Diez Armas Espirituales para Conservar la Pureza
La Tierra es un lugar de luchas y pruebas para llegar a la vida futura.
La mayoría de las religiones tienen esa visión del trajinar en este mundo.
Y el cristianismo centra su batalla en combatir las tentaciones, que parten
del gran tentador.
Los años nos hacen comprender la importancia de no doblegarnos ante la
impureza.
Porque hemos visto que nos obliga a pagar un duro precio en esta vida en la
Tierra y nos podría hacer hipotecar la vida eterna.
Estamos hablando de tentaciones de la carne como la fornicación, el sexo
desordenado, la pereza, la corrupción, el egoísmo, etc.
Toda esta lucha se puede reducir a un denominador común: mantener la pureza,
no caer, no aflojar.
Es por eso que queremos insistir en una revolución de la pureza, y para ello
proponemos 10 pasos.
Que no están relacionados solamente con la pureza física, sino con la pureza
espiritual.
Que es el preámbulo para lograr todas las demás purezas.
Nuestro Señor nos ha dejado una serie de armas para este combate espiritual,
que veremos en este artículo.
10 ARMAS ESPIRITUALES PARA GANAR LA BATALLA POR LA PUREZA
Nos gustaría ofrecer una estrategia espiritual que podríamos utilizar.
Un plan aplicable para padres, adolescentes y hasta niños.
De manera que podamos evitar el peligro latente de los ataques contra la
pureza.
Y si ya hemos caído, será para volver con suavidad y con confianza al Señor,
por intercesión de María, con todos nuestros corazones.
1 – Las Armas de Oración
¡Somos débiles, muy débiles!
Jesús les recordó a los Apóstoles, así como a todo el mundo en el Jardín de
Getsemaní con estas palabras exactas:
«Estén prevenidos y oren para no caer en la tentación, porque el espíritu
está dispuesto, pero la carne es débil» (Mt 26:41)
Los apóstoles en lugar de orar se quedaron dormidos y por ello le fallaron
al Señor.
La principal razón para caer en algún pecado, pero sobre todo en el de la
impureza es la falta de oración u orar una plegaria muy débil y anémica.
Los israelitas fueron capaces de derrotar a sus enemigos sólo después que
Moisés se sentó en lo alto de la colina mirando el campo de batalla y
levantó los brazos al cielo. (Éxodo 17: 8-13)
Para vencer las demandas imperiosas de la carne y de las insinuaciones
constantes del mundo y las tentaciones del diablo debemos (como Moisés)
levantar los brazos constantemente en oración.
Jesús nos invita con estas palabras: «Pidan y se les dará…» (Mateo 7: 7).
Pidamos al Señor por el don y la virtud de la pureza.
Más abajo nos centramos en la oración del Padrenuestro como un arma de
combate espiritual bastante ignorada.
2 – No juegues con fuego
Una razón clave por la que muchos caen en los pecados de impureza es el
fracaso al evitar el pecado.
Proverbios nunca faltan:
«Quien juega con fuego se terminará quemando«… y
«El que camina en la cuerda floja se caerá»…
Una vez más, tenemos que usar el sentido común y la prudencia
«El que anda en una pendiente resbaladiza caerá».
Un ejemplo sencillo.
Un novio y su novia después de tener una bonita cena juntos, invita a su
novia a su apartamento para rezar el Rosario juntos.
Sin embargo, ellos se olvidarán de rezar sus Rosarios y caerán presos de las
tentaciones del diablo y de las demandas de la carne.
¡La tentación!
3 – La modestia
El Catecismo de la Iglesia Católica afirma que la modestia es el guardián de
la virtud de la pureza. (CIC # 2521-2524)
Todos deben practicar la modestia.
Por el Bautismo nuestros cuerpos se convierten en templos del Espíritu
Santo.
Aún más, templos de la Santísima Trinidad y después de la Santa Comunión se
convierten en Tabernáculos vivientes del Santísimo Sacramento.
Las mujeres nunca deben ser una provocación u ocasión de pecado para los
hombres.
Y los hombres no tienen excusa para para desviar su mirada.
