Señor, haz de mi un televisor
Señor, esta noche te pido algo especial:
Conviérteme en un televisor porque quisiera ocupar su lugar para poder vivir
lo que vive el televisor en mi casa.
Tener un cuarto especial para mi.
Congregar a todos los miembros de la familia a mi alrededor. Ser el centro
de atención al que todos quieren escuchar, sin ser interrumpido ni
cuestionado.
Que me tomen en serio cuando hablo.
Sentir el cuidado especial que recibe la televisión cuando algo no le
funciona.
Tener la compañía de mi papá cuando llega a casa aunque esté cansado del
trabajo.
Que mi mamá me busque cuando estoy sola y aburrida, en lugar de ignorarme.
Que mis hermanos/as se peleen por estar conmigo. Divertirlos a todos, aunque
a veces no les diga nada. Vivir la sensación de que lo dejen todo por pasar
unos momentos a mi lado.
Señor, no te pido mucho, todo esto lo vive cualquier televisor. Así sea....
(Inspirado en un texto de José Luis Martín
Descalzo)
Fuente: Red latinoamericana de liturgia y
evangelización (CLAI)