Un médico explica cómo dejó sus sentimientos homosexuales y descubrió su heterosexualidad
"¡Mi vida ha cambiado radicalmente! ¡Estoy y soy muy feliz! He
alcanzado un sueño que me parecía inalcanzable", dice Miguel Ángel tras este
cambio en su vida.
Miguel
Ángel ha escrito un duro testimonio a Religión en Libertad contando su
historia. "Estoy seguro de que muchos podrán sentirse identificados con mi
testimonio y sé que hará bien a muchos", dice este médico español.
Un médico que ha trabajado en tres continentes
«Me llamo Miguel Ángel Sánchez Cordón, tengo 55 años de edad, soy
médico desde hace casi 33 años, he ejercido en tres Continentes (Europa,
África y América Latina) y en varias decenas de países. Animado siempre por
un deseo de servir ahí donde más se me necesitaba, mi lema ha sido siempre:
“Hazle al otro lo que quieres que te hagan a ti”.
La muerte prematura de su madre
»Soy el mayor de una familia cristiana de lo más normal. Éramos
cuatro hijos, yo el primogénito - en funciones - pues mi hermano mayor,
murió antes de nacer por lo que quedé como el único varón. Mi padre que era
viajante nos quería mucho, pero estaba muy a su pesar, mucho tiempo fuera de
casa por el trabajo. Nuestra madre murió al tener yo 8 años y la menor de
mis hermanas un año.
Un nuevo matrimonio del padre
»Al poco tiempo mi padre al tener a todos sus hijos repartidos
entre varios familiares, casi se vio obligado, por estas circunstancias, a
casarse de nuevo, con una mujer que tuvo el valor de asumir por amor, el
matrimonio con un hombre que ya tenía cuatro hijos y que la dejaría sola la
mayor parte del tiempo. Con ella aprendí que la maternidad o paternidad
verdaderas no es cosa “de la sangre”, sino de la desinteresada capacidad de
amar. O sea entregarse sin esperar nada o muy poco a cambio.
Una atracción sexual no deseada
»Esta experiencia personal con mi familia, indudablemente algo
tiene que ver, pues por más de 40 años he sufrido una atracción sexual en
absoluto deseada hacia los hombres. Ello me ha causado un gran y muy
profundo dolor. Dolor que he vivido en la más absoluta soledad e
incomprensión.
Esclavo de la pornografía
»A pesar de ser médico y de haber buscado ayuda en compañeros
psiquiatras, nunca encontré una solución para mi adicción al sexo. Cada vez
más me encontraba esclavo de la masturbación y la pornografía.
Salir del círculo vicioso
»Siempre he querido salir de ese círculo vicioso, pero no sabía
realmente como, pues mi adicción, que no reconocía como tal, me lo impedía.
Buscaba ayuda en sacerdotes y en la religión; pero no oraba bien, pues
incurría en el error al que se refiere la Carta de Santiago (4,3): “Pedid y
no recibís, porque pedís mal para dar satisfacción a vuestras pasiones”. Esa
era mi realidad y es que no quería dejar el placer, lo fácil, lo más
agradable... Cualidades todas ellas de un niño y no de un adulto.
Tremedamente infeliz y roto
»Aunque vivía una vida de donación y entrega al necesitado; en mi
interior era tremendamente infeliz y me veía roto: Yo me sentía por completo
un hombre ¿Cómo entonces me atraían otros hombres? Nunca me he identificado
con la palabra “gay” pues sé inglés - era el idioma más habitual en mi
trabajo - y yo no era para nada “feliz”. Tampoco me podía poner la etiqueta
de homosexual, pues aunque tenía esa orientación, yo NO me podía definir
como un homosexual. Yo era un hombre, un médico, un cristiano, un hijo de
Dios, pero NO era homosexual, por más que me pudieran atraer las personas de
mi mismo sexo.