Contempla cualquier estatua noble o retrato de la Virgen, Nuestra Señora de
Guadalupe, Lourdes, Fátima y te sorprenderás de su belleza celestial y de la
virtud de su modestia.
Que Nuestra Señora sea nuestro modelo y guía, especialmente para practicar
la pureza.
4 – La Penitencia
Jesús dijo:
«Algunos demonios pueden ser expulsados únicamente a través de la oración y
el ayuno».
En una ocasión yo estaba tomando un paseo y en mi camino se cruzó un gran
pájaro negro, un cuervo.
A medida que me acercaba al ave ella no tomaba vuelo.
Siempre tuve una fuerte devoción por San Francisco y pensaba que tal vez
tenía un don especial con los animales, pero éste no era en absoluto el
caso.
La razón de por qué no alzaba vuelo era sencilla, el pobre pájaro tenía un
ala rota.
La escena me llevó a una reflexión espiritual.
En nuestra vida somos como un ave espiritual, estamos llamados a ser como
las águilas que vuelan alto en las alturas.
Pero necesitamos dos alas espirituales para volar en el alto de la Oración y
la Penitencia.
Para conquistar las demandas imperiosas de la carne debemos orar, orar y
orar.
Pero también aprender el arte de ayuno y vivir una vida de penitencia.
¡Todos los santos nos han enseñado esta lección claramente!
5 – Evita la Pereza
Otra gran apertura para el demonio son las impurezas del pecado capital de
la pereza.
Una vez más, las máximas están a nuestra entera disposición:
«La ociosidad (pereza) es el taller del diablo».
El gran santo, educador y patrono de la juventud, San Juan Bosco experimentó
un miedo mortal cuando llegaban las vacaciones de sus jóvenes.
Llamó a las vacaciones el suelo de la cosecha del diablo. ¿Por qué?
La razón era clara: los meses libres de verano no hay nada que hacer.
En este estado de cosas el diablo penetra rápidamente para tentarnos de
muchas maneras y en especial contra la virtud de la castidad.
Una de las razones principales por las que muchas personas, sobre todo
jóvenes del sexo masculino, tienen serios problemas con la pornografía en
Internet es el auto-abuso de ésta por el exceso de tiempo libre.
El aburrimiento y el fácil acceso a los sitios web impuros.
San Buenaventura lo resumió así:
«Cuando uno está trabajando un demonio podría estar allí para tentar.
Pero cuando no tienes nada que hacer una multitud de demonios están ahí para
tentar.»
6 – El Lenguaje Apropiado
En todas las épocas, lugares y circunstancias debemos controlar nuestra
lengua. Santiago nos exhorta:
«Debemos ser lentos para hablar y prontos para oír» (lee Santiago 3: los
pecados de la lengua)
Esto está ligado especialmente con la pureza.
Nunca debe suceder que salgan de nuestros labios palabras sucias, lenguaje
inapropiado y peor aún grueso, crudo o de chistes impuros.
Más tarde en su vida como sacerdote maduro, San Juan Bosco se lamentó de no
poder borrar de su mente una cosa impura que un hombre había pronunciado
delante de él cuando era un simple muchacho y se le grabó en la memoria
hasta ser un anciano sacerdote.
Jesús nos advierte que seremos juzgados por todas las palabras que se emiten
por nuestra boca.
Nunca olvidemos que recibimos el Cuerpo y la Sangre de Jesús en nuestras
lenguas.
Nuestras lenguas se convierten en el trono de Jesús, el Rey de Reyes y Señor
de Señores. ¡Hablemos con nobleza.
7 – Vigilancia Constante, sobre todo de los ojos
El Papa Francisco en sus mensajes constantemente nos recuerda que debemos
mantener la vigilancia sobre nuestra persona.
El examen diario ignaciano es la clave.
Esta magnífica práctica nos invita a rebobinar la película de nuestro día y
ver donde Dios ha estado presente y dar gracias.
Pero también para ver donde nuestros corazones se han desviado de nuestro
Dios amoroso.
Esto nos puede dirigir fácilmente a la virtud de la pureza.
