DECLARACIÓN FINAL: Tercer Congreso Americano Misionero (CAM3comla8s)
La Iglesia de América se ha congregado en la ciudad de Quito en estos días,
y ha experimentado un Pentecostés junto a María, la Madre de Jesús y Madre
nuestra. La creciente conciencia misionera de nuestras Iglesias locales nos
ha motivado a contemplar el futuro y la presencia de Dios, los dones y
carismas en nuestros pueblos, a escuchar sus necesidades, esperanzas y su
profunda experiencia de Fe.
En actitud de discípulos, hemos mirado los caminos del Maestro, su estilo de
vida y entrega por los pobres para iluminar nuestra conversión personal y
comunitaria. El discipulado implica revestirse de Cristo ser sus testigos.
Estamos prestos a anunciar el Evangelio, "esperanza para toda persona
sedienta de Dios" y juntos construir un mundo fraterno, justo y solidario; y
ser colaboradores del Espíritu en la construcción del Reino.
La experiencia de Pentecostés nos urge a dialogar con todos los pueblos con
actitud profética, estar abiertos a los cambios, reconocer "las semillas del
Verbo" y compartir las tradiciones culturales y religiosas de los pueblos.
Por eso, una comunidad discípula debe ser acogedora, integradora y
solidaria.
La Iglesia, comunidad llevada por el Espíritu Santo, nos impulsa a
configurarnos con Cristo, para formar el hombre nuevo, a vivir en comunión
fraterna, a ser solidarios con el prójimo y a evangelizar sin exclusión.
La Iglesia, "lugar de encuentro" con Jesucristo, convoca, envía a los
testigos del Resucitado y forma nuevos discípulos en comunidades vivas, que
testimonian el Reino de Dios. La misión aviva la esperanza de que otro mundo
es posible, aún en situaciones difíciles. Se necesitan profetas y peregrinos
que denuncien las situaciones de pecado y las estructuras injustas, y
anuncien los valores de la vida plena realizada en Cristo.
A la luz de estas reflexiones, los misioneros de América, declaramos:
1. MISIÓN AD GENTES: La Misión "Ad Gentes" es "Misión para la Humanidad", si
cumple simultáneamente ser "Servicio a la Iglesia" y "Luz de las Naciones".
¡La misión es servicio al futuro de la Humanidad! Por eso como laicos,
religiosos, sacerdotes y obispos de América, asumimos con entusiasmo y
corresponsabilidad eclesial la Misión Ad Gentes que implica una conversión
personal y el cambio de estructuras pastorales para que el Evangelio llegue
a todos los hombres y mujeres sedientos de Dios.
2. MISIÓN, FAMILIA Y DEFENSA DE LA VIDA: Urge una opción fuerte por la
formación y acompañamiento de las familias cristianas para que sean
evangelizadoras y misioneras con su vida, fidelidad y comunión. Nos
comprometemos a revitalizar la Pastoral Familiar y apoyar experiencias de
familias misioneras Ad Gentes.
3. MISIÓN Y GLOBALIZACIÓN: Reconocemos que el fenómeno de la globalización
acarrea consecuencias positivas y negativas para la humanidad. Favorece la
expresión plena de la Iglesia, que no pertenece a ninguna cultura y es de
todas. Asumimos una nueva manera de ser Iglesia que alimenta su vida desde
la escucha de la Palabra y de la realidad, para ser signo del Reino desde
cada cultura y cada pueblo.
4. MISIÓN, EXCLUSIÓN Y MIGRACIÓN: Asumimos que la migración y exclusión son
un desafío de primera categoría, palpable en la situación de niños, mujeres,
hombres y familias que viven atropellos en sus derechos. La Iglesia, con
valentía, debe promover proféticamente la cultura de la dignidad humana.
5. MISIÓN Y LAICADO: Impulsados por el Espíritu Santo, los laicos y laicas
de todos los pueblos, etnias y culturas del continente americano, en
comunión con los Obispos, Sacerdotes, Religiosas y Religiosos, asumimos el
compromiso de una formación integral: espiritual, pastoral y misionera, que
nos haga corresponsables de la Gran Misión Continental y Ad Gentes.
6. MISIÓN Y JUVENTUD: Los jóvenes, como presente y futuro de la Iglesia,
asumimos el Proyecto Misionero Americano con las siguientes dimensiones:
Espiritualidad, para poder ver donde caminamos; Responsabilidad, para asumir
consecuencias y no interrumpir el camino; y Mística que integre formación,
proyecto personal y compromiso.
