Oración Abrasada de San Luís María Grignion de Montfort
Para pedir misioneros:
ACORDAOS. Señor, acordáos de vuestra Congregación que habéis poseído desde
el principio, pensando en ella desde la eternidad; que teníais en vuestra
mano todopoderosa cuando con una palabra sacasteis el universo de la nada;
que ocultabais aún en vuestro corazón cuando vuestro Hijo, al morir en la
Cruz, la consagró con su sangre, y la confió, cual precioso depósito, a los
cuidados de su Santísima Madre: MEMOR ESTO CONGREGATIONIS TUAE QUAM
POSSEDISTI AB INITIO.
Cumplid, Señor, los designios de vuestra misericordia, suscitad a los
hombres de vuestra diestra, tales como los habéis mostrado, dando
ilustraciones proféticas a algunos de vuestros más grandes servidores: a San
Francisco de Paula, a San Vicente Ferrer, a Santa Catalina de Siena, y a
tantas otras grandes almas del siglo pasado y aún del presente.
A DIOS PADRE
MEMENTO: DIOS TODOPODEROSO, acordáos de esta Compañía empleando la
OMNIPOTENCIA de vuestro brazo nunca menguado, para darle vida y llevarla a
su perfección. INNOVA SIGNA, IMMUTA MIRABILLA, SENTIAMUS ADJUTORIUM BRACCHI
TUI: Renovad los milagros, haced nuevos prodigios, dejadnos experimentar el
socorro de vuestro brazo. Oh gran Dios, que de piedras toscas podéis hacer
otros tantos hijos de Abraham, decid una sola palabra en Dios, para enviar
buenos operarios a vuestra mies, y buenos misioneros a vuestra Iglesia.
MEMENTO: DIOS DE BONDAD, acordáos de vuestras antiguas MISERICORDIAS y por
esa misma misericordia acordáos de esta Congregación; acordáos de las
reiteradas promesas que nos habéis hecho por medio de vuestros profetas y de
vuestro mismo Hijo, de escuchar nuestras justas peticiones. Acordáos de las
plegarias que a este fin os han hecho vuestros siervos y siervas desde hace
tantos siglos; que sus súplicas, sus gemidos, sus lágrimas y su sangre
derramada acudan a vuestra presencia, para implorar poderosamente vuestra
misericordia. Mas acordáos sobre todo de vuestro querido Hijo. RESPICE IN
FACIEM CHRISTI TUI, acordáos de su agonía, su confusión y su queja amorosa
en el Huerto de los Olivos cuando dijo: ¿QUIAE UTILITAS IN SANGUINE MEO? ¿De
qué sirve mi sangre? Su muerte cruel y su sangre vertida os claman
misericordia, para que, mediante esta Congregación, su imperio sea
establecido sobre las ruinas del de sus enemigos.
MEMENTO: Acordáos, Señor, de esta comunidad en los efectos de VUESTRA
JUSTICIA. TEMPUS FACIENDI DOMINE, DISSIPAVERUNT LEGEM TUAM: Ya es tiempo de
hacer lo que habéis prometido. Violada está vuestra divina ley; abandonado
vuestro evangelio; torrentes de iniquidad inundan toda la tierra y arrastran
a vuestros mismos siervos. Desolada está la tierra, la impiedad se asienta
en los tronos, vuestro santuario es profanado, la abominación está en el
mimos lugar santo. ¿Lo dejaréis todo así abandonado, justo Señor, Dios de
las venganzas? ¿Todo llegará a ser como Sodoma y Gomorra? ¿Os callaréis,
siempre? ¿Seguiréis soportándolo todo? ¿No es preciso que vuestra voluntad
se haga en la tierra como en el cielo, y que venga a nosotros vuestro reino?
¿No habéis mostrado de antemano a algunos de vuestros amigos una futura
renovación de vuestra Iglesia? ¿No han de convertirse los judíos a la
verdad? ¿No es lo que espera la Iglesia? ¿No os claman todos los santos del
cielo justicia: Vindica? ¿No os dicen todos los justos de la tierra: AMEN,
VENI DOMINE; Venid, Señor Jesús? Todas las criaturas, hasta las más
insensibles, gimen bajo el peso de los innumerables pecados de Babilonia y
piden vuestra venida para restaurarlo todo. ONMIS CREATURA INGEMISCIT,
etc...
