CINCO GRANDES RAZONES PARA REZAR EL ROSARIO
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Católicos Hispanos
octubre 29, 2013
Cualquier día es una ocasión propicia
para iniciar o recuperar la práctica de este rezo, pero no como simple
costumbre católica, sino descubirendo los verdaderos motivos de peso, los
cuales pueden ayudar a convertirla en oración cotidiana y fructífera.
1. Porque es cristocéntrico
Aunque muchos creen que tiene mucho que ver con María y poco con
Cristo, la razón de ser del Rosario es conducir hacia Jesús a través de la
contemplación de los grandes misterios de la fe cristiana. Se equivocan los
que argumentan que por cada Rosario se exalta 50 veces a María y sólo cinco
veces a Dios; a Dios se le exalta en los cinco Padrenuestros y en los cinco
Glorias, pero también en los 50 Avemarías: «Bendito el fruto de tu vientre,
Jesús».
2. Porque es bíblico
No sólo el Padrenuestro (Mt 6, 9-13) y la primera parte del
Avemaría (Lc 1, 28, 42) están en la Biblia, sino que cada uno de los veinte
misterios del Rosario, divididos en gozosos, luminosos, dolorosos y
gloriosos, tienen su fuente en lo revelado por las Sagradas Escrituras: la
Anunciación (Lc 1, 30-32. 38), la Visitación de María a Isabel (Lc 1,
39-43), la Natividad (Lc 2, 6-11), la Presentación del Niño en el templo (Lc
2, 22-25. 34-35), el Niño perdido y hallado en el templo (Lc 2, 41-47), el
bautismo de Jesús (Mt 3, 13, 16-17), las bodas del Caná (Jn 2,1-5), el
anuncio del Reino de Dios (Mc 1, 15, 21; 2,3-11; Lc 7, 47-48), la
Transfiguración (Mt 17, 1-3, 5), la Institución de la Eucaristía (Mt 26,
26-29), la Agonía en el huerto (Lc 22, 39-46), la Flagelación (Jn 19, 1), la
Coronación de Espinas (Mt 27, 29-30), Jesús carga con la Cruz (Mt, 27, 31;
Jn 19, 17; Mc 15, 21), la Crucifixión y Muerte de Cristo (Lc 23, 33-34,
44-46; Jn 19, 33-35), su Resurrección (Mt 28, 5-6), la Ascensión (Lc 24,
50-51; Mc 16, 20), la Venida del Espíritu Santo (Hch 1, 14; 2, 1-4), la
Asunción de la Virgen (Cantar 2, 10; Sal 45 , 10-17) y la Coronación de
María como Reina (Sal 45, 10-17; Ap 12, 1).
3. Porque ayuda a la santificación
Como observara el beato Juan Pablo II, «es una oración apreciada
por numerosos santos», y él mismo fue uno de ellos: « El Rosario es mi
oración predilecta», dijo, y de hecho está «destinada a producir frutos de
santidad». Aunque no es ni será fácil para todos —a santa Teresita del Niño
Jesús siempre se le dificultó porque se distraía constantemente—, ha sido de
gran ayuda para muchos en su camino de santificación, pues bien rezado, con
concentración y devoción, a Jesús nunca se le pierde de vista, y es
excelente para interceder por los demás, a imitación de Cristo, que medió
ante el Padre por toda la humanidad. Hay quienes rezan los veinte misterios
de un tirón, y santos como el padre Pío nunca se conformaron con rezar un
solo Rosario al día.
4. Porque la virgen así lo ha pedido
María Santísima lo recomendó a santo Domingo de Guzmán, en el año
1214, a fin de lograr la conversión de los herejes albigenses. En Fátima, en
1917, la Madre de Dios pidió expresamente: «Recen el Rosario cada día para
obtener la paz en el mundo», y «Continúen siempre rezando el Rosario cada
día». Cuando en 1973 se apareció en Akita, Japón, a sor Agnes Sasagawa,
María advirtió de un terrible castigo que está por venir, y del Rosario como
remedio eficaz para evitarlo: «El fuego caerá del cielo. Por este castigo
una gran parte de la humanidad será aniquilada. Morirán por igual los
sacerdotes y los fieles. Los hombres que sean perdonados y exceptuados
tendrán grandes sufrimientos y desolación tal que envidiarán a los que estén
muertos. La única arma que queda es el Rosario, y el signo dejado por mi
Hijo. Cada día recen el Rosario por el Papa, los obispos y los sacerdotes».
Y en Cuapa, Nicaragua, pidió en 1980: «Recen el Rosario no sólo en mayo,
sino siempre. Recen el Rosario meditando. Si rezan el Rosario, habrá paz».
