Vea los diferentes porcentajes en cuanto a la composición del hogar: Marihuana, Tabaco, Arrestos, Declarado culpable, Asistencia pública, Desempleo, Seguridad familiar, Suicidio, Terapia, Depresión, Tocado sexualmente, Relaciones sexuales forzadas, Infección transmitida sexualmente, Calidad de la relación, Problemas de relación, Infidelidad, Educación, Compañeras entre mujeres, Compañeros entre mujeres, Compañeros entre hombres, Orientación sexual
INVESTIGACIÓN DE LAS NUEVAS ESTRUCTURAS FAMILIARES Y LA AFIRMACIÓN 'NO HAY DIFERENCIA'
Dr. Ana Samuel
Es SUPRA FAMILIA - SUFRA FAMILIA
La ampliamente difundida afirmación de que las familias con padres del mismo
sexo no son diferentes de las familias con padres heterosexuales no tiene
base científica. Nuevos estudios muestran que los hijos criados por sus
padres biológicos—en un matrimonio estable e intacto—tienen ventajas.
INTRODUCCIÓN
Dos recientes artículos de las ciencias sociales disputan la aserción hecha
a lo largo de diez años por investigadores, sobre la formación de hijos de
homosexuales, la cual afirma que esos niños no muestran diferencia de
resultados al compararse con hijos de familias tradicionales. Tal afirmación
se debilita con la evidencia ofrecida por estos nuevos estudios.
ARTÍCULO DEL PROFESOR LOREN MARKS
El primer artículo, publicado en Social Science Research, Julio 2012, puede
encontrarse aquí, junto con las respuestas de sus colegas y una respuesta
final del autor. En su manuscrito, “Same-Sex Parenting and Children’s
Outcomes: A Closer Examination of the American Psychological Association’s
Brief on Lesbian and Gay Parenting,” el profesor Loren Marks de la Escuela
de Ecología Humana de Louisiana State University revisa los 59 estudios a
los que se hace referencia el resumen de la Asociación Americana de
Psicología de 2005 y concluye que “ninguno de los 59 estudios referenciados
en el resumen del 2005 de la APA compara una muestra grande y al azar,
representativa de los padres—gay o lesbianas—y sus hijos con una muestra
grande y al azar, representativa de los padres casados y sus hijos. Los
datos disponibles, obtenidos primordialmente de pequeñas muestras de
conveniencia, son insuficientes para soportar una sólida conclusión, de
carácter general, en ningún sentido.”1
ARTÍCULO Y ESTUDIO DE LAS NUEVAS ESTRUCTURAS FAMILIARES DEL PROFESOR MARK
REGNERUS
El segundo artículo, de sociólogo Mark Regnerus del Centro de Población en
la Universidad de Texas, presenta nueva y extensa evidencia empírica que
muestra que hay diferencias entre los hijos de un padre que tiene relaciones
homosexuales y los hijos criados por sus padres biológicos, casados. La
nueva evidencia es del New Family Structures Study de la Universidad de
Texas, del cual Dr. Regnerus fue el investigador principal. La investigación
fue reunida en 2011 con el propósito específico de acopiar datos más
fiables, de una muestra nacional, con niños de diversos tipos de familias:
familia biológica intacta, familia de divorcio tardío, familias de
padrastro, familias de madres (padres) solteras, familias con madre
lesbiana, familias con padre gay, y otros tipos de familias (como familias
de padre/madre difuntos u otras combinaciones). El NFSS ya fue reconocido
por los críticos como “mejor situado que casi todos los estudios previos
para detectar las diferencias entre estos grupos de población.”2
El resto de este resumen se enfoca en la información de este nuevo estudio,
así como apareció en el artículo de Dr. Regnerus, titulado “How Different
Are the Adult Children of Parents Who Have Same-Sex Relationships?” (¿Qué
tan diferentes son los hijos adultos de hogares Homosexuales?”), el cual fue
publicado en la edición de Julio del 2012 de Social Science Research, el
cual puede encontrarse aquí, junto con los comentarios de sus críticos y una
respuesta final del autor. Ese artículo se enfoca en los datos del NFSS que
comparan los hijos de un hogar intacto cuyos padres biológicos permanecen
casados con los hijos donde un padre tuvo relaciones del mismo sexo.
