El movimiento laico dentro de la familia Chevalier
Rita
Cleuren
(descarga
conferencias)
Es bueno estar aquí, como la cuarta rama dentro de la familia Chevalier. Es importante poder estar aquí presentes en nombre de todos los laicos. Aunque no seamos numerosos, queda representado nuestro movimiento de laicos dentro de la gran familia.
Quisiera agradecer al equipo de Cor Novum su invitación y la comprensión demostrada ante los preparativos, que han conllevado algo más de dificultades que para el grupo de religiosos. Pero seguimos aprendiendo. Y es para nosotros un gran honor estar aquí junto a Uds. los religiosos, todos reunidos para conmemorar a nuestro Fundador, el Padre Julio Chevalier.
Había acordado con Gerardine que hablaríamos acerca del sueño del Padre Chevalier, que lentamente se va haciendo realidad: un movimiento de laicos que dentro de su gran familia va ganando claridad, va tomando forma, adquiriendo un rostro propio.
No ha sido fácil encontrar material de lectura detallado acerca de este tema, pero finalmente lo hemos conseguido, con la ayuda de muchos.
Me gustaría destacar que en los textos que cito, siempre se hace referencia a laicos msc. Pero no es en absoluto mi intención hablar sólo de laicos que pertenecen a los MSC. No había tiempo suficiente para realizar un trabajo de investigación más profundo, pero no me cabe duda alguna de que tanto la Madre Marie-Louise Hartzer como el Padre Humberto Linckens también llevaban a los laicos en su corazón.
Así pues, cuando hablo de laicos msc me refiero tanto a laicos que pertenecen a los MSC como a laicos de FDNSC. y de las Hermanas MSC. Somos laicos misioneros de su Corazón, dedicados a Nuestra Señora del Sagrado Corazón, o sea, la cuarta rama dentro de la Familia Chevalier.
La primera parte de nuestra contribución trata acerca de lo que se ha escrito en el pasado acerca de los laicos. Por supuesto, lo que aquí recojo está incompleto. Me limito a leer algunos fragmentos de conferencias, documentos y resúmenes de los religiosos msc. Algunos de los textos están disponibles en inglés en su versión integral.
En la segunda parte hablaremos acerca de cómo vive el movimiento de laicos en nuestras provincias.
Cito al Padre Frank Fletcher de la Provincia Australiana (2003):
Sabemos que no sólo somos criaturas del mundo en su realidad de cada día, que envejecemos y nos cansamos. Somos conscientes de que, como cristianos, somos personas sobre las cuales se pronunciaron palabras sagradas, personas ungidas con óleos y sobre quienes se derramó agua bendita. Partiendo de esta consideración, estamos llamados a ser personas motivadas. Al igual que Jacob, tenemos que estar abiertos en el lugar donde nos encontramos: éste es en realidad un encuentro sagrado en un lugar bendito.
Por supuesto, la vida diaria no nos lo hace tan fácil. Vivimos en una época de miedo y de confusión a nivel mundial. La confusión es un signo del mal. El alma de las personas nada en aguas turbulentas. Apenas podemos creer en nosotros mismos. Y, no obstante, en medio de toda esta confusión, existen signos, que demuestran que el Espíritu está activo en medio de las personas. Y si el Espíritu de Dios penetra en nosotros, ¿quién será tan estúpido de seguir inmerso en la confusión? Pero, ¿existe tal acercamiento? ¿Quién puede decírnoslo? Dirigimos nuestras miradas hacia aquellos que tienen facilidad para reconocer las señales del tiempo. Durante esta conversación, haré referencia a algunas de estas personas y en especial a nuestro obispo Jim Cuskelly. Antes del Concilio Vaticano II, Jim reconocía que los MSC debían descubrir de nuevo la Espiritualidad del Corazón de Jules Chevalier. Cuando fue nombrado Superior General de los MSC, se encargó de ayudar a los miembros de la Congregación MSC presentes en todo el mundo, a elegir su orientación en función de dicha espiritualidad.
El año pasado tuve el privilegio de poder participar en una conferencia en Issoudun (Francia) acerca de la labor de Cuskelly. Quedé impresionada por el respeto que le demuestra toda la Familia Chevalier, laicos incluidos. Tras su período como Superior General, fue nombrado obispo auxiliar de Brisbane (Queensland, Australia). Durante los 18 años en este puesto cambió su visión. Hasta entonces sus escritos habían estado destinados sobre todo a sacerdotes y religiosos, pero a partir de ese momento empezaba a escribir cada vez más para los laicos (pero la espiritualidad a la que se refería, siguió siendo la de corazón). Antes de morir, escribió un libro acerca de la espiritualidad que estaba destinada sobre todo a los laicos, Walking the Way of Jesus.