A DIOS HIJO
Señor Jesús, MEMENTO CONGREGATIONIS TUAE. Acordáos de dar a vuestra Madre
una nueva Compañía para renovar por ella todas las cosas y para concluir por
María los años de la gracia como los habéis comenzado por Ella.
DA MATRI TUAE LIBEROS, ALIOQUIN MORIAR. Dad hijos y siervos a vuestra Madre,
de lo contrario dejadme morir.
DA MATRI TUAE. Para vuestra Madre os pido. Acordáos de sus entrañas y de sus
pechos, y no me rechacéis; acordáos de quien sois hijo y escuchadme:
acordáos de lo que Ella es para Vos y de lo que Vos sois para Ella y
satisfaced mis deseos.
¿Qué os pido? Nada para mí, todo para vuestra gloria.
¿Qué os pido? Lo que podéis, y aún me atrevo a decirlo -lo que debéis
concederme, como verdadero Dios que sois, a quien todo poder ha sido dado en
el cielo y en la tierra, y como el mejor de todos los hijos, que amáis
infinitamente a vuestra Madre.
¿Qué os pido?
LIBEROS: Sacerdotes libres con vuestra libertad, desprendidos de todo, sin
padre, sin madre, sin hermanos, sin parientes según la carne, sin amigos
según el mundo, sin bienes, sin estorbos, sin cuidados, y hasta sin voluntad
propia.
LIBEROS: Esclavos de vuestro amor y de vuestra voluntad, hombres según
vuestro corazón que, sin voluntad propia que los manche y los detenga,
cumplan siempre la vuestra y derriben a todos vuestros enemigos, como David,
con el cayado de la Cruz y la honda del Rosario en las manos: IN BACULO
CRUCE, ET IN VIRGA VIRGINE.
LIBEROS: Nubes levantadas por encima de la tierra, y llenas de celestial
rocío que sin impedimento vuelen por todas partes al soplo del Espíritu
Santo. Ellos son del número de los que vuestros profetas tenían ante la
vista cuando preguntaban; ¿QUI SUNT ISTI QUI UT NUBES VOLANT? UBI ERAT
IMPETUS SPIRITUS, ILLUC GRADIEBANTUR. ¿Quiénes son estos que vuelan como las
nubes? Iban a doquiera los impulsaba el espíritu.
LIBEROS: Hombres siempre prontos a serviros, siempre dispuestos a obedeceros
a la voz de sus superiores, como Samuel: PRAESTO SUM, siempre listos a
correr y a sufrirlo todo con Vos y para Vos, como los Apóstoles: EAMUS ET
NOS, UT MORIAMUR CUM EO. Vamos también nosotros para morir con El.
LIBEROS: Verdaderos hijos de María, vuestra Santísima Madre, engendrados y
concebidos por su caridad, llevados en su seno, pegados a sus pechos,
alimentados con su leche, educados por sus cuidados, sostenidos por su
brazo, y enriquecidos por sus gracias.
LIBEROS: Verdaderos siervos de la Santísima Virgen quienes, como Santo
Domingo, con la antorcha brillante y ardiente del santo Evangelio en la boca
y el santo Rosario en la mano, vayan por todas partes, ladrando como perros,
ardiendo como hogueras, e iluminando las tinieblas del mundo como soles, y
que por medio de una verdadera devoción a María, esto es, interior sin
hipocresía, tierna sin indiferencia, constante sin ligereza, y santa sin
presunción, aplasten doquiera que vayan la cabeza de la antigua serpiente,
para que se cumpla plenamente la maldición que habéis pronunciado contra
ella. INIMICITIAS PONAM INTER TE ET MULIEREM, ET SEMEN TUUM ET SEMEN ILLIUS;
IPSA CONTERET CAPUT TUUM: Pondré enemistades entre ti y la mujer, entre tu
raza y la suya; Ella aplastará tu cabeza.
Es verdad, Señor, que el demonio, como lo habéis predicho, pondrá grandes
asechanzas al calcañar de esta mujer misteriosa, es decir, a esta compañía
de hijos suyos que vendrán hacia el fin del mundo, y que habrá grandes
enemistades entre la bienaventurada posteridad de María y la raza maldita de
Satanás. Pero es una enemistad netamente divina y la única de que sois
autor: INIMICITIAS PONAM: pondré enemistades. Más esos combates y esas
persecuciones que los hijos de Belial suscitarán contra el linaje de vuestra
Santa Madre, sólo servirán para que brille mejor el poder de vuestra gracia,
la intrepidez de su virtud y la autoridad de vuestra Madre; pues desde el
principio del mundo le habéis confiado la misión de aplastar a aquel
orgulloso por la humildad de su corazón y de su calcañar IPSA CONTERET CAPUT
TUUM.
