Domingo 15 Tiempo Ordinario C 'El Buen Samaritano' - Iglesia del Hogar: en Familia, como Iglesia doméstica, preparamos la Acogida de la Palabra de Dios proclamada durante la celebración de la Misa dominical
Falta un dedo: Celebrarla
Las Lecturas del Domingo
Primera lectura: Deutoronómio 30, 10-14
Dios ha escogido a Israel como pueblo suyo no porque fuera un pueblo muy especial, sino porque los ha amado y ha querido cumplir con el juramento que había hecho a los patriarcas (Deutoronómio 7, 7 -8). No hay una explicación de este amor pero si el pueblo ha de sacar una conclusión contundente: "Amar a Dios con toda el alma, con todas las fuerzas, con todo el corazón" (Deutoronómio 6, 4-5). Moisés invita al pueblo a que vuelva a esta ley cuyo cumplimiento no supera las fuerzas de cada uno (Levítico 19, 33-34; Ruth 2; Salmo 133). Nosotros también somos un pueblo escogido por Dios.
Segunda lectura: Colosenses 1, 15-20
La carta a los Colosenses (hoy y los tres domingos siguientes) se dirige contra una falsa doctrina que había penetrado en la comunidad. Además de ese error la comunidad cree que no sólo hay que venerar a Cristo sino también a los demonios y a los poderes que influyen en la vida humana. San Pablo resalta el lugar central y exclusivo que debe ocupar Cristo en la vida de la Iglesia y de cada cristiano. Por la salvación recupera el hombre la imagen de Dios recibida en la creación y malograda por el pecado. Este pasaje se ofrece para reflexionar acerca del lugar que ocupa Jesucristo en nuestra vida.
En esta parte de su Evangelio (10, 25-11, 13) San Lucas presenta tres prioridades para todo cristiano:
1. El mandamiento más importante (10, 35-37)
2. La exigencia de fijarse en lo que es necesario, es decir, escuchar la Palabra de Dios (10, 39-42)
3. La importancia de cómo orar ante Dios (11, 1-3).
Se habla de la ley, del amor y de la vida eterna. ¿Qué debo hacer? ¿Quien es mi prójimo?
A la primera pregunta contesta la ley con el mandato más importante (vea Marcos 12, 28-33; Deutoronómio 6, 5; Levítico 19, 18) y a la segunda contesta el Señor con la parábola del samaritano. Uno no es prójimo, uno se hace prójimo. De esta manera se refleja el amor de Dios en los hombres: Lucas 6, 27-38; 14, 12-14; 15, 4-7; Juan 13, 1-35; 15, 12-14; Romanos 13, 8-10; 15, 7; Gálatas 5, 14; 1 Corintios 13; 1 Pedro 1, 22-25; 3, 8-13; carta a Filemón.
REFLEXIONEMOS
Todos sentimos la exigencia del amor y consideramos esta exigencia como legítima aunque muchas veces no vivimos el amor como quisiéramos o como tendríamos que hacerlo. No queremos ensuciar nuestro carro llevando a un accidentado sangrante, queremos evitar complicaciones con la ley. Pensamos que el pobre es un sinvergüenza porque no trabaja para ganarse la vida. Declaramos enfáticamente que desearíamos ayudar pero que la ayuda sólo fomentaría la vagancia. No podemos ayudar porque aquella persona no es de nuestro grupo, no es de fiar, nuestros medios son limitados.
Para tener vida eterna necesitamos revisar nuestras acciones y reacciones ante los demás. Además hay que tener en cuenta que el amor es lo que nos hace verdaderamente felices. Esto lo han comprobado los sociólogos al investigar el grado de felicidad de las personas y el grado de satisfacción que les brinda su trabajo. Las personas más felices y más satisfechas con su trabajo (¡no lo va a creer!) son los sacerdotes y religiosos, los bomberos, los profesores, en fin las personas cuyo trabajo consiste en servir a los demás. El hombre ha sido creado a la imagen y semejanza de Dios. Dios es amor. Y la persona humana es tanto más persona humana cuanto más ama. ¿Como podemos hacer para que seamos más personas?
REFLEXIONEMOS CON LOS HIJOS
Varias veces los Evangelios comentan que Jesús sentía compasión: cuando vio a la madre del joven fallecido al que llevaban para enterrarlo, cuando vio a la multitud que eran como ovejas sin pastor, o cuando vio la multitud de los enfermos. Jesús siente compasión, reacciona y ayuda. Cuando uno está concentrado en sí mismo sólo piensa en sus propios sentimientos y satisfacciones. Sin embargo, cuando uno deja de lado sus propios problemas y necesidades y comparte el sufrimiento de lo otro. Entonces el otro se convierte en una persona que tiene más importancia que los propios problemas. La compasión del Hijo de Dios para con los hombres era tan grande que se hizo hombre, que se entregó por nosotros. Lo hizo porque quiso, porque nos ama a cada uno. Nosotros tenemos que aprender de Jesús a tener compasión, saber sufrir con el otro, compartir su dolor. Esto se aprende en las cosas pequeñas de cada día. Así seremos capaces de seguir a Jesús también en su compasión por la humanidad porque nuestro corazón se ha ensanchado. "Corazón de Jesús, haz nuestro corazón semejante al tuyo".