CARACTERÍSTICAS PECULIARES DEL NFSS Y EL ARTÍCULO DE REGNERUS
Como explica Regnerus, el NFSS es peculiar en tres maneras:
Primero, primordialmente compara los resultados de niños ya jóvenes que
reportan haber tenido una madre que tuvo una relación lesbiana con otra
mujer (MRL) o un padre que tuvo una relación gay con otro hombre (PRG) con
los resultados de jóvenes provenientes de familias biológicas intactas
(FBI). La mayoría de los estudios sobre hijos de hogares gay comparan éstos
con hogares de divorciados, madres solteras u hogares de
padrastros/madrastras, o comparan un grupo selecto, muchas veces
socio-economicalmente privilegiado, de padres gay con un grupo ampilo,
representativo, de la población general, y concluyen no haber diferencias
significantes entre los resultados de hijos de de MRL o PRG con los de
hogares de FBI. Incluso se afirma que las parejas homosexuales parecen
resultar padres más competentes que las madres solteras o los hogares de
heterosexuales divorciados.3
Segundo, el NFSS se enfoca en las respuestas de jóvenes adultos. Otros
estudios sobre la crianza de los hijos por padres gay se enfocan en la vida
presente del hogar gay, cuando los hijos están aun al cuidado de los padres.
Más aun, dichos estudios típicamente entrevistan a los padres sobre su punto
de vista respecto a la paternidad de un PRG o la maternidad de una MRL.4
Esos estudios no tratan de cómo resultaron los hijos ya adultos. De hecho no
se había explorado esta cuestión hasta ahora. El NFSS entrevistó a los hijos
de PRG y MRL ya como jóvenes adultos (entre 18 y 39 años), la mayoría de los
cuales se han ido ya del hogar. Estos jóvenes hablaron de sus experiencias
en el hogar cuando eran niños y son capaces de reportar como les ha ido
ahora como jóvenes adultos.
Tercero, el NFSS tomó una muestra grande y al azar de la población
estadounidense de jóvenes entre las edades de 18 y 39 años, quienes
crecieron en diversos tipos de hogares. Se entrevistó a 2,988 personas,
incluyendo 175 con MRL y 73 con PRG.5 Este tercer punto da una especial
fuerza al NFSS porque, hasta la fecha, solo hay un otro estudio sobre
hogares gay publicados que se basa en datos de una muestra grande y al azar,
ese de Michael Rosenfeld de la Universidad de Stanford, que depende del 2000
US Census. Todos los estudios sobre hogares gay publicados hasta ahora
(excepto el de Roselfeld) han sido soportados con pequeñas muestras no
representativas, insuficientes para extrapolar válidamente sus conclusiones
a la población general de los hogares gay.6 Por ejemplo el National
Longitudinal Lesbian Family Study usó una muestra de conveniencia y reclutó
a los entrevistados por auto-selección (con anuncios en periódicos
lesbianos, librerías para mujer y eventos para lesbianas en las aéreas de
Boston, Washington y San Francisco).7 Al paso que ese tipo de estudios
sirven para reunir información sobre las lesbianas especificas que acusan
ese tipo de conducta (o sea, que atienden esas librerías, leen esos
periódicos, y asisten a eventos para lesbianas), son menos útiles si se
trata de extrapolar esa información a la población general de lesbianas,
algunas de las cuales no tienen los patrones sociales, económicos o de
conducta del otro grupo. Las conclusiones acerca de la población en general
basadas en un grupo no representativo son invalidas, pues la muestra es
menos diversa que una muestra realmente representativa.
Este problema se agrava porque los estudios que han comparado a los hogares
homosexuales con hogares heterosexuales lo han hecho cotejando esas pequeñas
muestras de conveniencia de PRG con vastas muestras de población de familias
heterosexuales.8 Semejantes comparaciones no aportan la confianza
estadística demandada por las ciencias sociales, explica el autor. Aunque
los investigadores usualmente notan esa limitación en sus estudios, los
medios de comunicación casi siempre omiten esa limitación al trasmitir los
datos al público en general. Así, la percepción generalizada es que los
hogares homosexuales lo están haciendo tan bien (o hasta mejor) comparados
con una vasta selección de hogares heterosexuales. En cambio el NFSS obtuvo
una vasta muestra representativa de los hijos de la población general del
país, incluyendo individuos de cada estructura familiar. La comparación se
hizo usando la misma fuente de datos y métodos, para que la comparación sea
justa y representativa.
