Domingo 34 del Tiempo Ordinario A - Solemnidad de Jesucristo Rey del Universo - Catequesis preparatoria para niños: preparemos la Acogida de la Palabra de Dios proclamada durante la celebración de la Misa dominical
Recursos adicionales para la preparación
1. Pasajes del Domingo
2.1 Catequesis I: Nos
salvamos juntos
3. Vivencia
4.- Liturgia
5.- .El Niño
6.- Condición previa
Falta un dedo: Celebrarla
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Ez 34,11s.15-17: “A vosotras, ovejas mías, os voy a juzgar”
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Sal 22,1-2a.2b-3.5s.: “El Señor es mi pastor, nada me falta”
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1Co 15,20-26a.28: “Devolverá el Reino de Dios Padre para que
Dios sea todo en todo”
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Mt 25,31-46: “Se sentará en el trono de su gloria y
separará a unos de otros”
2. CATEQUESIS
2.1 Catequesis I: Nos salvamos juntos
2.1.1 Meta
Conforme lo enseña el evangelio, los niños deben aprender que el amor, es decir la preocupación por los demás. permite que Dios nos admita a su Reino. Solos somos incompletos. El amor debe expresarse en gestos concretos.
2.1.2 La Catequesis
El catequista ha preparado tarjetas que llevan el símbolo de Cristo "X" "P". Cada tarjeta está cortada en dos, de manera que no haya pedazo igual al otro. Los niños deben poder encontrar su pareja sin equivocarse cuando junten los pedazos. A cada niño se le da un pedazo. Cuando se ha preparado más pedazos que niños se deja lo que sobra en una mesa; cuando hay más niños que pedazos de papel muchos, se les constituye a estos niños como ángeles guardianes.
Se declara una parte del salón como cielo. Todos los niños están un poco lejos en la porción nombrada tierra. Se envía a todos los ángeles a que vayan a buscar a lo niños para invitarles al cielo. En el centro del "cielo" se ha colocado una silla vacía, el trono de Jesús como juez. Según se acercan los niños se les coloca a la derecha o izquierda. Ellos han recibido de los ángeles un pedazo de tarjeta. Si vienen con su solo pedazo, se les coloca a la izquierda. A los que han tenido la idea de buscar su compañero, es decir, se han juntado con el niño que tiene el otro pedazo de la tarjeta correspondiente, se les coloca a la derecha, mirando desde la silla. Luego el catequista se coloca ante la silla del juez y lee el evangelio, de manera que los de la izquierda están a su izquierda y sea inmediatamente evidente que están del lado equivocado.
(Se proclama el evangelio)
Los de la izquierda
¿Por qué los malos tenían que colocarse a la izquierda? (Porque no le daban de comer, beber, no lo recibieron en la casa, no le dieron vestid, no le visitaron a los enfermos ni a los presos). Ellos no recuerdan de haber visto a Jesús para darle de comer y para hacer por él todo lo demás. ¿Y qué les contesta Jesús? (Lo que no han hecho con el menor de mis hermanos, no lo han hecho conmigo). Y lamentablemente tiene que decirles que tendrán que ir ¿adónde?..... (Al infierno)
Los de la derecha
Los que se colocan a su derecha, ¿por qué pueden hacerlo? (porgue han dado de comer a los hambrientos, dado de beber a lo sedientos etc., etc.). Jesús dice que todo lo que hacen los unos a los otros ¿lo hacen a? (A él). Ahora bien, estando solos, pensando sólo en nosotros mismo, somos incompletos, tenemos solamente un pedazo del nombre que nos hace cristianos.
Miren, todos los que se han tenido que ir a la izquierda, han venido solos, estaban pensando sólo en ellos mismos. Solitos querían entrar al cielo sin pensar es los demás. Uno no entra solo al cielo, falta una parte muy importante. Gracias a Dios, ahora lo sabemos. ¿Podemos entrar solos? (No). Jesús mismo nos cuenta que los que han recibido nuestra ayuda estarán esperándonos a la puerta del cielo para darnos la bienvenida. Por eso, ¿qué necesitan hacer los están ahora a la izquierda? (Necesitamos buscar al otro). Necesitamos buscar a los demás. Los de la izquierda vayan ahora otra vez a la "tierra" y busquen al que tiene la otra parte de la tarjeta porque tienen que completarse para poder estar a la derecha. Los que han encontrado la otra parte acérquense nuevamente y vamos a ver de que lado pueden colocarse.
(Los niños buscan su compañero, la catequista comprueba si calzan las dos partes u en caso afirmativo, los admite a la derecha.)
Durante esta semana ¿qué haremos para no presentarnos sólo ante Jesús? (Damos de comer, de beber, etc.) ¿Y si alguien no tiene con quien jugar qué haremos nosotros? (jugaremos con él). Si alguien está triste, ¿qué haremos? (consolarlo). Porque solos somos incompletos.
Por eso nuestro lema reza: NO NOS SALVAMOS SOLOS NECESITAMOS A LOS DEMÁS
(Nota: Sería interesante de explicar a los niños el Chi y el Ro, las dos letras griegas que inician el nombre de Cristo en griego y que eran señal de reconocimiento entre los cristianos).
Se les entrega a los niños una lista con las obras de misericordia, tanto corporales como espirituales y se les anima de conversar con los padres sobre cómo ponerlas en práctica.
Las siete obras corporales de misericordia son: dar de comer al hambriento, dar de beber al que tiene sed, vestir al desnudo, dar libertad a los cautivos, visitar y cuidar a los enfermos y presos, enterrar a los muertos.
Las siete obras espirituales de misericordia son: enseñar al que no sabe, dar buen consejo al que lo necesita, corregir al que yerra, consolar al triste, soportar las injurias por amor a de Dios, sufrir con paciencia las flaquezas y debilidades del prójimo, rogar a Dios por los vivos y por los muertos.
4.1 Elementos a reforzar
Se podría hacer entre los niños una competencia a que busquen entre los textos de la Misa alusiones a su venida. Se les da un libro de Misa "Yo soy cristiano" para que busquen. La invocación después de la consagración: "Ven Señor Jesús’, puede cantarse varias veces.
Tarde o temprano el sentido sencillo de justicia del niño será destruido por las injusticias que experimentará en sí mismo y las que verá en los demás. La fe en la justicia divina, sembrado en su corazón de niño, le ayudará a superar el pesimismo y a creer que también se puede hacer justicia en este mundo, aunque cueste.
Un predicador escribió en una hoja y lo siguiente para colocarlo encima de su escritorio: "Ay de mi si no predico el evangelio en su totalidad, sin tergiversaciones, e sin simplificaciones, sin rodeos, sin olvidos. Con toda su fuerza, profundidad y decisión, con su riqueza, sus exigencias y con la plenitud de su alegría y felicidad". Esto mismo, ¿acaso los catequistas no deberíamos repetirlo muy a menudo?
Queremos ayudar
a que los niños, por medio de la catequesis dominical, puedan
compenetrarse de la Palabra de Dios proclamada durante la Misa Dominical
Parroquial. De
ningún modo queremos dar
pie al terrible malentendido como si pretendiéremos colaborar en sustituir
la Misa Dominical de la Comunidad Parroquial con una Misa para Niños.
Tenemos una
seria acusación al
respecto.