RAQUEL HEREDIA, UNA DE
las periodistas españolas más solicitadas de los 70, ha
vivido un paréntesis de veinte años: los que su hija Ada tardó en
engancharse a la heroína, alumbrar dos retoños y morir de sida. Su carrera
profesional volvió a renacer el año pasado, al publicar el best-seller "La
agenda de los amigos muertos", donde narraba su trágica relación con las
drogas a través de su primogénita. Ahora, impulsada por los cientos de
cartas recibidas de cientos de madres de todo el país que como ella "sufren"
la presencia de la droga en casa, relata su labor como abuela y madre de los
dos hijos de Ada en un nuevo libro. Éste es su testimonio, tan humano como
visceral y desgarrado.
Por Leandro Pérez Miguel. Fotografías de Carlos Miralles