5. Porque debilita a satanás
El Rosario «es oración sencilla y humilde y, por lo tanto, es la
más eficaz para combatir a Satanás», le dijo la Santísima Virgen al padre
Stefano Gobbi el 28 de mayo de 1976. Más aún, el 7 de octubre de 1992 le
explicó: «Cada Rosario que recitan conmigo tiene el efecto de restringir la
acción del Maligno, de substraer las almas de su maléfico influjo y de dar
mayor fuerza a la expansión del bien en la vida de muchos hijos míos. La
cadena del santo Rosario tiene también el efecto de aprisionar a Satanás,
esto es, de hacer impotente su acción y de disminuir y debilitar cada vez
más la fuerza de su diabólico poder. Por esto cada Rosario bien recitado es
un duro golpe dado a la potencia del mal, es una parte de su reino que es
demolida. La cadena del Santo Rosario obtiene, en fin, el resultado de
hacer a Satanás completamente inofensivo». Es un hecho probado que el
Rosario desespera y debilita a Satanás; por eso el exorcista español José
Antonio Fortea, antes de hacer un exorcismo y mientras él atiende distintos
asuntos de su parroquia, un grupo de feligreses reza una o varias veces el
Rosario delante del poseso, así que cuando el sacerdote inicia el rito del
exorcismo el demonio está muy agotado y es más fácil expulsarlo.
Diana Rosenda García Bayardo
Sus más portentosos milagros
Derrota de los musulmanes en la batalla de Lepanto
El 7 de octubre 1571, las fuerzas navales católicas, en batalla con
las fuerzas musulmanas, se encontraban en una situación de desventaja en
número y recursos. Entonces el Papa san Pío V pidió a toda Europa rezar el
Rosario. Durante la oración, aunque él estaba a miles de kilómetros de la
batalla, el Papa, de repente, se puso de pie en el momento de la victoria y
exclamó derramando lágrimas de gratitud a Dios: «¡La flota cristiana es
victoriosa!». Gracias a ese triunfo, se frenó el expansionismo musulmán en
Europa.
Los jesuitas, protegidos de la bomba de Hiroshima
En la Segunda Guerra Mundial, el 6 de agosto 1945, una bomba
atómica fue arrojada por Estados Unidos sobre Hiroshima, Japón, matando a
140 mil personas y dejando mutiladas, quemadas, ciegas o sordas a muchas
más, además de que en los años siguientes la gente se moría de cáncer o
transmitía defectos genéticos a su descendencia. La ciudad quedó devastada;
pero, extrañamente, a una casita que había a un lado del templo católico no
le pasó nada, si bien el recinto sagrado perdió el techo y quedó bastante
dañado. Los habitantes de la casita, y que se hallaban ahí al momento de que
cayó la bomba, eran ocho misioneros jesuitas alemanes; ellos dieron su
testimonio: «Creemos que sobrevivimos porque vivíamos el mensaje de Fátima.
Nosotros vivimos y rezamos el Rosario diariamente en esa casa». No sólo
resultaron ilesos, sino que todos tuvieron una larga vida, preservados de
todas las horribles dolencias a corto, mediano o largo plazo que conlleva la
exposición a la radiación.
Se libera a Austria del régimen comunista
Después de la Segunda Guerra Mundial, la católica Austria estuvo
durante tres años sometida al gobierno tiránico de la Rusia comunista. El
padre Petrus, sacerdote franciscano, recordando cómo los cristianos en el
siglo XVI habían derrotado a los turcos en la batalla de Lepanto gracias al
Rosario, puso en marcha una cruzada de oración en la que 70 mil personas se
comprometieron a rezar el Rosario todos los días para pedir la liberación de
Austria. El 13 de mayo de 1955, en el aniversario de la primera aparición de
la Virgen en Fátima, el régimen ruso ateo firmó un acuerdo para salir de
Austria. Ninguna persona murió, y ni siquiera salió herida. Hasta la fecha,
los historiadores y estrategas militares aún no pueden explicar cómo o por
qué los rusos se retiraron de Austria.
El Rosario detiene a un asesino serial
En 1978, a las 3 a.m. del 15 de enero, el asesino en serie Ted
Bundy entró en la casa de la fraternidad Omega Chi de la Universidad Estatal
de Florida, EU, y asesinó a dos muchachas antes de ir a buscar más víctimas.
Cuando entró en la habitación de una tercera chica con un bate como arma,
vio un Rosario apretado en su mano, y él dejó caer el bate y huyó. Resulta
que la joven, antes de irse a la universidad, le había prometido a su abuela
que iba a rezar el Rosario todas las noches para su protección, aun cuando
se quedara dormida en el proceso. Esto es lo que había pasado esa noche, por
eso aún sostenía el Rosario cuando el asesino entró en la habitación. Bundy
fue aprehendido y confesó más de treinta asesinatos; condenado a muerte,
pidió la asistencia espiritual de un sacerdote, quien le preguntó sobre
aquella noche; el criminal contestó que, cuando entró en la habitación de la
estudiante, tenía toda la intención de asesinarla, mas alguna fuerza
misteriosa se lo impedía.
