Adrienne von Speyr: ORACIÓN POR LA ENTREGA DE LO QUE NO SE POSEE
Señor, tantas veces te he dado lo que poseía en abundancia. Permíteme ahora
ofrecerte lo que no tengo, lo que hasta hoy se me ha negado, lo que he
anhelado intuyendo oscuramente que era inalcanzable: la tranquilidad, el
descanso, el amparo.
Ahora sé que todo eso te pertenece, que en ti está bien protegido y que es
tu propiedad:ya no clamaré más por ello. Ahora, la marcha en vacío de mi
intranquilidad ya no me preocupa: en ti existe la paz. Tú la has tomado,
también de mí. Tú puedes volver a distribuirla, sin pérdida alguna. En ti
está el amparo -- ¿en quién si no? --, Tú puedes prodigarlo.
Alabado seas: en ti se encuentra lo que nosotros buscamos. Y lo que nosotros
pensábamos dar voluntariamente, estaba en ti desde el principio. Con todo,
te damos gracias de que lo recibas como viniendo de nuestras manos. Señor,
no sólo toma lo que no poseemos: consérvalo. Sólo el Señor es capaz de
originar. A nosotros quizá nos confíe recoger algunas espigas que han
brotado de su semilla: nosotros le ofrecemos lo que ya era suyo.
Un fuego vivo no deja de arder has que no esté consumido, reducido a
cenizas. Pero nadie se fija en las cenizas, esparcidas en la tierra no
pueden dar frutos, inertes y veladas como están. Pero aún así pueden ser
pisadas hasta desaparecer y servir a una tarea que no conocen. Señor,
quémanos hasta reducirnos a cenizas y espárcenos según tu voluntad. Y si
alguna vez volviera a decir lo que quiero, no lo escuches. Cree, contra toda
apariencia, que yo soy sólo tuyo y que no conozco otra voluntad más que la
tuya.
Amén.