MÉDICO QUE DECÍA QUE HOMOSEXUALES NO CAMBIAN SE
RETRACTA RADICALMENTE WASHINGTON DC, 11 May. 01 (ACI).- El prominente psiquiatra que en
1973 permitió que la Asociación Psiquiátrica Estadounidense decidiera excluir a
la homosexualidad de la categoría de desórdenes mentales, se retractó de sus
conclusiones y ahora asegura que los homosexuales tienen un problema y sí
pueden cambiar. Según un
informe de la agencia Life Site, el médico Robert Spitzer, presentó su último
estudio y señaló que las nuevas conclusiones cambiaron sus creencias al
respecto. "Como la mayoría de psiquiatras, pensaba que la gente podía
resistirse a tener una conducta homosexual pero que no podía cambiar su
orientación sexual. Ahora, creo que esto no es cierto, algunas personas pueden
y han cambiado", señaló Spitzer. El experto
presentó su estudio –elaborado con la Universidad de Columbia- ante la asamblea
anual de la Asociación Psiquiátrica Estadounidense. Lejos de confirmar lo que
concluyó en 1973 demandando retirar a la homosexualidad de su manual de
desórdenes mentales, Spitzer comprobó que los homosexuales pueden cambiar. En su
detallada investigación, Spitzer entrevistó a 200 personas (143 hombres y 57
mujeres) que han experimentado un significativo cambio de la atracción
homosexual a la heterosexual, y que ha durado al menos cinco años consecutivos.
La mayoría
de los entrevistados aseguró que su fe religiosa fue muy importante en sus
vidas, y casi tres cuartas partes de los hombres y la mitad de las mujeres ha
estado casado con una persona del sexo opuesto al momento del estudio. La mayoría
buscó el cambio porque el estilo de vida gay fue emocionalmente insatisfactorio.
Muchos se preocuparon por la promiscuidad, relaciones tormentosas, un conflicto
con sus valores religiosos y el deseo de estar o permanecer heterosexualmente
casados. Según
Spitzer, en muchos casos el esfuerzo por cambiar no produjo buenos resultados
en los dos primeros años de intento. Las personas afirmaron que les fue de
mucha ayuda examinar sus experiencias familiares e infantiles, y comprender
cómo esos factores pudieron haber contribuido a confundir su identidad genérica
y orientación sexual. Asimismo,
señalaron que sirvió mucho sostener relaciones fraternales con personas del
mismo sexo, técnicas de terapia conductual y terapias de grupo. Para
sorpresa de los investigadores, el 67 por ciento de los varones alcanzó un
correcto desenvolvimiento heterosexual y casi o nunca volvieron a sentirse
atraídos por personas del mismo sexo después del proceso de cambio. Casi todos
los entrevistados afirmaron que ahora se sienten más masculinos (en el caso de
los varones) o más femeninas (las mujeres). Spitzer
concluye que "al contrario de la sabiduría convencional algunos individuos
con altas motivaciones y utilizando una gran variedad de esfuerzos para
cambiar, pueden lograr un cambio sustancial en los múltiples indicadores de la
orientación sexual, y un correcto desempeño heterosexual". Asimismo,
sostiene que cuando las personas no cambian de verdad su orientación sexual
sino que sólo desarrollan un control conductual o logran definir su
autoidentidad aunque sigan sintiéndose atraídos por personas del mismo, sí
reportan una mejora a nivel emocional y de salud física.
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