LOS HIJOS Y LA VIDA DE FE
Mª del Carmen Montoro de González
* DEL CEOFT (S/C. TENERIFE) ESPAÑA
Páginas relacionadas
1. MISIÓN DE LOS
PADRES EN LA EDUCACIÓN DE LA FE
2. FACTORES QUE CONCURREN EN LA FORMACIÓN DE LA CONCIENCIA MORAL
3. MANIPULACIÓN DE LA FE
4. OBJETIVOS QUE DEBEN PLANTEARSE LOS PADRES
RESPECTO A LA EDUCACIÓN EN LA FE DE SUS HIJOS
5. RESPONSABILIDADES DE TODOS LOS PADRES EN TANTO QUE SON JEFES DE UNA
IGLESIA DOMÉSTICA:
6. EJEMPLOS PRÁCTICOS DE PREGUNTAS QUE NOS SUELEN HACER NUESTROS HIJOS Y
POSIBLES RESPUESTAS:
INTRODUCCIÓN
Los padres para educar a sus hijos en la fe, deben reconocer que
no educan por lo que hacen, ni por lo que dicen, sino por la unidad de
vida que lleven. Para ello tienen que referirse a los aspectos positivos:
cultivar y orientar y no en los aspectos negativos, que son los
obstáculos que deben vencer las personas para conseguir el
desarrollo integral.
1. MISIÓN DE LOS PADRES EN LA EDUCACIÓN DE LA FE
1ª) Crear las disposiciones adecuadas para que sus hijos
respondan generosamente y reciban ese don de Dios.
2ª) Deben reconocer que es necesaria la gracia de Dios y los
auxilios internos del Espíritu Santo, porque la fe la da Dios, es un don
gratuito que El da a quien se la pide con rectitud de intención.
3ª) Los padres deben rezar por sus hijos.
4ª) Deben ayudarles a conocer a Dios y a tratarle como Padre.
5ª) Deben preparar y motivar a sus hijos para que por su propia
iniciativa, relacionen su vida cotidiana con Dios.
6ª) Deben conocer a sus hijos para ayudarles a superar los
obstáculos que a nivel humano dificulten su vida de fe.
Los padres deben saber que son los primeros educadores de la fe
en sus hijos, no deben delegarla en profesores, ni en sacerdotes,
deben tener tiempo para hablar a sus hijos de Dios, igual que les
hablan de otras materias, con ello no coartan la libertad de sus hijos
sino que les están dando el alimento que necesitan aunque el niño no
lo pide, (como tampoco lo pide un bebé), necesitan el alimento para
que aumente la vida de la gracia que recibieron en el Bautismo, y esto
es porque el niño, antes de los siete años no comprende nada pero
imita y actúa espontáneamente, hace lo que ve en sus padres y así
adquirirá una serie de hábitos, que suponen una exigencia por parte
de los padres.
Los padres deben insistir mucho en pocas cosas, porque los
hábitos que crean son una estructura a la cual hay que dar vida.
Para ello los padres deben reconocer el valor de la obediencia y del
razonamiento, reconocer el valor que tiene la obediencia es lo que
permite desarrollar la voluntad.
El sentido que tienen los actos de piedad hay que explicárselo a los
hijos en el momento oportuno para que vean la importancia de lo que
están haciendo.
Cuando llegan a los siete años, utilizan ya su capacidad de
razonamiento y su sentido moral, juzgan las acciones buenas o malas,
de acuerdo con la regla de moralidad.
2. FACTORES QUE CONCURREN EN LA FORMACIÓN DE LA
CONCIENCIA MORAL:
Antes de empezar con estos factores, conviene aclarar un poco lo
que es la conciencia. La conciencia es la facultad que permite evaluar
los actos de las personas en relación con la norma moral. En su
formación van implicados los siguientes temas: la existencia de Dios y
su providencia, la existencia de una realidad y de un orden moral
objetivos, la verdad y la divinidad de la religión Católica, toda la
filosofía de la educación y la naturaleza de la conciencia de la
libertad.
Las normas prácticas pues, para la formación de la conciencia son:
el conocimiento y necesidad de formarse, la amistad y la confianza
(pues es el camino que enseñó Jesús a sus discípulos). Camino que
empieza por el corazón desde dentro.
1º) La familia, el ambiente de comprensión, cariño y disciplina que le
caracterizan.
2º Las relaciones del niño con su entorno, el ejemplo de vida
cristiana de la comunidad en que se integre la familia.
3º La catequesis cristiana que tiene, que sea viva, explicativa y
operativa.