Adicionalmente, el NFSS recoge para el investigador mucha más información
interesante sobre los resultados para los niños de hogares gay, incluyendo
su bienestar social, emocional y de relaciones. El NFSS observó cómo se
desempeñan los hijos de las diversas estructuras familiares en 40 áreas
diferentes, algunos de los cuales se van a resumir aquí.
CUALIDADES Y CALIFICACIONES DEL NFSS
Antes de detallar los resultados del NFSS es importante notar que
aquellos no pretenden establecer una relación de causalidad entre el tipo de
hogar y el tipo de vida presente de los hijos. En otras palabras los
resultados no son una “boleta de calificaciones” de los hogares de padres
homosexuales, sino un reporte de las condiciones promedio de jóvenes adultos
de papas que tuvieron una relación romántica del mismo sexo frente a
aquellos provenientes de una familia biológica intacta. Por ejemplo, cuando
el estudio encuentra que los hijos de un padre en una relación romántica del
mismo sexo son más propensos a sufrir depresión cuando jóvenes adultos que
los hijos de familias biológicas intactas, no se afirma ser los padres
homosexuales la causa de la depresión de los hijos; simplemente que los
hijos de los homosexuales en promedio sufren más de depresión, por razones
no identificadas en el estudio. El objetivo era simplemente identificar las
diferencias promedio entre los hijos de diferentes estructuras familiares,
así como medir la fuerza de esas diferencias.
Dicho lo anterior, el estudio incluyó controles para otras variables como
edad, género, raza o grupo étnico, nivel de educación de la madre, ingresos
percibidos del hogar durante su crecimiento, el grado de aceptación
homosexual en la legislación de su localidad y si habían sido verbalmente
maltratados por sus compañeros (bullied). Los controles ayudan a los
sociólogos a eliminar explicaciones alternativas a determinadas
consecuencias (en este caso las consecuencias para los hijos). Esos
controles permiten al NFSS afirmar con mas confianza que el tipo de hogar
tiene importancia en los resultados de los hijos cuando los resultados
fueron estadisticamente significantes después de controles. Así por ejemplo,
cuando el NFSS encontró que los jóvenes adultos de PRG tienen el doble de
posibilidades de tener pensamientos suicidas que los hijos de MRL, esa
asociación permaneció significante aun después de controlar las variables
mencionadas, como haber sido verbalmente abusado por los compañeros
(bullied) o si la legislación de su localidad es abierta a las relaciones
homosexuales. Por tanto el hecho de que los hijos de PRG tiendan mas a los
pensamientos suicidas no debe ser atribuido a esas otras influencias.
Finalmente es importante señalar que el tipo de hogar homosexual
identificado raramente fue planeado por los dos padres. Aunque se especula
que hoy los homosexuales de ambos sexos más probablemente planean tener
hijos recurriendo a fertilización in vitro, madres sustitutas y adopción
para lograrlos, hasta apenas hace 15 años los hijos eran concebidos en un
matrimonio heterosexual, seguido por divorcio o separación, dejando al hijo
con la madre o el padre.9 Quien quedó a cargo del hijo luego se vio envuelto
en una relación romántica con alguien del mismo sexo, algunas veces fuera de
la casa donde vivía con el hijo, otras veces en la misma casa.