CONEXIÓN EUCARÍSTICA
Cristo se ha hecho nuestro prójimo. Cura y sana nuestras heridas. Me ama porque yo necesito de su amor. Cada eucaristía es la renovación de este amor de Dios hacia el hombre. Cristo se pone en camino para salvarnos a los heridos por el pecado.
NOS HABLA LA IGLESIA
La Iglesia como tal -y los que la representan oficialmente- está por encima de toda política partidaria. Debe evitar tanto ser instrumentalizada, como aprovecharse de su ministerio y de su prestigio para apoyar determinada opción política entre otras también legítimas.
Como por otra parte, la Iglesia no puede estar al margen de la historia, sí le corresponden, frente a las fuerzas políticas: anunciar los principios y valores permanentes que debe inspirar la vida pública; denunciar aquellas acciones y omisiones concretas que dañen y lesionen los derechos fundamentales de la persona, de la familia o de la sociedad, o que al mantener situaciones de injusticia, institucionalizan la violencia (cf. Medellín 2, 16) e impiden realizar las transformaciones sociales, políticas y económicas inspiradas y exigidas por la luz y fuerza del Evangelio; estimular a los laicos siempre consecuentes con su fe, a asumir de sus compromisos políticos como deber cristiano, respetando y haciendo respetar a las demás personas, aunque las opciones concretas de éstas a veces no serían compatibles con la fe cristiana.
Por su misión liberadora la Iglesia contribuye a vencer situaciones concretas de injusticia -que son consecuencia y expresión del pecado-, e impulsa al hombre a asumir responsablemente su propio destino histórico en solidaridad con los demás. La situación actual del mundo, vista a la luz de la fe, nos invita a volver al núcleo mismo del mensaje cristiano, creando en nosotros la íntima conciencia de su verdadero sentido y de sus urgentes exigencias. La misión de predicar el evangelio en el tiempo presente requiere que nos empeñemos en la liberación integral del hombre ya desde ahora, en su existencia terrena; en efecto, si el mensaje cristiano sobre el amor y la justicia no manifiesta su eficacia en la acción por la justicia en el mundo, muy difícilmente obtendrá credibilidad entre los hombres de nuestro tiempo (Obispos Peruanos "Evangelización" 3. 4. 6-9).
VIVENCIA FAMILIAR
-Una familia suele colgar en la pared de la cocina una larga lista de servicios mutuos y conforme alguien por propia decisión realizaba este servicio se tachaba lo escrito. En la mayoría de los casos el servicio era anónimo.
-Una familia, haciendo consejo familiar, decidió renunciar a ciertos gastos para ayudar anónimamente a otra familia.
-Una familia suele invitar cada año durante las vacaciones a tres o cuatro niños del orfanato para hacerlos participar en sus vacaciones, recibiendo ellos igual trato que los hijos.
ORACIONES
Para conseguir el amor hacia los demás
Enséñame, Señor, a que sea amable y cariñoso en todas las situaciones de la vida, aunque esté desilusionado, aunque me hayan tratado mal, aunque me hayan engañado los que tenían mi confianza; haz que deje de lado a mí mismo, para pensar en la felicidad de los demás, que esconder mis sufrimientos y problemas en mi corazón para que yo sólo sufra de ellos.
Haz que nadie sea menos puro, menos veraz, menos noble porque caminamos junto con él por la vida. Más bien que mi ejemplo los haga sentir un poco que tú los amas, que tú amas a todos como hijos tuyos muy queridos. Amén
LAS OBRAS
DE MISERICORDIA
En el juicio final Jesús nos preguntará por
ellas:
Obras de misericordia corporales
Dar de comer a los hambrientos,
Dar de beber a los sedientos,
Dar vestido al desnudo,
Recibir a los extranjeros en la casa,
Liberar a los prisioneros,
A visitar a los enfermos,
Dar sepultura a los muertos.
Obras de misericordia y espirituales
Amonestar a los pecadores,
Enseñar al que no sabe,
Aconsejar a los que dudan,
Consolar a los tristes,
Soportar pacientemente la injusticia
Perdonar a los que nos ofenden
Orar por los vivos y por los difuntos.
LEAMOS LA BIBLIA CON LA
IGLESIA
(Años impares la primera lectura, años
pares la segunda, solamente se leen el evangelio y una lectura no de los
evangelios)
Lunes: Éxodo 1, 8-14. 22; Isaías 1, 11-17; Mateo 10, 34-11, 1
Martes: éxodo dos, 1-15; Isaías 7, 1-9; Mateo 11, 20-24
Miércoles: éxodo tres, 1-6. 9-12; Isaías 10, 5-7. 13-16; Mateo 11, 25-27
Jueves: Éxodo 3, 13-20; Isaías 26, 7-9. 16-19; Mateo 11, 28-30
Viernes: Éxodo 11, 10-12, 14; Isaías 38, 1-621-22. 7-8; Mateo 12, 1-8
Sábado: Éxodo 12, 37-42; Miqueas 2, 1-5; Mateo 12, 14-21