Causas de la homosexualidad: Imagen personal y relaciones sociales (3º de 4)
Seguimos profundizando en las causas que pueden derivar en la atracción al
mismo sexo (AMS).
Recomiendo leer los dos artículos que preceden a este para tener un visión
del tema que estoy tratando en todo su conjunto.
¿Por qué unas personas experimentan AMS (Atracción al Mismo Sexo) y
otras no?
Relaciones afectivo-sociales con
los padres
La Imagen Personal es un elemento que
influye en personas que experimentan AMS
La imagen personal es un aspecto que tiene mucho que decirnos ya que influye
poderosamente sobre el niño, el adolescente o joven y es un rasgo que hay
que observar en las personas que tienen AMS.
Cuando trabajo con personas con AMS, veo dos elementos que me gusta
distinguir y relaciono con la Imagen Personal ya que percibo una conexión
directa, estos son la percepción y el tiempo.
En cuanto a la percepción: Es diferente cómo la persona se percibe así misma
y otra muy diferente es cómo los demás le ven a ella.
El mundo de las percepciones es muy amplio. Recibimos mensajes constantes a
través de imágenes, impresiones o sensaciones externas y todo esto a través
de nuestros sentidos. La manera como cada individuo procesa estos mensajes
dependerá de su sensibilidad, su estado emocional y anímico, en definitiva
su singular identidad. Este aspecto tiene mucha repercusión cuando se
encuadra en las Relaciones Sociales de las que hablaré más adelante.
En cuanto al tiempo: He trabajado con personas adultas que a primera vista
se diría que tienen una percepción e imagen de sí mismas adecuada, elevada y
equilibrada. Cuando comienzan a relatar y hacer referencia a experiencias de
su niñez se desvela una personalidad timidez, insegura e incluso con un
cierto complejo de inferioridad. Nadie lo diría porque han aprendido a
desarrollar otros recursos personales y se manejan por la vida sin
aparentemente necesitar nada más, incluso les vemos funcionar con liderazgo
en ciertos ambientes.
Durante todo el tiempo han vivido consciente o inconscientemente con unas
"fisuras o daños", ignorando la presencia de estas para poder seguir
adelante, pero siempre cargando un lastre.
¡Cuánto bien aporta a la persona reconstruir y restablecer áreas importantes
de sí mismos que debieron trabajarse en su momento!, me estoy refiriendo a
la autoestima.
La autoestima es un aspecto que se trabaja de manera casi “obligada” en la
terapia reparativa y de cambio. Para ilustrar este campo de la autoestima
pensemos en el valor que tiene para un niño/a los atributos físicos del ser
"demasiado". Demasiado, alto, demasiado bajo, demasiado flaco, demasiado
gordo, desarrollarse demasiado pronto y demasiado tarde etc., todos ellos
motivos perfectos para la burla, los complejos innecesarios y el sentirse
inadecuado y raro, diferente a los demás. Sentimientos que resultan muy
familiares a la persona con AMS.
¿Es la propia imagen una causa de AMS? No, pero es un factor importante que
junto con otras causas ya comentadas y otras que comentaremos influyen en el
desarrollo y consolidación de dicha atracción.
Las relaciones sociales y el contagio social
La mayoría de las personas con AMS han sentido en algún momento de su vida
la incapacidad para vincularse con los demás y han llegado a verse
diferentes a los demás niños/as. A veces inferiores y otras superiores, pero
en muchas ocasiones “fuera de lugar”.
Si a un niño le falta forjar su masculinidad y el autocontrol y se queda en
unos niveles insuficientes, llegarán a la adolescencia con una alta
probabilidad de buscar la gratificación inmediata y no haber desarrollar
adecuadamente habilidades de socialización y no habrá aprendido a vincularse
con naturalidad con sus amigos e incluso, a alcanzar sus metas en el
colegio.
Richard Cohen comenta una afirmación del Dr. Gerard van der Aardweg que
sostiene que la falta de una adecuada relación con los niños de su edad es
un factor principal en la creación de un desorden de atracción hacia las
personas del mismo sexo: “…sentirse menos masculino o menos femenina que los
compañeros o compañeras es lo mismo que sentir que uno no pertenece al lugar
donde está”.
A veces este distanciamiento viene porque no se les da bien los deportes, o
simplemente no les atrae, sienten que hacen el ridículo, esto les hace
sentirse inferiores. Otros rechazan inconscientemente los deportes como
reacción defensiva, no quieren identificarse con la masculinidad que les
recuerda a su padre, su hermano o su propio cuerpo.
(He utilizado como fuente de reflexión “Comprender y sanar la
homosexualidad” de Richard Cohen).
Quiero destacar un aspecto que cada vez vemos y veremos más comúnmente, es
el Contagio Social provocado por la presión mediática y por las mismas
relaciones sociales en las que están inmersos nuestros hijos, nos guste o
no.
Hoy en día empiezan a surgir muchos casos de confusión de identidad sexual.
El adolescente o joven tiene dudas, muchas veces son pasajeras y propias del
crecimiento.
Está a la orden del día que adolescentes en un momento de duda recurren a un
amigo, a su profesor de confianza, a la psicóloga del colegio etc., y lo que
reciben casi sistemáticamente son palabras de afirmación en su
“homosexualidad”. El daño es enorme, no diría irreparable, pero sin duda
injusto. Por ello, es importante que nosotros seamos portadores de esta
información:
Se puede salir de la homosexualidad, si se quiere.
Esto es una invitación dirigida a cada persona que lea estas palabras, es un
reclamo a ser transmisores de esta certeza.