Domingo 23 del Tiempo Ordinario C - 'no puede ser mi discípulo' - Catequesis preparatoria para niños: preparemos la Acogida de la Palabra de Dios proclamada durante la celebración de la Misa dominical
Falta un dedo: Celebrarla
Pasaje dominical: Lucas 14, 25-33
Quien no carga con su cruz, no puede ser mi discípulo.
EL TEXTO
a) Mucha gente acompaña a Jesús. Esto no significa que sean sus discípulos. Cristo separa a los que le siguen entusiasmados y emocionados de los que quieren seguirlo verdaderamente. El que quiere ser discípulo debe poner a Cristo por encima de lo que más quiere.
b) Ser discípulo requiere de una entrega radical. El discípulo debe estar dispuesto a seguir a Jesús hasta en la deshonra y en la muerte.
c) La decisión de llevar la Cruz, de seguir a Cristo, de renunciar a todo, no puede ser fruto de un entusiasmo irreflexivo sino debe surgir de un lado de la vocación de parte de Cristo y del otro lado de una respuesta generosa de parte del hombre.
d) Esta actitud no se adquiere en un solo momento de decisión. Debe crecer poco a poco en nuestro corazón. Por eso tenemos que pedir a Dios que nos dé la sabiduría de siempre obedecerle (1era lectura)
CATEQUESIS I
Aferrarse a los bienes cuesta la vida.
Pompei es una ciudad antigua en Italia que fue cubierta totalmente por las cenizas calientes y la lava del volcán cercano. Al excavar la ciudad encontraron muchos cadáveres que por la capa de cenizas petrificadas se habían conservado perfectamente. Encontraron a uno rodeado de sus pertenencias a la salida de su casa. Se puede deducir que quería llevarse muchas cosas y por eso no podía pasar por la puerta de la casa. Si hubiera salido enseguida sin buscar sus cosas a lo mejor habría escapado con vida. Pero por amor a sus bienes murió.
Nuestra realidad
Díganme ¿qué es lo que más les gusta aquí en este mundo, que es lo que más quieren?... (Padres y hermanos, etcétera). Vamos a ver: para poder ser discípulos de Jesús ¿qué es necesario?... (Cargar con nuestra Cruz, renunciar a todo, amar a Jesús sobre todas las cosas). Esto parece ser muy difícil. Para entenderlo veamos lo que ustedes están haciendo durante el día. ¿En la mañana?... (Levantarse, lavarse, desayunar, etcétera.) ¿En el colegio?... (Estudiar). ¿Al volver a casa?... (Comer, hacer las tareas, jugar, ver la televisión). Estas cosas las hace cualquiera de ustedes.
El discípulo de Cristo.
Veamos ahora lo que hace el discípulo de Cristo durante el día. ¿En la mañana? ... (Rezar, saludar a los familiares, levantarse en seguida cuando lo llaman). ¿En el colegio?... (Atender, ayudar a los compañeros). ¿Cuando vuelve a casa?... (Hacer primero las tareas, ayudar a la mamá, apagar la televisión en seguida cuando me lo digan). ¿En la noche?... (Rezar).
Prepararse para ser discípulo de Cristo.
Supongamos que uno de ustedes desearía ser discípulo de Cristo completa e íntegramente. Diría: "En este mismo instante dejo a mi familia, el colegio y me voy a la estación de ferrocarriles para irme de misionero". ¿Esto estaría bien? No ha estudiado, no sabe bien cómo hacer las cosas, ¿sería un buen misioneros?... (No). Supongamos que uno de ustedes quisiera ser de verdad un misionero, ¿qué debería hacer?... (Prepararse, estudiar, crecer en la fe y en el amor). O sea para ser discípulo de Cristo y para seguirlo hay que pensarlo bien para que no nos suceda como al señor que quería construir una torre y ¿que le pasó?... (No la pudo terminar por que le faltaba la plata).
Llevar la cruz y renunciar a todo
¿A Jesús le fue siempre bien en la vida?... (No, murió). Y también durante sus caminatas por Palestina no tenía dónde reclinar la cabeza. En nuestra vida también suceden cosas que no nos gustan. ¿Pueden decirme algunas de estas?... (Enfermedad, hacer tareas, soportar a un hermano que fastidia, cuando te corrigen). Podemos hacer una de dos cosas: o ponernos de mal humor, quejarnos o aceptarlo con serenidad y soportarlo con paciencia. ¿Cuál de las dos alternativas sería cargar con la cruz?... (La segunda).
Ahora bien, Jesús también nos dice que renunciemos hasta a nuestra familia y eso nos parece imposible. ¿Pero qué hace un misionero que deja a su familia para llevar el mensaje de Dios a personas que viven lejos? ¿Renuncia a su familia?... (Si). Así que cuando Jesús nos lo pide tenemos que estar dispuestos a alejarnos y dejar nuestra familia atrás. Sin embargo, ¿dejamos de amar a nuestra familia aunque nos alejemos?... (No). Los misioneros y los sacerdotes y los religiosos rezan mucho por su familia pero aman más a Dios. Y algún día todos estarán juntos en el cielo.
Una señora muy piadosa estaba preocupada que a lo mejor amaba a sus hijos más que a Dios. Le preguntó al sacerdote al que le había confiado su preocupación: "¿Amo más a mis hijos que a Jesús?" El sacerdote le preguntó: "Supongamos que un hijo suyo moriría o sea que Jesús lo llamara al cielo ¿qué haría?" La señora le contestó: "Sufriría mucho pero estoy de acuerdo que se haga la voluntad de Dios". ¿Ella amaba más a sus hijos o amaba más a Dios?... (A Dios). De esta manera siempre tenemos que preferir a¿?... (Jesús). ¿Podemos y tenemos que amar a nuestros padres, hermanos y amigos?... (Si). ¿Pero a quién tenemos que amar más?... (A Jesús).
