Uganda - Prueba fehaciente: Los Anticonceptivos no son la Respuesta al VIH/SIDA
Brian Clowes
26 de octubre 2011 (Notifam) – El peligro mortal de los anticonceptivos que presionan inexorablemente sobre Uganda y otros países africanos se puso recientemente al descubierto en un nuevo informe alarmante, el cual muestra que el anticonceptivo más popular en África oriental y meridional en realidad puede duplicar el riesgo de contraer VIH. Después de experimentar el éxito en la lucha contra el VIH / SIDA en Uganda a través de una iniciativa contra la anticoncepción, no es sorprendente escuchar que los anticonceptivos son parte del problema, no una solución al mismo.
Según la investigación publicada en The Lancet, las mujeres que usan el acetato de medroxiprogesterona de depósito (DMPA), un inyectable para control de la natalidad, se infectaron con el VIH a una tasa de 6,61 por cada 100 personas, en comparación con el 3,78 que no usan ese método. Cuando es utilizado por mujeres con VIH, la transmisión del VIH a los hombres se produjo a una tasa de 2,61 por cada 100 personas, comparada con el 1,51 de las mujeres que no habían utilizado ningún método anticonceptivo.
El estudio incluyó a 3.800 parejas en Botswana, Kenia, Ruanda, Sudáfrica, Tanzania, Zambia y Uganda.
Uganda fue noticia en la lucha contra el SIDA en la década pasada, porque el presidente Yoweri Museveni atacó con éxito la elevada tasa de VIH/SIDA en su país a través de un programa de modificación del comportamiento sistemático. El presidente Museveni dijo en 2004 que “el SIDA es principalmente un problema moral, social y económico”, y que la mejor manera de combatirlo es con “relaciones basadas en el amor y la confianza, en lugar de la desconfianza institucionalizada, que es lo que el condón representa en realidad”.
El programa del Presidente se llama ABC (Abstinence, Be faithful, Condom): “Abstinencia antes del matrimonio, ser fiel después, utilizar preservativos sólo cuando sea absolutamente necesario”. La clave para el programa ha sido siempre el fuerte desaliento del uso del condón para más de 95 por ciento de la población, debido a que el Gobierno de Uganda es bien consciente de su alto índice de fracaso.
Cuando el programa ABC fue instituido en 1992, la tasa de infección de VIH/SIDA en los adultos era un asombroso 30 por ciento en la capital de Kampala y en otras grandes áreas urbanas, y la esperanza de vida nacional para todo el país era tristemente de 44 años de edad. Cuando se impuso el programa ABC, la tasa de infección de VIH/SIDA en adultos disminuyó un 80 por ciento en sólo diez años, al seis por ciento en el 2002, y la esperanza de vida ha aumentado ocho años más.
Pero al comienzo del nuevo milenio, varias influencias empezaron a paralizar el programa ABC. Organizaciones no-gubernamentales extranjeras (ONGs) comenzaron a socavar agresivamente el programa, simplemente porque no podían permitir que tuviera éxito. De hecho, el programa ha sido realmente muy exitoso para el gusto de los controladores de la población, y representa una amenaza real a su dogma de “primeros los preservativos, por último los preservativos, preservativos siempre”.
Martin Sempa, el “cerebro” detrás de la historia exitosa de Uganda, está familiarizado con el pensamiento de los controladores de la población. Después de hablar en una conferencia sobre SIDA en Toronto, en el año 2006, Sempa dijo que ellos sufren de una “patología” de odio hacia la abstinencia y la maternidad.
Lo que Sempa llamó “abstinofobia – miedo a la abstinencia sexual y a la fidelidad como una forma de lucha contra el VIH/SIDA – y “matrifobia” – el miedo irracional y paranoico hacia los programas que promueven el matrimonio y la maternidad – son “el último aliento de vida para una revolución sexual que ha viciado Occidente, y que está utilizando la crisis del SIDA como un medio de mantenerse en marcha”.
Sin embargo, hay que preguntarse por qué los controladores de la población siguen estando tan motivados para atacar la abstinencia y la maternidad africanas cuando el continente africano ya está tan escasamente poblado. Estas bien financiadas ONGs creen sinceramente que los africanos deben abandonar sus normas culturales “pasadas de moda” y “en retroceso” y deben unirse al mundo “desarrollado” en su búsqueda sin restricciones de sexo ilimitado y riqueza material. En ninguna parte es esto más evidente que en Uganda, donde una forma probada de salvar vidas está siendo descartada en favor de la esclavitud ideológica a los preservativos. El dinero corruptor de Occidente está ahora inundando Uganda: casi mil millones de dólares durante la última década.
El resultado de este “imperialismo anticonceptivo” es tan predecible como que deja mucho que desear. Los ugandeses se están tornando desensibilizados con el sexo y están empezando a considerar sus costumbres tradicionales como pasadas de moda, lo que por supuesto es precisamente la idea.
Uganda tiene posibilidades ilimitadas para el activismo pro-vida. Las personas aman naturalmente la vida, el liderazgo de la nación es casi uniformemente pro-vida y los obispos y sacerdotes no tienen miedo. Pero el cártel del control poblacional ha demostrado su sórdido talento para corromper hasta los países que más aman la vida.
Los controladores de la población han demostrado más allá de toda duda posible que a ellos no les importa si la tasa de VIH/SIDA en Uganda se reduce. A ellos sólo les preocupa que su cosmovisión se imponga a las personas, y si el resultado es la muerte de cientos de miles de personas, que así sea. Sus actividades han causado directamente la muerte innecesaria de decenas de miles de ugandeses. Ellos no sólo están impulsando los anticonceptivos que, en realidad, promueven la epidemia del VIH, ellos están cometiendo abusos de derechos humanos a gran escala con virtual impunidad, e ignoran las leyes de esta nación soberana.