4. Julio Chevalier, un Hombre con una Misión (E. J. Cuskelly MSC)
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Ametur ubique
1. CONSOLIDACIÓN
Son las personas, quienes constituyen una Sociedad y le dan su espíritu: hombres como Chevalier, Piperon, Vandel, Jouët y los demás. Estos hombres habían tomado como lema: "Amado sea en todas partes el Sagrado Corazón de Jesús » (Ametur ubique terrarum Cor Jesu Sacratissimum).
Sin embargo, antes de poder trabajar eficazmente "en todas partes", tenían que consolidar el propio frente doméstico. Y la consolidación del grupo MSC, iba estrechamente unida a la evolución en otros dos campos:
- la situación de los M.S.C. en Issoudun.
- la devoción a Nuestra Señora del Sagrado Corazón.
Necesitamos considerar brevemente el desarrollo de estas dos obras:
a. Los MSC en Issoudun
Como se ha visto, cuando los Padres Chevalier y Maugenest comenzaron la tarea de fundar su grupo de misioneros, dejaron la parroquia de St. Cyr y establecieron su propio centro, conocido como El Sagrado Corazón. aunque no era parroquia, se convirtió en centro de devoción para muchos de los feligreses de Issoudun. Con el clero secular en St. Cyr y los misioneros en el Sagrado Corazón, existía la posibilidad de una cierta división en la parroquia. Podía argumentarse, que tanto el trabajo parroquial, como el apostolado de los misioneros se habrían remediado dando St. Cyr a los MSC; pero también tenía validez lo contrario: que los misioneros estarían más libres para entregarse a su apostolado, no estando atados a la cura de almas en la parroquia.
En 1861 se hizo lo que parecía el arreglo ideal. El P. Maugenest después de haberlo solicitado largo tiempo, volvió a Issoudun. Ahora se le nombraba párroco de St. Cyr. El P. Chevalier estaba encantando que se hubiera confiado la parroquia "a uno de los nuestros". Podría esperarse que Maugenest y Chevalier reanudarían la colaboración donde la habían dejado, y que seguirían laborando como cofundadores de la nueva Congregación. Pero durante siete años ambos hombres habían seguido caminos diferentes; no podían volver sobre sus pasos.
Los dos factores principales de trabajo en la vida de Maugenest habían sido la predicación - para la que estaba magníficamente dotado y su deseo de vida religiosa. Era, pues, una consecuencia muy lógica que se sintiera llamado a ingresar en la "Orden de Predicadores", los Dominicos. Parece seguro que el P. Vandel, como confesor suyo, le había aconsejado, que éste era su verdadero camino. El 31 de diciembre de 1871 dejó Issoudun para entrar en el noviciado de la Orden Dominicana. Pasaría el resto de su vida como dominico. Antes de dejar Issoudun, hizo donación de su biblioteca personal a la Comunidad MSC, y siguió en amistosa relación con los MSC hasta su muerte, en 1918. De vez en cuando volvía a Issoudun para predicar en St. Cyr o en el Sagrado Corazón, y en 1904 estuvo al lado de Chevalier para celebrar las Bodas de Oro de la Congregación MSC.
Es sumamente interesante resaltar que antes de ser nombrado párroco de St. Cyr, había requerido fuertemente al Rvdo. Crozat para que cediese su parroquia a favor de los MSC. Ahora, con su propia marcha hacia el noviciado de los dominicos, la parroquia de Issoudun se quedaba sin arcipreste; el camino quedaba expedito para lo que él mismo había propuesto.
