Domingo 30 del Tiempo Ordinario A 'El Mandamiento más grande'   - Iglesia del Hogar: en Familia, como Iglesia doméstica, preparamos la Acogida de la Palabra de Dios proclamada durante la celebración de la Misa dominical

Esta lectura les va a gustar. Todos preferimos palabras claras, situaciones bien definidas, premisas patentes. Es que entonces no hay lugar para tergiversaciones. Lo malo es, que también se asignan claramente las responsabilidades. Ud dirá: No hago daño ni a la viuda ni al huérfano, no soy usurero ni le quito el manto al prójimo. ¿Qué me dice de los miles y miles que pasan hambre? El otro día fui con un pediatra a una de las casas que en nombre de una institución estatal recoge a los niños que se han expuesto y o entregado. Había en el cuarto 7 bebés. Todos con fiebre, todos desnutridos. Yo sigo viviendo tranquilamente en mi cuarto con agua caliente, ducha y alimentación asegurada. Hasta me quejo a veces porque la comida no me parece preparada con suficiente esmero. Tuve que acudir a un juzgado de menores para tratar de una adopción y como sucede en las oficinas, hay que esperar. Trajeron a niños que no sabían dónde estaban sus padres, a niños maltratados. Hasta me contaban de un joven que mató a un adolescente para robarle unas cuantas monedas. Le cortó la yugular con una chaveta, Consecuencia de hogares destrozados.

Nosotros no tenernos ninguna culpa alguna. Cumplimos con nuestro deber y nos preocupamos por nuestra familia. Pero no me quedo quitar la sospecha que se aplicará en algún momento esta palabra que vamos a leer:..., "se encenderá mi ira y a ustedes los matará la espada quedando su mujeres viudas y sus hijos huérfanos". ¿Estaré equivocado?

Las cartas de San Pablo son de bomba atómica. Fíjese nada más en este pasaje. A primera vista parece una descripción de tiempos pasados, de una comunidad que tuvo su momento de auge. Sin embargo, toda escritura sirve para argüir, convencer y anunciar. ¿A usted? Si, señor. Veamos sólo las razones por qué San Pablo está tan feliz de haber fundado la comunidad de Tesalónica: 1) Se convirtieron a Cristo abandonado a los ídolos; 2) sirven al Dios vivo y verdadero; 3) esperan la venida del Señor.

Nosotros no adoramos a ídolos. ¿Es verdad eso? El dinero, la seguridad, el placer, el renombre, el orgullo, la vanidad, ahí tiene usted como para llenar un panteón. Aunque afirme: Nosotros servimos al Dios vivo y verdadero. De repente nos hemos hecho un dios según nuestra imagen y semejanza. ¿Ha estado alguna vez resentido con Dios porque no le concedió lo que necesitaba urgentemente? Eso es creer que nosotros sabemos mejor lo que nos conviene y es ser descreído porque no aceptamos de hecho que Dios nos ama más allá de nuestras capacidades de imaginación.

Que nosotros esperamos al Señor Jesús. ¡Sea honrado consigo mismo! ¿Qué espera en realidad aquí y ahora? ¿La solución de un problema, el arreglo de una situación? ¿Qué espera?

Se da cuenta cómo San Pablo nos emplaza.

Leí una vez una palabra del maestro Eckehart, un místico de la edad media: "La hora más importante es siempre la presente, la persona más importante es siempre aquella que está frente a ti, la obra más importante es siempre el amor". Al aplicar esto a mi propia m vide me doy cuenta que ando despistado. Tengo planes, proyectos a corto, mediano y largo plazo. ¡Ay del que estorba mis círculos!, decimos como el brujo que está tratando de dominar las fuerzas "cósmicas" desde los círculos que ha trazado alrededor de sí.

Hasta los ateos han descubierto que el amor es indispensable. Dice el filósofo Luis Feuerbach, el padre ideológico de Marx y Engels y del que han heredado su ateísmo: ’’Solamente es algo aquel que ama, no ser y no amar son cualidades idénticas". El evangelio nos da la verdadera medida del amor. No estamos hablando de emociones. En uno de los debates familiares de mi casa recuerdo que mi mamá decía que podría cumplir el mandamiento con todos menos con el agente de la policía secreta que la tuvo dos horas interrogando y amenazando por una observación despectiva sobre el régimen nazi. Mi papá la preguntó:"Supongamos que le encuentres muriendo de sed. ¿Le darías agua?" "Claro que si", replicó ella.

El amor es verificable en los actos de nuestra vida. Me consuela una cosa: evangelio es buena noticia. Yo no sabré amar pero puede dejar que Dios ame a través mío por medio de su Espíritu Santo.

La Palabra de Dios nos ha lanzado aquí en el corazón de nuestra vivencia cristiana. Francamente aquí y ahora no tengo las palabras adecuadas para hablarles, explicarles o animarles. Quisiera, más bien, que ustedes escuchen su corazón, se coloquen delante de Dios. Les pongo unas frases para que las lean no como un telegrama sino como palabras que caen como gotas de oro en el silencio de su reflexión para que las saboreen, las dejen vibrar como una música en un amplio espacio.