Huir de la realidad con más trabajo
»Han sido años y años en los que este conflicto me impedía
relacionarme de un modo saludable y normal con las personas fuera de mi
ambiente laboral. Mi trabajo era el “todo”, al trabajo me entregaba por
completo para no enfrentar mi realidad más profunda.
Represión pero como autodefensa
»Por años y más años, para evitar sufrir, reprimía cada vez más
profundamente mi A.M.S (Atracción Mismo Sexo), ello me hacía mucho daño
¡Cómo no! Pero esa era mi autodefensa para vivir más o menos “normalmente”.
Al menos de cara al “público”.
La solución al problema...
»Llegó en un momento en el que ya no podía más y busqué
sinceramente una solución al problema de mi vida y así fue como años después
y hace tiempo, contacté con Alberto Pérez. A través de su vivencia personal
descubrí la solución para todo lo que me pasaba. Descubrí en él a alguien
que era libre, en total contraste con mi esclavitud. Alguien que vivía el
cristianismo de un modo coherente y sin tapujos. Alguien que tenía el valor
de a pesar de exponerse a críticas, daba su nombre, apellidos, su móvil y su
email. No dudé en ponerme en contacto con él y en su respuesta descubrí que
ese sueño que por años tenía y que casi lo había dado por imposible de
alcanzar, se me hacía cercano y posible. No me atraía como hombre, me atraía
lo que había conseguido y eso era algo que yo lo quería para mí, costase lo
que costase.
"Me ayudó a sacar mi heterosexualidad"
»Alberto me invitó a fiarme de él ¡No me fue para nada fácil! Yo le
doblaba con creces la edad, era médico experimentado y con Masters en eso y
en lo otro... Pero cuando hablé con él, esas dudas se me disiparon ante una
afirmación suya tan simple y eficaz como esta: “¿Tú qué quieres: títulos,
edad o resultados?”... Ante ello, no dude en fiarme, dejé de querer tener el
control y confié plenamente en la ayuda que Alberto Pérez me brindaba. Él me
ayudó a redescubrirme, a sacar afuera mi heterosexualidad, tapada por esa
mentira que me llegué a creer de mi orientación homosexualidad. Alberto me
ayudó también, a madurar ese “niño interior herido”, a conocer a Dios como
un Padre muy cercano a mí y sanar así mi pobre relación con mi padre
terrenal hasta llegar no sólo a perdonarlo sino a aceptarlo, comprenderlo y
amarlo.
Terapia reparativa
»Alberto también me ayudó a vencer la adicción que me asediaba y no
me dejaba ser libre. Con la terapia reparativa que hicimos entendí, no con
la mente, sino de un modo vivencial que la libertad no es hacer lo que me
gusta, place o agrada; sino lo que quiero y debo hacer. Aprendí a hacer
“actos de libertad” cuando mi pasado me ponía en situaciones de peligro
queriendo de nuevo optar por ese falsa apariencia de felicidad, que no es
sino otra mentira que fascina pero te deja completamente vacío.
Sanar heridas emocionales
»Juntos identificamos y sanamos cada una de las heridas emocionales
que me hacían sentir esa atracción sexual hacia los hombres lo que, repito,
no era para nada algo deseado.
El cambio es posible...
»¡Mi vida ha cambiado radicalmente! ¡Estoy y soy muy feliz! He
alcanzado un sueño que me parecía inalcanzable: vivir mi sexualidad junto
con mi esposa como un varón adulto. Ya en absoluto ni soy, ni pienso, ni
siento como un homosexual. Puedo testimoniar que el cambio es posible. ¡Yo
soy un fiel testigo de ello!
La mentira de la homosexualidad
»Es por todo esto y como una “lógica” consecuencia que estoy muy
satisfecho de poder ayudar a Alberto en el trabajo que realiza; supervisando
como médico el acompañamiento que hace a cada una de las personas a las que
ayudamos, pues como yo tampoco ellos están contentos con su AMS. Con todo mi
respeto a los que sí están satisfechos con su orientación homosexual.