Fue entonces cuando el Arzobispo propuso que los M.S.C. se hiciesen cargo de la parroquia. En las sesiones del Consejo General se discutieron los pros y los contras; y como el P. Chevalier aún dudaba, el Arzobispo insistió. Hizo notar que se aproximaban para Francia días difíciles, en los que un párroco aprobado por el gobierno, tendría una situación más estable que un religioso. En tal caso, decía, pudiera ocurrir muy bien que la parroquia de Issoudun sirviese como "tabla de salvación" para la joven congregación religiosa. Viendo la sensatez de su razonamiento, y agradecido por el interés del Arzobispo por el bienestar del Instituto MSC, el P. Chevalier aceptó y fue nombrado Arcipreste de St. Cyr, Issoudun, en marzo de 1872. Había intentado con todas sus fuerzas que el P. Piperon aceptara la proposición, pero Piperon rehusó. Y siguió negándose, diciendo que no podía aceptarlo en conciencia, por la sencilla razón de que no estaba hecho para la responsabilidad. El P. Chevalier, sin embargo, le nombró vicario suyo, y Piperon se hizo cargo de gran parte del trabajo pastoral en al parroquia.
Entretanto, "El Sagrado Corazón", iba siendo muy conocido por toda Francia. Cuando la iglesia fue erigida en basílica menor en 1874, esta acción por parte del Papa fue como una ratificación final de aprobación y distinción. Gracias al entusiasmo y espíritu emprendedor el P. Jouët, Issoudun se convirtió rápidamente en centro de peregrinación. Ya habían tenido lugar la peregrinación nacional de 17 de octubre de 1872, y la Peregrinación Católica del 8 de septiembre de 1873, con 30.000 peregrinos y muchos obispos y sacerdotes, incluso del extranjero. La peregrinación del 8 de septiembre se convertiría en el más importante acontecimiento anual de Issoudun, y lo sigue siendo hoy día.
b. Nuestra Señora del Sagrado Corazón
Estas peregrinaciones eran, en su mayor parte, en honor de Nuestra Señora del Sagrado Corazón. Como ya se dijo, el crecimiento de la Congregación MSC estaba ligado, en buena parte, a la expansión de la nueva devoción. Era obvio, por consiguiente, que todo lo que afectase a la devoción, favorable o desfavorablemente, tendría repercusiones parecidas en la nueva Congregación. Y si a veces nosotros, que miramos hacia el pasado con diferente mentalidad y desde un punto de vista lejano, advertimos que existieron ciertas rivalidades ridículas, recordemos que ya entonces, la devoción y su conexión con Issoudun y los M.S.C., eran consideradas como lo más importante, hasta para él, propio crecimiento de la Congregación. Si la devoción era sospechosa, lo eran también los M.S.C. Si la devoción, su difusión y sus Asociaciones, pasaban a manos de otras congregaciones, la joven comunidad M.S.C. perdía uno de sus trabajos importantes y una de sus razones de su existencia. La coronación canónica de la estatua de Nuestra Señora del Sagrado Corazón, el 8 de septiembre de 1869, fue uno de los momentos culminantes de aquella primera época. Por aquellos días era ésta una solemne ceremonia, sobre todo si se desarrollaba con la delegación especial del Papa; equivalía a estampar solemnemente un sello como garantía del valor de la devoción, mediante la aprobación del Papa en persona. Aquel 8 de septiembre, el Arzobispo de Bourges había sido delegado por el Papa para llevar a cabo la ceremonia de la solemne coronación de Nuestra Señora del Sagrado Corazón. Había miles de peregrinos. Estaban presentes quince obispos; las ceremonias se desarrollaron con pompa y esplendor.