El fin de la dictadura de Filipinas
Los filipinos llevaban una vida de pobreza y hambre, mientras que
su presidente y dictador Ferdinand Marcos y su esposa Imelda vivían a todo
lujo, en medio de la más descarada corrupción. Las personas querían como
nuevo presidente a Benigno Aquino, pero fue asesinado; entonces la esposa de
éste, Corazón Aquino, se convirtió en la gran opositora al régimen de
Marcos. El cardenal Sin, de la arquidiócesis de Manila, instó a una protesta
pacífica contra el dictador, y el pueblo católico salió en tropel. Rodearon
a los tanques de guerra y a los soldados armados, rezando el Rosario y
entonando canciones religiosas; también se celebraron Misas y vigilias de
oración en los templos. Esta protesta de oración continuó durante casi una
semana y, de forma inesperada, los soldados se alejaron de sus tanques,
dejaron sus armas, y se unieron a la multitud pacífica. El presidente Marcos
huyó del país el 26 de febrero de 1986, y Corazón Aquino se convirtió en
presidenta del país.
Decirle 50 veces a la Virgen que la amamos
Rezar un Rosario es, entre otras cosas, decirle 50 veces a la
Virgen que la amamos. No es que ella necesite escucharlo, pero el que ama no
puede callar. Lo siguiente lo contó el obispo Fulton Sheen: «Cierta noche
vino a verme una joven y me dijo:
— No quisiera por nada del mundo hacerme católica. Ustedes siempre repiten
lo mismo cuando rezan el Rosario. Si un repite lo mismo, es prueba de que no
es sincero. Yo no creería en una persona que me repitiera las mismas
palabras, y creo que Dios tampoco.
Entonces le pregunté quién era aquel joven que la acompañaba.
— Es mi novio — contestó ella.
— ¿Y la quiere a usted?
— Ciertamente que sí.
— ¿Cómo lo sabe? ¿Cuántas veces se lo ha dicho a usted: una, dos…?
— Me lo repite todos los días..
Entonces le dije:
— Si él se repite no le crea, pues es prueba evidente de que no es sincero,
tal como usted me ha comentado hace un momento».
No existe repetición cuando se dice «te amo», pues cada vez ocurre en un
momento distinto en el tiempo y en el espacio, y el corazón y el espíritu
van sintiendo de manera diferente, revelando en cada ocasión una nueva señal
de afecto.
La ayuda del Rosario en la vida de gente
famosa
El doctor Carlos Finlay regresó tarde a su casa y, aunque estaba
muy cansado, se puso a rezar el Rosario, como todos los días. Un mosquito
sobrevolaba su cabeza, distrayéndolo. De repente, como inspirado por la
Virgen, a quien dirigía su oración, cruzó por su mente la idea que luego
demostró y lo hizo famoso: que justamente un mosquito era el agente
transmisor de la fiebre amarilla y la malaria.
El gran músico y compositor austriaco, Franz Haydn, reveló a sus
admiradores: «Cuando me siento embotado y no encuentro la inspiración al
trabajar en una composición, tomo mi Rosario y empiezo a rezarlo.
Inmediatamente, mi mente es invadida por tantas melodías, que sólo alcanzo a
anotar unas cuantas».
Frederick Ozanam, en proceso de beatificación y fundador de la Sociedad de
San Vicente de Paul, no era creyente cuando joven. Un día entró a un templo
vacío; sólo había un anciano que rezaba el Rosario ante el altar. Al
acercarse descubrió que era su profesor Ampère, un gran matemático y físico,
padre del electromagnetismo e inventor del primer telégrafo. Rezaba el
Rosario con tal devoción que arrastró a Ozanam hacia la conversión; éste
decía: «El Rosario de Ampère causó más efecto en mí que todos los libros y
sermones».
El obispo misionero James E. Walsh estuvo encerrado en una prisión china por
muchos años. Escribió en una carta: «Mi gran apoyo a lo largo de doce años
de prisión fue el Rosario. No tenía libros religiosos a la mano y tampoco
podía conseguir alguno, así que me era imposible celebrar la Misa o rezar el
Breviario. Ningún lugar a dónde ir, nada qué hacer, tan solo una monotonía
interminable. ¿Qué hacer en estas condiciones? La respuesta fue inmediata y
automática: el Rosario. Puede rezarse con los diez dedos. Para rezar el
Rosario no se necesita otra cosa más que tiempo. Y en esa época, era lo que
a mí me sobraba».