»Yo me dirijo a los que como yo para nada están contentos con sentir esa
AMS. Espero y deseo que esta experiencia mía que os relato pueda ayudar a
alguien a dejar lo que para mí era la mentira de la homosexualidad y a vivir
en la Verdad que es lo único que nos hace libres».
Para contactar con Miguel Ángel Sánchez Cordón, puede hacerlo escribiéndole
a: tebojo@gmail.com
Entrevida I
Un médico que ha trabajado en tres continentes
«Me llamo Miguel Ángel Sánchez Cordón, tengo 55 años de edad, soy
médico desde hace casi 33 años, he ejercido en tres Continentes
(Europa, África y América Latina) y en varias decenas de países.
Animado siempre por un deseo de servir ahí donde más se me
necesitaba, mi lema ha sido siempre: “Hazle
al otro lo que quieres que te hagan a ti”.
La muerte prematura de su madre
»Soy el mayor de una familia cristiana de lo más normal. Éramos
cuatro hijos, yo el primogénito - en funciones - pues mi hermano
mayor, murió antes de nacer por lo que quedé como el único varón. Mi
padre que era viajante nos
quería mucho, pero estaba muy a su pesar, mucho tiempo fuera de casa
por el trabajo. Nuestra
madre murió al tener yo 8 años y
la menor de mis hermanas un año.
Un nuevo matrimonio del padre
»Al poco tiempo mi padre al tener a todos sus hijos repartidos entre
varios familiares, casi se vio obligado, por estas circunstancias, a
casarse de nuevo, con una mujer que tuvo el valor de asumir por
amor, el matrimonio con un hombre que ya tenía cuatro hijos y que la
dejaría sola la mayor parte del tiempo. Con ella aprendí que la
maternidad o paternidad verdaderas no es cosa “de la sangre”, sino de
la desinteresada capacidad de amar.
O sea entregarse sin esperar nada o muy poco a cambio.
Una atracción sexual no deseada
»Esta experiencia personal con mi familia, indudablemente algo tiene
que ver, pues por más de 40 años he sufrido una atracción sexual en
absoluto deseada hacia los hombres. Ello me
ha causado un gran y muy profundo dolor.
Dolor que he vivido en la más absoluta soledad e incomprensión.
Esclavo de la pornografía
»A pesar de ser médico y de haber buscado ayuda en compañeros
psiquiatras, nunca
encontré una solución para mi adicción al sexo.
Cada vez más me encontraba esclavo de la masturbación y la
pornografía.
Salir del círculo vicioso
»Siempre he querido salir de ese círculo vicioso, pero no sabía
realmente como, pues mi adicción, que no reconocía como tal, me lo
impedía. Buscaba ayuda en sacerdotes y en la religión; pero no oraba
bien, pues incurría en el error al que se refiere la Carta de
Santiago (4,3): “Pedid
y no recibís, porque pedís mal para dar satisfacción a vuestras
pasiones”. Esa
era mi realidad y es que no quería dejar el placer, lo fácil, lo más
agradable... Cualidades todas ellas de un niño y no de un adulto.
Tremedamente infeliz y roto
»Aunque vivía una vida de donación y entrega al necesitado; en mi
interior era tremendamente infeliz y me veía roto: Yo me sentía por
completo un hombre ¿Cómo entonces me atraían otros hombres? Nunca
me he identificado con la palabra “gay”
pues sé inglés - era el idioma más habitual en mi trabajo - y yo no
era para nada “feliz”. Tampoco me podía poner la etiqueta de
homosexual, pues aunque tenía esa orientación, yo
NO me podía definir como un homosexual. Yo
era un hombre, un médico, un cristiano, un hijo de Dios, pero NO era
homosexual, por más que me pudieran atraer las personas de mi mismo
sexo.
