8 Julio Chevalier Sacerdote: El P. Julio Chevalier msc, ¿Quién es? (Jean Tostain msc)
JULIO CHEVALIER, SACERDOTE
El 14 de junio de 1851, Julio es ordenado sacerdote. He aquí un acontecimiento importante. Quisiéramos detenernos con él. Julio tenía una idea tan elevada del sacerdote, "configurado" con Cristo, haciendo a Cristo presente a los hombres, corporalmente, plenamente. Y la "presencia real” de Cristo en la Eucaristía era tan esencial para él. Todo lo que había aprendido de los Sulpicianos y largamente meditado, lo vive ahora en plenitud. Para él, es la realización de la oración de Jesús: "Padre, yo en Ti, y ellos en mi..
Nos gustaría compartir los sentimientos y la meditación de Julio Chevalier, en ese día de ordenación cuando se hace, para los hombres, sacerdote de Jesucristo, como Jesús, con Jesús. Pero no, nada o muy poca cosa. Más tarde se encontrará esta nota: "Celebré mi primera misa en la pequeña capilla del jardín, dedicada a la Virgen Santa. En el momento de la consagración, la grandeza del misterio y el pensamiento de mi indignidad me penetraron tan hondamente que me deshice en lágrimas. Necesité del estímulo del santo sacerdote que me acompañaba para terminar el sacrificio. Día inolvidable.."
Tendremos que contentarnos con esa pequeña idea de su emoción. Es un poco más que respecto a su primera comunión, pero apenas. Julio Chevalier, que escribió mucho (entre otros un libro sobre el Sagrado Corazón), no habla nunca de si mismo, de sus experiencias personales.
Así, no se sabe nada o poca cosa sobre su "conversión", en la época del subdiaconado, muy poco sobre la conmoción que fue para él el "descubrimiento" personal del Sagrado Corazón. ¿Cuándo tuvo exactamente la certeza de que su vocación era suscitar una congregación de "misioneros"? Solamente sabemos que un día, en su segundo año de seminario mayor, habló del proyecto con el Superior. Frente a las reticencias de éste, ocultó su proyecto en el fondo de su corazón.. por el momento.
Todo da a entender igualmente que el nombre de Nuestra Señora del Sagrado Corazón no se debe, como se ha creído a menudo, a una súbita inspiración que hubiera tenido en los comienzos de su pequeña congregación, para "agradecer a Nuestra Señora con un título especial”. Ese nombre, lo llevaba ya dentro, desde sus años de seminario, pero era su secreto personal. El día en que lo propone a su comunidad, fue con cierta timidez, casi con pudor, como alguien que pone en la plaza pública lo que hasta ese momento era para él una cosa íntima.
Esa reserva, ese pudor, son antes que todo una actitud, un reflejo de pobre. El pobre no se pone nunca en evidencia. El pobre escucha, pero no habla por sí mismo, ni sobre si mismo. No habla si no se le interroga, y entonces cuando cree que es su deber: cuando sabe algo que todo el mundo debe saber, y nadie más lo dirá, si él mismo no lo dice.
Julio Chevalier tenía un corazón de pobre. Y eso se debía no sólo al hecho de haber conocido materialmente la pobreza en su infancia, o que no había tenido recursos para pagar su pensión. Sobre todo tenía conciencia de una vocación de sacerdote y, más tarde, de fundador, y conciencia de que esa vocación no venia de él mismo, de su intuición, de su iniciativa o de su generosidad. Estaba convencido de haber sido llamado, él, el pequeño Julio, a pesar de las pocas capacidades que tenía para cumplir tal misión. Cuando habla de su "indignidad", no es una manera de hablar, un estilo. Es una convicción.
Ya es sacerdote. Tres días después, comienza su ministerio como cooperador en una pequeña parroquia. En tres años, el P. Chevalier trabajará en tres parroquias, en lugares completamente opuestos de la vasta diócesis de Bourges. Cada nuevo sacerdote era enviado así durante sus primeros años de sacerdocio, a manera de pasantía, de aprendizaje práctico del ministerio, con párrocos enfermos o de edad avanzada que necesitaban ayuda pasajera.
Los párrocos que tuvieron al P. Chevalier como cooperador interino se alegraron de su estancia con ellos. Se mostró, de hecho, muy atento a los consejos y directivas de los pastores titulares, y al mismo tiempo, lleno de iniciativas. Si, como él dice, "los niños, los enfermos, los pobres, los impedidos eran (para él) el objeto de una solicitud particular", suscitó también (con la aprobación del párroco) aquí la adoración perpetua, allá una misa para hombres (que continuaron mucho después de su salida) o dio nuevo vigor a las asociaciones y movimientos existentes. Según los testimonios, "50 años después, se recordaba todavía el paso de ese joven cooperador".
En la tercera parroquia (Aubigny), el Padre Chevalier asistió al párroco en el momento de su agonía y de. su muerte. Era un buen sacerdote, de edad muy avanzada. Después dé recibir la unción de los enfermos de manos de su vicario, lo retuvo cerca de si para hablarle. Cito aquí por completo sus palabras, tal cual fueron relatadas más tarde por el P. Chevalier, porque ilustran perfectamente el "paso" de una generación de sacerdotes, a otra. Generaciones tan generosas y afanosas la una como la otra, pero con una "óptica" diferente: una vigilando más bien el querido rebaño, la otra preocupada por las ovejas perdidas.
"Mi querido padre, voy a morir, pero antes, permítame darle algunos consejos" dice ese sacerdote de la generación del Cura de Ars. "En el curso de mi largo ministerio, me he dedicado demasiado a las almas piadosas y devotas. Les consagraba largas horas en el confesionario, sin mucha utilidad, y eso en detrimento de lo que debía a los hombres y los jóvenes, y a mis otros deberes. Es una falta grande. Por desgracia, esa falta es compartida, lo sé bien, por un gran número de sacerdotes. Uno se preocupa demasiado de las mujeres y no bastante de los hombres. Evite escollo. Que sus preferencias sean para los pequeños, los pobres, los ignorantes, los abandonados.. "El P. Chevalier agrega simplemente: "Se lo he prometido.."
Dos semanas después, un nuevo párroco llega a Aubigny y, algunos días más tarde, nuestro cooperador, ahora disponible, recibe una carta del obispado: su nuevo destino. Abre el sobre con curiosidad, dispuesto de antemano a ir donde quieran enviarle..
Pero su corazón da un salto: ¡es Issoudun! …