Domingo 1 de Adviento C: Preparemos en Familia, como Iglesia doméstica, la Acogida de la Palabra de Dios proclamada durante la celebración de la Misa dominical
¿Cómo acoger la Palabra de Dios?
Falta un dedo: Celebrarla
1.
INTRODUCCIÓN A LA PALABRA
En realidad
es
un privilegio inmerecido
porque tengo la suerte de vivir en una
época que contempla el
cumplimiento de las profecías del Antiguo Testamento.
Los antiguos, en la oscuridad
de su fe,
han confiado que el Señor hará verdad lo que promete. Y yo, que no
tengo mérito alguno, experimento en vivo esa verdad: En verdad ha venido un
vástago de la casa de David y ha hecho justicia, es decir, ha hecho que yo
el pecador pueda llegar a ser justo ante Dios. A los que queremos, les
ponemos apodos cariñosos. Durante
el día de hoy se le llamará a Dios: Señor-mi-justicia.
1.2
1 Tesalonicenses 3,12 - 4, 2
A veces sospecho que San Pablo exagera. Según lo que dice,
el mundo rebosa de amor. Si hubiera leído el periódico
de hoy creo que sus cartas serían otro cantar. ¿Santo e
irreprensible, yo? ¡Las huiflas! Pero espera un momento. ¡De repente el
exagerado soy yo! Exagero la debilidad humana en desmedro del poder de Dios
mientras que es imposible exagerar el poder y amor del Señor. San Pablo,
háblame con paciencia y mi fe alcanzará el tamaño de un granito de
mostaza luego moveré montañas.
Recuerdo un
día lluvioso en el que estaba esperando el regreso de mis padres en el andén
del ferrocarril. Me llevé el susto de mi ida. Estando parado en al borde del
andén y mirando en la dirección equivocada fui sorprendido por la locomotora
que pasó a pocos centímetros con un rugido que me dejó petrificado. Pero,
hombre, me olvidé del susto porque vi a mi padre detrás de una ventanilla
pasando delante mío. Recién cuando estaba en la cama en aquella noche, tuve
una pesadilla: locomotora, rugido y todo. Señor, enséñame a quererte tanto
que todos los sustos de la vida se me olviden porque entonces te esperaré
aunque sea al borde del andén de la vida y
mirando en dirección equivocada. Mira, hasta el dolor y la angustia
serán signos de que tú estás viniendo. Bendito sea el dolor!
2.
REFLEXIONEMOS
2.1 Los padres
Debería abrir las puertas de mi subconsciente y
zambullirme hasta el fondo de mi ser para sacar como buzo no solo los
tesoros de mi amor sino también las minas explosiva de mis miedos y
angustias
que tantas veces me amargan la vida y opacan la vista y
ensordecen el oído
¿Qué te parece si confío lo que me angustia y me hace
sufrir? Los hombres parecemos tan duros y en nuestro interior escondemos lo
quo amarga la existencia. Sé que al contarte mi pesares perderán su
monstruosidad porque la luz del día y la brisa de la palabra
ahuyentan miedos que no tienen fundamento. Hay más. Estas angustias
mías serán aniquiladas. Recuerda la palabrea del evangelio: "Cuando empiece
a suceder esto, levántense, alcen la cabeza se acerca su liberación".
Comparto contigo la fe, comparto también lo que me da miedo. (Qué
esposo tiene el valor y la sensatez de hablar alguna vez sin temer
por su "hombría"? Animo, hermano, dormirás mejor).
2.2 CON LOS HIJOS
"Estén siempre despiertos" Hay una leyenda muy bonita que
puede ayudarnos a entender bien el evangelio:
San Enrique, hijo del duque de Baviera, había sido educado
por San Wolfgango, obispo de Ratisbona. Después de su muerte el obispo le
apareció en una visión y le hizo notar unas letras junto a su sepulcro:
"Post sex", rezaba en latín, lo que quiere decir: "Después de seis". Creyó
el príncipe que dentro de seis días moriría y se dispuso para la muerte.
Transcurrieron los seis días, y creyó que el plazo sería de seis meses y
continuó preparándose con el ejercicio de las
virtudes. Pasados los seis meses, vio que se le alargaba la vida y le
ocurrió pensar en un plazo de
seis años y no cesó de ejercitarse en la caridad y en la piedad. Al cabo de
seis años no le vino la muerte, como pensaba, sino la corona imperial siendo
elegido como sucesor del emperador Otón.
