Ap. 21:2 Y yo Juan vi la santa ciudad, Jerusal�n nueva, que descend�a del cielo,
de Dios, dispuesta como una esposa ataviada para su marido. Ap 21:3 Y o� una gran voz del cielo que
dec�a: He aqu� el tabern�culo de Dios
con los hombres, y morar� con ellos; y ellos ser�n su pueblo, y el mismo Dios
ser� su Dios con ellos. 4 Y limpiar� Dios toda l�grima de los ojos de
ellos; y la muerte no ser� m�s;
y no habr� m�s llanto, ni clamor, ni dolor: porque las primeras cosas son pasadas.