Para ser más específicos, entre quienes contestaron diciendo que su madre
había estado en una relación lesbiana, 91% reportaron haber vivido con su
madre durante el tiempo de esa relación, pero solo el 57% dijeron que habían
vivido con su madre y su amante un mínimo de cuatro meses, en algún punto
antes de cumplir los 18 años. Un porcentaje aun menor (23%) dijo haber
vivido al menos tres años con su madre y su amante. Eso equivale a que de
2,988 entrevistados, tan solo 40 jóvenes reportaron haber vivido con dos
lesbianas por tres años o más, lo cual no es un tiempo muy largo. Solo 2 de
15,000 entrevistados habian pasado 18 años con las mismas dos mamas. Entre
quienes dijeron que su padre había estado en una relación homosexual, solo
el 42% reportaron haber vivido con él durante el tiempo de esa relación,
pero solo el 24% reportaron haber vivido con ellos por un mínimo de cuatro
meses. Solo 1.1% de 73 entrevistados pasaron un mínimo de tres años en la
misma casa que su padre y su amante.10
En otras palabras, el estudio es un fuerte indicador de que las relaciones
del mismo sexo de los padres fueron con frecuencia de corta duración, lo
cual concuerda con amplias investigaciones relativas a los elevados niveles
de inestabilidad en la relaciones de las parejas del mismo sexo. Por ejemplo
un reciente estudio (2012) de las parejas del mismo sexo en Gran Bretaña
encontró que entre parejas cohabitando de gays y lesbianas es más probable
la separación que entre las parejas heterosexuales.11 Un estudio de 2006
entre parejas casadas del mismo sexo en Noruega y Suecia encontró que “el
nivel de riesgo de divorcio es considerablemente más alto en matrimonios del
mismo sexo,”12 tanto que las parejas de lesbianas suecas tienen tres veces
más riesgo de divorcio que las parejas heterosexuales; las parejas gay de
Suecia tienen un 1.35 riesgo mayor de divorcio (después de controles). Los
sociólogos Timothy Biblars y Judith Stacey, dos de los más abiertos
defensores del matrimonio del mismo sexo entre los académicos de los Estados
Unidos reconocen que "datos preliminares indican que sus relaciones
[lesbianas] pueden resultar menos duraderas.13
Por tanto, aunque hubiese sido deseable comparar los hijos de hogares FBI
con los hijos de hogares gay o lesbianas, fue intentado, pero no fue
posible. A pesar de lograr una amplia muestra, representativa de la
población del país, y a pesar de usar tácticas de detección designadas para
aumentar el número de entrevistados que pudieran reportar a uno de sus
padres en una relación homosexual, un pequeño segmento reportó haber crecido
por los mismos padres gay o las mismas lesbianas por un mínimo de tres años.
Ese nimio segmento no permite hacer comparaciones fidedignas entre los
miembros de ese grupo y los de FBI.14 Aunque se especula que hoy hay en
Estados Unidos un gran número de parejas del mismo sexo que proporcionan un
parentaje estable, de larga duración, para sus hijos, ningún estudio basado
sobre una muestra grande y al azar de la población estadounidense has sido
publicadas mostrando ser cierto, y los estudios de distintos países citados
arriba muestran que en promedio las relaciones de parejas del mismo sexo son
de mas corta vida que las de parejas de sexo opuesto.
Sin embargo, dado que las investigaciones actuales sobre hogares gay afirman
no encontrar diferencia significativa para los hijos (y sí algunos
beneficios) al ser criados por una pareja homosexual, la investigación del
Prof. Regnerus recogió y analizó nuevos datos para comprobar esa afirmación.
Al final encontró más plausible esa afirmación cuando se comparan los
jóvenes adultos criados por parejas homosexuales con los jóvenes de
divorciados, adoptados, madres solteras, padrastros y similares estructuras
familiares. La afirmación es falsa si se comparan los jóvenes que crecieron
en hogares donde hubo relaciones homosexuales con los jóvenes que fueron
creados en hogares FBI. Aunque el estudio ha sido criticado por "comparar
manzanas con naranjas," el trabajo de Regnerus estudia la realidad de la
población de niños que fueron criados por padres que tuvieron relaciones
románticas del mismo sexo. Como se muestra en la siguiente sección, hay
claras y—mayormente—desafortunadas diferencias entre los hijos que fueron
creados en hogares donde un padre tuvo relaciones homosexuales y los hijos
que fueron creadas en familias biológicas intactas.
DIFERENCIAS ENCONTRADAS EN LOS ASPECTOS SOCIALES15
La percepción del público en general y los estereotipos de los
hijos de homosexuales de ambos sexos asumen generalmente ser blancos y de
clase media alta. Sin embargo en respuesta a la pregunta de raza, el 48% de
los entrevistados con PRG y el 43% de los entrevistados con MRL indicaron
ser de raza negra o hispanos, un porcentaje mucho más alto que lo encontrado
en los estudios basados en muestreos de conveniencia.16 Respecto a lo
económico, el joven adulto de un hogar gay es tres veces más probable que
reciba asistencia pública que el joven proveniente de un hogar FBI. Así
mismo, vemos que este grupo de joven adulto es 3.5 veces más probable que
esté desempleado que su contraparte de un hogar FBI.
En cuanto a crimen, el hijo de PRG acusa la mayor propensión a verse
envuelto en crimen. Son arrestados con más frecuencia y a declararse
culpables en ofensas-no-menores que los jóvenes adultos de todas las otras
categorías. Los jóvenes de hogares de MRL ocupan el segundo lugar en cuanto
a verse envueltos en crímenes y arrestos. En ambas categorías los hijos de
hogares FBI son los menos probables de verse envueltos en crímenes o
arrestos.