Se inspiró en su experiencia, de que para muchos laicos existía una lucha por la unidad en Cristo. Y lo que es más, consideraba esta lucha como una vocación, una vocación para laicos. Escribió: “En nuestra época, la lucha por una vida espiritual fuerte no conlleva necesariamente una vocación para convertirnos en sacerdotes o monjas.” (p.14). Antes se hablaba de católicos practicantes, los que cumplían las reglas como es el caso de la misa dominical. Hoy en día ya casi nadie se siente atraído por el respeto de las normas. La gente busca una forma de espiritualidad que se pueda vivir dentro de sus familias, en su ámbito laboral, con sus contactos sociales y el vecindario. Jim estaba convencido de que el futuro de la Iglesia estaría en el crecimiento del movimiento de laicos.
Un signo de nuestro tiempo. La fuerza con la que se manifiesta el movimiento laico por todo el mundo parece confirmar esta visión.
Por supuesto, el movimiento laico adopta diferentes formas: hay movimientos laicos específicos, existen también los laicos que están asociados a congregaciones religiosas y hay laicos que prefieren seguir su propio camino. En mi opinión los MSC tienen que apoyar todo tipo de fórmula que atraiga a los laicos. No obstante, resulta muy significativo, como ya he dicho anteriormente, que Jimy Cuskelly creyera que la Espiritualidad del Corazón del Padre Chevalier resultaría especialmente adecuada para los laicos. Lo que de nuevo hace surgir la pregunta: ¿Consideraba él mismo que la Espiritualidad del Corazón de Jesús estaba destinada para los laicos? Por supuesto que SÍ! Cada proyecto del Padre Chevalier (sermones acerca del Sagrado Corazón en las parroquias, sus libros y folletos, la construcción de la Basílica del Sagrado Corazón, de donde surgió la devoción por Nuestra Señora del Sagrado Corazón, las misiones en el extranjero, las asociaciones de laicos incluyendo una Tercera Orden) estaba destinado a poner en marcha un movimiento de personas de todo el mundo que deseaban vivir una espiritualidad del amor. El lema lo expresa claramente: “Amado sea en todas partes el Sagrado Corazón de Jesús”.
Bob Irwin, antiguo Provincial de la provincia australiana, afirmaba en 2006:
Me gustaría comenzar mi investigación con algunas citas. La primera es de Dennis Murphy, antiguo Provincial de Australia. Dennis escribe:
Formar parte de la “experiencia del Espíritu” del Padre Chevalier te ofrece hoy la posibilidad de redescubrir su entusiasmo, que le ayudó a superar las dificultades y decepciones. Cuando este entusiasmo inicial, que es mucho mayor que el que podamos experimentar con nuestras fuerzas y limitaciones, no se vuelva a descubrir, esto significaría que las Provincias e incluso el Movimiento se perderán en su totalidad, o lo que sería aún peor, se removerán en sus lugares de origen. Desde el Vaticano II, uno de los elementos dinámicos dentro de la Iglesia es la mayor toma de conciencia de la importancia de los laicos. Quizás resida en el contacto con este movimiento poderoso del Espíritu dentro de la Iglesia una posibilidad de aumentar nuestra propia vitalidad.
La segunda cita se extrae de un documento acerca del movimiento laico del Capítulo Provincial MSC de Septiembre de 2004:
En el pasado siempre hemos conocido el hecho de que las congregaciones religiosas eran el instrumento por excelencia para preservar el carisma. Pero también sabemos que en el pasado el Espíritu ha bendecido a laicos con el mismo carisma, así que este don del Espíritu nunca se ha visto limitado a los religiosos o los santos.
Sabemos y ello nos honra que nuestro Fundador, Julio Chevalier, pensó desde el primer momento en los tres grupos que se formarían en la espiritualidad del Corazón de Jesús, entre los cuales un grupo estaría compuesto de laicos que también serían llamados a convertirse en Misioneros del Sagrado Corazón en el mundo.
Ambas citas abren una perspectiva importante en nuestras consideraciones acerca de las desviaciones dramáticas en la Iglesia de hoy en día. Pero antes de proceder con mi discurso, me gustaría aclarar que mi enfoque parte de mi propia perspectiva, desde mi propio rinconcito de origen, quiero decir: Sin poder evitarlo, considero esta situación desde mi punto de vista como religioso MSC. Por eso está claro que mis prejuicios y experiencias personales determinan mi punto de vista y análisis. Pero también son posibles otras perspectivas desde lugares muy diversos. Está claro que un/a laico/a también aportará su propio análisis y experiencia, y que tendrá una opinión muy distinta del asunto. Mis comentarios tienen el único propósito de poner en marcha la conversación.
