La Santa Misa en 62 Historietas
Un Servicio de los MSC
Misioneros del Sagrado Corazón 42. La matanza del corderito (Cordero
de Dios) Un campesino
tenía dos hijos. El primero heredó los pocos campos que había en existencia. El
segundo dijo: "Yo voy a la ciudad.
Trabajaré de minero. Allí puedo ganar bien". Dicho y hecho. En la ciudad consiguió un trabajo bien
remunerado. Pero su casa no era agradable. Detrás de la casa pasaba el
ferrocarril. Esto trajo mucho ruido y polvo. Nada había para recordar la
campiña y los prados del pueblo paterno. El campesino vuelto minero sentía
nostalgia. Su mujer tuvo una idea. En el patio de la casa había un viejo
granero con una puerta que miraba los rieles del ferrocarril. Al costado había
bastante hierba. Compraron dos ovejas. Con permiso de la dirección de
ferrocarriles las ovejas podían pastar tranquilamente. El hijo de campesino se
sentía como en casa cuando le producían leche y queso. Cuando esquilaban las
ovejas sacaron suficiente lana como para un terno. Pero la alegría más grande fue cuando nació el corderito. El corderito había pastado en la hierba cerca del
ferrocarril por unas semanas y ya había crecido. Un día cuando el
minero-campesino quiso buscar el corderito el animalito había desaparecido. Las ovejas balaban
nerviosamente. Al lado de los rieles se vio un poco de sangre y lana. Pareció
obvio, alguien había robado el animalito y lo había matado. Pero tanto el
hombre como la mujer estaban de acuerdo: No dejaremos de criar ovejas. Pronto
tendremos un nuevo corderito para nuestro hijo que va a nacer. Cuando los dos regresaban de la Misa el domingo el
hombre dijo: "Ahora me he dado cuenta por que rezamos 'Cordero de Dios'.
El corderito ha alegrado nuestra vida.
Así Jesús ha dado alegría al mundo entero. El corderito ha sido matado
por malos hombres. Lo mismo nuestro salvador". La mujer opinó: "Tenía que pensar en la homilía del padre
hace unos días. ¿Sabes? Nos lo contó de la Biblia. Las ovejas eran lo más
precioso que tenían los Israelitas ya
que eran un pueblo de pastores. Por eso se llama a Jesús: Cordero de
Dios. Él es tan importante, tan precioso para nosotros y Él se ha sacrificado
por nosotros." Tenía razón: De la
vida ordinaria surgió la visión mística de los profetas y santos. Había un tiempo cuando los gobernantes y emperadores
prohibían representar a Jesús como "Cordero de Dios". El mismo
emperador de Constantinopla firmó tal decreto. Él quiso hacerlo por
consideración a los mahometanos. No permiten imagen alguna de hombres o
animales por miedo a la superstición. Los católicos creyentes estaban
indignados que se le s prohibía representar a Jesús como "Cordero de Dios". Así lo llamó el profeta Isaías, el Bautista
Juan y el evangelista Juan. En aquel tiempo se eligió un nuevo Papa que venía
de la Siria y que había experimentado en su patria el pleito acerca de la representación del Cordero de Dios. El
Papa quiso protestar contra la prohibición. Pero no mediante un decreto sino
mediante una oración. Por eso mandó lo siguiente":A partir de hoy queremos
cantar en todas las misas antes de la comunión: "Cordero de Dios que
quitas el pecado del mundo, ten piedad de nosotros". Porque Jesús, el cordero sacrificado es
nuestra alegría, Jesús, el cordero de
Dios fue muerto por los malos y por
nosotros. Esto sucedió alrededor del año 700. Hoy en día, mil doscientos años más tarde, sabemos
apreciar también este canto. Jesús - nuestra alegría en la ciudad oscura; Jesús
- cordero sacrificado por nosotros por
la rebelión de los malos. ¡Es la oración de la comunión más hermosa, cuando el
"Cordero" se hace nuestro sacrificio y nuestra alegría!. |