1. Dios nos ha amado antes que nos nosotros pudiéramos amarlo

- nos creó por amor

- nos ha enviado a su hijo por amor

- ha derramado en nuestros corazón al Espíritu de amor

2. Su amor se manifiesta ante todo en Cristo Jesús, nuestro salvador. El amor de Dios ha asumido un corazón humano para amamos hasta a nuestra manera. ¿Qué más pudo hacer y no lo ha hecho?

Por eso no podemos hacer otras cosa que amarlo también a El, también en momentos de oscuridad. Bendito seas, Señor,

2.2 Con los Hijos

Sugiero a los padres que busquen unas frases de la primera carta del apóstol San Juan, como: "el que no ama está en la muerte’’ (l Jn 3,14). Luego invitamos a los a los hijos a escucharlas .Las leeremos despacio y luego decimos:’ Vamos a hacer tres minutos de s silencio. Pensamos en cada uno de la familia y de los amigos y deseamos en el corazón lo que es bueno para ellos. Sacamos de nuestro corazón todos los malos deseos, las cóleras, la venganza, la burla y los tiramos lejos.

Luego les leernos o contamos alguno que otro episodio de la vida de los santos que son expertos en vivir el amor al prójimo como el de Santa Teresa del Niño Jesús.

. La pequeña Teresita era una joven religiosa. Al leer en la Biblia el relato del buen samaritano, se preguntaba como se podría cumplir las palabras de Jesús en su convento, porque no había nadie allí que había sido atracado por los ladrones. De repente se dio cuenta que podía hacer algo. Entre las religiosas del convento había una hermana que era muy antipática y muy orgullosa. "Tenía un talento especial para desagradar a todos", escribía Santa Teresita en su diario. Comenzó con hacer todo lo que hubiera hecho por la persona más querida del mundo. Aquella hermana le preguntó una vez: "Querida, ¿qué es lo que le atrae en mi persona porque siempre me sonríe?". La santa le replicó: "Es Jesús a quien veo en el fondo de su alma". Sólo al publicarse después de la muerte el diario de Santa Teresita, ella se enteró de todas las circunstancias. Por si acaso, la santa le siguió favoreciendo aun después de muerta. La religiosa en cuestión sufría de unas jaquecas terribles. Al rezar ante el féretro de la Teresa que acababa de fallecer, apoyó su cabeza en los pies de la santa y le pidió que intercediera a Dios a que le quite los terribles dolores. Fue escuchada en el acto y liberada para siempre. (Nota. Tendrá en casa revistas y libros. ¿Tendrá también en casa libros con vidas de los santos?).

3. Relación con la Misa

La Eucaristía es una de las máximas expresiones del amor de Dios para con los hombres. Hay cristianos que no le dan importancia siquiera. Y los que vamos a Misa ¡cuánta rutina, distracción e indiferencia ante el misterio de amor! Algo debe cambiar en nosotros

4. Vivencia familiar

Todo bautizado puede bendecir, es decir, alabar a Dios e invocar su bendición sobre los hombres. Sugerimos una aplicación muy sencilla que nos parece ser expresión de amor a Dios y a los hombres.

El primer día bendecimos a Dios por todo: en la mañana, al bendecir la mesa, al dormirnos rezando la oración de la noche.

El segundo día bendecimos a los hombres, es decir, en nuestro corazón lanzamos una bendición a todos las personas que encontramos durante ese día. Decimos: ‘Bendicelo. , Señor". Lanzamos esta bendición al profesor d en el colegio, al compañero de trabajo, a la vecina, al bebe en su carrito, al cartero.

Los que aman hacen cosas locas, ¿verdad? Conozco una familia que cada cierto tiempo "consagra" su casa al Señor. Después de una oración pasan de cuarto a en cuarto, imponen las manos a todos los objetos y dicen:"Ungelo con tu amor, Señor’, puertas, sillas, mesas, camas y luego también a las personas. Me dicen que sienten por días una paz muy especial. ¿Cómo no la van a sentir, si el Señor siempre viene cuando se le invita?

5. Nos habla la Iglesia.

‘‘La iglesia, al prestar ayuda el mundo y al recibir del mundo múltiple ayuda, sólo pretende una cosa: el advenimiento del reino de Dios y la salvación de toda la humanidad. Todo el bien que el Pueblo de Dios puede dar a la familia, al tiempo de su peregrinación en la tierra, deriva del hecho de que la Iglesia es sacramento universal de salvación que manifiesta y al mismo tiempo realiza el misterio del amor de Dios al hombre.

El Verbo de Dios, por quien todo fue hecho, se encarnó para que, Hombre perfecto, salvara a todos y recapitulara todas las cosas. El Señor es el Fin de la historia humana, punto de convergencia hacia el cual tienden los deseos de la historia y de la civilización, centro de la humanidad, gozo del corazón humano y plenitud total de sus aspiraciones. Es aquel a quien el Padre resucitó, exaltó y colocó a sus derecha, constituyéndolo juez de vivos y de muertos. Vivificados y reunidos en su Espíritu, caminamos como peregrinos hacia la consumación de la historia humana, la cual coincide plenamente con su solo designio: Restaurar en él todo lo que hay en el cielo y en la tierra (Ef l, 10). He aquí que dice el Señor: "Vengo presto, y conmigo mi recompensa, para dar a cada uno según sus obras. Yo soy el alfa la omega, el primero el ultimo, el principio y el fin" (Apc 22,12-13).

(GS 45)

6. Leamos la Biblia con la Iglesia