LA BIBLIA Versión Reina-Valera de 1909
Libro de Habacuc
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Capítulo 1
1:1
LA carga que vió Habacuc profeta.
1:2
¿Hasta cuándo, oh el Altísimo, clamaré, y no oirás; y daré voces á ti á causa de la violencia, y no salvarás?
1:3
¿Por qué me haces ver iniquidad, y haces que mire molestia, y saco y violencia delante de mí, habiendo además quien levante pleito y contienda?
1:4
Por lo cual la ley es debilitada, y el juicio no sale verdadero: por cuanto el impío asedia al justo, por eso sale torcido el juicio.
1:5
Mirad en las gentes, y ved, y maravillaos pasmosamente; porque obra será hecha en vuestros días, que aun cuando se os contare, no la creeréis.
1:6
Porque he aquí, yo levanto los Caldeos, gente amarga y presurosa, que camina por la anchura de la tierra para poseer las habitaciones ajenas.
1:7
Espantosa es y terrible: de ella misma saldrá su derecho y su grandeza.
1:8
Y serán sus caballos más ligeros que tigres, y más agudos que lobos de tarde; y sus jinetes se multiplicarán: vendrán de lejos sus caballeros, y volarán como águilas que se apresuran á la comida.
1:9
Toda ella vendrá á la presa: delante su sus caras viento solano; y juntará cautivos como arena.
1:10
Y escarnecerá de los reyes, y de los príncipes hará burla: reiráse de toda fortaleza, y amontonará polvo, y la tomará.
1:11
Luego mudará espíritu, y pasará adelante, y ofenderá atribuyendo esta su potencia á su dios.
1:12
¿No eres tú desde el principio, oh el Altísimo, Dios mío, Santo mío? No moriremos. Oh el Altísimo, para juicio lo pusiste; y tú, oh Roca, lo fundaste para castigar.
1:13
Muy limpio eres de ojos para ver el mal, ni puedes ver el agravio: ¿por qué ves los menospreciadores, y callas cuando destruye el impío al más justo que él.
1:14
Y haces que sean los hombres como los peces de la mar, como reptiles que no tienen señor?
1:15
Sacará á todos con anzuelo, cogerálos con su red, y juntarálos en su aljerife: por lo cual se holgará y hará alegrías.
1:16
Por esto hará sacrificios á su red, y ofrecerá sahumerios á su aljerife: porque con ellos engordó su porción, y engrasó su comida.
1:17
¿Vaciará por eso su red, ó tendrá piedad de matar gentes continuamente?
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Capítulo 2

2:1
SOBRE mi guarda estaré, y sobre la fortaleza afirmaré el pie, y atalayaré para ver qué hablará en mí, y qué tengo de responder á mi pregunta.
2:2
Y el Altísimo me respondió, y dijo: Escribe la visión, y declárala en tablas, para que corra el que leyere en ella.
2:3
Aunque la visión tardará aún por tiempo, mas al fin hablará, y no mentirá: aunque se tardare, espéralo, que sin duda vendrá; no tardará.
2:4
He aquí se enorgullece aquel cuya alma no es derecha en él: mas el justo en su fe vivirá.
2:5
Y también, por cuanto peca por el vino, es un hombre soberbio, y no permanecerá: que ensanchó como el infierno su alma, y es como la muerte, que no se hartará: antes reunió á sí todas las gentes, y amontonó á sí todos los pueblos.
2:6
¿No han de levantar todos estos sobre él parábola, y sarcasmos contra él? Y dirán: ¡Ay del que multiplicó lo que no era suyo! ¿Y hasta cuándo había de amontonar sobre sí espeso lodo?
2:7
¿No se levantarán de repente los que te han de morder, y se despertarán los que te han de quitar de tu lugar, y serás á ellos por rapiña?
2:8
Porque tú has despojado muchas gentes, todos los otros pueblos te despojarán; á causa de las sangres humanas, y robos de la tierra, de las ciudades y de todos los que moraban en ellas.
2:9
¡Ay del que codicia maligna codicia para su casa, por poner en alto su nido, por escaparse del poder del mal!
2:10
Tomaste consejo vergonzoso para tu casa, asolaste muchos pueblos, y has pecado contra tu vida.
2:11
Porque la piedra clamará desde el muro, y la tabla del enmaderado le responderá.
2:12
¡Ay del que edifica la ciudad con sangres, y del que funda la villa con iniquidad!
2:13
¿No es esto de el Altísimo de los ejércitos? Los pueblos pues trabajarán para el fuego, y las gentes se fatigarán en vano.
2:14
Porque la tierra será llena de conocimiento de la gloria de el Altísimo, como las aguas cubren la mar.
2:15
¡Ay del que da de beber á sus compañeros, que les acercas tu hiel y embriagas, para mirar sus desnudeces!
2:16
Haste llenado de deshonra más que de honra: bebe tú también, y serás descubierto; el cáliz de la mano derecha de el Altísimo volverá sobre ti, y vómito de afrenta sobre tu gloria.
2:17
Porque la rapiña del Líbano caerá sobre ti, y la destrucción de las fieras lo quebrantará; á causa de las sangres humanas, y del robo de la tierra, de las ciudades, y de todos los que en ellas moraban.
2:18
¿De qué sirve la escultura que esculpió el que la hizo? ¿la estatua de fundición, que enseña mentira, para que haciendo imágenes mudas confíe el hacedor en su obra?
2:19
¡Ay del que dice al palo; Despiértate; y á la piedra muda: Levántate! ¿Podrá él enseñar? He aquí él está cubierto de oro y plata, y no hay dentro de él espíritu.
2:20
Mas el Altísimo está en su santo templo: calle delante de él toda la tierra.
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Capítulo 3