Huir de la realidad con más trabajo
»Han sido años y años en los que este conflicto me impedía
relacionarme de un modo saludable y normal con las personas fuera de
mi ambiente laboral. Mi
trabajo era el “todo”,
al trabajo me entregaba por completo para no enfrentar mi realidad
más profunda.
Represión pero como autodefensa
»Por años y más años, para evitar sufrir, reprimía cada vez más
profundamente mi A.M.S (Atracción Mismo Sexo), ello me hacía mucho
daño ¡Cómo no! Pero esa era
mi autodefensa para vivir más o menos “normalmente”.
Al menos de cara al “público”.
La solución al problema...
»Llegó en un momento en el que ya no podía más y busqué sinceramente
una solución al problema de mi vida y así fue como años después y
hace tiempo, contacté
con Alberto Pérez.
A través de su vivencia personal descubrí la solución para todo lo
que me pasaba. Descubrí en él a alguien que era libre,
en total contraste con mi esclavitud.
Alguien que vivía el cristianismo de un modo coherente y sin
tapujos. Alguien que tenía el valor de a pesar de exponerse a
críticas, daba su nombre, apellidos, su móvil y su email. No dudé en
ponerme en contacto con él y en su respuesta descubrí que ese sueño
que por años tenía y que casi lo había dado por imposible de
alcanzar, se me hacía cercano y posible. No
me atraía como hombre, me atraía lo que había conseguido y
eso era algo que yo lo quería para mí, costase lo que costase.
"Me ayudó a sacar mi heterosexualidad"
»Alberto me invitó a fiarme de él ¡No me fue para nada fácil! Yo le
doblaba con creces la edad, era médico experimentado y con Masters
en eso y en lo otro... Pero cuando hablé con él, esas dudas se me
disiparon ante una afirmación suya tan simple y eficaz como esta:
“¿Tú qué quieres: títulos, edad o resultados?”... Ante ello, no dude
en fiarme, dejé de querer tener el control y confié plenamente en la
ayuda que Alberto Pérez me brindaba. Él me ayudó a redescubrirme, a
sacar afuera mi heterosexualidad, tapada
por esa mentira que me llegué a creer de mi orientación
homosexualidad.
Alberto me ayudó también, a madurar ese “niño interior herido”, a
conocer a Dios como un Padre muy cercano a mí y sanar así mi pobre
relación con mi padre terrenal hasta llegar no
sólo a perdonarlo sino a aceptarlo,
comprenderlo y amarlo.
Terapia reparativa
»Alberto también me
ayudó a vencer la adicción que
me asediaba y no me dejaba ser libre. Con la terapia reparativa que
hicimos entendí, no con la mente, sino de un modo vivencial que la
libertad no es hacer lo que me gusta, place o agrada; sino lo que
quiero y debo hacer. Aprendí
a hacer “actos de libertad”
cuando mi pasado me ponía en situaciones de peligro queriendo de
nuevo optar por ese falsa apariencia de felicidad, que no es sino
otra mentira que fascina pero te deja completamente vacío.
Sanar heridas emocionales
»Juntos identificamos
y sanamos cada una de las heridas emocionales
que me hacían sentir esa atracción sexual hacia los hombres lo que,
repito, no era para nada algo deseado.
El cambio es posible...
»¡Mi vida ha cambiado radicalmente! ¡Estoy y soy muy feliz! He
alcanzado un sueño que me parecía inalcanzable: vivir
mi sexualidad junto con mi esposa como
un varón adulto. Ya en absoluto ni soy, ni pienso, ni siento como un
homosexual. Puedo testimoniar que el cambio es posible. ¡Yo soy un
fiel testigo de ello!
La mentira de la homosexualidad
»Es por todo esto y como una “lógica” consecuencia que estoy muy
satisfecho de poder ayudar a Alberto en el trabajo que realiza;
supervisando como médico el acompañamiento que hace a cada una de
las personas a las que ayudamos, pues
como yo tampoco ellos están contentos con su AMS.