Esta última es la más importante, los padres deben de asegurarse,
que la persona que instruye a sus hijos, enseña la doctrina de la
Iglesia, hay que dar información y no fiarse; una buena medida es que
los padres vuelvan a estudiar el catecismo con sus hijos. Se trata de
formar en el niño unas actitudes básicas de amor hacia el Padre
Celestial.
La formación doctrinal debe continuar a lo largo de la vida del niño,
después de la Primera Comunión, hay que profundizar en los
Sacramentos, para que vayan aumentando en su gracia mediante la
recepción de los mismos. La confesión permite atajar correctamente
las primeras desviaciones. Los niños deben comprometerse poco a
poco con lo que saben que es bueno. Para vivir según su conciencia,
para ello hay que ayudarles a que se conozcan a sí mismos, lograr
hacer vida en ellos de la doctrina cristiana y emplear los medios
eficaces, insisto, de la Confesión, el asesoramiento doctrinal.
3. MANIPULACIÓN DE LA FE
Hoy en día para hacer apostolado con el "hombre moderno", se
utiliza de "buena voluntad", el vaciar de auténtico significado las
palabras como "libertad", "amor" y "fe", se emplea la manipulación
semántica que equivale a la mentira y a una inversión de valores. En
la manipulación de la fe existe una sustitución progresiva de Dios por
el hombre, se "ama al hermano", olvidándose de Dios, se reduce a
Jesucristo a un "hombre para los hombres", así poco a poco se
transforma el cristianismo en Humanismo.
Si la fe sólo se refiere al hombre deja de ser fe, se transforma en
ideología y por tanto dejaría de existir.
De hecho las principales verdades han sido negadas, se quiere
acomodar la doctrina cristiana al "sentir del hombre actual".
Por eso cuando se exponga la doctrina a los católicos, no hay que
tener miedo a decir las cosas claras, para ello se necesita fortaleza y
el desarrollo integral de todas las virtudes humanas.
Para educar en la fe, hay que entender lo que ella implica y son dos
cosas:
a) Es un regalo de Dios que distribuye gratuitamente.
b) Disposición del hombre para aceptar ese don.
El hombre es libre, por eso tiene que saber pedirla y agradecer a
Dios el que nos la haya dado y el mejor medio es la oración. Por eso
es tan importante en los niños desarrollar la capacidad de recibir y la
capacidad de amar.
La fe es la respuesta del hombre, ayudado por la gracia, a la
Revelación gratuita de Dios, esta respuesta del hombre afecta a su
entendimiento y a su voluntad, en esta relación Dios ha querido que
sea más profunda, más íntima que la criatura inteligente con su
Creador. Ha querido que sea de la forma que un hijo trata a su padre,
aquí radica la filiación divina, Dios lo ha querido así, para que este
crecimiento de la fe en la vida, implique el desarrollo de la libertad y
del amor en cada persona. Dios ha querido que seamos hijos suyos
de esta manera, y por ello debemos mostrarle nuestro agradecimiento
porque nos ha dado, libertad, amor y fe.
Por todo lo dicho anteriormente, diremos que crecer en la fe, quiere
decir, crecer en la formación doctrinal, crecer en la relación personal
con Dios, crecer en las virtudes humanas y sobrenaturales.
Los padres ante esta manipulación de la fe deben saber informar a
los hijos con claridad y con cariño sobre el don divino de la fe y las
relaciones humanas frente a ese don.
La conducta humana se distingue de la conducta animal, en que la
persona tiene una especie de norte -un Absoluto- que va dando
dirección y sentido a la vida, los que sustituyen a lo largo de la vida
ese Absoluto, que es Dios, por otros, se les puede llamar idólatras no
ateos.
El ateísmo se caracteriza por la ignorancia o rechazo del Dios
personal y transcendente y depende de cual sea su falso dios o el
camino por el que han llegado a establecer ese falso ídolo.
La diferencia entre las ideologías antiguas y modernas es muy
diferente, ahora se desconfía de las cosas como son en sí y se pone
la confianza en su propio "yo" y así aparecen los ateísmo cientifistas,
existencialistas, pero el más peligroso de todos, es el ateísmo
cristiano, que pretende una religión sin Dios, puramente humanista.
En el cristianismo ateo se nota un desprecio manifiesto hacia la
verdad en sí, lo único importante es saber si la creencia en Dios
resulta o no eficaz, en la conducta de los creyentes.
