Dice Jesucristo a santa Brígida haberla escogido por su sola bondad, para que sea como un clarín que publique sus alabanzas y dé gloria a Dios en el mundo.
REVELACIÓN 76

Tú, esposa mía, has de ser como la fístula, de que el flautista saca dulce melodía, y la tiene además plateada por fuera y dorada interiormente. Así, tú, has de estar plateada con las buenas obras y con la sabiduría humana, para que entiendas lo que debes a Dios y sepas como te has de haber con tu prójimo, y lo que conviene a tu alma y a tu cuerpo para salvarte. Interiormente debes estar dorada con la humildad, para que no desees agradar a nadie sino a mí, ni temas desagradar a los hombres por causa mía. Y como el curioso músico hace para su instrumento, si es bueno, caja con su cerradura y lo envuelve en un lienzo, así tú has de andar envuelta en gran limpieza, que ni pensamiento, ni consuelo has de tener que no sea muy limpio. Procura con todas veras estarte a solas, porque la compañía de los malos echa a perder las buenas costumbres. Has de guardar todos sus sentidos exteriores e interiores para que en nada te engañe el demonio, y esta es la cerradura: la llave de ella es el Espíritu Santo, que abrirá tu corazón en tiempo oportuno, para honra mía y provecho de los hombres.