Pero justo en aquellos momentos tenía su comienzo el problema con el que tendría que habérselas el P. Chevalier por algún tiempo: objeciones del Santo Oficio o, por lo menos, la petición de una aclaración. Aunque la cadena histórica de los hechos es un tanto complicada, los factores principales son bien sencillos. Eran días en que abundaban las exageraciones piadosas en oraciones, predicaciones, himnos y escritos espirituales. Eran también días en que el Santo Oficio se mantenía ojo avizor sobre las posibles aberraciones doctrinales. Y cuando la vigilante mirada de la ortodoxia tropieza con exageraciones piadosas, los conflictos y malentendidos son una consecuencia irremediable. Esto es, exactamente, lo que ocurrió con la devoción a Nuestra Señora del Sagrado Corazón, que daba, al menos en su expresión popular, cierto énfasis al poder maternal intercesor de María. Teológicamente no presenta problemas; pero las exageraciones piadosas los provocaron. Expresiones como "Reina del Sagrado Corazón", "Soberana del Sagrado Corazón", "Soberana Dueña del Sagrado Corazón" suscitaron recelos. Y cuando surgen sospechas, éstas son difíciles de contener; más bien, se extienden. Hemos visto la absoluta sencillez de la idea del P. Chevalier al situar juntas las estatuas de Jesús y de María, con el niño, de pie, delante de su Madre. Pero una vez descendió la nube de la sospecha, hasta la estatua parecía ominosa: ¿es que no se estaba presentando una Virgen grandiosa, sobreponiéndose a un Cristo pequeño?
Mientras tenían lugar las fiestas externas de la Coronación de la estatua de Nuestra Señora del Sagrado Corazón -8 de septiembre de 1869- el P. Chevalier se hallaba en plena agitación interna. Aquella misma mañana había recibido un "Haga el favor de aclarar" del Santo Oficio. El Arzobispo le había informado, que había recibido en el correo de la mañana una petición de enviar al Santo Oficio, una relación completa de todo cuanto se había escrito sobre la nueva devoción. Esto y otros problemas que surgieron más tarde, fueron momentos de preocupación para el P. Chevalier, ya que, como hemos indicado, la condenación de la devoción tenía todas las probabilidades de ser un golpe fatal para la nueva Congregación.
La devoción no fue jamás condenada, afortunadamente; pero el P. Chevalier y otros miembros de la Congregación tuvieron que emplear mucho tiempo, durante varios años, aquietando las sospechas de Roma, o las sospechas transmitidas a Roma por otros. Tuvieron también que observar instrucciones detalladas sobre las fórmulas que no podían usarse al hablar o escribir sobre la devoción. Tuvieron que seguir normas sobre las imágenes de Nuestra Señora. Todo ello provocó molestias innegables y acarreó a los primeros M.S.C. mucha incertidumbre y aprensión; pero no es necesario que nos extendamos aquí en los detalles.1
En estos años, desde que se estableció en Issoudun la Cofradía de Nuestra Señora del Sagrado Corazón, las Asociaciones de Nuestra Señora habían aparecido por diversos sitios. Varias de ellas estaban en Italia: en Osimo, Anagni, Bolonia, Florencia, etc. En 1872 se erigió una Cofradía en Roma; el P. Chevalier había dado su apoyo a la petición de dicha institución. Pero cuando se estableció la Cofradía, la imagen era distinta de la de Issoudun y estaba siendo dirigida con independencia de la de Issoudun. El P. Chevalier estaba preocupado por ello y envió a Roma al P. Jouët para examinar el asunto. Como se ha mencionado anteriormente, y debido a las circunstancias de aquellos tiempos, les parecía especialmente importante a los M.S.C., que todas las Cofradías de Nuestra Señora del Sagrado Corazón estuvieran vinculadas a ellos y relacionadas con Issoudun. No querían dos Cofradías distintas y separadas. La Cofradía romana se convirtió en Archicofradía en 1873. Hubo entonces un período de polémicas y rivalidades y de mucha acción diplomática por parte del P. Jouët, en Roma. Todo concluyó en 1879, al promulgarse un decreto de unión y encomendando a los Misioneros del Sagrado Corazón la Archicofradía universal de Nuestra Señora del Sagrado Corazón, con su sede en Roma.