Por extraño que parezca, este modo de pensar atrae a alguna
gente, "No importa la verdad sino lo que se sienta". Y en esta línea es
frecuente toparte con individuos que ante las verdades religiosas,
formulen un sólo interrogante: Este dogma, ¿me dice algo, o no me
dice nada?" . Y de la respuesta que les merezca esa pregunta hacen
depender la verdad o la falsedad del artículo de "fe" sometido a tan
extenso juicio. Es un ateísmo dispuesto a reconocer la "verdad" de
Dios si esto mueve a los hombres.
Es conveniente reflexionar sobre esta manipulación de la fe, pues
así nos explicamos el comportamiento de muchas personas y nos
puede permitir aclarar a los interesados las causas de su propia
conducta, tal vez confusa para ellos mismos. Sencillamente se trata de
ideas equivocadas respecto al don de la fe. Nos permite comprender la causa de muchas crisis de fe actuales, crisis de ignorancia en
muchos casos, crisis generadas por la influencia de esta manipulación
que consiste en sustituir a Dios por el hombre para terminar
sustituyendo al hombre por la sociedad.
En síntesis educar en la fe no consiste solo en dar una información
correcta sobre la doctrina cristiana, procurando fomentar a la vez una
mejora en virtudes y una relación personal más íntima con Dios. Es
necesario informar de algunos problemas, que en la actualidad, se encuentran
un poco por todas partes, de las ideas erróneas que hay
en el transfondo y de lucha personal que exige el permanecer, frente
a esas ideas firmes en la fe.
4.
OBJETIVOS QUE DEBEN PLANTEARSE LOS PADRES
RESPECTO A LA EDUCACIÓN EN LA FE DE SUS HIJOS:
Lo más importante en la educación de la fe por parte de los padres,
es hacer caer en la cuenta a sus hijos que todos somos hijos de Dios
y que siempre hemos de tratarle como a un Padre que siempre está
dispuesto a escucharnos y darnos todo lo que nos va a hacer bien,
aunque a veces no lo entendamos.
Respecto a esto, los padres deben conseguir estos objetivos y
luchar por conseguirlos:
- Mantener a toda costa el vínculo familiar en orden a la procreación
y a la educación de los hijos, para ello cuentan con la fe, la oración y
la vida virtuosa consecuente con ellos mismos.
- Dar a conocer a los hijos al Dios Amor, para ello la madre tiene
que ser fuente de ternura y seguridad y el padre fuente de autoridad
que los proteja sin herirlos.
- Educar a los hijos para que realmente sean hijos de Dios a través
de Cristo, porque los padres son el medio por el cual la Encarnación y
la Redención pueden prolongarse. Los medios pueden ser visitar al
Santísimo junto con sus padres, para que comprendan la actitud de
éstos, que el mismo Señor está allí realmente presente.
- Enseñar a sus hijos a amar a Aquel que nos lo da todo y a venerar
en El, el poder que todo lo gobierna, apoyándonos en las
necesidades que tiene el niño, pues éste ama a quien provee de ellas
con olvido de sí mismo y así cuando haya cosas que no pueda
realizar, porque no es el momento oportuno y para todo hay límites,
experimentaría la existencia de fuerzas invisibles que le harán acudir a
Dios Padre como al más poderoso.
- Mantener en la familia la relación viva con Dios, mediante el rezo
en común, siendo éste uno de los momentos más sagrados e
impresionantes y nunca costumbre obligatoria y molesta.
- La razón más poderosa por la que los padres deben plantearse
estos objetivos es: porque los niños huérfanos de esta filiación divina,
nacen sujetos para siempre a la esclavitud de la carne, no se pueden
librar de ella, porque necesitan ayuda de los demás para enseñarles
el camino verdadero, que todos tenemos en potencia , nunca podrán
conocerse a sí mismos, porque no conocen a Dios que es el Único
que se manifestó para que los demás le conocieran a través de
Cristo. Buscará la verdad incluso mas allá del mundo visible y no
tendrá a nadie que le hable de Dios para guiar su imaginación a la de
un Dios creador y Todopoderoso y del Dios Amor. ¿Cómo hablarle del
Dios amor si sus padres no son para él fuente de lo bueno, sino de
todo lo contrario?. Los cristianos tenemos una gran responsabilidad
con estos niños que nacen huérfanos, bien en familias normales, que
los padres no se preocupan, o bien en familias separadas donde falta
de todo.