En la oración y en la reflexión se observa y se admite humildemente cuando
nuestros ojos, afecciones mentales y del corazón comienza a alejarse de
nuestro Dios.
Y empiezan a jugar con lo que no es de Dios, con lo que sería la impureza.
Un pasaje bíblico a destacar que puede ser una gran ventaja para nosotros es
la tentación, seducción y la caída del Santo Rey David.
Un hombre santo, un hombre de oración, un hombre dotado, un hombre según el
corazón de Dios, así era el rey David.
Sin embargo, él no se mantuvo en estricta vigilancia de sus ojos, mente y
corazón, y esto se tradujo en una caída catastrófica.
Una caída que lo echaron a las profundidades de la lujuria y de la
deshonestidad.
Ceder a la lujuria termina en adulterio y luego el adulterio lo lleva al
asesinato y el asesinato a la supresión de su conciencia.
¡Que la historia de David sea una advertencia para nosotros!
Cuando Jesús nos advierte:
«Estén prevenidos y oren para no caer en la tentación, porque el espíritu
está dispuesto, pero la carne es débil».
8 – La confesión y la esperanza renovada
La debilidad humana no prevalecerá sobre nosotros y todos podemos caer.
Lo peor de todo, más allá de la caída en el pecado, es la desesperación.
La falla más grave de Judas no fue su traición a Jesús, sino su
desesperación y no confiar en la misericordia infinita de Jesús.
Siendo este el caso, no debemos desesperar debido a nuestras inclinaciones
humanas propensas al pecado y nuestro propio pecado.
San Pablo nos ofrece estas palabras de aliento:
«Dónde la debilidad abunda, la gracia de Dios abunda aún más.»
Dios puede permitir que de un mal salga algo más bueno de ello.
Por lo tanto, si tenemos la desgracia de caer en un pecado contra la pureza
entonces debemos tener la confianza ilimitada en Dios.
Y recurrir inmediatamente al Sacramento de la misericordia, el Sacramento de
la Confesión.
Y que nos deleitemos con las palabras del profeta Isaías:
«Aunque sus pecados sean como la escarlata, se volverán blancos como la
nieve; aunque sean rojos como la púrpura, serán como la lana» (Is 1:18).
Una buena confesión puede transformar nuestras almas en la belleza de la
nieve blanca recién caída en tierra virgen.
9 – La Santa Comunión frecuente
De mayor importancia para proteger la virtud de la castidad es nuestra
relación con Jesús en la Sagrada Eucaristía.
La Sagrada Eucaristía es verdadera, real y sustancialmente el Cuerpo,
Sangre, Alma y Divinidad de Jesús, el Hijo de Dios vivo.
Cuando recibimos a Jesús en la Sagrada Comunión recibimos todo lo siguiente,
su totalidad.
Recibimos la mente de Jesús con su memoria que purifica nuestros
pensamientos posiblemente sucios.
Al recibir la Sangre de Jesús que circula por todo nuestro cuerpo correrá
por nuestras venas y arterias.
Recibimos el Sacratísimo Corazón de Jesús con sus más nobles sentimientos;
aún más, recibimos la pureza absoluta del Corazón Sacratísimo de Jesús.
Si lo deseas, cada Santa Comunión bien recibida resultará como recibir un
trasplante de corazón espiritual.
Como dice San Pablo:
«A continuación póngase en la mente de Cristo, ustedes tendrán la mente de
Cristo«.
Entonces Pablo ahonda aún más en esta elevada expresión:
«Ya no vivo yo, sino que es Cristo quien vive en mí«.
La recepción frecuente y ferviente y apasionada de la Santa Comunión es de
lejos el medio más eficaz para vivir una vida de pureza.
Pues es el mismo Jesús quien se apodera de toda la vida y del ser.
cristo abraza a un joven
10 – Nuestra Señora Madre
Es nuestro modelo e intercesora de todas las virtudes.
Por supuesto que es de lejos nuestro tratado más completo sobre la virtud de
la pureza.
Lo logramos si invitamos a Nuestra Señora, la Madre del amor santo y puro,
para estar con nosotros, que ruegue por nosotros e interceda a nuestro
favor.
