Ceremonia de Despedida al Papa Francisco y último Mensaje Papal Jornada Mundial de la Juventud 2013
28 Julio / 05:27 pm
Ceremonia de Despedida
Último mensaje del Papa Francisco en Brasil JMJ 2013
Señora Presidenta de la República,
Distinguidas Autoridades nacionales, estatales y locales,
Querido Arzobispo de San Sebastián de Río de Janeiro,
Venerados Cardenales y Hermanos en el Episcopado,
Queridos amigos
En breves instantes dejaré su Patria para regresar a Roma. Marcho con el
alma llena de recuerdos felices; y éstos –estoy seguro- se convertirán en
oración. En este momento comienzo a sentir un inicio de nostalgia. Saudade
de Brasil, este pueblo tan grande y de gran corazón; este pueblo tan
amigable. Nostalgia de la sonrisa abierta y sincera que he visto en tantas
personas, nostalgia del entusiasmo de los voluntarios. Nostalgia de la
esperanza en los ojos de los jóvenes del Hospital San Francisco. Nostalgia
de la fe y de la alegría en medio a la adversidad de los residentes en
Varghina. Tengo la certeza de que Cristo vive y está realmente presente en
el quehacer de innumerables jóvenes y de tantas personas con las que me he
encontrado en esta semana inolvidable. Gracias por la acogida y la calidez
de la amistad que me han demostrado. También de esto comienzo a sentir
saudade.
Doy las gracias a la Señora Presidenta por haberse hecho intérprete de los
sentimientos de todo el pueblo de Brasil hacia el Sucesor de Pedro.
Agradezco cordialmente a mis hermanos Obispos y a sus numerosos
colaboradores que hayan hecho de estos días una estupenda celebración de
nuestra fecunda y gozosa fe en Jesucristo. Doy las gracias a todos los que
han participado en las celebraciones de la eucaristía y en los demás actos,
a quienes los han organizado, a cuantos han trabajo para difundirlos a
través de los medios de comunicación. Doy gracias, en fin, a todas las
personas que de un modo u otro han sabido responder a las exigencias de la
acogida y organización de una inmensa multitud de jóvenes, y por último,
pero no menos importante, a tantos que, muchas veces en silencio y con
sencillez, han rezado para que esta Jornada Mundial de la Juventud fuese una
verdadera experiencia de crecimiento en la fe. Que Dios recompense a todos,
como sólo Él sabe hacer.
En este clima de agradecimiento y de saudade, pienso en los jóvenes,
protagonistas de este gran encuentro: Dios los bendiga por este testimonio
tan bello de participación viva, profunda y festiva en estos días. Muchos de
ustedes han venido a esta peregrinación como discípulos; no tengo ninguna
duda de que todos marchan como misioneros. Con su testimonio de alegría y de
servicio, ustedes hacen florecer la civilización del amor.
Demuestran con la vida que vale la pena gastarse por grandes ideales,
valorar la dignidad de cada ser humano, y apostar por Cristo y su Evangelio.
A Él es a quien hemos venido a buscar en estos días, porque Él nos ha
buscado antes, nos ha enardecido el corazón para proclamar la Buena Noticia,
en las grandes ciudades y en las pequeños poblaciones, en el campo y en
todos los lugares de este vasto mundo nuestro. Yo seguiré alimentando una
esperanza inmensa en los jóvenes de Brasil y del mundo entero: por medio de
ellos, Cristo está preparando una nueva primavera en todo el mundo. Yo he
visto los primeros resultados de esta siembra, otros gozarán con la
abundante cosecha.
Mi último pensamiento, mi última expresión de saudade, se dirige a Nuestra
Señora de Aparecida. En aquel amado Santuario me he arrodillado para pedir
por la humanidad entera y en particular por todos los brasileños. He pedido
a María que refuerce en ustedes la fe cristiana, que forma parte del alma
noble de Brasil, como de tantos otros países, tesoro de su cultura, voluntad
y fuerza para construir una nueva humanidad en la concordia y en la
solidaridad.
El Papa se va, les dice "hasta pronto", un "pronto" ya muy nostálgico
(saudadoso) y les pide, por favor, que no se olviden de rezar por él. El
Papa necesita la oración de todos ustedes. Un abrazo a todos. Que Dios les
bendiga.