Comentario a Mateo 4,1
(Mt 4,1) CRISTO AFRONTA LAS TENTACIONES DE TODOS – DESDE ADÁN HASTA LAS NUESTRAS.
“El antiguo adversario se volcó contra el primer Adán, nuestro padre, con tres tentaciones porque lo tentó por la gula, la vanagloria y la avaricia; pero tentándolo lo venció porque lo sometió a sí mediante el consenso. Lo tentó por la gula cuando le mostró el fruto del árbol prohibido para que comiese de él. Lo tentó luego de vanagloria cuando dijo: seréis igual que Dios (Gen 3,5). Lo tentó de avaricia cuando dijo: Conoceréis el bien y el mal. La avaricia, de hecho, no se relaciona sólo con el dinero sino también con los honores. Justamente se llama avaricia el deseo desmesurado de ser enaltecido" (Greg. Mag., Hom 16, 1ss)
Tentaciones de Adán, Israel...
Si miramos de cerca, las tentaciones tienen una patente correspondencia con
las tentaciones de Eva (Adán) en el paraíso. El tentador utiliza la
necesidad y el placer de comer (Gen. 3:1-3; Mat. 4:3), el
deseo innato de quedar bien delante de los demás, de ser aceptado por los
demás (Gen. 3:4-5; Mat. 4:6), y
la tendencia del hombre de querer dominar pero no como administrador de Dios
sino como siervo del diablo (Gen.
3:5-6; Mat.. 4:8-9), todo esto lo emplea como mediaciones para inducir a
Jesús a valerse de su condición de hijo de Dios de manera perversa. Usa
de la palabra de Dios – menos en la última donde el tentador ya quiere
ocupar abiertamente el lugar de Dios – para darle un aspecto de obediencia a
Dios y su enseñanza (Gen. 3:4; Mat.. 4:6). Las tentaciones del cristiano
también se presentan de estas tres maneras (cf. 1 Jn 2:16).
Igualmente es evidente el paralelismo de las tentaciones de Jesús con las
actitudes del pueblo de Israel en el desierto: cuarenta años, el pueblo
tienta a Dios, reclama el pan, recoge el maná tratando de acaparrar, busca a
otro dios (el becerro de oro), etc.
También se
descubre un sorprendente paralelismo de las tentaciones con los elementos
del credo de Israel, el Shemá. El
judío proclama cada día que
"... el Señor tu Dios es el único, amarás al Señor tu Dios con todo tu
corazón, con toda tu alma y con todas tus fuerzas". La tentación se arremete
contra las potencias del creyente que debería con ellas amar a Dios sobre
todas las cosas. El alma (nefes =vida) sufre la primera tentación, el
corazón la segunda y las fuerzas (anhelos de dinero = poder). Igualmente los
medios que aplica y recomienda Jesús (vea Miércoles de Ceniza) para combatir
al demonio son los remedios que recomienda en Mt 5: el ayuno, la limosna y
la oración. Nos
falta todavía mucho que descubrir respecto a lo que los evangelistas han
escondido en sus palabras que parecen tan sencillas.