Con todo mi respeto a los que sí están satisfechos con su
orientación homosexual.
»Yo me dirijo a los que como yo para nada están contentos con sentir
esa AMS. Espero y deseo que esta experiencia mía que os relato pueda
ayudar a alguien a dejar
lo que para mí era la mentira de la homosexualidad y
a vivir en la Verdad que es lo único que nos hace libres».
Entrevista II
Después de publicar su testimonio en Religión en Libertad (Un
médico explica cómo dejó sus sentimientos homosexuales y descubrió
su heterosexualidad),
causó un gran revuelo y disparó el índice de lectura. ¿A qué cree
usted que se pueda deber esto?
- Pues la verdad es que el primer sorprendido soy yo. Yo sólo he
dado publicidad directa a este testimonio a las personas más
allegadas.
Sí, es verdad que la
AMS (Atracción Mismo Sexo) no deseada crea un gran sufrimiento en
las personas que lo padecen y el descubrir a alguien que lo ha
superado, origina cuanto menos una gran curiosidad entre los que no
la padecen y, por supuesto, una gran esperanza entre los que la
sufren.
Ello puede ser quizás un motivo y ya no hablo de las personas qué
les constan han visitado ReL a
raíz de ese artículo sino sobre todo me refiero no sólo al número de
personas de las que tienen constancia, sino también de los
que están interesadas en conocer más sobre esta terapia o
aquellas que ya directamente nos están pidiendo ayuda…
- Dice que les han pedido ayuda ¿A quiénes se refiere usted?
- Me refiero a mí mismo, claro está y Alberto Pérez, por el cual yo encontré
la terapia reparativa y que gracias a ésta y sobre todo a su buen
hacer y
dedicación yo pude redescubrir mi heterosexualidad de un modo total
y completo.
Y es justo por ello que yo como médico puedo ahora también brindar
mi ayuda a quienes andan descontentos o directamente desesperados por
encontrar una solución al problema que más les agobia en sus vidas,
es decir a su AMS no deseada.
- Usted habla de personas que tienen AMS y sufren por ello. Sin
embargo lo que se ve a pie de calle, respecto a este tema, es más
bien aparente alegría y felicidad...
- ¡Por supuesto! Sólo las personas que no quieren tener, ni sentir,
ni experimentar esta atracción hacia personas de su mismo sexo,
sufren. Las que lo aceptan, asimilan como parte de su vida, no
tienen este conflicto.
Yo me refiero al sufrimiento de los que tienen una homosexualidad
egodistónica,
o sea que no la quieren y rechazan.
Yo respeto a uno y a otro tipos de personas. Cada uno es muy libre
de reaccionar como crea le es más conveniente. Pero por mi
experiencia personal y profesional, puedo afirmar y estoy
completamente convencido de ello, de que si
alguien que tiene AMS, busca dentro de sí la verdad más íntima,
o sea aquella que no está sujeta a ninguna moda ni es consecuencia
de presión social o política alguna, van a encontrar esa verdad que
es inmutable, que es Dios.
- Dr. Sánchez, ¿no sería entonces mejor intentar de que esas
personas que sufren por su AMS la aceptasen o la integrasen en su
personalidad?
- Está claro que sí sería lo más práctico, de hecho la mayor parte
de mis compañeros y colegas siguen esta línea. Fíjese que incluso
en EE UU algunos terapeutas, ofrecen las dos posibilidades, o sea la
terapia de reafirmación homosexual o la terapia reparativa.
Personalmente desde luego yo no lo quería para mí, y por ende no lo
querría para nadie. Pues ya sólo desde el punto de vista meramente
biológico y médico la
homosexualidad no es un comportamiento normal,
entiendo como tal la baja frecuencia a nivel mundial (globalmente
inferior al 3%).
