Deseo casarme con una mujer casada
Consulta
Soy viudo y he conocido a una mujer separada que la dejo su esposo por
otra, a mi me parece buena persona y tambien buena cristiana, me puedo casar
con ella.
¿Porque no?
¿Puede la Iglesia castigar a quien ha sido engañada?
¿Puede la Iglesia que predica el Amor, ir contra el Amor?
¿Castiga la Iglesia al engañado?
¿ No es cierto que la Iglesia tras muchos años de sacerdocio, a algunos les
autorizo a casarse?
¿Acaso la Iglesia no da la nulidad a famosos, cuya vida todos conocemos?
Por favor, contésteme deseo casarme con esta persona
Respuesta
Querido hermano en Cristo,
Que la paz del Señor esté en su corazón.
Gracias por su consulta.
Al formular nuestra respuesta hemos optado “por ir al grano”. Nuestro
lenguaje pueda parecer duro por ser directo. Tratándose de una persona con
cierta experiencia de vida sabrá usted aquilatar que le hablamos así porque
queremos ayudar. Por eso le escribimos sin endulzar la medicina. En este
mundo secularizado que está desechando los valores escuchamos acusaciones
proferidas con ligereza que, en el fondo, quieren que al que ha pecado se le
dé la razón para que no sufra y que pueda seguir pecando. La advertencia
seria del Señor “¿De qué le sirve al hombre ganar el mundo entero si pierde
su alma?” vale para todos los bienes de este mundo adquiridos en contra la
voluntad de Dios, sean bienes materiales, emocionales, afectivos o de estilo
de vida.
La Iglesia, siguiendo el ejemplo de su Fundador, odia el pecado pero ama al
pecador. Esperar de ella que condone el pecado es como pedir al médico que
diga que la enfermedad no daña, que es una cosa buena. Es como decir a Dios
que vamos a arrancar unas páginas porque no nos gustan.
Estamos conscientes que la vida puede entrañar sufrimientos y dificultades.
Las angustias nos hacen a veces formular preguntas injustas que al
reflexionar con calma han de modificarse.
Si usted está sufriendo porque su amor a una persona casada no puede ser
bendecido por la Iglesia es que usted ha procedido ligeramente. Su error fue
de no apartarse enseguida como lo debería hacer cualquier cristiano. Y tenga
también presente que usted al continuar esa relación induce al pecado a la
persona que ama. En caso de haber sido engañado la responsabilidad no recae
en usted.
Vamos a mirar de cerca sus palabras.
La Iglesia no castiga a nadie. Ella está para servir a sus hijos y para
ayudarles a que puedan con alegría y orgullo vivir la realidad de ser nación
santa, pueblo de reyes, pueblo sacerdotal, pueblo de Dios como lo hemos
escuchado ayer en la segunda lectura del domingo 5 de Pascua del ciclo”A”.
Si hemos entendido bien la situación suya es la siguiente: usted ha
entablado relaciones con una persona CASADA POR IGLESIA y abandonada por su
esposo. Usted siendo viudo desea casarse con ella POR IGLESIA. Escribimos en
letra capital la incógnita porque usted no lo menciona expresamente pero es
crucial para poder darle una respuesta.
Puesto que entendemos por implicancia que usted sabe o ha recibido como
respuesta que no se puede casar POR IGLESIA queremos partir del hecho
supuesto que ella está casada POR IGLESIA.
¿Por qué no puede casarse?
La Iglesia no es soberana de decidir. Ella como “esposa sumisa al esposo”
tiene el encargo de predicar y defender las enseñanzas del Hijo de Dios
hecho hombre. Y una de las enseñanzas inquebrantables es el mandato de
Cristo “lo que Dios ha unido que no lo separe el hombre”. Y esta unión dura
hasta que “la muerte los separe”. El sacramento del matrimonio significa
según las preciosas enseñanzas de San Pablo en la carta a los Efesios en que
la unión entre el hombre y la mujer “es como la unión entre Cristo y su
Iglesia.” El mismo exclama: “Gran misterio es este y lo digo con relación
con Cristo y su Iglesia”. Ahora diga usted: ¿Acaso alguien puede separar a
Cristo de su Iglesia? ¡Imposible! Pues, igualmente de imposible es iniciar
nuevas nupcias para alguien que está casado por Iglesia.
Para que usted vea cuán serio es esto nada más cosulte la historia. El rey
Enrique VIII de Inglaterra quiso casarse con Ana Boleyn a pesar de su
matrimonio existente y pidió al Papa que se lo concediera. Cuando el Papa se
declaró en imposibilidad de concederlo amenazó hacerse protestante junto con
toda Inglaterra. Ni esta amenaza terrible - que se llevó a cabo – cambió la
respuesta del Sumo Pontífice. Es que el Papa tiene que atenerse a lo que
dice el Señor.
Mientras exista el lazo sacramental del matrimonio no es posible contraer
otro matrimonio. No se puede decir a Cristo que se vaya, que esto ya no
vale. Aunque usted renegara de su fe y se haga budista siempre seguirá
bautizado, es decir, hijo de Dios. “... hasta que la muerte los separa”.
¿Puede la Iglesia castigar a quien ha sido engañada?
Creo que lo anterior contesta su pregunta. No puede ser que la parte
engañada no está sometida a las enseñanzas de Cristo. Y déjenos decir algo
adicional. Nuestra experiencia pastoral acumulada de varios decenios nos ha
hecho entender que no hay parte “inocente”. La parte “engañada” muchas veces
se ha descuidado, ha sido más madre que esposa, no ha luchado por su
matrimonio como debía, ha dejado que la relación se vuelva rutinaria y el
otro ha ido a buscar cariño en otra parte. Ciertamente no justificamos el
adulterio, lo explicamos. Audiatur et altera pars – que se escuche también
al otro.
¿Puede la Iglesia que predica el Amor, ir contra el Amor?
Esta pregunta suena a blasfemia. Nos acordamos de una pregunta que formuló
un adúltero diciendo: "¿Cómo puede ser pecado si Dios la puso delante de
mí?” ¿Qué amor es más grande? ¿El "rehacer la vida" como dicen a pesar del
matrimonio existente o seguir siendo fiel hasta que la muerte los separa?
Además el amor de Dios debería primar.
En su última pregunta alude a la declaración de nulidad. ¿Qué significa? El
tribunal eclesiástico, luego de un proceso exhaustivo y en varias instancias
puede llegar a la conclusión de que no ha existido sacramento y por eso
declara tal matrimonio nulo. Esto procedimiento está abierto a todo
cristiano.
Respecto a la reducción al estado laical de sacerdotes y el permiso al
matrimonio, no tiene que ver con su caso.
Confesamos que hemos respondido un tanto secamente. ¿Por qué? Por una
sencilla razón: Ni el dolor personal permite formular preguntas que rayan a
la blasfemia. En el medio ambiente hay una ligereza en juzgar a la Iglesia
que además de ignorancia delata una enemistad solapada. No suponemos esto de
usted. Pero también es cierto que muchas veces se le concede al que sufre
una especie de libertinaje. Por afectvidad dicen: "El pobre sufre por eso
habla así". Creemos que nadie tiene el derecho de acusar a la Iglesia. Sus
miembros son pecadores, es cierto. Pero acusarla de favoritismos y reclamos
injustos requiere una respusta firme.
¡Que Dios le bendiga!
Se lo desean y por ello rezan
Los MSC Misioneros del Sagrado Corazón en el Perú
"Uno de los grandes milagros de la vida es que el tonto con el que se casa
su hija puede ser el padre del nieto mas guapo e inteligente del mundo
entero"