5. RESPONSABILIDADES DE TODOS LOS PADRES EN TANTO
QUE SON JEFES DE UNA IGLESIA DOMÉSTICA:
La primera responsabilidad que tienen que adquirir los padres es, la
de la procreación de sus hijos y para ellos tienen que ofrecer cierta
madurez espiritual, porque es evidente que el hombre y la humanidad,
abandonados a sí mismos, no podrán saber jamás de una manera
clara y suficiente qué es lo que Dios exige de ellos.
Los padres deben ser responsables de cual es el ideal de
educación para sus hijos, este ideal fue realizado en nosotros como
un don de la gracia de Dios, deben tender a restaurar en sus hijos la
naturaleza originalmente íntegra, perdida por el pecado original, por el
que estamos sujetos a desviaciones y necesitamos ser educados y sin
la ayuda de los padres no podemos liberarnos de la tiranía de
nuestros instintos.
Tienen la responsabilidad de reunir a todos sus hijos dentro de la
Santísima Trinidad, para hacerles partícipes de la vida divina,
proporcionándoles los medios sobrenaturales con los Sacramentos, a
partir del Bautismo la gracia confiere al niño las facultades de la fe,
esperanza y caridad y así cada Sacramento va confiriendo al niño una
gracia distinta.
Tienen la responsabilidad de usar la autoridad que les ha sido
confiada por Dios en el Sacramento del Matrimonio para ser los
primeros educadores de la fe en sus hijos, pues la familia junto con la
iglesia constituyen una defensa y un templo únicos para la educación
cristiana, es en la familia donde los hijos deben vivir en contacto con
la Sagrada Escritura, sobre todo con el Nuevo Testamento y
especialmente con los Evangelios.
Tienen la responsabilidad de transmitir a los hijos el amor a Nuestra Madre la Virgen María, porque es la mediadora de toda gracia,
además Cristo nos la dio explícitamente como Madre y los padres
tienen que enseñar a sus hijos a decir "SI" como María le dijo al
Padre, para que Cristo entre en nuestras vidas y poder participar así
en la Vida Eterna.
Tienen que ser responsables de lo que entraña una auténtica
formación religiosa, sin esta educación no sabríamos que somos hijos
de Dios, deben promover y despertar el acto de fe para orientarlos
por entero hacia Dios con un amor desinteresado y el olvido de sí
mismos, pues sin fe en la existencia de Dios, es difícil asumir la plena
responsabilidad de la procreación de los hijos.
Tienen la responsabilidad de ver en sus hijos a seres dinámicos y
poco a poco ir dándoles la educación religiosa que requiere su edad,
en un principio debe la madre transformar la angustia que siente el
niño en ternura, para que el don del Espíritu Santo transforme esa
angustia en temor de Dios, mas tarde con el carácter egocéntrico del
niño, habrá que inculcarle la virtud de la obediencia por medio de la
autoridad de los padres para fortalecerle, cuando el niño llegue a la
edad de los tres años en que quiere hacerse valer, habrá que
revelarle que Dios es mas grande aún, que tiene un poder mas
grande que el de los padres, para que el niño sienta una misteriosa
atracción por Dios, debe aprender a ver al Niño Jesús como el amigo
divino. Es a los 7 años, cuando el niño ya pregunta y es cuando los
padres deben orientar la vida religiosa del niño hacia el amor activo a
Dios y al prójimo y mostrarle la grandeza del amor que murió y
padeció por nosotros, es el momento de exigirle algún sacrificio a él
también por amor a Dios a quien deben amar, venerar, adorar y dar
gracias a esa persona que tanto ha hecho por nosotros, más adelante
se despertará en el niño el sentido de responsabilidad y un ideal de
vida elevada y el espíritu de fe.
Al llegar a la adolescencia el niño se distanciará de sus padres para
juzgarles, los padres estimularán en los hijos que quien busca la
verdad, busca a Dios y quien ama la verdad ama a Dios, para que así
aprendan a ver que sólo Dios es la verdad, la justicia y el amor. Por
último decir que los padres tienen la gran responsabilidad de rezar
por cada uno de sus hijos, ya que en el plano sobrenatural no pueden
triunfar con sus propios medios porque hay que contar siempre con la
gracia y así ayudar a sus hijos a que el día de mañana cuando sean
adultos deban confiar únicamente en Dios, para ello como ya he
dicho, desde pequeños tienen que desarrollar poco a poco las
virtudes naturales, hasta que se conviertan en sobrenaturales.
6. EJEMPLOS PRÁCTICOS DE PREGUNTAS QUE NOS SUELEN
HACER NUESTROS HIJOS Y POSIBLES RESPUESTAS:
Un niño de siete años dice a su mamá: SI PAPÁ NO REZA ¿POR
QUÉ TENGO QUE REZAR YO?.