Ese intento de "convencerme" por parte de psiquiatras, psicólogos e
incluso sacerdotes, de
que "yo era así" y que por tanto debía de "aceptarme" me hería profundamente,
me hacía sentir realmente triste y sin esperanza, porque no iba en
sintonía con mi propia realidad más profunda.
Yo, como usted sabe, soy un profundo creyente y estoy convencido de
que Dios
nos ha creado a su imagen,
según está escrito en el Génesis: "Dios creó al hombre a su imagen,
a imagen de Dios lo creó, hombre y mujer los creó" (Gn 1,27) y por
ello, y es para mí la Palabra de Dios; Dios sólo nos ha creado
hombre o mujer, todo el resto no viene de Dios.
Y esto que afirmo, lo digo con todo el respeto del mundo, pues no
quiero ofender a nadie con mis afirmaciones ¡Nada más lejos de mí! Para
mí la homosexualidad no era mi verdad,
no se correspondía ni con mi modo de entender la vida ni con mi modo
de ver las relaciones con los demás.
Y lo mismo puedo afirmar con claridad por las personas que voy
conociendo y a las que voy tratando en su proceso
personal de "re-orientación" que
coinciden conmigo en este punto fundamental.
- No me queda clara esa afirmación sobre "todo el resto no viene de
Dios". ¿Me podría explicar que ha querido decir usted?
- Bueno eso es algo que vengo pensando hace ya tiempo y que está basado
en la antropología del cuerpo que la Iglesia Católica,
de la que soy miembro activo, afirma. Así como se refleja en toda la
tradición cristiana enraizada en la Palabra de Dios.
Yo no soy teólogo y lo que digo lo expreso con mis pobres y propias
palabras.
Yo estoy plenamente convencido de que Dios
me ha creado hombre como
a mi esposa la ha creado mujer. Cada ser humano es único,
absolutamente único. Esta unicidad es la gran, la enorme grandeza de
cada ser humano.
A usted o a mí nos ha creado Dios,
lo mismo que a cada uno de los que puede que lean esta entrevista.
Por eso somos sus hijos en el pleno y más exacto sentido de la
palabra.
Sus padres o los míos han sido los instrumentos utilizados por Dios
Padre para crearnos. Me explico mejor. Yo soy médico y esta imagen
que le voy a intentar explicar creo que es muy clara.
Mire: en una eyaculación hay cientos de millones de espermatozoides
y sólo uno llegará a fecundar a uno de los miles de óvulos con los
que nace una mujer, justo ése que ese mes ha madurado…
Dejar este proceso a la casualidad, al mero azar es para mí una
enorme estupidez.
Yo veo en ese espermatozoide que fecunda ese óvulo, el
dedo de Dios que me ha querido a mí y
no a cualquiera de las otros miles de millones de posibilidades de
fecundación.
¡Bien! Entonces continúo con la idea que quiero aclarar.
Como sólo Dios nos crea hombres o mujeres y como no hay en absoluto ninguna
prueba biológica ni científica, ni genética, ni hormonal ni cerebral
de que haya nadie que nazca homosexual o
bisexual o pansexual o transexual… Yo afirmo que todas esas
categorías son
"justificaciones humanas",
para definir situaciones que desde luego Dios Padre no las ha
creado.
Y repito hasta la saciedad que todas esas personas que se puedan
sentir identificadas con esas definiciones de homo, bi, pan o trans…
me merecen el mayor de mis respetos.
Sólo quiero dejar bien claro que para mí, sólo
existe una sexualidad humana que emana del acto creador de Dios Padre
y es la de que somos u hombres o mujeres y por ende la sexualidad
querida y creada por Dios está en esta única dualidad: un hombre
para su mujer y viceversa.
- Hace ya varios meses realicé una entrevista a Alberto Pérez y le
pregunté algo similar, pero igualmente lo repito ¿Es usted
consciente de que se arriesga y mucho al testimoniar públicamente lo
que hasta ahora ha dicho?
