Domingo 28 del Tiempo Ordinario C - Los 10 leprosos - Catequesis preparatoria para niños: preparemos la Acogida de la Palabra de Dios proclamada durante la celebración de la Misa dominical
Falta un dedo: Celebrarla
Pasaje dominical: Lucas 17, 11-19 Los leprosos
El texto
a) los contemporáneos de Jesús consideraban a los leprosos como si Dios los
castigaba por un pecado que ellos o sus antepasados habían cometido. Están
enfermos porque son pecadores. Están totalmente separados de sus hogares.
Cuando alguien se acercaba tenían que avisar:"Impuro, impuro".
b) Cuando Jesús les manda a los leprosos que vayan al templo para integrarse
nuevamente al pueblo escogido del cual han sido separados, no es sólo porque
son curados sino que nuevamente entran en comunión con Dios. Es que pueden
acercarse nuevamente al templo. De esta manera Jesús les hace un doble
regalo a los leprosos judíos.
c) Sólo el extranjero se da cuenta que la curación le ha llegado de Dios por
medio de Jesús. Este hecho es un signo que Jesús como Mesías será aceptado
por los no judíos pero su propio pueblo no lo reconoce ni le agradece.
CATEQUESIS
Actuación
Tres niños pasan apurados y delante el catequista se caen al suelo. El
catequista los levanta uno por uno y de ellos siguen su camino y salen. De
repente uno de ellos vuelve. Le da la mano al catequista y le agradece por
su ayuda.
¿Qué pasó aquí?... (Tres niños se han caído). ¿Y?... (Sólo uno regresó y le
agradeció). Ustedes saben muy bien que cuando uno recibe un favor, ¿qué le
toca hacer?... (Dar las gracias).
(Se lee el Evangelio y se repasa el pasaje insistiéndole especialmente en
las últimas palabras).
San Francisco
San Francisco ha hecho cosas interesantísimas. Fue un santo con mucho
ingenio. Por ejemplo, un día llamó a otro monje y le dijo: "Vamos a
predicar". Y se fueron caminando por la ciudad sin decir nada. Después de
una hora regresaron al convento y el otro monje le dijo: "Pero padre
Francisco, no hemos dicho ni una sola palabra. No hemos predicado nada". San
Francisco le respondió: "Sí, hemos predicado, han visto a dos hombres que
aman a Dios".
Les voy a contar otro acontecimiento de San Francisco. Un
día fue a buscar a un hombre que se portaba muy mal y ofendía a Dios. Y
junto con él se fue caminando por la ciudad hasta encontrar a un ciego. San
Francisco le dijo al ciego: "¿Me amarías si te devolviera la luz de tus
ojos?" Contestó el ciego: "Sería tu esclavo para siempre". Se volteó San
Francisco hacia él que no vivía como cristiano: "Este me amaría a mi si le
devolviera el uso de sus sentidos. ¿Por qué no amas tú a Dios que te los ha
dado perfectos?".
¿Qué hemos recibido nosotros de Dios?... (Salud, padres, hermanos,
habitación, etcétera.) ¿Qué es lo más importante que hemos recibido de
Dios?... (La vida de la gracia). Hemos recibido tantas cosas de Dios y
cuando uno recibe cosas ¿cómo debe proceder? ¿Qué debe hacer?... (Debe dar
las gracias). Así todos los días deberíamos agradecer a Dios. En cambio, nos
pasamos mucho más tiempo pidiéndole cosas.
Somos ingratos
He aquí otro relato: Se cuenta que un hombre había sido condenado a muerte
por sus crímenes. Un joven muy bueno le tuvo compasión y se entregó para ser
condenado él y ser ajusticiado en lugar del criminal. Llegó el día de la
muerte y le llevaron al joven por los calles de la ciudad al cadalso. La
gente se apiñaba la vera del camino y como era la costumbre insultaban al
que iba a ser ajusticiado. Imagínense qué cosa se sintió el joven cuando vio
entre la gente que le insultaba al mismísimo hombre en cuyo lugar él se
había entregado. Lejos agradecerle lo insultaba.
¿Qué me dicen de esa persona?... (Es muy mala, es muy ingrata). El joven le
ha salvado y en lugar de estar agradecido encima lo insulta. Les digo que
nosotros somos iguales a este ingrato. Somos pecadores y merecemos castigo
de parte de Dios. Pero alguien sea hecho hombre y ha cargado con nuestro
castigo. ¿Quién es?... (El hijo de Dios). ¿Ustedes saben cómo cargó con
nuestro castigo?... (Murió en la Cruz por nosotros). Él nos ha limpiado de
la lepra del pecado por la muerte en la Cruz. Y nosotros seguimos cometiendo
pecados y de esta manera somos unos ingratos. Dice la carta a los hebreos
que aquellos que pecan crucifican nuevamente a Jesús, es como insultar a
Jesús que carga con su Cruz. Por eso nos esforzaremos con la gracia de Dios
de no pecar más.
Queremos ser agradecidos
Por eso nosotros queremos cambiar. En primer lugar queremos agradecer a
Jesús por haber cargado con nuestros pecados siendo El inocente. Digámosle
ahora: "Gracias Jesús"... (Gracias Jesús). ¿Cuando hemos cometido un pecado
y nos arrepentimos y le pedimos perdón a Jesús como reacciona?... (Nos
perdona). Por eso en este momento le decimos a Jesús: "Jesús, perdónanos".
Puesto que Jesús nos ama tanto ¿qué ha hecho en este momento con nuestro
pecado?... (Nos ha perdonado). Por eso ahora ¿qué tenemos que hacer?... (Dar
las gracias). "Gracias Señor". Hay tantas cosas por las que deberíamos dar
gracias a Dios todos los días. Por eso ahora cada uno va a decir una cosa
buena que ha recibido de Dios y todos los que han recibido el mismo regalo
junto con el que ha hablado diremos: "Gracias Jesús". Les sugiero lo
siguiente: en la mañana cuando abran los ojos lo primero que digan y piensen
es: "Gracias Señor". Y en la noche al acostarnos nunca nos olvidemos de
decir de todo corazón: ¿?... (Gracias Jesús).
Queremos ayudar
a que los niños, por medio de la catequesis dominical, puedan
compenetrarse de la Palabra de Dios proclamada durante la Misa Dominical
Parroquial. De
ningún modo queremos dar
pie al terrible malentendido como si pretendiéremos colaborar en sustituir
la Misa Dominical de la Comunidad Parroquial con una Misa para Niños.
Tenemos una
seria acusación al
respecto.