Ecos Cristóforos AFRONTANDO LA ENFERMEDAD: Un tiempo para curar
Pacientes, padres, hijos, esposas, maridos, amigos, doctores y enfermeras,
todos, de vez en cuando tenemos que afrontar la enfermedad. Cualquiera que
sea nuestro papel podemos participar en la curación, tanto la del cuerpo
como la del espíritu.
Según Robert S. Brown, médico relacionado con el cuidado hospitalario de
incurables, curar es "hacer que el paciente comprenda su situación,
cualquiera que sea su estado físico, y se realice como una persona".
La gente atenta, tanto profesionales como no profesionales, percibe las
necesidades del espíritu. Cuando se dan cuenta de su parte en la curación y
que ésta se expande y profundiza se convierten en una comunidad curativa.
Mary Kaye Dun, R.N. escribe " una enfermera es siempre y al mismo tiempo
curadora y curada". En la experiencia de la curación, quienquiera que seamos
y dondequiera que estemos, nos necesitamos los unos a los otros.
LA EXPERIENCIA DE LA ENFERMEDAD:
Todos somos humanos delante de la enfermedad, incluso los profesionales de
la medicina, y llevamos con nosotros a la habitación del paciente nuestras
actitudes, miedos, necesidades y recuerdos. La mayoría sentimos incomodidad
y puede que angustia.
La nueva situación dispara una repuesta emocional inesperada, las defensas
pueden perderse o endurecerse, una relación puede romperse, un modelo
familiar puede cambiar, podemos sentir:
INCOMPETENCIA: "Todos me dicen lo que tengo que hacer. He perdido el control
de mi vida y me siento como si fuera un niño". Un paciente.
INEPTITUD: " No sé qué hacer o qué decir cuando voy a verle, me siento
desvalido". Un hombre con un amigo seriamente enfermo.
FALTA DE HUMANIDAD: "Siento que necesito que se me cuide como a una persona
y no como un objeto numerado y sin valor". Un paciente de hospital.
VULNERABILIDAD: "La gente dice que soy fría. No puedo soportar comprometerme
emocionalmente. No puedo hacerme cargo" Una enfermera.
MIEDO: "Me da miedo quedarme solo. ¿Por qu‚ me dejan solo? Quiero a mi
mamá". Un niño en el hospital.
ENOJO: "Me peleaba con todo el muundo.... mi debilidad me enojaba". Un
paciente despu‚s de una operación a corazón abierto.
TAMBIEN PUEDE HABER: Cambios en las relaciones: "Me siento perdido... es
como si un muro se hubiera levantado entre nsotros". El marido de una
enferma de c ncer.
INCOMPRENSION: "El doctor me dijo que estaba haciendo progresos. Me imagino
que no pudo decirme que mi marido se estaba preparando para morir. Hubiera
ayudado muchísimo". La esposa de un paciente que no comprendió un cambio en
el comportamientode su marido.
¿COMO PODEMOS AYUDARNOS LOS UNOS A LOS OTROS A AFRONTAR LA ENFERMEDAD?
PODEMOS EMPEZAR INTENTANDO CONVERTIRNOS EN PERSONAS CURATIVAS.
CONVIRTIENDOSE EN UNA PERSONA CURATIVA
La raíz de las palabras, hospicio, hotel, hospital, hospitalidad, es la
palabra latina "hospes" que significa a la vez anfitrión y hu‚sped.
Henri Nouwen, el autor del "Reaching Out" define la curación como una forma
de hospitalidad, como una habilitación de espacio para la otra persona. Nos
dice que "todos somos curadores que podemos ofrecer salud y a la vez somos
pacientes en constante necesidad de ayuda".
En la habitación del enfermo, un doctor o una enfermera concretos pueden no
ser personas curativs, aunque sean profesionalmente competentes, pero un
familiar atento puede llegar a ser una fuerte asistencia curativa.
Cualquiera puede convertirse en una persona curativa.
Podemos esmerarnos en:
*Mostrarnos completamente los unos a los otros: Morris J. Wessel, m‚dico de
Connecticut dice que "cuanta m s atención presto a lo que los pacientes
dicen m s noto una corriente interna de defensa... me duele, me siento
cansado y solo. Hay tanto de qu‚ hablar".