Esto resultó más fácil por la adquisición, en pleno centro de Roma, en la Plaza Navona, de una iglesia que se convirtió en la Iglesia de Nuestro Señora del Sagrado Corazón. Era un viejo templo conocido por "Santiago de los Españoles", en mal estado de conservación. El Gobierno Español de Madrid, no tenía ya interés en conservarlo para uso de los católicos españoles en Roma, y quería venderlo. El Ayuntamiento de Roma pensaba comprarlo para usos profanos. También pensó adquirirlo un grupo de protestantes para tener una iglesia protestante en el corazón de Roma. El recién elegido León XIII no favorecía ni la finalidad profana, ni el proyecto protestante; al oír que los M.S.C. buscaban un lugar en Roma, les instó a que salvaran este edificio para la Iglesia Católica. De este modo los M.S.C. se hallaban doblemente presionados: por un lado su propio deseo de establecer en Roma un santuario de Nuestra Señora del Sagrado Corazón, que fuera el centro de la Archicofradía universal, y por el otro el Santo Padre, que les urgía a adquirir esta propiedad. Incluso ofreció prestarles 100.000 francos.
Los M.S.C. compraron el templo el 13 de julio de 1878, con la ayuda del préstamo papal. Tras ser restaurado, fue abierto el 23 de mayo de 1879, en que fue consagrado a Nuestra Señora del Sagrado Corazón. Al tiempo que se restauraba la iglesia, se construyó una planta superior para residencia de la comunidad M.S.C. en Roma.
c. La Congregación M.S.C.
El P. Chevalier había realizado su primera visita a Roma en 1860. Allí habló con Pío IX del nuevo grupo de misioneros del Sagrado Corazón que había iniciado en Issoudun. El Papa le dijo: "--incremente y multiplique; y predique la devoción al Sagrado Corazón por todas partes. Espero que, antes de morir, tendré la oportunidad de dar la aprobación canónica a su Congregación".
Esa oportunidad se presentó en 1869. El P. Chevalier había trabajado durante años en redactar una Regla, o Constituciones, para su Congregación Religiosa. A este fin consultó a muchos sacerdotes y fue ayudado por los jesuitas, en especial el P. Ramière. En 1868 tenía listas esas "constituciones" bajo el titulo de "Fórmula Instituti". Al presentarlas en Roma para su aprobación tenía que ofrecer también una exposición del estado de la Congregación: el número de miembros y las posesiones materiales, como también cartas testimoniales de Obispos. Cuando envió su petición -fechada en 25 de diciembre de 1868- a Roma para la aprobación, la acompañaba con cartas testimoniales de veintiocho obispos, a las que seguirían algunas más. En febrero de 1869 fue recibido por el Papa, después de entregar su documentación a la Sagrada Congregación de Obispos y Religiosos. Esta Congregación dio su "Decretum Laudis" - Decreto de Alabanza - a la Congregación M.S.C., el 8 de marzo. Las Constituciones fueron posteriormente aprobadas para un periodo de experimentación. En consecuencia, la Congregación de los Misioneros del Sagrado Corazón era ya una congregación religiosa de "Derecho Pontificio". Jurídicamente, por tanto, ya no estaban sometidos al Arzobispo de Bourges, sino sujetos directamente, a la Santa Sede. Aunque el P. Chevalier había presentado su plan para la congregación con las tres ramas, la respuesta se refería sólo a la congregación religiosa estrictamente dicha. Los votos se subrayaban como esenciales.
Más tarde, se convino que hacia el final de aquel mismo año, todos los miembros de la comunidad M.S.C. que pudieran, se reunirían para hacer un retiro; lo hicieron en septiembre, en Issoudun, bajo la dirección del P. Ramière, 5. J. Al final del retiro, el 26 de septiembre, eligieron Superior General y Asistentes. Hicieron también su profesión perpetua pública. Algunos de los que no pudieron estar presentes, participaron en la elección con voto por correo. El P. Chevalier fue elegido Superior General, con el P. Piperon como Asistente primero. Los otros Asistentes fueron los PP. Vandel, Bazire y Guyot.