Por otra parte, cuando vemos lo que el Capítulo de 2004 intentaba dejar claro y cuando tenemos en cuenta todo lo que el Espíritu pone en movimiento, nos podemos preguntar si en realidad no somos un grupo de miles de personas que se dirigen hacia la santidad, que forman parte de nuestra misión, ya sean laicos o religiosos, ya trabajen en uno u otro servicio de MSC, o que sean miembros de una parroquia o bien religiosos de otras congregaciones. Si a todos nos guía la Espiritualidad del Corazón, no queda duda alguna, todos perseguimos el mismo objetivo. Nuestros servicios, nuestros objetivos, nuestras tareas y nuestro modo de vida pueden ser muy diferentes, pero nuestra misión sigue siendo la misma. Tiene que ver con el amor de Dios, y teniendo en cuenta que nos ocupamos de ello, somos enviados. Tenemos todos la misión de anunciar la Buena Nueva. Si la Espiritualidad del Corazón no conduce a una misión para las personas, entonces se ve limitada. Lo que sabemos hoy es que hay miles de personas que se guían por una misma espiritualidad, a pesar de no haber hecho ningún voto y de no haber recibido los cuidados y la formación que existe para los religiosos y santos. Estamos tomando conciencia de que tienen la misma espiritualidad y el mismo carisma, y que ellos también aspiran a una misión, de la que además han de ocuparse.
Así pues, el auténtico desafío para la vida religiosa no reside tanto en la desaparición de lo religioso, sino en el modo en que el Espíritu está activo entre las personas con el mismo carisma o espiritualidad. No creo que la vida religiosa esté evolucionando hacia una muerte lenta, pero sí que se perderán determinadas posiciones e influencias de poder. La toma de conciencia de que los laicos son compañeros de nuestra misión, deja claro que también ellos son Misioneros del Sagrado Corazón en el auténtico significado de la palabra, tanto como los que han hecho cualquier tipo de voto. Y esto no va en contra del llamamiento y la necesidad de que más personas, más hombres en nuestro caso, hagan sus votos en el seno de nuestra congregación. Sólo se trata de una parte de las “tres ramas” que constituyen la Familia MSC.
Cuando realizamos nuestra labor con el entusiasmo que caracterizó en su tiempo a Julio Chevalier, acerca de la visión original que afirma que los religiosos y los laicos caminan juntos, en realidad no descubrimos nada nuevo, sino que re-descubrimos lo que nuestro Fundador ya quería desde un principio. Por otra parte, no se trata en absoluto de ir hacia atrás en el tiempo, sino de evolucionar al máximo con los medios y la visión que él nos dejó.
¿Cómo veía el Padre Fundador la rama de los laicos en concreto?
*En primer lugar, como un grupo que intenta vivir a su manera como misioneros del Sagrado Corazón, y que, a su manera, pone un rostro a esta vocación, es decir, caminan por el camino del corazón.
* Los laicos han de quedarse en su familia, para así poder desarrollar del mejor modo posible su objetivo vital, conservar su libertad de actuación e intentar vivir su vida según el Evangelio, en unión con el Señor y dedicándose al prójimo.
* Podían existir diferentes tipos de compromisos, diversas etapas también: “noviciado”, asociados y religiosos (con votos)
* Debían existir algunos lugares donde poder reunirse. También dos o tres solteros podían irse a vivir juntos, sin tener que considerarse como un tipo de religiosos.
* Las reuniones regulares de “todos los miembros” son muy importantes para crecer en una auténtica esfera familiar, y como apoyo para su dedicación en el hogar.
* El Superior de los religiosos MSC debería ser al mismo tiempo Superior de la rama de los laicos. Pero también podría pedir a uno de sus cohermanos aceptar dicha responsabilidad.
* No obstante, los laicos no deben estar dirigidos por alguien de fuera. Se debe elegir dentro de los propios medios un responsable general, un responsable local, etc. El Padre Chevalier intervenía muy poco en este asunto, sólo dando consejos y ánimos cuando había problemas.
Hasta aquí hemos presentado palabras de religiosos acerca del sueño del Padre Julio Chevalier, que consideraba a los laicos dentro de su congregación como un eslabón importante para convertirse en el Corazón de Jesús en el mundo.
Posteriormente les haremos un pequeño resumen acerca de nuestra propia situación. correspondiente a las provincias de Congo, Indonesia y Bélgica.