*Aceptar las propuestas de los pacientes: "Tr tenme como si estuviera sano,
inclúyanme en sus actividades, salgan conmigo, empl‚enme..."arguía un
paciente de leucemia.
*Comunicarse completamente, dando y buscando información, compartiendo
sentimientos. Una enfermera alivió la aflicción de un paciente seriamente
enfermo, cuya esposa intentaba disimular; cada uno de los espoos pensaba que
el otro "no podría sobrellevarlo". Ella les ayudó a hablar de ello,
conseguir llorar juntos y sentirse alividados.
*Ser sensibles: En un asilo de ancianos, una paciente le susurró a una de
las ayudantes voluntarias, que había un hombre debajo de su silla de ruedas.
Entonces la chica le dijo al "hombre" que dejara tranquilla a la anciana.
Unos minutos m s tarde la mujer le dijo, "ya se fue,muchas gracias, me había
estado molestando mucho últimamente".
*Admitir vulnerabilidad: Un hombre moribundo le pidió a la nueva enfermera
que le hablara, ella le dijo, "no puedo, tengo demasiado miedo". El candor
de la chica le convenció de que lo que ella había dicho no le importaba y
ella se dió cuenta que bastaba con sentarse a su lado.
*Afrontar y quiz s cambiar nuestra actitud con respecto a la muerte:
"Hospicio" nombre de los refugios medievales para moribundos, significaba
que las puertas estaban abiertas para el viajero en su jornada de una vida a
la otra.
Muchos consideran la muerte como una puerta abierta, otros como el final de
todo, algunos doctores y enfermeras la ven como un fallo y la mayoría de
nosotros le tenemos miedo.
Nuestros sentimientos y creencias acerca de la muerte influencian nuestro
modo de vida, lo que sentimos y el modo de actuar delante de la enfermedad.
Mary Beth Moster, la autora de "Living with cancer" hace una distinción
entre la esperanza temporal, que tiene su importancia, pero tambi‚n sus
límites, en la enfermedad, y la esperanza en Dios, esperanza última. "Es la
esperanza útlima, la que nos dar paz."
Cuanto m s se convierte usted en una persona curativa, menos necesidad hay
de preguntar qu‚ hay que decir, qu‚ hay que hacer y cómo afrontarlo, m s se
aprende a pedir a Dios que su poder de curación se manfiieste a trav‚s de
usted, y deja Ud. la actitud de observador para entrar en la experiencia del
otro, comparti‚ndola en cierto modo. Se vuelve compasivo.
* * *
"Les mandó a anunciar el reino de Dios, y a sanar a los enfermos" (Lc 9,2)
PARA LA FAMILIA, LOS AMIGOS Y DEMAS PERSONAS:::::
(Algunas formas de ayudar a una persona enferma:
+Avísela de su visita, y dígale cu nto rato se quedar . Sea oportuno y, por
lo general, haga visitas cortas, prestando atención a los signos de dolor y
fatiga.
+Colóquese a su nivel, si‚ntese, escuche, tóquela, establezca un verdadero
contacto.
+El anticiparse es importante, mande algo con regularidad: una nota, una
postal, una oración, un chiste o recortes de periódicos, pero recuerde que
su presencia, siempre que sea apropiada, es el mejor regalo para el
paciente.
*Diga la verdad, evite la falsa alegría y las palabras vacías. Decirle,
"Tiene usted un aspecto inmejorable" a una persona que sufre, física o
espiritualmente, es no prestarle atención a su dolor. Un abrazo o un gesto
puede decir tanto como las palabras.
+Ofrezca su ayuda concreta al paciente o a su familia; encargarse de los
niños, hacer recados, llevar a alguien.
+Evite criticar el cuidado que el paciente recibe. Puede ser molesto.
+Deje que el paciente le guíe en lo que quiere o necesita en vez de imponer
sus propias ideas. Pregunte: ¿Qué quiere que haga por Usted? Y esté
dispuesto a hacerlo.
+Deje que el paciente le d‚ algo por incomprensible o poca cosa que sea.