7. MISIÓN, ACTIVIDAD Y DIGNIDAD HUMANA: Asumimos como Iglesia el desafío de
experimentar y suscitar cambios concretos y estructurales que promuevan
verdaderamente la dignidad humana, desde la formación misionera integral y
permanente, las nuevas organizaciones parroquiales en red y la apertura a
nuevos espacios misioneros.
8. MISIÓN, CULTURAS Y PUEBLOS: Como Iglesia valoramos y respetamos a los
pueblos indígenas y afro descendientes del continente, asumimos la urgencia
de reconocer sus espacios, expresiones y tradiciones para que tengan su
lugar en la sociedad y en la Iglesia. Nuestro espíritu misionero se
fortalece en escuchar, aprender y anunciar explícitamente a Cristo en las
diversas culturas.
9. MISIÓN Y ECOLOGIA: Anunciamos la Buena Nueva para restaurar el orden en
la naturaleza, en comunión con lo que el mundo espera: renovar en todos los
pueblos, culturas y corazones el rostro de la Humanidad mediante la
conversión y la salvación; y desarrollar una conciencia creciente en su
lucha por la conservación del medio ambiente.
10. MISIÓN Y MEDIOS DE COMUNICACIÓN SOCIAL: Con la fuerza del Espíritu Santo
y a la luz del mandato de Jesús "Vayan y anuncien el Evangelio", queremos
responder a las nuevas situaciones históricas, sociales y eclesiales,
comunicando el amor de Dios y la Buena Nueva del Reino con una comunicación
testimonial, coordinada e integrada en la pastoral ordinaria, para construir
la unidad y la comunión.
11. MISIÓN, ECUMENISMO Y DIÁLOGO INTERRELIGIOSO: Contemplamos "las semillas
del Verbo" en cada pueblo, cultura, religión y creencia: por ello asumimos
un diálogo, encuentro y cooperación ecuménica e interreligiosa desde nuestra
propia identidad de Discípulos Misioneros de Jesucristo.
12. MISIÓN, EDUCACIÓN Y MUNDO INTELECTUAL: Somos Iglesia educadora y nos
comprometemos a crear, con los actores del ámbito educativo, espacios de
formación y diálogo profético para ser testigos de la Buena Nueva del Reino
en el mundo contemporáneo.
13. ESPIRITUALIDAD MISIONERA: Queremos vivir una espiritualidad de
Discípulos Misioneros, una espiritualidad de las bienaventuranzas encarnada
en la vida: contemplativos, alegres, comunicadores de la experiencia de
Dios, pobres, sencillos, itinerantes, capaces de buscar y escuchar a todos,
con confianza en el Espíritu.
14. MISIÓN Y FUNDAMENTALISMO RELIGIOSO: Interpelados por el Señor de la
Historia, que nos llama a la unidad en el Amor, rechazamos toda actitud
fundamentalista dentro y fuera de la Iglesia Católica, y nos abrimos al
pluralismo y al diálogo que aúna a las personas y a los pueblos en la
construcción de la armonía y la paz.
15. MISIÓN Y PRESENCIA DE LA MUJER: Siguiendo los pasos de Jesucristo,
reconocemos y valoramos la presencia y participación activa de la mujer en
todos los ámbitos sociales y eclesiales, y propugnamos nuevas relaciones no
jerarquizadas entre mujeres y varones como riqueza para la Humanidad y para
la Iglesia.
16. MISIÓN, CIENCIA Y TECNOLOGIA: Queremos orientar la incidencia de la
ciencia y la tecnología en el desarrollo de la humanidad, a partir de los
valores propios del Evangelio, para que esté al servicio de la
Evangelización y de la cultura de la vida. La ciencia y la tecnología estén
al alcance de todos, posibilitando reales soluciones a la exclusión, la
desigualdad, la injusticia, el hambre y la muerte.
17. MISIÓN Y VIDA RELIGIOSA: Los religiosos y religiosas, estamos llamados a
ser Discípulos Misioneros con sólida espiritualidad trinitaria de la acción
entre los más pobres y diferentes; con un corazón indiviso y solidario que
ama a todos; encarnados en cada cultura de manera desprendida y
despretendida; proponiendo vivencial y proféticamente los valores
alternativos del Reino; y abiertos a la Misión y al envío Ad Gentes.
Misioneros de América. Hoy, al concluir el CAM3 comla8, Jesús nos envía a
ser testigos de todo lo que hemos escuchado, aprendido y anunciado hasta los
últimos confines de la tierra. "Vayan y hagan que todos los pueblos sean mis
discípulos... yo estoy con ustedes todos los días hasta el fin del mundo"
(Mt 28,20).
¡América con Cristo: escucha, aprende y anuncia!
San Francisco de Quito, 17 de Agosto de 2008