Laméntase Jesucristo de lo poco que hoy se cuidan los hombres de sus maravillas y amenazas.
REVELACIÓN 32

Yo soy el Creador y Señor de todas las cosas. Yo hice el mundo y el mundo me despreció. Estoy oyendo una voz del mundo como de la abeja mayor, que en la tierra reune la miel; porque como la abeja mayor o reina cuando vuela, al punto se tira otra vez a tierra y da una voz muy ronca, así en el mundo oigo aquella voz ronca que dice: No cuido de lo que sigue después de esto. Porque todos claman diciendo: No cuido. Y a la verdad, el hombre no atiende ni se cuida de lo que hice por amor, amonestando por los profetas, predicando por mí mismo y padeciendo por causa de ellos. No se cuida de lo que hice cuando lleno de ira castigué a los malos y desobedientes. Ven que son mortales, que no saben cuándo han de morir, y no se cuidan de nada; oyen y ven los castigos que por sus pecados hice sufrir a Faraón y a los sodomitas; para los reyes y para los príncipes permito diariamente castigos por la espada y con otras tribulaciones, y a todo esto parecen ciegos y como en tinieblas. Por esta razón, así como las abejas mayores vuelan adonde quieren, así éstos suelen volar como saltando, porque se elevan con su soberbia, pero caen a tierra más pronto cuando vuelven a su gula y a su lujuria. Hacen también panales de miel; pero es para ellos mismos y como de tierra, porque el hombre trabaja y reune para provecho del cuerpo y no para el alma; para el honor terrenal y no para el eterno. Lo que es temporal y perecedero, lo convierten en penas eternas. Mas por los ruegos de mi Madre les enviaré a estas ovejas, de las que exceptúo los amigos míos, que sólo viven con el cuerpo en el mundo, mi clara voz que predica misericordia, y si la oyeren, se salvarán.