- Esto mismo ya me lo dicen mis familiares y mis amigos y yo le digo
a usted lo mismo que les digo a ellos: ¡Y el bien que puede recabar
a alguna de las personas que contactan conmigo pidiéndome una
ayuda! No
puedo dejar de hablar, de decir lo que en mi vida ha ocurrido.
Es por ello por lo que me expuse en el testimonio que ya hice y que
de algún modo lo continúo con esta entrevista. Es
a ellos a los que doy mi e-mail y
hasta mi teléfono personal - cuando ya nos hemos conocido y
contactado - y hasta ahora, lo puedo decir con gran alegría, que
nadie ni se ha burlado, ni me han ofendido, ni se han sentido
atacados o criticados ¡Todo lo contrario!
Yo sólo comunico lo que he vivido, lo que pienso al respecto, y es
el cambio radical que mi vida ha dado: Antes
vivía en una mentira, lo que no significa en absoluto que los
homosexuales lo sean ¡Lo
era para mí! Yo no quiero ir contra de nadie, sólo a favor de la
Verdad.
Yo no quiero juzgar el proceder de nadie ¿Quién soy yo para hacerlo? Yo
he encontrado una libertad, totalmente desconocida para mí y la
comunico a
quien como yo vivía esclavo, vivía adicto al placer sexual hedonista
y estéril encerrado en sí mismo.
Ya hay personas que lo están agradeciendo, pues han encontrado una
esperanza que antes de conocernos habían descartado.
Si hay algún riesgo en decir lo que dije, y en lo que ahora estoy
diciendo, lo asumo con gusto, aunque solo fuera por una persona ¡Ya
me merece la pena!
Recientemente alguien me ha dicho textualmente: "Quiero
alabar al Señor por todo lo que Él ha hecho por mí en este periodo...
quiero dar las gracias a Miguel Ángel y Alberto por su oración, por
el trabajo real y sin descanso hacía mí… y finalmente quiero
felicitarme a mí mismo de cómo estoy viviendo este nueva, novísima
etapa de mi vida: ¡Estoy muy orgulloso de mí mismo!".
Y esta persona no ha sido la única… Y cómo dice nuestro Buen amigo
Jesús: “El que tiene oídos para oír que oiga” (Mateo 13:9)
- ¿Pero cómo puede ocurrir que se dé una transición de una atracción
homosexual hacia otra heterosexual?
- Imagínese una cebolla, con todas esas capas que la caracterizan.
Pues bien, en el interior más profundo de cada persona está la
imagen de Dios. Si eres un hombre, tu sexualidad más íntima se
dirige, se expresa hacia una mujer y viceversa.
Como ya dije anteriormente no hay ninguna base biológica
científicamente demostrada como para afirmar que alguien nazca
homosexual. Han sido diversas circunstancias
personales, familiares y/o ambientales las que la han llevado a esa
situación de la AMS.
Conforme se va comprendiendo esas circunstancias que han
herido el normal desarrollo psicológico del niño,
se van intentando sanar y entonces, volviendo al ejemplo de la
cebolla, se van quitando capa a capa todas esas
"no verdades" que se han inculcado en la personalidad,
en el carácter, en el modo de reaccionar, en el modo de expresar la
sexualidad… Hasta que la heterosexualidad que es, para mí, el único
modo de expresar la sexualidad humana, viene fuera; pero no porque
no estuviese, sino porque estaba escondida tras un montón de
mentiras. No sé si logro dar la idea.
Tú y yo, cada cual, es
heterosexual, aunque ello pudiera ahora estar "velado";
seria como un cielo nublado donde no se ve el sol, pero éste está
ahí y cuando las nubes se disipen va a volver brillar en tu vida.
Para mí así fue y repito, tenía muchos años de adicción.