ALIOQUIN MORIAR: De lo contrario, dejadme morir. ¿Acaso no es preferible
morir, Dios mío, que veros tan cruel e impunemente ofendido todos los días,
y hallarme cada vez más en peligro de ser arrastrado por los torrentes de
iniquidad que van creciendo? Prefiero mil veces la muerte. O enviadme
socorro desde el cielo, o quitadme la vida. Si no tuviera la esperanza de
que, mirando por vuestra gloria, escucharéis tarde o temprano a este pobre
pecador, como habéis escuchado a tantos otros. -ISTER PAUPER CLAMAVIT ET
DOMINUS EXAUDIVIT EUM, este pobre clamó y el Señor le escuchó-, yo os
pediría lo mismo que un profeta: TOLLE ANIMAN MEAM, llevad mi alma. Pero la
confianza que tengo en vuestra misericordia me mueve a decir con otro
profeta: NON MORIAR SED VIVAM, ET NARRABO OPERA DOMINI: no moriré, sino que
viviré y contará las obras del Señor; hasta que pueda decir con Simeón: NUNC
DIMITTIS SERVUM TUUM, DOMINE... IN PACE, QUIA VIDERUNT OCULI MEI, etc. ahora
despedid, Señor, a vuestro siervo en paz... porque mis ojos han visto
vuestra salvación.
AL ESPIRITU SANTO
MEMENTO: Espíritu Santo, acordáos de producir y de formar hijos de Dios con
María vuestra divina y fiel esposa. Habéis formado a Jesús cabeza de los
predestinados, con Ella y en Ella; con Ella y en Ella debéis formar también
todos sus miembros. No engendráis ninguna persona divina en el seno de la
Divinidad pero Vos solo formáis todas las personas divinas fuera de la
Divinidad, y todos los santos que han sido y serán hasta el fin del mundo
son tantas obras de vuestro amor unido a María. El reinado especial de Dios
Padre ha durado hasta el diluvio, y concluyó con el diluvio de agua; el
reinado de Jesucristo terminó con un diluvio de sangre; mas vuestro reinado,
Espíritu del Padre y del Hijo, continúa, y terminará con un diluvio de fuego
de amor y de justicia.
¿Cuándo vendrá ese diluvio de fuego de amor puro, que debéis encender en
toda la tierra, de una manera a la par tan dulce y vehemente que abrasará y
convertirá todas las naciones: los turcos, los idólatras y aún los mismos
judíos? NON EST QUI SE ABSCONDAT A CALORE EJUS: No hay quien se esconda de
su calor.
ACCENDATUR: Enciéndase ese fuego divino que Jesucristo vino a traer a la
tierra, antes de que encendáis el de vuestra cólera, que ha de reducir el
universo a cenizas. EMITTE SPIRITUM TUUM ET CREABUNTUR, ET RENOVABIS FACIEM
TERRAE: Enviad a vuestro Espíritu y serán creados, y renovaréis la faz del
mundo. Enviad a la tierra a ese Espíritu que es fuego purísimo para formar
sacerdotes llenos de fuego por cuyo ministerio sea renovada la faz de la
tierra, y reformada vuestra Iglesia.
MEMENTO CONGREGATIONIS TUAE. Es una reunión, una asamblea, una selección,
una segregación de predestinados que debéis hacer en el mundo y de entre el
mundo. EGO ELEGI VOS DE MUNDO. Es un rebaño de corderos apacibles que debéis
juntar entre tantos lobos; una bandada de castas palomas y águilas reales
entre tantos cuervos; un enjambre de abejas entre tantos zánganos; una
manada de ágiles ciervos entre tantas tortugas; un batallón de valientes
leones entre tantas liebres tímidas. ¡Ah Señor! congrega nos de nationibus,
juntadnos, reunidnos a fin de que alaben y bendigan por ello a vuestro
Nombre santo y poderoso.
