Julio Chevalier, Fundador y Primer Superior General de los Misioneros del Sagrado Corazón (Notas biográficas del P. Piperon MSC)
Páginas relacionadas
Traducción
del P. José Antonio Rodríguez M.S.C.
Vea también:
Canal TV vocacional de los Misioneros del Sagrado Corazón en el Perú
ÍNDICE
Capítulo 1º Nacimiento-El aprendiz de zapatero-Seminario ‑ Sacerdocio-Coadjutorías
Capítulo 3º: Los primeros años (l855-1858)-Contrariedades ytribulaciones
Capítulo 8º: Las tres Archicofradías
Capítulo 11º.La Parroquia de Issoudun-El Arcipreste-Sus obras
Capítulo 12º: La Congregación de Misioneros del Sdo. Corazón-Contrariedades y pruebas
Capítulo 14º: Consecuencias de las expulsiones-Los caminos de Dios-Las tribulaciones
Capítulo 15º: Las Casas de Tilburgo y Amberes-Otras fundaciones-Expansión Misionera
Capítulo 19°: Últimos días del P. Chevalier-Santa Muerte-Funerales
El opúsculo que tienes en las manos es un trabajo debido a uno de los primeros compañeros del Fundador de los Misioneros del Sagrado Corazón, el P. Carlos Piperon, íntimamente interesado, corno actor y testigo, en los orígenes y desarrollo de la misma Congregación.
El autor ha escrito estas páginas con el afecto filial que profesaba al que él mismo llama "nuestro venerado y querido Padre", impulsado por su espíritu apostólico, con el afán de extender por todas partes las dos grandes devociones de los tiempos actuales cuyo entusiasta apóstol fue el P. Chevalier:
La devoción al Sagrado Corazón de Jesús y la devoción a Nuestra Señora del Sagrado Corazón.
Hacemos votos por que esta obrita sirva de gran provecho al piadoso lector.
Arturo Lanctin M.S.C.
París, 12 de abril de 1912
La vida del añorado Fundador de la Congregación de MISIONEROS DEL SAGRADO CORAZÓN puede resumirse en esta divisa dejada en herencia a los suyos ¡AMADO SEA EN TODAS PARTES EL SAGRADO CORAZÓN DE JESÚS, POR SIEMPRE!
Precioso legado que recuerda a todos sus hijos la obra de su venerado Padre y resume al mismo tiempo su máximo ideal como Misioneros del Sagrado Corazón: ¡Todo por el amor del Corazón de Jesús!
Este es también el fin de la Congregación.
Al fundarla, el P. Chevalier no tuvo otra ambición que formar apóstoles apasionados por dar a conocer por todas partes los inefables tesoros de amor y misericordia del Sagrado Corazón; apóstoles inflamados de ardor por abrasar a las almas en amor ardiente por quien tanto los amó que llegó a inmolarse por su salvación.
Este ideal sublime fue el que inspiró todos sus trabajos, el que alentó y sostuvo hasta el último momento y desde los primeros días todos sus afanes para responder a los deseos de nuestro Señor, revelando al mundo la devoción a su divino Corazón.
Quiera Dios que, a ejemplo de su venerado Padre, no tengan sus discípulos otro móvil ni otra aspiración en todas sus obras que una total inmolación para que el Corazón de Jesús sea en todas partes amado y glorificado:
¡AMETUR UBIQUE TERRARUM COR JESU SACRATISIMUM!