El fin del mundo puede suceder en cualquier instante y
cuando tengamos que enfrentarlo no será algo terrible sino una corona que
nos la tiene preparada Dios. Seis horas, seis días, seis meses, seis años,
no importa. Por lo menos no debería importarme. ¿Por qué los primeros
cristianos habrán siempre rezado: Mara natha - ven pronto, Señor?
3.- RELACIÓN CON LA MISA
Imagínate que Cristo viniese en este momento! Qué atención
concentrada! Qué preocupación! Y mira cómo te la pasas el domingo en la
misa. ¿Qué pasa? ¿No crees que Cristo está presente?
4. VIVENCIA FAMILIAR
Adviento es a la vez espera del nacimiento de Jesús y
espera de su segunda venida. Ambas cosas merecen ser celebradas. En familia
debemos desarrollar un estilo propio de vivir las fiestas. No es folclore
sino el Señor presente ahora entre nosotros.
4.1 Celebración del Adviento
Cada semana durante el adviento la familia se reúne en
torno a las velas preparadas y por cada domingo de Aviento enciende una vela
más. Un canto, una lectura de las primeras páginas de San Lucas o del
Evangelio del Domingo centra la atención. Una oración en común cierra el
momento. Algunas familias lo hacen antes de comer juntos, otras cuando los
pequeños se acuestan. Retamos al padre de familia a tomar el lugar que les
corresponde!
4.2 Se arma el pesebre sin figuras. Cerca se coloca una
cajita con pajitas y algodón. El niño (4- 8 años) que piensa haber hecho
algo más de lo acostumbrado puede colocar una pajita o un algodoncito en el
pesebre para preparar asi el lecho del Niño Dios en el pesebre.
4.3 El comercio ofrece almanaques con figuras a recortar.
Así el niño arma su propio nacimiento.
4.4 Cuando los niños rezan su oración de la noche, pueden
hacerlo ante la vela de Adviento encendida. Ayúdenlo a escribir sus
propósitos en el espejo, en la puerta, en su mesa de noche, en fin, donde se
le recuerda siempre.
4.5 Recuerdo que mi mamá durante el tiempo de Adviento
desayunaba pan sin mantequilla ni mermelada. Un gesto pequeño, pero sin
decir nada ella nos recordaba así a diario que era Adviento, tiempo de
preparación.
5.- NOS HABLA. LA IGLESIA
No se puede desconocer en América Latina la erupción del
alma religiosa primitiva a la que se liga una visión de la persona como
prisionera de las formas mágicas de ver el mundo y actúa sobre él. El hombre
no es dueño de sí mismo sino victima de fuerzas ocultas. En esta visión
determinista, no le cabe otra actitud sino colaborar con esas fuerzas o
anonadarse ante ellas. Se agrega a veces, la creencia en la reencarnación
por parte de adeptos de varias formas de espiritismo y de religiones
orientales. No pocos cristianos, al ignorar la autonomía propia de la
naturaleza y de la historia, confían creyendo que todo lo que acontece es
determinado e impuesto por Dios
(Puebla 308)
Jesucristo ha restaurado
la dignidad original que los hombres habían recibido el ser creados
por Dios a su imagen, llamados a una santidad o consagración total al
Creador y destinados a conducir la historia hacia la manifestación
definitiva de ese Dios, que difunde su bondad para la alegría eterna de sus
hijos en un Reino que ya ha comenzado.
En Jesucristo llegamos a ser hijos de Dios, sus hermanos y
participes de su destino, como agentes responsables, movidos por el Espíritu
Santo a construir la Iglesia del Señor.
(Puebla 331-2)
.
6.-
Leamos la Biblia con la
Iglesia
6.1 Lunes :
Is
2,1-5
S. 121
Mt 8,5-11
6.2 Martes:
Is 11,1-10
S.71
Lc 10,21-24
6.3 Miércoles Is 25,6-10a
S.22
Mt 15,29-37
6.4 Jueves:
Is 26,1-6
S.117 Mt 7,21.24-27
6.5 viernes:
Is 29,17-24
S. 26 Mt 9,27-31
6.6 :Sábado
Is 30,18-21.23-26 S
146
Mit 9,35-10,1.6-8
7, ORACIONES
Oración
Mi Señor
si te rezo por miedo al infierno.... Lánzame entonces en
él.
Y
si por deseo del paraíso, ciérralo para mí.
Pero si te rezo sólo por amor a ti,
entonces no me quites nada de tu eterna belleza.
Mi Dios,
no sé vivir en el mundo sin tu recuerdo;
cómo podría sobrellevar, si no, todo lo que
me llega, sin tu mirada?
(Rabia Aladawiya, mística sufí 800 a.C.)