es
menester que Él reine, hasta poner á todos sus enemigos debajo de sus pies.
15:26
Y el postrer
enemigo que será deshecho, será la muerte.
15:27
Porque todas
las cosas sujetó debajo de sus pies. Y cuando dice: Todas las cosas son
sujetadas á Él, claro está exceptuado aquel que sujetó á Él todas las cosas.
15:28
Mas luego que
todas las cosas le fueren sujetas, entonces también el mismo Hijo se sujetará
al que le sujetó á Él todas las cosas, para que Dios sea todas las cosas en
todos.
15:29
De otro modo,
¿qué harán los que se bautizan por los muertos, si en ninguna manera los
muertos resucitan? ¿Por qué pues se bautizan por los muertos?
15:30
¿Y por qué
nosotros peligramos á toda hora?
15:31
Sí, por la
gloria que en orden á vosotros tengo en Cristo Jesús Señor nuestro, cada día
muero.
15:32
Si como
hombre batallé en Efeso contra las bestias, ¿qué me aprovecha? Si los muertos
no resucitan, comamos y bebamos, que mañana moriremos.
15:33
No erréis:
las malas conversaciones corrompen las buenas costumbres.
15:34
Velad
debidamente, y no pequéis; porque algunos no conocen á Dios: para vergüenza
vuestra hablo.
15:35
Mas dirá
alguno: ¿Cómo resucitarán los muertos? ¿Con qué cuerpo vendrán?
15:36
Necio, lo que
tú siembras no se vivifica, si no muriere antes.
15:37
Y lo que
siembras, no siembras el cuerpo que ha de salir, sino el grano desnudo, acaso
de trigo, ó de otro grano:
15:38
Mas Dios le
da el cuerpo como quiso, y á cada simiente su propio cuerpo.
15:39
Toda carne no
es la misma carne; mas una carne ciertamente es la de los hombres, y otra carne
la de los animales, y otra la de los peces, y otra la de las aves.
15:40
Y cuerpos hay
celestiales, y cuerpos terrestres; mas ciertamente una es la gloria de los
celestiales, y otra la de los terrestres:
15:41
Otra es la
gloria del sol, y otra la gloria de la luna, y otra la gloria de las estrellas:
porque una estrella es diferente de otra en gloria.
15:42
Así también
es la resurrección de los muertos. Se siembra en corrupción se levantará en
incorrupción;
15:43
Se siembra en
vergüenza, se levantará con gloria; se siembra en flaqueza, se levantará con
potencia;
15:44
Se siembra
cuerpo animal, resucitará espiritual cuerpo. Hay cuerpo animal, y hay cuerpo
espiritual.
15:45
Así también
está escrito: Fué hecho el primer hombre Adam en ánima viviente; el postrer
Adam en espíritu vivificante.
15:46
Mas lo
espiritual no es primero, sino lo animal; luego lo espiritual.
15:47
El primer
hombre, es de la tierra, terreno: el segundo hombre que es el Señor, es del
cielo.
15:48
Cual el
terreno, tales también los terrenos; y cual el celestial, tales también los
celestiales.
15:49
Y como
trajimos la imagen del terreno, traeremos también la imagen del celestial.
15:50
Esto empero
digo, hermanos: que la carne y la sangre no pueden heredar el reino de Dios; ni
la corrupción hereda la incorrupción.
15:51
He aquí, os
digo un misterio: Todos ciertamente no dormiremos, mas todos seremos
transformados.
15:52
En un
momento, en un abrir de ojo, á la final trompeta; porque será tocada la
trompeta, y los muertos serán levantados sin corrupción, y nosotros seremos
transformados.
15:53
Porque es
menester que esto corruptible sea vestido de incorrupción, y esto mortal sea
vestido de inmortalidad.
15:54
Y cuando esto
corruptible fuere vestido de incorrupción, y esto mortal fuere vestido de
inmortalidad, entonces se efectuará la palabra que está escrita: Sorbida es la
muerte con victoria.
15:55
¿Dónde está,
oh muerte, tu aguijón? ¿dónde, oh sepulcro, tu victoria?
15:56
Ya que el
aguijón de la muerte es el pecado, y la potencia del pecado, la ley.
15:57
Mas á Dios
gracias, que nos da la victoria por el Señor nuestro Jesucristo.
15:58
Así que,
hermanos míos amados, estad firmes y constantes, creciendo en la obra del Señor
siempre, sabiendo que vuestro trabajo en el Señor no es vano.
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Capítulo 16
16:1
CUANTO á la
colecta para los santos, haced vosotros también de la manera que ordené en las
iglesias de Galacia.
16:2
Cada primer
día de la semana cada uno de vosotros aparte en su casa, guardando lo que por
la bondad de Dios pudiere; para que cuando yo llegare, no se hagan entonces
colectas.
16:3
Y cuando
habré llegado, los que aprobareis por cartas, á éstos enviaré que lleven
vuestro beneficio á Jerusalem.
16:4
Y si fuere
digno el negocio de que yo también vaya, irán conmigo.
16:5
Y á vosotros
iré, cuando hubiere pasado por Macedonia, porque por Macedonia tengo de pasar.
16:6
Y podrá ser
que me quede con vosotros, ó invernaré también, para que vosotros me llevéis á
donde hubiere de ir.
16:7
Porque no os
quiero ahora ver de paso; porque espero estar con vosotros algún tiempo, si el
Señor lo permitiere.
16:8
Empero estaré
en Efeso hasta Pentecostés;
16:9
Porque se me
ha abierto puerta grande y eficaz, y muchos son los adversarios.
16:10
Y si llegare
Timoteo, mirad que esté con vosotros seguramente; porque la obra del Señor hace
también como yo.
16:11
Por tanto,
nadie le tenga en poco; antes, llevadlo en paz, para que venga á mí: porque lo
espero con los hermanos.
16:12
Acerca del
hermano Apolos, mucho le he rogado que fuese á vosotros con los hermanos; mas
en ninguna manera tuvo voluntad de ir por ahora; pero irá cuando tuviere
oportunidad.
16:13
Velad, estad
firmes en la fe; portaos varonilmente, y esforzaos.
16:14
Todas
vuestras cosas sean hechas con caridad.
16:15
Y os ruego,
hermanos, (ya sabéis que la casa de Estéfanas es las primicias de Acaya, y que
se han dedicado al ministerio de los santos,)
16:16
Que vosotros
os sujetéis á los tales, y á todos los que ayudan y trabajan.
16:17
Huélgome de
la venida de Estéfanas y de Fortunato y de Achâico: porque éstos suplieron lo
que á vosotros faltaba.
16:18
Porque
recrearon mi espíritu y el vuestro: reconoced pues á los tales.
16:19
Las iglesias
de Asia os saludan. Os saludan mucho en el Señor Aquila y Priscila, con la
iglesia que está en su casa.
16:20
Os saludan
todos los hermanos. Saludaos los unos á los otros con ósculo santo.
16:21
La salutación
de mí, Pablo, de mi mano.
16:22
El que no
amare al Señor Jesucristo, sea anatema. Maranatha.
16:23
La gracia del
Señor Jesucristo sea con vosotros.
16:24
Mi amor en
Cristo Jesús sea con todos vosotros. Amén. La primera á los Corintios fué
enviada de Filipos con Estéfanas, y Fortunato, y Achâico, y Timoteo.
adaptación de la Biblia cortesía de http://www.awmach.org/
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