Todos los que hasta ahora han contactado con nosotros, y son muchos,
muchos más de los que de un modo efectivo llegamos a poder
contactar, acompañar, aconsejar, animar y tratar. Pues bien, todos
ellos, están sumidos en una gran tristeza, confusión, desesperación -
algunos han llegado a considerar la muerte como la única salida para
su vida -.
Las gracias se las doy a ustedes que igualmente que nosotros se
exponen y se
arriesgan a divulgar algo que podría ser considerado "políticamente
no correcto"
y ello para poder dar algo de esperanza a una vida llena de
callejones sin salida.
Todas estas personas que nos contactan de España y de fuera están buscando
respuesta que les satisfagan,
que les aclaren todos los interrogantes que tienen y como
denominador común se basan en esta pregunta: "Yo que soy un hombre, ¿porqué
me siento atraído por otro hombre, cuando eso yo no lo quiero?".
Al ser personas con fe sienten esa dicotomía entre su naturaleza
como hombre y su comportamiento no coherente a su género. Ello
les hace sufrir terriblemente, lo sé por propia experiencia.
- Su portal "Verdad y Libertad" ¿está siendo una plataforma de ayuda
a todas esas personas con sentimientos homosexuales que quieren un
cambio para su vida?
- Hasta ahora es sólo un sueño de proyecto, pues apenas está
esbozado, pero estamos contentos. Desde que abrimos nuestro portal Verdad
y Libertad hace
algo más de tres meses, sin haberle dado publicidad alguna, hemos
recibido más de 800 visitas de tres continentes y con una duración
media de visitas de 5 minutos. ¡Ello nos ha sorprendido mucho!… Esta
página como decimos en la introducción sobre lo que queremos
ofrecer: "No
es una página de carácter científico o médico.
Las preguntas y respuestas que aparecen en la pestaña “inicio”, son
una información
simple acerca del porque de esta web,
para entender qué, cuál y cómo es el trabajo que estamos realizando
con cada persona que lo solicita".
- ¿Qué puede aportar su portal Verdad y
Libertad?
- Nos parece que en este mundo en el que vivimos, tan falsamente
democrático, cada cual se cree con la autoridad de decir sus
verdades, olvidando que sólo Dios es la Verdad Absoluta y no se le
tiene en cuenta, nosotros
queremos aportar nuestro grano de arena en que su Verdad sea
conocida,
desde nuestra propia experiencia y la de las personas a las que
acompañamos en el descubrimiento de su verdad particular.
Otro punto que nos motiva enormemente es el de la tan cacareada
libertad. Libertad ésa que nada tiene que ver con la verdadera y
auténtica.
La libertad para la mayor parte de las gentes, se la suele entender
como el hacer lo que me plazca, cuando eso es un
modo enmascarado de esclavitud sea del tipo que sea: sexual, poder,
goce, anarquía, etc…
La libertad como la entendemos nosotros es la de ser conscientes de
que Dios es mi Padre y me quiere, se ocupa de mí y yo quiero vivir
coherentemente con ello y con Él.
Libertad para nosotros es optar por lo que quiero, tengo o debo
hacer;
nada que ver con lo que me gusta, me apetece o me place hacer…
Éste proyecto es la única parte de nuestra página web que aún no
hemos publicado, pues lo estamos elaborando. En breve lo queremos
tener publicado.
- Tanto Alberto como tú, Miguel Ángel, ¿estáis dispuestos a dar
vuestro testimonio en foros públicos o medios de comunicación?
- Sí, estamos abiertos a un debate serio, fuera de motivaciones
ideológicas, políticas o sectarias para que sinceramente podamos ir
aprendiendo de las experiencias de unos y otros. Tanto Alberto, como
yo, lo que
brindamos es fruto de nuestra vivencia,
lo que ofrecemos es nuestra experiencia, repito y termino, no
queremos ni ofender ni convencer a nadie.