Como hemos indicado, el "Decreto de Alabanza" tenía un carácter provisional; en él se señalaba que, después de un tiempo de experimentación y tras un mayor estudio de las Constituciones, se daría la aprobación definitiva a la nueva Congregación. Esta aprobación definitiva llegó de Roma el 20 de junio de 1874
Pero para que crezca una nueva congregación, naturalmente, se necesitaba recibir nuevos candidatos y formarlos bien. La Congregación M.S.C. ya había establecido su seminario menor, o "escuela apostólica", en Chezal-Benoît. Este fue el gran trabajo del P. Vandel. Aunque tuvo que cerrar sus puertas durante la guerra franco-prusiana (1870-1871), se reabrió poco después. Entre los estudiantes de la posguerra (1872-1874), había nombres que reaparecían en la historia posterior de la Congregación:
Enrique Verius, F. X. Klotz, Emilio Merg, F. Barral y E. Meyer, de Francia, aunque había también otros que le daban un carácter internacional. Estaban Fuera, de España, Ilge, de Alemania, y Peeters, de Holanda. Hubo aún otros, un italiano y dos irlandeses, cuyas carreras como M.S.C. fueron muy breves. La Escuela Apostólica seria, en Francia y fuera de Francia, fuente de vocaciones durante más de un siglo.
Después de la Escuela Apostólica los jóvenes aspirantes deberían hacer un año de noviciado. Antes de obtener el "Decretum Laudis", sobre todo habida cuenta que la mayoría de los que se agregaron eran ya sacerdotes, se había considerado suficiente un año de probación, generalmente en Issoudun. Pero ahora era preciso hacer las cosas más sistemáticamente y montar un noviciado regular bajo la dirección de un maestro de novicios. El primer noviciado se erigió en Montluçon, siendo el primer maestro de novicios Oficial el P. Guyot, que era el pastor de aquella parroquia. Parece que el P. Guyot estuvo siempre bastante más interesado en el ministerio parroquial que en el cargo de Maestro. Se le dio, desde los mismos comienzos, un "Socio", que hizo, prácticamente, la totalidad del trabajo de adiestrar a los novicios en los principios y la práctica de la vida religiosa. El primero de ellos fue el P. Remigio Ledoux. El Noviciado fue bendecido en agosto de 1969 y se abrió el 12 de septiembre. Se suspendió por la guerra y se reanudó en 1871. Esta vez le tocó al P. Miniot ser Socio. En el verano de 1873 fue trasladado el noviciado a St. Gérand-le-Puy. Un tercer Socio fue nombrado en 1875: el P. Ramot. Luego fue nombrado sucesor del P. Guyot como Maestro de Novicios, pero no sólo de nombre, sino de hecho.
Al final del Noviciado, los jóvenes hacían su profesión religiosa. Los que pensaban seguir hacia el presbiterado debían hacer sus estudios filosóficos y teológicos. Las primeras disposiciones tomadas, en orden a los estudios de los seis jóvenes, que profesaron en otoño de 1874, fueron bastante improvisadas. Tres de ellos, Grom, Lanctin y Berthon, fueron a Chezal-Benoît, donde trabajaron como profesores y vigilantes, asistiendo ellos, a su vez a algunas clases, dadas por los PP. Marie y Captier. Los tres restantes, Barral, Postal y De Mondion, fueron hospedados provisionalmente en Issoudun, donde les dieron clase algunos sacerdotes de la comunidad. Poco a poco, se organizó en Issoudun un escolasticado con un equipo de profesores y un régimen especial. Hacia 1879 funcionaba ya bastante bien.