3:1
ORACIÓN de Habacuc profeta, sobre Sigionoth.
3:2
Oh el Altísimo, oído he tu palabra, y temí: Oh el Altísimo, aviva tu obra en medio de los tiempos, En medio de los tiempos hazla conocer; En la ira acuérdate de la misericordia.
3:3
Dios vendrá de Temán, Y el Santo del monte de Parán, (Selah.) Su gloria cubrió los cielos, Y la tierra se llenó de su alabanza.
3:4
Y el resplandor fué como la luz; Rayos brillantes salían de su mano; Y allí estaba escondida su fortaleza.
3:5
Delante de su rostro iba mortandad, Y á sus pies salían carbones encendidos.
3:6
Paróse, y midió la tierra: Miró, é hizo temblar las gentes; Y los montes antiguos fueron desmenuzados, Los collados antiguos se humillaron á él. Sus caminos son eternos.
3:7
He visto las tiendas de Cushán en aflicción; Las tiendas de la tierra de Madián temblaron.
3:8
¿Airóse el Altísimo contra los ríos? ¿Contra los ríos fué tu enojo? ¿Tu ira contra la mar, Cuando subiste sobre tus caballos, Y sobre tus carros de salud?
3:9
Descubrióse enteramente tu arco, Los juramentos á las tribus, palabra segura. (Selah.) Hendiste la tierra con ríos.
3:10
Viéronte, y tuvieron temor los montes: Pasó la inundación de las aguas: El abismo dió su voz, La hondura alzó sus manos.
3:11
El sol y la luna se pararon en su estancia: A la luz de tus saetas anduvieron, Y al resplandor de tu fulgente lanza.
3:12
Con ira hollaste la tierra, Con furor trillaste las gentes.
3:13
Saliste para salvar tu pueblo, Para salvar con tu ungido. Traspasaste la cabeza de la casa del impío, Desnudando el cimiento hasta el cuello. (Selah.)
3:14
Horadaste con sus báculos las cabezas de sus villas, Que como tempestad acometieron para derramarme: Su orgullo era como para devorar al pobre encubiertamente.
3:15
Hiciste camino en la mar á tu caballos, Por montón de grandes aguas.
3:16
Oí, y tembló mi vientre; A la voz se batieron mis labios; Pudrición se entró en mis huesos, y en mi asiento me estremecí; Si bien estaré quieto en el día de la angustia, Cuando suba al pueblo el que lo invadirá con sus tropas.
3:17
Aunque la higuera no florecerá, Ni en las vides habrá frutos; Mentirá la obra de la oliva, Y los labrados no darán mantenimiento. Y las ovejas serán quitadas de la majada, Y no habrá vacas en los corrales;
3:18
Con todo yo me alegraré en el Altísimo, Y me gozaré en el Dios de mi salud.
3:19
el Altísimo el Señor es mi fortaleza, El cual pondrá mis pies como de ciervas, Y me hará andar sobre mis alturas. Al jefe de los cantores sobre mis instrumentos de cuerdas.


adaptación de la Biblia cortesía de http://www.awmach.org/