La experiencia demuestra que en la vida de innumerables santos, es a través
del gran amor de Dios y la confianza filial y amorosa a María que se puede
vivir vidas santas y vidas de gran pureza.
Santa Faustina Kowalska tuvo un encuentro con el Señor Jesús. Se acercó a la
santa y le envolvió un cinto de oro alrededor de su cintura.
Esto simbolizaba un regalo que Él generosamente le otorgó a la santa: el don
de la castidad perfecta.
Su carne sería totalmente sumisa a su mente y espíritu ya no iba a
experimentar pensamientos indecentes.
Jesús era el centro de su vida y su todo.
Sin embargo, hay una nota adicional muy importante.
Santa Faustina dijo que había estado pidiendo a Nuestra Señora por este
regalo por un largo tiempo.
Por lo tanto, fue a través de la intercesión de la Santísima Virgen María
que Santa Faustina adquirió este maravilloso don de la castidad perfecta.
Entonces volvamos a la más pura e Inmaculada, al Corazón de María y roguemos
por la pureza de la mente, corazón, cuerpo, alma e incluso la intención.
Pidamos a María Santísima la gracia de vivir esta bienaventuranza sublime
que Jesús nos enseñó:
«Bienaventurados los limpios de corazón porque ellos verán a Dios« (Mateo 5:
8)
Vivamos pureza en esta vida para contemplar la belleza de la Santísima
Trinidad, con la Virgen, los ángeles y los santos por toda la eternidad.
EL PADRE NUESTRO ES UNA EFICAZ ARMA ESPIRITUAL
Los principales enemigos para mantener nuestra pureza son las tentaciones. Y
el gran tentador es el maligno.
Por lo tanto, el núcleo de la batalla espiritual que debemos realizar es en
oposición a él.
Debemos recordar que el ministerio de Nuestro Señor comenzó con un
enfrentamiento con el maligno en el desierto durante los 40 días de ayuno,
que siguieron a Su bautismo en el Jordán.
Luego de esa batalla Jesús comenzó a sanar enfermos expulsar demonios y
finalmente derrotar definitivamente al demonio en la cruz.
Él nos dejó la oración del Señor, o sea el Padrenuestro para pedir a Dios
Padre.
Es una eficaz arma en la batalla espiritual para reforzar nuestra pureza y
combatir las tentaciones que nos llegan del maligno, pero que muchas veces
no se la considera.
El Dr. Kenneth McCall, un experto en liberación, ha dicho,
«En mi experiencia, en la mayoría de los casos, todo lo que se necesita para
eliminar un lugar del mal es que un pequeño grupo de cristianos
comprometidos se reúnan y recen en silencio y luego repitan el Padrenuestro
concentrándose en la frase ‘Líbranos del mal’. Eso usualmente funciona».
Siguiendo con este razonamiento, descubrimos que hay frases en el padre
nuestro que son centrales para la batalla espiritual.
Son las 3 últimas frases de esta oración.
Si las rezamos lentamente y con plena conciencia de lo que significan,
estaremos reforzando nuestra pureza y pidiendo por la pureza de los demás.
La primera frase es «perdona nuestras ofensas», en la que se pide el perdón
de nuestros pecados, en un verdadero acto de contrición.
Nos sentimos pecadores y débiles para luchar por nosotros mismos contra el
pecado.
Y luego se agrega «así como nosotros perdonamos a los que nos ofenden», lo
que nos convierte en un canal de perdón para los demás.
De esta forma nos conformamos en un faro para que Dios obre a través de
nosotros.
Adicionalmente hay que considerar que el acto de contrición más completa se
logra avanzando en el sacramento de la confesión.
La segunda frase para reforzar nuestros esfuerzos hacia La pureza es «no nos
dejes caer en la tentación».
Le estamos pidiendo a Dios que nos aleje de las tentaciones porque nuestra
naturaleza caída nos atrae hacia ellas.
Le estamos solicitando en realidad que nos defienda del ataque del maligno.
Lo que se consolida en la tercera frase “líbranos del mal”.
Que es un pedido para que el Señor corte los lazos que nos atan al mal y al
pecado.
(forosdelavirgen.org)