Simultáneamente se enviaban algunos escolares a Roma. Sabemos que el gobierno M.S.C. estaba preocupado por la Cofradía de Nuestra Señora del Sagrado Corazón. Asentada allí, el Consejo General estimó que los intereses de la Congregación estarían mejor servidos teniendo, de una manera permanente, algunos de sus miembros en Roma; más aún, cuando por aquellas fechas, el Santo Oficio estaba teniendo -y causando- nuevas preocupaciones sobre la ortodoxia de la devoción, surgidas esta vez por algunas exageraciones en Polonia. El P. Jouët fue enviado a Roma para tratar de despejar los problemas sobre Nuestra Señora del Sagrado Corazón y para sondear, a la vez, las posibilidades de enviar allí algunos estudiantes. Tras un primer contacto con el Seminario Francés, pareció más aconsejable enviar a los estudiantes al Colegio de Propaganda Fide, puesto que muchos de ellos serían el día de mañana misioneros en el extranjero. En agosto de 1875 el Consejo General decidió establecer en Roma una comunidad, que incluía cinco estudiantes. Estos llegaron allí en diciembre de aquel año.
Con todo, el P. Jouët no había encontrado hasta el momento una residencia disponible, apropiada para la fundación. Ofreció al P. Chevalier una solución, que éste admitió temporalmente: aceptar la hospitalidad que ofrecía el P. Régis, Procurador General de los Trapenses. Escribía el P. Jouët: "El P. Régis nos ofrece gustosamente la hospitalidad de su Procura, que está entre San Juan y el Coliseo, cerca de San Clemente. Vive allí con su secretario, un hermano y un obispo retirado. Tiene dos capillas y nos cedería el uso de una de ellas. Hay un enorme dormitorio en el que podríamos ocupar las celdas que necesitásemos; tendríamos suficiente sitio en el comedor; el hermano que cocina para ellos, lo haría también para nosotros. Tendríamos un salón grande y caliente, que quedaría reservado para nuestras actividades. - Pero como las camas de los Trapenses son un poco duras, necesitaríamos comprar otras. - El P. Régis nos aprecia, conoce totalmente nuestra historia y también nuestra devoción y su imagen, y ha colocado nuestra estatua en San Pablo, Tre Fontane..."
Los PP. Chevalier y Jouët encontraron más fácil ponerse de acuerdo sobre la casa que sobre el superior de la comunidad. El P. Chevalier había propuesto al P. Ariëns, el primer M.S.C. holandés. El P. Jouët se oponía a la elección; quería que fuesen el P. Ramot o el P. Miniot. El P. Chevalier no creía apropiado al P. Miniot, "con sus ideas de una comunidad como no existen en sitio alguno "; el P. Guyot quería que el P. Ramot le sucediera como Maestro de Novicios.
Por fin, se encontró otra solución: el P. Jouët, continuando como Asistente General, sería nombrado superior de la casa de Roma y Procurador "por el momento" (momento que duraría diecisiete años). El P. Miniot iba a ser enviado como segundo de a bordo y se cuidaría de los escolares. Esta solución fue un gran alivio para el P. Jouët, ya que había recibido del P. Chevalier ciertas instrucciones que encontraba difíciles de realizar: "Se encargará Vd. mismo de llevar a los estudiantes al Seminario de Propaganda y de traerlos a casa. Puede pedir al Superior un cuartito donde trabajar, mientras ellos están en clase...” ¡Eso sí que no! Víctor Jouët no era hombre para estar todo el día sentado e inmóvil, haciendo de niñera para cinco escolares. Por tal razón, estuvo la mar de contento al recibir al P. Miniot, cuando llegó, el 8 de abril de 1876.
Más tarde, cuando hubieron adquirido su nueva residencia en la plaza Navona, los M.S.C. trasladaron la comunidad, escolares y Cofradía a esta única casa central. Más tarde se convirtió en escuela apostólica y escolasticado, para los estudiantes italianos de la Congregación.
1879 fue el año de las Bodas de Plata de la Congregación M.S.C. Fue también el año del primer Capítulo General, que será mencionado de nuevo más tarde. La Congregación M.S.C. había conseguido cierto carácter y cierta estabilidad. Tenía casas fuera de Francia, en Roma y en Watertown (USA). Puede ser interesante dar los nombres de los miembros de la Congregación por aquel tiempo.
