La Santa Misa en 62 Historietas
Un Servicio de los MSC
Misioneros del Sagrado Corazón 35. El profeta y los Niños.
Entre los grandes mensajeros del Antiguo Testamento debe
considerarse como el mayor a Isaías, el hijo de Amos. Durante los últimos años
del reino de Judá antes de la conquista por Babilonia, Dios le permitió echar
un vistazo en el cielo. El mismo cuenta: "He visto al Señor en un trono
alto y excelso. Su manto llenaba todo el santuario. Los ángeles estaban
alrededor de Él. Cada uno tenía seis alas.
Uno gritaba al otro y hablaba: ¡Santo! ¡Santo! ¡Santo! El Señor de los
ejércitos. De su gloria está llena la tierra. - En ese momento temblaban los
umbrales a causa del este gran clamor. La casa se llenó de incienso". Este cántico del cielo lo cantamos cuando se ha iniciado el
canon. El prefacio ha dicho: Queremos dar gracias a Dios, nuestro Señor.
Queremos alabarlo, porque ha hecho grandes cosas por nosotros. Queremos
bendecirlo porque es glorioso en medio de los ángeles. Entonces viene el
profeta Isaías y nos susurra al oído: "Santo, santo, santo....!" Nos
dice: "Abrid los ojos de vuestra alma.
Mirad como Dios está sentado en su trono excelso, cómo su manto real
traspasa todo el cielo. Escuchad como los ángeles cantan y cantan". Entonces
también nosotros nos unimos a ellos, primero un poco tímidamente, luego cada
vez con mayor entusiasmo: "¡Santo, santo, santo...!" Con el profeta Isaías vienen también otros - no son los
santos, ángeles o coros celestiales. Son niños – los niños de Jerusalén de la
calle, con manos sucias y ropa de andrajosos. Nos dicen suavemente: "¡Ayudadnos!
Quisiéramos competir con el gran profeta. Podemos continuar su canto."
Luego cantan: "Hosanna el que viene en nombre del Señor. Hosanna en las
alturas". Es el canto del Domingo de Ramos. Lo cantaban los niños cuando
Jesús entró solemnemente a Jerusalén para celebrar el sacrificio de la cruz por
la salvación de los hombres. Quisiéramos ver junto a los niños del Domingo de Ramos a los
niños que Jesús ha bendecido cuando lo pedían sus madres. Quisiéramos ver al
joven que ha resucitado de entre los muertos, el joven de Naím, también a la
hija de Jaíro. Cantan junto con los demás: "Bendito el que viene en nombre
del señor, Hosanna". Lo que sucedió entre los apóstoles se repite. Jesús coloca a
estos niños en medio de nosotros y nos dice: "Sed como ellos. Aprended de
ellos. Cantad con ellos: ¡Bendito! Hosanna en las alturas" El canto del santo es un canto de la Sagrada Escritura. Más
aún: relata lo que sucede en la Santa Misa. Cristo viene entre nosotros y
nosotros vamos a su encuentro tan interior e intensamente como el profeta, tan
alegremente como los niños. |