En contra de recientes conclusiones ampliamente difundidas de que no hay
abuso sexual en los hogares de MRL, el NFSS descubrió, al ser cuestionados
si fueron tocados sexualmente por uno de los padres o un adulto, los hijos
de MRL tienen una probabilidad once veces mayor de contestar afirmativo que
los hijos de los hogares FBI. Sus respuestas fueron diferentes en grado
significante a las de jóvenes de hogares con PRG, entre quienes la
probabilidad de contestar afirmativamente es solo tres veces mayor que los
jóvenes de hogares FBI. Estos últimos son, de entre todas las formas de
estructura familiar, los menos probables de haber sido tocados sexualmente:
solo 2% (comparados con el 23% los de hogares de MRL). Respecto a haber sido
forzados a tener sexo contra su voluntad, las hijas de hogares de MRL tienen
el peor porcentaje: cuatro veces más que los hijos de los hogares FBI. Los
hijos de hogares de PRG resultan tres veces más probables de ser forzados a
sexo comparados con los hijos de hogares FBI. En porcentajes, el 31% de LM
habían sido forzados a sexo involuntario, el 25% de los provenientes de
hogares de PRG y el 8% de aquellos criados en hogares FBI. Estos resultados
son en general consistentes con las investigaciones sobre familias
heterosexuales. Por ejemplo, un reciente reporte federal muestra que los
hijos de familias heterosexuales menos probables de sufrir abusos físicos,
emocionales o sexuales son aquellos de familias intactas en las que los
padres biológicos están casados.17
Respecto a salud física, a la pregunta sobre enfermedades sexualmente
trasmitidas (EST), los hijos de PRG reportan el triple de casos que los de
hogares FBI. Los provenientes de hogares de MRL son dos y medio veces más
propensos a padecer una EST que los de hogares FBI, seguidos por los criados
en hogares de padrastros los cuales son dos veces más probables de contestar
en afirmativo. Los jóvenes provenientes de hogares FBI y “otros tipos de
familias” son los menos probables de padecer una EST. Respecto al uso de
marihuana, los hijos de padres divorciados tienen el peor porcentaje, con
una y media veces más que los jóvenes de hogares FBI, seguidos por los hijos
de hogares de MRL, los de madres solteras y los de hogares de PRG. Los
jóvenes que fueron adoptados por extraños (no parientes) y los provenientes
de hogares FBI fueron quienes reportaron el menor porcentaje de uso de la
marihuana. Con respecto a la frecuencia con que fuman cigarillo, los hijos
de MRL alcanzaron las más altas anotaciones, seguidos por los hijos de PRG.
Los hijos de los hogares FBI también en este renglón tienen la menor
frecuencia de todos los tipos de forma familiar.
DIFERENCIAS ENCONTRADAS RESPECTO A SALUD MENTAL Y EMOCIONAL
Se pidió a los participantes reportar sentimientos referentes a su
experiencia familiar mientras crecían. Respondiendo a la pregunta sobre si
se sentían seguros y bien protegidos en su familia, los hijos de los hogares
de MRL registraron la nota más baja en cuanto a sentirse seguros, seguidos
por los hijos de hogares de PRG, ambos grupos reportaron índices bajos de
seguridad, estadísticamente distintos y más bajos que los del grupo de hijos
de hogares FBI (quienes reportan los más altos niveles de seguridad y
protección). Respecto a si estaban en ese tiempo recibiendo terapia para
“problemas conectados con ansiedad, depresión o dificultad para las
relaciones,” los hijos adoptados por personas ajenas reportan el mayor
numero de casos bajo terapia, seguidos por quienes provienen de un hogar de
MRL. Otra vez, el grupo con menos necesidad de ayuda en este renglón es el
de quienes provienen de un hogar FBI.
En el índice CES-D de depresión, una encuesta de ocho niveles en los
pensamientos de los entrevistados que van de ‘feliz a depresión’ durante los
siete días previos, los jóvenes adultos provenientes de hogares de MRL Y PRG
reportan niveles de depresión significativamente mas altos que los jóvenes
adultos de hogares FBI. Los jóvenes adultos provenientes de hogares de PRG
muestran el doble de probabilidades de contemplar el suicidio en los 12
meses previos que los hijos de hogares de MRL, y casi cinco veces mas que
quienes crecieron en un hogar FBI.