LOS MISIONEROS DE LA SANTISIMA VIRGEN
Habéis predicho esta ilustre Compañía por vuestro profeta, que habla de ella
en términos muy oscuros y misteriosos, pero enteramente divinos: Pluviam
voluntariam segregabis, Deus, hereditati tuae, et infirmata est, tu vero
perfecisti eam. Animalia tua habitabunt in ea. Parasti in dulcedine tua
pauperi, Deus. Dominus dabit verbum evangelizantibus virtute multa. Rex
virtutum dilecti, dilecti, et speciei domus dividere spolia. Si dormiatis
inter medios cleros, pennae columbae deargentatae, el posteriora dorsi ejus
in pallore auri. Dum discernit coelestis reges super eam, nive de
albanbuntur in Sion. Mons Dei, mons pinguis. Mons coagulatus, mons pinguis;
ut quid suspicamini montes coagulatos? Mons in quo beneplacitum est Deo
habitare in eo, etenim Dominus habitabit in finem.
¿Y qué otra cosa es, Señor, esa lluvia voluntaria que habéis preparado para
vuestra empobrecida heredad, sino esta falange de santos misioneros Hijos de
María, vuestra Esposa, que debéis reunir y separar del común de las gentes,
para bien de vuestra Iglesia, tan debilitada y manchada por los crímenes de
sus hijos?
¿Cuáles son esos animales y esos pobres que vivirán en vuestra heredad
alimentándose de la divina dulzura que les habéis preparado? Son esos pobres
misioneros abandonados a la Providencia, que rebosarán de vuestras divinas
delicias; son esos animales misteriosos de Ezequiel que tendrán la humanidad
del hombre por su caridad desinteresada y benéfica para con el prójimo, la
bravura del león por su santa cólera y su celo ardiente y discreto contra
los demonios y los hijos de Babilonia; la fuerza del buey por sus trabajos
apostólicos y su mortificación de la carne, y en fin, la agilidad del águila
por su contemplación en Dios. Tales serán los misioneros que queréis enviar
a vuestra Iglesia. Tendrán una mirada de hombre para el prójimo, una mirada
de león contra vuestros enemigos, una mirada de buey contra sí mismos y una
mirada de águila para Vos.
Esos imitadores de los apóstoles predicarán VIRTUTE MULTA, VIRTUTE MAGNA,
con tal virtud y fortaleza que removerán todos los espíritus y los corazones
en los lugares donde prediquen. Les daréis vuestra palabra: DABIT VERBUM; y
aún vuestra boca y vuestra sabiduría: DABO VOBIS OS ET SAPIENTIAM, CUI NON
POTERUNT RESISTERE OMNES ADVERSARII VESTRI, a la que no podrá resistir
ninguno de sus adversarios.
Ellos son los predilectos en quienes Vos en calidad de Rey de las virtudes,
de Jesucristo el muy amado, tendréis vuestras complacencias, ya que no
perseguirán otro fin en sus misiones que el de tributaros la gloria de los
despojos arrebatados a vuestros enemigos: REX VIRTUTUM DILECTI, ET SPECIEI
DOMUS DIVIDERE SPOLIA.
Por su abandono a la Providencia y su devoción a María tendrán plateadas
alas de paloma: Inter medios cleros, pennae columbae deargentatae, es decir,
la pureza de doctrina y de costumbres; y dorado el dorso, el posteriora
dorsi ejus in pallore auri, esto es, una perfecta caridad para con el
prójimo para soportar sus defectos, y un gran amor a Jesucristo para llevar
su cruz.
Vos sol como Rey de los cielos y Rey de Reyes, separaréis del común de las
gentes a esos misioneros para hacerlos más blancos que la nieve del monte
Selmón, que es monte de Dios, monte abundante y fértil, monte fuerte y
macizo, monte en que el Señor se complace de modo maravilloso, y en donde
habita y morará hasta el fin.
Quién es, Señor, Dios de verdad, esta montaña misteriosa, de la que nos
decís tantas maravillas, sino María vuestra amada Esposa, cuyos cimientos
habéis puesto sobre las cumbres de las más altas montañas? FUNDAMENTA EJUS
IN MONTIBUS SANCTIS. Ps. 86. MONS IN VERTICE MONTIUM. Mich. 4.1.