SACERDOTES |
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Issoudun (S. Cyr) desde 1872 |
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Año de |
Nombre nacimiento Profesión Presbiterado |
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Chevalier 1824 1856/69 1851 |
Piperon 1828 1864/69 1854 |
Hamel 1828 1864 1860 |
Hériault 1851 1872 1877 |
Vatan 1853 1877 1878 |
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Issoudun (S. C.) desde 1855 |
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Morisseau (sup.) 1829 1873 1854 |
Marie (Thorey) 1836 1871 |
Cramaille 1843 1871 1875 |
Postal 1855 1874 1878 |
Papin 1856 1879 |
Bátard 1847 1871 1873 |
Baltzer 1820 1877 1878 |
Lavialle 1840 1873 1854 |
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Chezal-Benoît desde 1867 |
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Lanctin (sup.) 1855 1874 1878 |
Maillard 1851 1875 1878 |
Berthon 1855 1874 1878 |
Barral P. 1855 1874 1879 |
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Roma desde 1875 |
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Jouët 1839 1865/72 1862 |
Miniot 1830 1868/69 1854 |
Casas 1851 1877 1878 |
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Año de |
Nombre nacimiento Profesión Presbiterado |
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St. Gérand-le-Puy desde 1873 |
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Guyot 1827 1865/69 1850 |
Ramot 1846 1874 1870 |
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Arles desde 1878 |
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Deidier 1836 1878 1859 |
Albert 1831 1869 1866 |
Chappel 1817 1870 ? |
Navarre 1836 1878 1872 |
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Watertown desde 1876 |
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Durin 1836 1865/71 1859 |
Ariëns 1817 1875 1845 |
Grom, Ignacio 1855 1874 1878 |
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ESCOLARES |
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Año de |
Nombre nacimiento Profesión Residencia |
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Grom, Benjamín 1857 1875 Watertown |
Bizeuil 1856 1875 Issoudun |
Carriére 1857 1875 Roma |
Thomas 1854 1876 Issoudun |
Letonnelier 1846 1876 Issoudun |
Giraux 1854 1876 St. Gérand |
Klotz 1858 1877 Roma |
Hartzer, Fernando 1858 1877 Issoudun |
Tréand 1856 1877 Issoudun |
Thev'enot 1857 1877 Watertown |
Van den Bosch 1858 1877 Issoudun |
Brunet 1845 1877 Chezal-Benoit |
Ceyssat 1854 1877 Issoudun |
Legros 1853 1878 Issoudun |
Venus 1860 1878 Issoudun |
Peeters H. 1860 1878 Issoudun |
Merg. E. 1860 1878 Issoudun |
Fora 1859 1878 Roma |
Meyer 1861 1878 Roma |
Védére 1859 1878 Roma |
Ilge 1860 1878 Issoudun |
Hartzer, Leopoldo 1860 1878 Arles |
Chétail 1859 1878 Chezal-Benoit |
Vandel, Julio 1860 1878 Roma |
Sahut 1854 1878 Chezal-Benoit |
Véron 1849 1878 Chezal-Benoit |
O'Mahony, Cornelio 1859 1878 Chezal-Benoit |
Neenan, Guillermo 1862 1878 Chezal-Benoit |
Roux 1855 1878 Issoudun |
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HERMANOS |
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Barbier 1814 1872/79 Issoudun |
Delimoges 1858 1875 Issoudun |
Bono, Carlos 1831 1876 Watertown |
Romain, Alejandro 1852 1876 Chezal-Benoit |
Fromm, M. 1860 1878 Roma |
La Congregación entera contaba, en septiembre de 1879, con 29 presbíteros, 29 escolares y 5 hermanos, que arrojaban un total de 63 miembros profesos.
Ya habían fallecido cuatro sacerdotes -Sauret, Juan María Vandel, J. M. Neenan y Georgelin- y dos escolares -Jorge Meyer y Estanislao Lecorre.