Posibles respuestas:
- Hablarles de que además del padre que tienen en la tierra tienen
otro Padre, que es Dios y que nos quiere más que todos los padres
de la tierra juntos y que ese Padre le gusta que nos acordemos de
Él.
- Decirle que si él reza, el Padre que tiene en el cielo le escuchará,
y le ayudará a resolver sus problemas.
- Hacerle caer en la cuenta de que si su padre le ve rezar, un día
rezarán juntos y verán que felices pueden ser.
- UN CHICO DE DOCE AÑOS QUE DICE: LA MISA NO ME DICE
NADA.
- Hacerle reconocer el valor de la obediencia para sus padres, pues
al igual que les obedecen en otras muchas cosas, en esta también,
pues forma parte del alimento espiritual que le hará ser más fuerte
cuando sea mayor.
- Explicarle el sentido de la Santa Misa, el sacrificio de Cristo en la
Cruz, por amor hacia nosotros, dándonos prueba de su gran amistad
para con los hombres.
- Ayudarle a comprometerse para que vaya, porque es una cosa
buena y a Jesús (que es su mejor amigo) le agradará verle allí.
- Ayudarle a seguir las enseñanzas del Magisterio de la Iglesia para
que en caso de dudas se atenga a ellas y no a su conciencia.
- UN CHICO DE QUINCE AÑOS QUE DICE: ¿POR QUÉ TENGO QUE
ATENERME A UNAS NORMAS SI YO PUEDO ENCONTRAR A DIOS
DIRECTAMENTE?
- Se le puede decir: para poder encontrar a Dios, hay que conocer
poco a poco la vida de Jesucristo a través del estudio del Evangelio y
seguir las normas que el Magisterio de la Iglesia enseña.
- Sin la mortificación y el sacrificio del estudio, nadie conoce a nadie
ni llega a ningún sitio.
- Hacerle ver que precisamente las normas son el alimento del
espíritu, sin el cual quedaría raquítica su vida espiritual y lo que es
peor huérfana del Padre para siempre.
- Hacerle ver que la autoridad de la iglesia no está en conflicto con
su libertad personal, al contrario, le ayuda a seguir libremente el
camino, igual que si va en coche tiene que seguir unas normas para
no darse con el de enfrente o atropellar a alguien.
- Leerle el pasaje evangélico que dice: "Nadie conoce el Padre, sino
es a través de Mí"...."Yo soy el Camino, la Verdad y la Vida"...y sin
seguir las normas que nos marcan el Evangelio no podemos jamás
conocer al Padre.
- Hablarles de la soberbia, por ser éste el gran pecado que nos
obliga a decir semejantes cosas y de cómo formar una conciencia
recta para ser libres y no esclavos de la vanidad, del orgullo, etc...
- UN CHICO DE DIECISIETE AÑOS QUE DICE: "A MI QUÉ ME DA
LA RELIGIÓN, NO LA NECESITO PARA NADA.
- Preguntarle: ¿qué harías tú, si desde pequeño no hubieras tenido
a nadie que te cuidara?.
- A continuación se le hablaría, que no sólo está hecho de carne,
sino además tiene una vida espiritual que tiene que alimentar y que
más adelante surgirán unas hambres que no podrá satisfacer si no
está preparado en la vida espiritual.
- Se le seguirá hablando de que estas hambres son junto con el
conocimiento, la sociedad y la unión erótica, la religión como la
llamada absorbente de Dios.
- Hablarle de que es hijo de Dios, aunque no lo quiera, (está por
encima de él, el serlo), para hacerle realmente libre y no esclavo de
sensualidad, soberbia, hedonismo, etc...y no caer en la orfandad
eterna.
Para seguir todo lo expuesto en esta ficha técnica que duda cabe
que los padres tienen la grave obligación de desarrollar su propia vida
de fe, no sólo cumpliendo con la obligación que impone, sino también
aprovechando al máximo los Sacramentos para aumentar en la vida
de la gracia y preparándose y formándose continuamente según su
capacidad intelectual, en la doctrina de la Iglesia. Se trata de buscar
fuentes seguras, cultivando siempre las virtudes de la fortaleza y de la
humildad.
* Mª del Carmen Montoro de González: Es madre de cuatro hijos,
abuela de dos nietas, Profesora de Pedagogía Terapéutica y
Orientadora Familiar por la Universidad de Navarra