Dichosos mil veces los sacerdotes que os habéis dignado escoger y
predestinar para que moren con Vos en esa abundante y divina montaña para
llegar a ser reyes de la eternidad por su desprecio de la tierra y su
elevación en Dios; para hacerse más blancos que la nieve por su unión a
María, vuestra Esposa toda hermosa, toda pura e inmaculada; y para
enriquecerse con el rocío del cielo y la grosura de la tierra, con todas las
bendiciones temporales y eternas de que María está llena.
Desde lo alto de este monte, como Moisés, lanzarán dardos contra sus
enemigos, por medio de sus ardientes oraciones para postrarlos o
convertirlos.
Sobre este monte aprenderán, de la boca misma de Jesucristo que siempre mora
allí, la inteligencia de sus ocho bienaventuranzas. Sobre este monte de Dios
serán transfigurados con El como en el Tabor, morirán con El como en el
Calvario, y subirán al cielo con El como en el monte de los Olivos.
MEMENTO CONGREGATIONIS TUAE.- A VOS sólo corresponde reunir, por medio de
vuestra gracia, esta Congregación. Si el hombre inicia la obra, nada se
hará; si toma parte en ella, la dañará, y la echará a perder. TUAE
CONGREGATIONIS: es vuestra obra, gran Dios, OPUS TUUM FAC. Realizad vuestra
obra puramente divina; juntad, llamad, traed a vuestros elegidos de todos
los lugares de vuestro imperio, para formar un cuerpo de ejército contra
vuestros enemigos.
LLAMAMIENTO FINAL
Ved, Señor, Dios de los ejércitos, como los capitanes forman escuadrones
completos, los potentados levantan grandes ejércitos, los navegantes equipan
flotas enteras, los mercaderes acuden en gran número a ferias y mercados.
¡Cuántos ladrones, impíos, borrachos y libertinos se juntan contra Vos todos
los días tan presto y tan fácilmente! Un simple silbido, un toque de tambor,
una daga embotada que muestran, un ramo seco de laurel que prometen, un
pedazo de tierra amarilla o blanca que ofrecen, en tres palabras: el deseo
de un honor fugaz, de un miserable interés, de un mezquino placer sensual,
reúne en un instante a los mercaderes y cubre tierra y mar con una
turba-multa de réprobos, que, siendo divididos entre sí o por la distancia
de lugares, o por los intereses opuestos, se unen sin embargo hasta la
muerte para haceros la guerra bajo el estandarte y el mando del demonio.
¡Y Vos, Señor! Habiendo tanta gloria, dulzura y provecho en serviros ¿casi
nadie tomará partido por Vos? ¿Serán tan escasos los soldados que se alisten
bajo vuestra bandera? ¿No habrá alguno que otro que, celando por vuestra
gloria, grite en medio de sus hermanos, como San Miguel: Quis ut Deus?
¿Quién es como Dios? ¡Ah! permitidme decir a voces por doquiera: ¡fuego!
¡fuego! ¡fuego! ¡socorro! ¡socorro! ¡socorro! ¡Fuego en la casa de Dios!
¡fuego en las almas! ¡fuego hasta en el mismo santuario! ¡Socorro para
vuestro hermano que asesinan! ¡socorro para nuestros hijos que van
degollando! ¡socorro para nuestro querido padre que están apuñalando!
Si quis est Domini, jungatur mihi.
EXODO, 32, 26. Que todos los buenos sacerdotes que están esparcidos por el
mundo cristiano, ora se hallen actualmente en el combate, ora estén ya
retirados de la lucha en los desiertos y soledades, vengan a unirse con
nosotros: vis unita fit fortior, la unión hace la fuerza a fin de que
formemos, bajo el estandarte de la Cruz un ejército dispuesto en orden de
batalla y bien disciplinado, para atacar en masa a los enemigos de Dios que
ya han dado el toque de alarma: sonuerunt, frenduerunt, fremuerunt,
multiplicali sunt. Dirumpamus vincula corum et proiiciamus a nobis jugum
ipsorum. Qui habitat in coelis irridebit ejus. Ps. 67. Exurge, Domine, quare
obdormis? Exurge! Ps. 43. ¡Señor, levantáos! ¿Por qué aparentáis dormir?
Levantáos con toda vuestra omnipotencia, vuestra misericordia, vuestra
justicia para formaros una compañía escogida de guardias reales que
custodien vuestra casa, defiendan vuestro honor, y salven a vuestras almas,
para que no haya más que un redil y un pastor, y que todos os tributen
gloria en vuestro templo: Et in templo ejus omnes dicant gloriam. Ps. 28.