DIFERENCIAS ENCONTRADAS RESPECTO A LA CAPACIDAD DE RELACIONARSE
El estudio incluía preguntas acerca de la historia y estado actual
de las relaciones de los jóvenes adultos. Cuando se les pidió calificar la
calidad de su relación presente, los hijos de PRG apuntaron las notas más
bajas, seguidos por los adoptados por extraños, los de hogares de padrastros
y luego, los hijos de hogares de MRL. Los jóvenes de hogares FBI registraron
las notas más altas al calificar la calidad de sus relaciones actuales. Por
tanto la más marcada diferencia estadística se dio entre los hijos de
hogares de PRG y los de hogares FBI.
Cuando se le pidió calificar si su relación actual era problemática, otra
vez los hijos de hogares con PRG alcanzaron las notas más altas, seguidos
por los hijos de padres divorciados. Los hijos de FBI registraron los
niveles menos problemáticos en su relación actual, por tanto la mayor
diferencia estadística se dio entre éstos y los hijos de hogares con PRG.
El NFSS pidió a los jóvenes identificar su orientación sexual y encontró que
los hijos de hogares de MRL son más abiertos a relaciones románticas del
mismo sexo, bisexualidad y asexualidad que los otros grupos. Las hijas de
hogares de MRL anotaron un poco más de una compañera sexual y cuatro
compañeros sexuales en toda su vida. Las hijas de hogares FBI registraron un
promedio de solo 0.22 compañera sexual y 2.79 compañeros sexuales en toda su
vida. Las hijas de hogares de MRL también tienden a auto declararse
asexuales, “no me atrae el sexo con hombres ni con mujeres” (4.1% de chicas
de los hogares de MRL, comparado con el 0.5% de las chicas procedentes de
hogares FBI).
En cuanto a declararse totalmente heterosexual, quienes registraron las
notas más bajas fueron los hijos de los hogares de PRG y MRL, seguidos por
los adoptados, por los de hogares de divorcio tardío, los de padrastros y
los de madres solteras. Las notas mas altas de identificación con su propio
sexo las obtuvieron los jóvenes de hogares FBI.
Respecto a infidelidad, los hijos de hogares MRL resultaron tres veces más
probable haber faltado a la fidelidad mientras estaban casados o cohabitando
que los jóvenes de hogares FBI. En este renglón les siguen los hijos de
hogares de padrastro (2,5 veces mas que los de FBI) y los de hogares de MRL
(con el doble de probabilidades que los de hogares FBI).
CONCLUSIONES
Tomado en su conjunto, lo descubierto por el NFSS sugiere que es
falsa la afirmación “no hay diferencia” entre los hogares de PRG y MRL con
los hogares de padres biológicos, casados en una relación intacta, cuando se
refiere al desarrollo social, emocional y de relaciones de los hijos.
Con base en un amplio y aleatorio muestreo de la población Estadounidense en
lugar de pequeñas muestras de conveniencia entrevistando a los jóvenes
adultos en lugar de sus padres, y comparándolos con los hijos de familias
intactas, en lugar de los hijos de divorciados, madres solteras y adoptados,
el NFSS encontró importantes diferencias en un variado rango de resultados
entre los jóvenes adultos criados por sus propios padres biológicos casados
y jóvenes adultos que reportan haber tenido MRL y, en un grado menor,
aquellos que reportan haber tenido PRG.
En 25 de las 40 variables evaluadas había diferencias estadísticamente
significativas entre los hijos de hogares FBI y los de hogares de MRL en
áreas que son claramente subóptimas, como estar recibiendo asistencia
social, necesitar terapia, infidelidad, EST, haber sido víctimas sexuales,
nivel de educación alcanzado, seguridad en la familia de origen, depresión,
adicciones, uso de marihuana y su frecuencia, así como conducta criminal. En
11 de los variables había diferencias estadísticamente significativas entre
los hijos de hogares FBI y aquellos que reportaban tener un PRG en datos
como, estar recibiendo asistencia social, pensamientos suicidas, EST, haber
sido forzados sexualmente, seguridad en la familia de origen, depresión,
calidad de las relaciones, frecuencia con que se fuma y conducta criminal.
