¿Un cura puede enamorarse de una mujer? El enamoramiento y el amor verdadero.
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José Luis Rubio
16 febrero 2014
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¿Un cura puede enamorarse de una mujer?- lanzo la pregunta al aire en la
clase cuando voy ha hablarles del enamoramiento y de la decisión de amar.
Pues no, no puede- contestan algunos
¿y por qué no?
Pues por eso, porque es cura.
Ciertamente el campo está abonado, existe una confusión de términos a
aclarar y que por tanto nos permitirá descubrir cosas nuevas juntos.
Tenemos que ver entonces una cosa, ¿los sentimientos son voluntarios o
involuntarios?- casi todos se quedan pensando, por los gestos que hacen no
lo tienen nada claro- Os pondré un ejemplo ¿tú puedes decidir que alguien te
caiga mal?, ¿puedes decidir que una cosa te dé miedo?
Pues no- suelta el más decidido- yo no puedo hacer que me den miedo... las
escaleras.
Correcto, aunque es probable que te diesen miedo si de pequeño te caiste por
una, pero como bien dices eso no lo decidiste tú
¿pero lo de que alguien te caiga mal? Yo decido con quien me junto o de
quien paso...
Sí, pero no confundas, la decisión que tomas es posterior a tus
sentimientos- pone cara de escepticismo- Veamos, dime el nombre de una amiga
tuya muy amiga- me dice un nombre- Pues bien, haz que ahora mismo te caiga
mal, decide que te resulte antipática.
Eso no puedo hacerlo, si me cae mal alguna vez será por algo...- su rostro
se ilumina mientras lo va diciendo, ya lo ha entendido
Pues lo mismo ocurre con enamorarse, enamorase es un sentimiento y los
sentimientos se forman en nuestra mente sin nuestra voluntad, normalmente
relacionados tanto con nuestras emociones como con nuestras experiencias
pasadas, por eso a veces son tan sorprendentes.
¿sorprendentes?
Sí, un día resulta que te vuelve loquita ese compañero tuyo que tiene gafas
y tú te preguntas ¿pero cómo me tiemblan las rodillas ante este chico si a
mí nunca me han gustado los que llevan gafas? - las chicas ríen, ellos se
hacen los duros- o resulta que no puedes quitarte de la cabeza a esa chica
delgadita cuando a ti siempre te han llamado la atención las pechugonas-
ahora ríen todos.
La cosa parece que marcha, los chicos están interesados y puedo seguir
profundizando.
Ahora bien, los sentimientos son muy importantes, forman parte de nosotros,
pero pueden ser también peligrosos y por eso debemos aprender a manejarlos
¿pero no has dicho que son involuntarios, que no dependen de nosotros?
Que surja un sentimiento no puedes evitarlo, pero sí que puedes fomentar las
circunstancias en las que es posible que aparezcan o evitarlas hasta que
disminuyan- esto ha sonado a chino- Vuelvo a los ejemplos, te ha llamado la
atención una chica, tú procuras hablarle, conocerla un poco mejor, intentar
quedarte con ella a solas... es posible que así surja el enamoramiento... o
no, que no haya ningún tipo de “magia”. O al revés, te ha hecho gracia la
novia de tu mejor amigo, y evitas esas mismas circunstancias para que no
surja nada más que complique vuestra amistad.
¿Incluso si te has enamorado ya?
Incluso, aunque no sin dolor. ¿Recordáis el caso del cura que os pregunté?
Veamos, un cura de repente nota que se ha enamorado de una chica de su
parroquia, es un sentimiento que le ha surgido, no lo puede evitar. Pero por
mucho que le guste, él ha decidido ser cura y esa es su auténtica vocación,
¿qué puede hacer?
Pues probablemente algo como lo que has dicho- contesta uno- evitar quedarse
con ella a solas, no darle ningún trato especial ni interesarse en sus
circunstancias personales...
Es muy correcto. Y así es posible que el sentimiento vaya disminuyendo hasta
desaparecer, o incluso aunque así no sea, que el sacerdote sea responsable
con su vocación y se diga a sí mismo “aunque me he enamorado de esta chica,
no quiero dejar de ser sacerdote, y me guardaré este sentimiento para mi,
pero nada más”
¿Y los que no son sacerdotes?
Lo mismo, enamorarse es involuntario, decidir amar no. Si te enamoras de un
chico que es un violento y piensas que una relación con él sería un peligro,
te apartas, como del fuego.
¿Pero eso no es ir en contra de lo que realmente somos?
No, pero gracias por la pregunta, por que esa es la cuestión del millón. Los
sentimientos forman una parte importante de mí, pero no son yo. Yo soy mucho
más que sentimientos, también tengo inteligencia, razón, voluntad, moral,
proyectos... obrar sólo por sentimientos es un absurdo. Veamos, si un señor
de 50 años casado y con hijos deja a su familia y se va con una chica de 25,
¿podemos disculparlo por que son sus sentimientos?
Pues no, ese tío es es un sinvergüenza.
Pues igual ocurre con toda nuestra vida. Yo puedo tener odio hacia alguien,
pero puedo decidir tratar de aminorarlo o matar a esa persona
¿Y con el amor?
Permíteme que te conteste con una pregunta, cuando vayas a casarte y le
digas a tu novio lo de “prometo amarte en la salud y la enfermedad todos los
día de mi vida” ¿qué estás comprometiendo, tus sentimientos o tu voluntad?-
silencio- dicho de otra manera ¿tu puedes saber lo que sentirás dentro de 20
años?- niegan con la cabeza- pues entonces no puedes comprometer tus
sentimientos, ya que no tienes control sobre ellos, lo que puedes
comprometer es tu voluntad, que libremente has decidido estar con esa
persona, apoyarle y acompañarlo el resto de tu vida- “tensión” en el
ambiente.
¿pero entonces debemos seguir con alguien aunque se haya pasado el amor?
No el amor, el enamoramiento. Ese enamoramiento romántico que os hace estar
tan capullos- ríen- desaparece, es ley de vida. Pero si eres consecuente con
tu decisión, sobre él crece lo que llamamos el amor verdadero, que tiene
mucho más que ver con la complicidad, la ternura o la compenetración, eso es
lo que te hace amar de verdad.
La idea general está clara, pero aún hay mucho que matizar...