¿Cómo podemos aprendieran una cosa tan difícil como lo que amar más a Dios que a nuestra familia? Ya les he contado esta historia alguna vez: un señor de la antigüedad decidió que quería cargar a un toro. ¿Que hizo? Se compró un ternero recién nacido que no pesaba mucho y todos los días lo cargaba. Mientras crecía el ternero y se convertía poco a poco en un gran toro también crecían los músculos de ese hombre y al final pudo cargar un toro completo. ¿Esto porque fue posible?... (Porque cargaba al ternero todos los días y así crecían sus músculos). Para poder seguir a Jesús nosotros también tenemos que comenzar con cosas pequeñas pero todos los días. ¿Cuáles son nuestras cruces que tenemos que cargar de niño?... (…). Cada uno escoge la Cruz que quiere cargar mañana aunque sea pequeña y luego la Cruz de pasado mañana. De esta manera nos preparamos a llevar la cruz con cierta capacidad de parte nuestra aún que llegue a ser muy grande.
Un hombre se quejaba y se quejaba a causa de sus sufrimientos y enfermedades “Sé muy bien, decía, que no hay vida sin sufrimientos. Pero, Señor, ¿por qué me diste la Cruz tan pesada? ¿Por qué siempre estoy con fiebre?” Al poco tiempo tuvo un sueño que lo dejó confundido. Le pareció encontrarse en un almacén enorme en que se hallaban colocadas muchísimas cruces de diferentes tamaños representando todos los sufrimientos del mundo. Una voz le dijo: “Escoge la que quieras y esa será la que habrás de llevar toda tu vida”. El hombre se alegró mucho y se puso a escoger una cruz de su gusto; probaba una y pesaba demasiado, probaba otra y le pareció demasiado ligera. Probaba, probaba hasta que al fin encontró una cruz que se le ajustó perfectamente. Se dijo: “Me quedaré con esta”. Al darle vuelta encontró escrito en el travesaño: “fiebre”. Era la Cruz que se le había destinado la que Dios le había señalado.
La Cruz de Cristo
Ustedes saben perfectamente lo que hizo Jesús por nosotros. Fue flagelado, coronado de espinas y cargaba con una cruz pesada hacia el calvario donde lo crucificaron. ¿Por qué hizo esto por nosotros?... (Porque quería salvarnos). ¿Y de qué quería salvarnos?... (De nuestros pecados). Y ¿por qué y quería salvarnos?... (Porque nos ama).
Nuestra Cruz
Nosotros podemos ayudarle. Nosotros también podemos hacer cosas que no son agradables y que hasta nos hacen sufrir. Es como cargar la cruz con Jesús por amor a los demás y por amor a Jesús mismo. ¿Qué cosas desagradables o de sufrimiento pueden hacer ustedes por los demás, por amor a ellos?... (cuidar al hermanito cuando quisiéramos jugar, prestar nuestros juguetes, regalar al otro cuando tengo algo rico que comer, aunque esté cansado ofrecerme a ayudar, etc.). Todo esto lo haremos pero no sabemos si estamos llevando nuestra Cruz verdaderamente. Hay niños que sólo llevan un pedacito de la Cruz porque les parece demasiado pesada. Vamos a hacer un ejercicio
(Se le da a cada niño un pedazo de cartón que forma parte de un rompecabezas preparado al respecto. Cada pedazo lleva una acción como por ejemplo compartir mis dulces, no pelear con el hermano quien fastidia, regalar mis juguetes, ayudar en casa, etc.; al final juntando las piezas del rompecabezas formamos una cruz. Cuando hay muchos niños se preparan varias cruces de diferentes colores para que no se necesite mucho tiempo).
Llevar juntos la Cruz
Cuando ustedes terminaron el rompecabezas, ¿Qué resultó?... (Una cruz). ¿Cada uno ha contribuido con qué?... (Cada niño lea lo escrito en su pieza). De esta manera cada uno puede contribuir a llevar la cruz. Pero dijimos que a veces uno lleva sólo un pedacito de la Cruz y no la Cruz entera. Les voy a dar una hoja (cartulina) que lleva dibujada una cruz. Como ven también lleva diferentes pedazos dibujados. En la casa ustedes cortan todos los pedazos y en cada pieza escriban algo distinto que pueden hacer para llevar la cruz. ¿Qué podemos escribir?... (Obedecer, no pelear, etc.). Así cada pieza lleva el nombre de una acción que ustedes pueden realizar por amor a Jesús y a los demás. Conforme la ponen en práctica formarán poco a poco toda la Cruz. De esta manera nos acordaremos durante toda la semana de cargar con la cruz y seguir a Jesús.
Liturgia: Elementos a reforzar.
Se les puede entregar a los niños una hoja con acciones que significan cargar la cruz con Jesús. En una segunda columna se coloca las acciones que hacen más pesada la Cruz de los demás. Al llegar la noche los niños repasan la lista y de esta manera aprenden así el examen de conciencia incluyendo las faltas de omisión. Después de ejercitarse así sabrán por qué pecados pedir perdón al inicio de la Santa Misa.
Queremos ayudar
a que los niños, por medio de la catequesis dominical, puedan
compenetrarse de la Palabra de Dios proclamada durante la Misa Dominical
Parroquial. De
ningún modo queremos dar
pie al terrible malentendido como si pretendiéremos colaborar en sustituir
la Misa Dominical de la Comunidad Parroquial con una Misa para Niños.
Tenemos una
seria acusación al
respecto.