Había importantes diferencia en ambas comparaciones, pero los jóvenes
adultos de MRL mostraron los resultados menos favorables en una amplia gama
de categorías cuando se comparan con los hijos de hogares FBI y les ha ido
peor en más categorías que a los hijos de PRG. LA afirmación “No Hay
Diferencia” es falsa y debe ser reemplazada por un reconocimiento de la
diferencia.
Este reconocimiento de las diferencias entre los hijos de hogares FBI y
aquellos de hogares de MRL o PRG concuerda mas con el probado cuerpo de
conocimientos las ciencias sociales de los últimos 25 años, el cual
encuentra que los hijos se desempeñan mejor cuando son criados por sus
padres biológicos casados. Child Trends, una organización no partidista de
investigación, resume así el creciente consenso de los estudiosos al empezar
este milenio: “la investigación claramente demuestra que la estructura
familiar es importante para los hijos, y de ellas la de más ayuda para los
hijos es la familia encabezada por los padres biológicos, en un matrimonio
de bajo conflicto.”18 Similarmente Sara McLanahan, socióloga de Princeton y
Gary Sandefur, un sociólogo de Wisconsin, escribieron “Si se nos pidiera
diseñar un sistema para asegurar que las necesidades básicas de los hijos
sean satisfechas, probablemente vendríamos con algo muy similar a la
estructura ideal de ambos padres. Ese diseño, en teoría, no solo asegura que
los hijos tienen acceso al tiempo y el dinero de dos adultos, también provee
un sistema de frenos y contrapesos que promueven una mejor paternidad. El
hecho de que ambos padres tienen una conexión biológica con el hijo aumenta
la probabilidad de que los padres se identifiquen con el hijo y se
sacrifiquen por él, al tiempo que reduce la posibilidad de que uno de ellos
abuse del hijo.”19
En ese tiempo los científicos sociales estaban ampliamente de acuerdo en que
los hijos criados por madres solteras, padres divorciados, padres no casados
y padrastros estaban en desventaja respecto a los hijos de padres biológicos
aun casados, especialmente en aéreas como logros académicos, conducta y
delincuencia, seguridad económica y bienestar emocional.20 Aunque datos de
hogares gay y lesbianas aun no estaba disponible—por ser tan raros que era
imposible su estudio—resultaba difícil creer que que los padres gay o las
lesbianas fueran capaces de lograr lo que no habían conseguido los
heterosexuales en hogares de padrastro, adoptados, madres solteras o
cohabitación, o sea replicar el ambiente óptimo de crianza de los hijos tal
como el logrado en las familias de padres biológicos casados.
Sin embargo tan pronto como en 2001, los científicos sociales trabajando en
el campo de orientación sexual y paternidad comenzaron a afirmar
precisamente eso, no encontrar tantas diferencias como los sociólogos
hubieran esperado entre los resultados de los hijos de uniones del mismo
sexo comparados con los hijos de uniones heterosexuales, y que las
diferencias no eran negativas, sino favorables.21 Desde entonces una
creciente investigación sobre la paternidad gay ha hecho afirmaciones
similares, de este modo el mensaje emergente de los científicos sociales
trabajando con paternidad gay ha ido en una dirección diferente, afirmando
no haber diferencia en los resultados de los hijos—y algunas ventajas—cuando
son criados por padres del mismo sexo.22
Al cuestionar esas afirmaciones, el estudio Regnerus, así como el estudio de
Marks que resumimos más arriba, son consistentes con el consenso que existía
ya al empezar este milenio: Ser criado por la familia intacta de sus padres
biológicos representa una clara ventaja para los hijos respecto a cualquier
otra forma de estructura familiar.
En particular, los datos del NFSS proveen evidencias que los científicos
sociales de previas generaciones no pudieron reunir: que los hijos de las
familias intactas de padres biológicos superan a quienes fueron criados por
un padre con relaciones románticas gay, o madre con relaciones románticas
lesbianas. Por tanto esos dos estudios reafirman –y fortalecen- la
convicción de que la regla de oro para criar a los hijos sigue siendo la
familia intacta de los padres biológicos.23
Dra. Ana Samuel es Research Scholar del Witherspoon Institute, en Princeton,
NJ.
http://www.familystructurestudies.com/es/summary
REFERENCIAS
Marks, (2012) p. 31. Steven Nock, el sociólogo de
la familia en la Universidad de Virginia, dijo semejantes cosas en su
declaración jurada ante la Suprema Corte de Ontario, Halpern v. Canada,
2003. Stacey y Biblarz’s, en su testimonio jurado, criticaron a Nock por
argumentar que no hay evidencia científica valida para la hipótesis que los
niños de papas homosexuales y los niños de papas heterosexual tienen
resultados similares.
http://www.amptoons.com/blog/files/Affidavit_of_J_Stacey.html
Respuesta de Amato a Regnerus, p. 5. Eggebeen,
quien critica el artículo de Regnerus, sin embargo reconoce que la
importancia real del ensayo es “la descripción de nuevos datos [del NFSS]
que ofrecen ventajas significantes.” p. 9.