+Trate al paciente como una persona, no como una enfermedad, dése cuenta, si
Ud. es el doctor o la enfermera, de que llamar a un paciente por su nombre
de pila puede ser degradante.
+Deje que un paciente moribundo encuentre el alivio de hablar de sus
sentimientos o asuntos pendientes. Las personas m s allegadas pueden ayudar
al paciente a aceptar la muerte.
"Por eso, confiésense unos a otros sus pecados, y oren unos por otros para
que sean sanados". (Stgo 5,16)
HACIA UNA COMUNIDAD CURATIVA
Dondequiera que la gente compasiva está junta, ya sea como paciente, miembro
de la familia, amigo, doctor, enfermera, clérigo, ayudante o voluntario hay
un interés mutuo como personas.
Tomás Merton dijo:"La idea de compasión se basa en el sutil conocimiento de
la interdependencia de todos esos seres humanos, que forman parte el uno del
otro y están todos comprometidos mutuamente".
Una hija visita a su moribundo padre en el hospital y encuentra indicios de
descuido. Llama a las enfermeras y respetándolas como personas, se gana su
confianza compartiendo con ellas su preocupación por su padre y la situación
se mejora.
Un doctor dice que la confianza es la mayor ayuda, y anima a sus pacientes a
confiar en él y a tener fe en ellos mismos.
Un visitante le dice a un amigo enfermo que se quedará unos minutos, toma su
mano y se da cuenta de que cuando se está muy débil o sufriendo el contacto
lo es todo.
Un miembro voluntario de un grupo de cuidado pastoral tuvo al principio
problemas al visitar gente enferma y no saber qué hacer. Rezó por una
solución y finalmente la encontró: "Estar allí, escuchar y mantener
contacto"
Una enfermera psiquiátrica reza por sus pacientes y dice:"No se puede
confiar sólo en la psiquiatría lo mismo que no se puede confiar sólo en la
oración. La oración puede enseñar a la gente a abrirse a Dios y entonces se
puede empezar la curación".
+ + +
Dios está presente en la comunidad curativa.
El cristiano cree que Jesús, el Divino Salvador, cargó con la experiencia
del sufrimiento de la humanidad. Él fue curador en la tierra y apeló a todos
los seres humanos para que hicieran lo mismo y se curaran los unos a los
otros y para que abriéramos nuestros corazones al dolor del cuerpo y al del
espíritu.
+ + +
"Así, pues, recíbanse unos a los otros como también Cristo nos recibió a
nosotros, para la gloria de Dios" (Rm 15,7)
PARA LOS PACIENTES:::::
SUS DERECHOS: "Una declaración de los derechos del paciente" publicada por
la Asociación de hospitales americanos, declara esencialmente que el
paciente tiene derecho a:
*Un cuidado considerado y respetuoso en privado, confidencial y con
continuidad razonable.
*Información sobre su diagnóstico, tratamiento y previsiones en términos
comprensibles, y a una factura detallada.
*Rehusar el tratamiento, dentro de los límites legales, y a saber las
consecuencias médicas que puede acarrear.
*Conocer las reglas para pacientes del hospital y a rehusar el traslado a
otro hospital sin saber la razón del cambio.
SUS OBLIGACIONES:
Los derechos de los pacientes adultos implican también responsabilidades por
su parte: conocer dichos derechos y actuar de acuerdo con ellos, ayudar a
superar los problemas de comunicación: afirmarse como parte activa en el
cuidado de salud.
El médico neyorquino Marvin S. Belsky lo llama superar la "mística del
doctor" y mantiene sesiones con los pacientes hasta llegar a ese punto.
Los pacientes deberían también estar al día en lo concerniente a los
servicios de ayuda a domicilio disponibles en su comunidad, a través de
agencias de servicios sociales, hospitales y grupos de voluntarios.
CONSUELO
Alabemos al Dios y Padre de nuestro Señor Jesucristo... Él nos consuela en
todos nuestros sufrimientos, para que nosotros podamos consolar también a
los que sufren, dándoles el mismo consuelo que Él nos ha dado a nosotros (2
Cor 1,3-5).