Por qué debemos nuestras siete notas musicales a Juan el Bautista
Guido D’Arezzo, el inventor de la moderna
notación musical, llamó a las notas con un acróstico tomado de un himno a
este santo
Tal vez siempre pensaste que los nombres de las notas musicales las inventó
Maria von Trapp (La novicia rebelde, Sonrisas y lágrimas), componiendo
canciones para entretener a sus futuros hijastros mientras iban en sus
bicicletas por el campo austríaco. Pero el verdadero origen es mucho más
antiguo.
La notación musical moderna nació alrededor de 1025 en Pomposa, en la costa
adriática de Ferrara en Italia, cuando el monje benedictino y teórico de la
música Guido de Arezzo, se dio cuenta de que sus compañeros monjes tenían
dificultades para recordar las melodías que se suponía que cantan mientras
rezan la liturgia.
El sistema de Arezzo (el mismo que usamos hoy en día, que consiste
básicamente en una plantilla de cinco líneas, cuatro espacios y siete notas
en diferentes octavas), sustituía la notación neumática, que consistía en
una serie de indicaciones respecto a los patrones de tono y ritmo que
permitiría al cantante seguir los cambios necesarios en la articulación, la
duración o el tiempo relacionados con sus propias capacidades de
respiración.
De hecho, la palabra neumática deriva tanto del pneuma griego, que significa
“aliento”, como de neuma, que significa “señal”. En los primeros días de la
Iglesia, por ejemplo, esta notación neumática se utilizaba para anotar las
inflexiones “casi-melódicas” de la recitación de las Escrituras.
El Micrologus (su tratado musical, que se convirtió en el segundo texto
sobre música más ampliamente distribuido en la Edad Media) de Guido D’Arezzo
incluía lo que hoy conocemos como las notas musicales, establecía el uso (y
los nombres) de nuestras siete notas musicales: ut – re – mi – fa – sol – la
– si (fue Giovanni Battista Doni quien cambiaría ut por do más adelante, en
el siglo XVIII).
D’Arezzo bautizó los nombres de las primeras seis notas tomando el acróstico
de las primeras seis medias líneas de este himno dedicado a San Juan
Bautista:
Ut queant laxis
Resonare fibris
Mira gestorum
Famuli tuorum
Solve polluti
Labii reatum
(Para que puedan / exaltar a pleno pulmón / las maravillas / estos siervos
tuyos / perdona la falta / de nuestros labios impuros)
La séptima nota, SI, se formó usando las iniciales de San Juan, “Sancte
Ioannes” en latín. Se añadió un poco más adelante, con el fin de completar
la escala diatónica.
Si desea escuchar la Ut Quéant Laxis, no te pierdas el video que viene a
continuación: