Una Madre que ha abortado: Piececitos
Piececitos formados en mi seno
-después de tres meses concebidos-
andariegos futuros, ya impedidos
del libre movimiento, por mi decidido
propósito de evitarte ser nacidos.
Sí, yo, tu madre -de tu cuerpo estuche-
delegada por Dios para ampararte
desde la propia entraña, en vez de amarte,
fui verdugo implacable y el peluche
de tu piel deseché al asesinarte.
Yo, llamada por Dios a ser tu guía
en el rudo bregar de este combate,
fin le di a tu existir y aquel embate
tortuoso de tu trágica agonía
prolonga el cruel tormento que me abate.
Piececitos que andarán por mi conciencia
retumbando en las bóvedas de un sueño
inquieto y destructor; de piedra, el ceño
se ha incrustado de luto ante tu ausencia:
remordimiento eterno hecho en mí dueño.
¡Duro final segar en flor tu vida,
comienzo de mi muerte indefinida!
FUENTE: Anónima, "Vida muerta,"
Escoge la Vida (julio-agosto de 1992).
A mi niño desconocido...
Yo te maté hace tanto tiempo...
Lo que no sabía en ese momento
era que yo también moriría por dentro.
Nadie me castigó por eso
Y nada podría castigarme lo bastante.
Pero todo este sufrimiento
Es castigo más que suficiente.
Si yo pudiera regresar en el tiempo
Tu estarías aquí a mi lado...
E intuyo ¡cuánto me habrías amado!
¿Podrás perdonarme,
mi criatura desconocida?
Y tu, perdóname por favor,
Señor y Dueño de la vida!
Eva Lerner de Escamilla