¡Juventud Adoradora! - Prepárate para la JMJ
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Comic: Historia de la
JMJ
Nuestra sociedad pos-moderna, según el filósofo Charles Taylor, está marcada
por el relativismo individualista, por el uso exagerado de los recursos
técnicos que tienen como objetivo bienes extraños a la naturaleza humana y
por una moral destructiva (TAYLOR, 2010. P. 18). Una de las características
más contundentes es, sin lugar a dudas, el constante malestar existencial
enfrentado por jóvenes que no encuentran un sentido para sus vidas. Se trata
de una sed constante de algo más, lo cual, a su vez, no se sacia en ninguna
realidad del mundo.
Este malestar existencial es, en realidad, una crisis de fe: fe en sí mismo,
fe en los demás, y fe en Dios. La esperanza de conseguirse algo más allá de
un cupo en la facultad, de un buen lugar en el mercado de trabajo, inclusive
de una buena familia, se viene desgastando gradualmente, gracias al
crecimiento de los malestares citados con anterioridad. Una serie de
preguntas surgen entonces en nuestros corazones: ¿por qué debo esperar algo
más allá de lo que se puede comprobar científicamente? ¿Para qué tener un
comportamiento correcto, si los padrones se modifican constantemente? ¿Por
qué preocuparme con los demás si a mí en la vida me va bien? ¿Para qué sirve
Dios si yo vivo tranquilamente sin él? Pero, aún así, ¿por qué siento este
vacío?
No hay mejor forma de responder a esta pregunta que presentando la realidad
opuesta, o sea, jóvenes que, estando en el mundo, no pertenecen al mundo y
buscan siempre santificarse en la verdad (Cf. Jn17, 14-17). Son personas que
se sienten repletas de algo más grande que ellas, algo capaz de dar sentido
a sus vidas. Reconocen en sus limitaciones su fuerza más grande, ya que
creen que es Dios mismo, creador de todo, quien los alimenta y los sostiene.
Éstos no son jóvenes que piensan que son parte de un grupo de débiles, con
un “dios débil”, ultrapasado, alienante, etc. ¡No! Son jóvenes que sintieron
la Palabra de vida y se alimentan constantemente con su Cuerpo y con su
Sangre, ya que saben que no existe nadie capaz de decir las mismas palabras
de vida eterna (Cf Jn 6, 41-69).
Se trata de “una juventud que ora, una juventud que adora, una juventud
sedienta de Dios, una juventud que clama por Jesús día y noche: Quédate con
nosotros, Señor!” Éste es un trecho de una canción compuesta aquí en Brasil
para ayudar en la preparación de los peregrinos para la Jornada Mundial de
la Juventud Río2013. Esta canción manifiesta claramente el objetivo del
encuentro con el Santo Padre: capacitar al joven para que pueda responder a
la pregunta sobre el sentido de la vida, la cual sólo será posible si es
revelada por el propio autor de la vida. ¡Es tiempo de que seamos una
juventud adoradora! Y será en la Eucaristía, en la adoración al Cuerpo de
Cristo que encontraremos todas las respuestas que buscamos.
Después de dos años “clamando por Jesús día y noche” en las vigilias de
oración por la JMJ Río2013 (práctica iniciada en Río de Janeiro y que no
debe parar después de la Jornada) llegamos a la culminación de esas
celebraciones: la gran solemnidad de Corpus Christi, que tuvo inicio el
siglo XIII. Esa “espiritualidad eucarística constituye el centro de la
existencia cristiana y de la unidad de la Iglesia”, como afirma Santo Tomás
de Aquino. Es durante la experiencia de la adoración que brota en nosotros
el deseo de plasmar la vida de acuerdo con el Señor, de hacerse como Él,
como decían los santos místicos, hostia de amor para el mundo.
En este año conmemoramos Corpus Christi el penúltimo día del mes de mayo,
mes que en la Iglesia de Brasil, se dedica a la memoria de la Virgen María.
Esta grata coincidencia nos recuerda que la primera que creyó, fue también
la primera que reconoció su pequeñez ante el misterio de Dios. No es posible
entender completamente el misterio eucarístico de Cristo, pero María
Santísima nos enseña que no se trata de una comprensión racional, sino más
bien de una experiencia de abandono en la fe. ¡Se trata de una oportunidad
única de convertirnos, con ella, en un sagrario vivo para el mundo, que se
encuentra tan sediento de Dios!
Que Nuestra Señora Aparecida, patrona de la JMJ Río2013, ayude con su
intercesión a todos aquéllos que desean tener un verdadero encuentro con el
Señor Eucarístico, para que, en medio a los eventos, catequesis y
actividades, (entre las cuales una vigilia eucarística) se destaquen como
una juventud diferente de la del mundo: ¡¡¡una juventud permanentemente
adoradora!!!
Seminarista Elmo Souza de Carvalho
Archidiócesis de Río de Janeiro
www.rio2013.com/es