Por ejemplo Patterson, 1997; Tasker 2005;
Wainwright, Russell y Patterson (2004). Citado en Regnerus p. 6. Regnerus p.
8, citando Biblarz y Stacey 2010; Crowl et al., 2008.
Fiona Tasker (2010: 36) advierte de los peligros
de esto. Citada en Regnerus, p. 9-10 (también citando Bos y Sandfort, 2010;
Brewaeys et al., 1997)
175 hijos de MRLs fueron identificados en total,
pero 163 fueron analizados. Regnerus, p. 11, 18.
Regnerus p. 3, citando Nock, 2001; Perrin y
Committee on Psychosocial Aspects of Child and Family Health, 2002; Redding,
2008.
Regnerus, p. 4
Regnerus, p. 5, citing Gartrell, Bos, and
Goldbert (2011a, 2011b).
Regnerus, “…un poco de menos de la mitad de
[hijos de MRL y PRG] reportaron que sus papas biológicos habían estado
casados. Esto distingue el NFSS de numerosos estudios que han se han
enfocado exclusivamente en estudios de parejas homosexuales que “planearon”
ser familias gay, como el estudio del NLLFS.” p.15. La sugerencia que los
gays de ahora son más dispuestos a planear tener hijos recurriendo a
fertilización in vitro, madres sustitutas y adopción para lograrlos no ha
sido confirmado con datos científicos. Además, la fertilización in vitro es
costosa, normalmente restringida a personas de las clases medias-altas. El
NFSS encontró que los niños de PRG o MRL muchas veces venían de hogares con
dificultades económicas. Cf. Regnerus, Tabla 2.
Regnerus, p. 16
Strohm, Charles Q. “The Stability of Same-Sex
Cohabitation, Different-Sex Cohabitation, and Marriage.” California Center
for Population Research, UCLA, 1 Feb 2012.
Adersson, Noack, Seierstad y Weedon-Fekjaer, “The
Demographics of Same-Sex Marriages in Norway and Sweden.” Demography, Volume
43 Feb 2006: 79-98. “Encontramos que los riesgos de divorcio son más altos
en asociaciones del mismo sexo que en matrimonios del opuesto sexo, y que
las uniones de lesbianas son considerablemente menos estables, o más
dinámicas, que las uniones de hombres gay….En Noruega, 13% de las
asociaciones de hombres y 21% de las asociaciones de mujeres son más
probables de acabar en divorcio dentro de seis años desde el momento de
registración de la asociación. En Suecia, 20% de asociaciones de hombres y
30% de matrimonios de mujeres son probables de acabar en divorcio dentro de
cinco años de la formación de la asociación. Estos niveles son más altos que
los 13% matrimonios heterosexuales que acaban en divorcio dentro de cinco
años en Suecia.” p. 95
Bibliarz and Stacey, Journal of Marriage and
Family, 2010: 11.
Regnerus, p. 14.
Los resultados reportados en este resumen se
pueden encontrar en las Tablas 2-4 del artículo original de Regnerus.
Regnerus, p. 16-17.
http://www.acf.hhs.gov/programs/opre/abuse_neglect/natl_incid/reports/nis_execsumm/nis4_report_exec_summ_pdf_jan2010.pdf
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Regnerus, p. 39-40
Vea los diferentes porcentajes en cuanto a la composición del hogar: Marihuana, Tabaco, Arrestos, Declarado culpable, Asistencia pública, Desempleo, Seguridad familiar, Suicidio, Terapia, Depresión, Tocado sexualmente, Relaciones sexuales forzadas, Infección transmitida sexualmente, Calidad de la relación, Problemas de relación, Infidelidad, Educación, Compañeras entre mujeres, Compañeros entre mujeres, Compañeros entre hombres, Orientación sexual